ID de la obra: 313

19 fotografías mágicas

Het
G
En progreso
3
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
¡Vote por el trabajo que más le guste! Puede votar una vez al día.
Promocionada! 0
Tamaño:
planificada Mini, escritos 93 páginas, 11 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
3 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Capítulo 5: Salud por eso

Ajustes de texto

Harry.

11 de agosto, 1998.

El caldero chorreante.

─ ¿Crees que esté enojada? ─ ¿Cómo voy a saberlo? ─ Es tu Hermana. ─ Es tu novia.

Ginny.

11 de agosto, 1998.

Casa de Astoria.

─ ¿Este vestido no se me verá muy ajustado? ─ Se te ve precioso. ─ Gracias, Tori. ¿Tú qué dices, Hermione? ─ ¿Ya le contarás a Harry? De pronto, la sonrisa se me borró del rostro. ─ Ya lo haré. ¿Entonces...? ─ Prolongarlo solo será peor. ─ Sí lo haré, ¿bien? ─ Lo estás ignorando. ─ ¡Hermione, este es perfecto para ti! ─ Interrumpió nuestra conversación Astoria, mostrando un vestido celeste, sin mangas y un escote en forma de V. Hermione pareció pensarlo demasiado antes de responder. ─ No, gracias, Tori. Prefiero ir con mi ropa. ─ Pero tu ropa es muy aburrida. ─ Te quedaría estupendo. ─ No... ─ Vamos, Hermione... ─ ¡Les he dicho que no! ─ Dijo levantando un poco la voz de manera decidida ─ Yo... Me tengo que ir. Ambas quedamos atónitas ante su reacción. ─ ¿Qué...? ─ Creo que necesita ordenar sus prioridades. ─ Comentó Astoria aún con la boca abierta. ─ ¿Por qué se habrá alterado tanto? ─ Hermione es alterada. ─ ¿Será por lo mío con Harry? ─ No lo sé, Ginny. Me quedé viendo por la entrada si Hermione volvía a aparecer y solo noté cómo se alejaba con pasos acelerados mientras se abrazaba a sí misma. Apreté los labios y aparté la mirada del vidrio. Sin duda algo le pasaba. ─ ¡Tengo un vestido rojo que te puede encantar! ─ Chilló emocionada. Astoria si había algo que le fascinaba era dos cosas: Coleccionar vestidos y la música clásica. Su cuarto lo dejaba ver muy bien. Gritaba su nombre por todos lados. Tenía un piano al lado de su puerta, fotos de diseñadores famosos, revistas y telas tiradas por todos lados. ─ Cariño, dejaste la puerta abierta y pensé en pasar... Draco quedó paralizado al verme sentada en el sofá de Astoria. ¡Ja! Ahí tienes, rubio oxigenado. ─ Amor, ven, pasa. Estábamos viendo qué ropa usar en el cumpleaños de Ginny. ─ ¿Cumpleaños? ─ ¿Por qué? ¿Me regalarás algo desde lo más profundo de tu corazón frío y malvado? ─ Vamos, Ginny, dale una oportunidad.

Harry.

─ ¿Qué habré hecho algo mal? ─ No sé, amigo. ─ Dijo, masticando un pedazo de pollo. ─ Pero, haz como yo, dale la razón en todo y verás que se calmarán las cosas. ─ No, no hagas eso. ─ Dijo la camarera entregándonos dos cervezas ─ No actúes como este idiota. Ron puso una mueca. ─ ¿Disculpa? ─ Espera, eres la novia de Neville, ¿no? ─ Hannah Abott, ella misma. Y tú debes ser el famoso Harry Potter. La historia de mi vida. ─ Lamento haberme entrometido. ─ Bueno, llegaste en el momento indicado. Mi amigo no me quiere ayudar... ─ ¡Es mi hermana! ─ Uh, la hermana ─ Silbó ─ Se ve que te encanta vivir desafíos, chico. ─ Ni que lo digas. ¿Me ayudas? ─ Si mi jefe me ve, me retaría. Pero acepto solo si pides algo para los tres. ─ Trato hecho.

Ginny.

─ Vaya, tu vida es todo un drama, Weasley. ─ Ni me lo digas. ─ Suspiré ─ ¿Sabes? Eres más divertido cuando no quieres que todos te laman el culo. ─ ¡Ginny! ─ Está bien. ¡Hasta se rio! Quién es este y qué le hicieron a Draco Malfoy. ─ Siempre supe que se parecían de alguna forma. Ambos giramos la cabeza al mismo tiempo, indignados. ─ Vamos lento, calma. ─ Lo que dijo la pelirroja.

Harry.

