ID de la obra: 280

La sensualidad secreta de Dolores

Mezcla
NC-17
Finalizada
2
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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10 páginas, 7 capítulos
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El deseo se vuelve realidad

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Al entrar a la alcoba, Potter apenas y creía lo que estaba viendo. En esa gran cama de sabanas rosadas de satín estaba Snape, su profesor más temido, hincado, vistiendo un tanga negro y un chaleco de cuero, cubierto de cadenas gruesas de metal. Qué era eso? Porqué esa imágen le causaba algo extraño a Harry? Era algo extraño desagradable? Para nada. Era una sensación extraña, nueva, que disfrutaba. Era la sorpresa que menos se esperaba, ver a su temido profesor ahí, exhibiendo su flácido y viejo cuerpo frente a él. Algo había en él que le gustaba, que le invitaba. Pero había una duda enorme en la mente de Harry. Si Snape estaba así, cómo estaba la profesora Umbridge? Dónde estaba? Qué le esperaba al verla? La sorpresa no se hizo esperar y de la puerta del baño salió una figura increíble. Sí, era ella, era Umbridge, pero en vez de vestir su usual traje rosa, ahora vestía unos rojos tacones altos que brillaban, sus piernas eran cubiertas por unas medias de red negras, que en su bello pubis se unían en una suave pantaleta comestible, especialmente usada para que Harry le pudiera devorar con su impertinente boca. Sus pechos, ese par de frescas sandías recién cosechadas, estaban cubiertos por lencería roja de encaje y en toda ella rondaba un aroma distinto, un aroma a mujer. Dolores se fue acercando lentamente al paralizado Harry, meneando sus pronunciadas caderas hacia él, mientras lo miraba fijamente, con una provocadora y burlona sonrisa, y cuando se puso frente a él, a tan solo unos centímetros, abrió su lencería para exponer ese par de sandías, jugosas y buenas, firmes y exorbitantes, que se encontraban unidas por una cadena de metal que iba de un pezón a otro. Su pendulante suavidad, su protuberante naturaleza hizo erizar la piel de Harry, quien por poco y se desmaya cuando la suave voz de Dolores le susurró al oído "hazme tuya". Harry no dudó y rápido empezó a despojarse de sus ropas. Se abrió pronto la camisa para exponer su escuálido pecho, sus brazos delgados y sus hombros caídos, pero eso no importaba, Dolores lo deseaba y era así como lo imaginaba, bello, tierno, frágil, suyo. Hincada empezó a besar ese abdomen y ese pecho pálidos como helado de vainilla. Desesperada y perdida en sus placeres más mundanos y absurdos. Su sueño se hacía realidad, y al fondo el de Snape al ver a su ama Dolores rendirse ante la fresca piel de Harry Potter. Harry se quitó los zapatos, como pudo, quitó a Dolores de su camino y se fue dirigiendo hacia la cama. Ahí se abrió los pantalones y tan pronto como pudo se los quitó, quedando solo vestido por sus feas trusas blancas de perdedor. Ahí, ambos amantes lo llevaron a en medio de la cama y ahí lo empezaron a besar de pies a cabeza. Ese odio o desdén que pudieran haber sentido por él se desvanecía con cada beso, con cada caricia, con cada roce de sus pieles. Desesperados y entusiasmados por el momento, ambos le despojaron al pobre de Harry de sus trusas blancas y las tiraron al suelo. Al verlo totalmente desnudo notaron su vulnerabilidad, la delicadeza de su cuerpo y más aún, su pene de proporciones risibles. Él sentado en la cama, Severus y Dolores apartados, no pudieron más que echarse a reír al ver a Harry totalmente desnudo. Ver ese cuerpo flaco y escuálido, adornado por ese pene que erecto en ese momento apenas y alcanzaba quizá los cinco centímetros de largo, tan largo como los vellos que le rodeaban, les hizo reír, les hizo sentirse con la autoridad de juzgarlo, de burlarse. Así que este es el gran secreto que esconde el señor Potter - decía Severus con sarcasmo evidente. Donde quiera que estén James y Lily deben estar muy orgullosos de ti - reía al decirle Dolores. Ambos amantes se echaban a reír pero eso no hacia más que causarle un intenso placer a Harry, que desde mucho tiempo antes había notado que las burlas y humillaciones hacia su cuerpo y su persona le provocaban los placeres más exquisitos jamás sentidos. En un ataque de locura desenfrenada Harry tomó de los hombros a Dolores, con violencia la recostó en la cama y empezó a devorar su cuello con fuerza. Ella solo podía gritar el nombre de él una y otra vez, más fuerte y más intenso conforme Harry iba bajando por su cuerpo. Al llegar a esa ropa interior comestible, Harry empezó a morder la con fuerza y desenfreno, como drogado por fuerzas indescriptibles de placer que estimulaban cada parte de su ser. Un grito fuerte vino de Dolores, al verse despojada por completo de su ropa interior. Ahí, Harry se apartó, para contemplar con asombro, con total excitación esa rosada vulva. Su vulva tan húmeda y acuosa como melón putrefacto que se pone al sol en una tarde de verano. No puedes con todo esto!- dijo Dolores en un tono agresivo y retador, ahí expuesta de piernas abiertas frente a Harry, quien tomó eso como el más grande de los retos, esto no era una partida de Quidditch, esto era trabajo para un profesional como él. Sin pensarlo dos veces, ensartó sus cinco centímetros dentro de su maestra. Cinco centímetros que le hicieron sentir a Dolores placeres que ni los 24 centímetros de Severus no los casi treinta de Albus jamás le habían hecho sentir. La tomó entre sus brazos y la volvió su esclava sexual. Todo mientras Severus en el otro extremo de la cama veía con asombro mientras tocaba su propio cuerpo.
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