El Poltergeist
2 de julio de 2025, 15:32
Harry estaba pensando seriamente en irse a la cama y descartar las conversaciones que había tenido. El barón le había trastornado severamente con su historia y pensaba en que otros oscuros secretos tendrían el resto si seguía presionando. ¿Qué contaba más?¿Intentar descubrir donde había ido su padrino o la tranquilidad que da la ignorancia?.
Eran ya las 10 de noche y el toque de queda estaba dado y si lo encontraba algún prefecto tendría problemas. Aunque lo dudaba al ser el último día y le importaba poco. Pensó en Myrtle la Llorona. Sabía que su enchochamiento por él seguía existiendo, quizás podría sacarle algo de información. Dudaba que tuviera secretos tan terribles como el barón con su corta vida.
Subió por las escaleras y cuando intentó ir al segundo piso la escalera se paró en seco. Una risa odiosa que conocía demasiado bien dió paso a una aparición fea y de forme. Peeves.
-¡Potter se ha saltado toque de queda!. ¡TOQUE DE QUEDA!- Rió y chilló ruidosamente. Harry simplemente cerró los ojos y suspiró. De alguna manera sintió que se había librado de algo peor.
Peeves dejó de reír, aunque no de sonreír, cuando Harry se dejó escurrir y sentarse en las escaleras. Esperando que quien fuera le impusiera un castigo o simplemente lo guiara a su sala común.
-¿Que hace el joven Potter aquí?- Su cabeza giró 180 grados, como un búho.
Harry pensó un momento.
- La incertidumbre.-
El silencio se hizo entre ellos. Se hizo raro, estar al lado de dicho fantasma y que no hiciera ruido.
-Todos los vivos la tienen. ¿Por qué la tuya es especial?.-
-He hablado con Nick, El Fraile Gordo y el Barón Sanginario...-la sonrisa de la cara se le borró definitivamente al oír el último nombre.- Les pregunté sobre su muerte y que vieron después.
-¿Y?.-
-No es lo que esperaba...Peeves.- su voz se rompió un poco en ese punto. No quería llorar. No había llorado delante de nadie desde que vió morir a Sirius. Lo hacía débil. No quería hacerlo delante de ese engendro que sin empatía.- ¿También lo viste? ¿El vacío, el ojo...?. ¿Algo se ha comido el alma de mi padrino?¿Cómo un dementor?.-
Al segundo siguiente se sintió un poco tonto, Peeves era un espectro diferente a los demás, podía mover cosas y hacer que las plantas crecieran o se marchitaran por su risa. Igual nunca fue humano.
-El monstruo siempre espera. Puedes oírlo cuando estas en duermevela, aquí, en Hogwarts.- Peeves hablaba con una voz extraña, no era divertida, parecía un niño asustado.- Yo era muy pequeño, no me vió y aprendí a volver.
-¿Pequeño?.-
-Estaba con mi mamá, en la tripa. Pero alguien nos mató.- Su figura pequeña bajó lentamente a su altura.- Pasé mucho tiempo llorando, hasta que la gente empezó ha hablarme. Aprendí ha hablar, a reír, los niños se ríen mucho aquí. No oyen al monstruo porque piensan que son sonidos del castillo.
Peeves era un feto. Un feto no nacido. ¿Alguna profesora o chica joven había sido asesinada allí embarazada?. Pensó en Myrtle, pero seguramente era hasta demasiado pequeña para tener la menstruación.
Harry se aporreó un poco la cabeza en la balaustrada de la escalera. No necesitaba más trágicas historias no pedidas. Pero supuso que habría que aprovechar ese repentino momento de debilidad del Poltergeist.
-¿Que es el monstruo? ¿Es lo que nos espera al resto al morir?.-
-En Hogwarts. No mueras en Hogwarts o se comerá tu alma.-
-¿Entonces no hay otros? Si mueres en otras partes...¡¿Por qué nadie a preguntado esto a los fantasmas?!.- preguntó algo esperanzado y a la vez fustrado.
-No lo se.- Respondió a ambas preguntas.
Hubo otro silencio y Peeves parecía igual de triste que Harry.
-¿Sabes quien fue tu madre?.-
El espectro negó con la cabeza gacha.
-Ningún otro se ha acercado. No humano, no fantasma. Solo quiero reír. Pero nadie ríe conmigo.-
Harry cerró los ojos.
-Porque solo haces bromas pesadas ¿Has tratado dejar de burlarte de los demás y no se, regalarles cosas?.- era una idea vaga mientras las ideas ondeaban en su cabeza.
De repente, una idea surgió tímidamente en su cabeza, le hizo abrir los ojos dándose cuenta de una realización.
El Barón Sanginario mató al Fraile Gordo y la mujer. La mujer estaba embarazada y Peeves es el niño. Quizás....quizás pudiera preguntar a la persona que faltaba en la ecuación. Quiso oír en su cabeza la voz de Hermione, diciendo algo de una tal Dama Gris, la fantasma de Ravenclaw. ¿Pudiera ser...la hija de Rowena asesinada?. Nunca la había visto, no sabía donde estaba.
-Peeves...¿Quieres empezar a caer bien?.-
Peeves alzó la cabeza rápidamente y asintió.
-Llévame con la Dama Gris y luego...te recomendaría una conversación a solas con ella cuando halla terminado.-