─ Y entonces desde ese día está actuando raro. ─ Creo que tiene serios problemas de comunicación ustedes dos, eh. ─ Te prometo que nunca ha sido así. Nos contamos todo. Solo que cuando se trata de sus miedos... ¿se bloquea? ¿será eso? ─ Quizás hay algún motivo por el cual no quiere decepcionarte. Al fin y al cabo, es difícil hablar sobre los miedos e inseguridades. Me quedé procesando en sus palabras hasta que Ron carraspeó su garganta. ─ Sí, ajá. ¿Y cuándo pensabas contarme que tenían planeado vivir juntos? ─ Umh. ─ Tragué saliva. ─ Yo... Este... pues decidido, decidido, así como decir que lo teníamos decidido, pues no. Sólo teníamos pensado que quizás, algún día, no sabemos cuando, podríamos... La rubia soltó una carcajada. ─ Su amistad es muy divertida. Uno está con la hermana y el otro con la mejor amiga. ¡Esto sí que está bueno! Ni para qué ver las comedias muggles, ¿no? ─ Esto es serio, comportemonos. ¿Qué me aconsejas?

Ginny.

─ ¡Feliz cumpleaños, mi niña! Mamá fue la primera en saludarme y darme un gran abrazo. Papá fue el siguiente. ─ Hija... ─ Tartamudeó con los ojos llorosos ─ No tienes idea de lo inmensamente felices que estamos por ti. Llenas mi corazón de orgullo. ─ Oh, no te pongas a llorar, papá. Cuando fue el turno de Harry no parecía tan feliz como los demás. ─ Gin, ¿dónde estabas? He planeado esto desde hace seis horas. ─ Lo lamento. Estaba con Tori y nos atrasamos. Pero esto es... increíble, Harry. Eres el mejor. ─ Eh, Weasley ─ Me llama Malfoy ─ No sabía que tenías un gato. No me quita la garras de encima. ¿Puedes llamarlo o... lo que sea para que me deje en paz? ─ ¿Malfoy? ─ Potter. ─ ¿Malfoy? ─ Potter. ─ Astoria. Ginny. Crookshanks. Qué bueno que todos estemos reunidos para un día tan especial, ¿no? ─ Tori, no ayudas. ─ Escucha, Potter. Solo he acompañado a mi novia. No busco problemas. ─ Anda con el cuento a otros. ─ Harry, vamos, es mi cumpleaños. Es hermoso lo que planeaste. No hay por qué arruinarlo, ¿si? ─ Voy a vomitar. ─ Dijo el rubio y Hermione le quitó a su gato mirándolo con asco. ─ En mi gato no, Malfoy. ─ Pues díselo a él. ─ Ginny, por las barbas de merlín, mi niña, ¡está tan grande! ─ Gritó con lo brazos abiertos mi tía Tessie. ─ ¡Y este debe ser tu novio! ─ Chilló, tirando a Harry del brazo ─. Debo de admitir que me lo imaginaba un poco más....Bueno, no importa. Me alegro que estés con mi pequeña curupira. Abrí los ojos rogando que se callara. ─ ¿Su pequeña qué, perdón? ─ Preguntó Harry saliéndole su tono burlón a la pregunta. Entrecerré los ojos advirtiendo que estaba jugando sucio. Ya no parecía molesto. ─ Son unas pequeñas bestias pelirrojas, del mismo color del cabello que mi peque. Cuando era bebé... ─ Suficiente, tía. Creo que nos están llamando por allá... ─ Oh no, creo que escuchaste mal, curupira. ─ Dijo Harry fingiendo estar confundido ─ Yo encantado de que me cuente más sobre Gin. Usted tiene toda mi atención. Pasado diez minutos la cara de Harry empezaba a deformarse. 《Brindis por la cumpleañera》gritaron los invitados. Esa fue nuestra señal para escapar. ─ Por un año más de vida de mi pequeña Ginny-Gin ─ Dijo papá elevando su copa. ─ Sin ella, la casa perdería su brillo. ─ Gracias, papá. Todos levantaron sus copas. Harry se acercó a mí para susurrarme en el oído ─ Fueron los diez minutos más eternos de mi vida. ─ Y cuando sentí su aliento caliente en mi cuello sabía que estaba riendo por lo bajo. ─ Nada de lamentos, me las vas a pagar. Harry se separó un poco dejándome ver con la poca luz que había, sus ojos verdes iluminados por la luna, su cabello desordenado y su gran sonrisa en el rostro. ─ Feliz vuelta al sol, preciosa. Me dirigí hacia la cocina en cuanto tuve la oportunidad de escapar de mi familia por unos segundos. ─ Y ahí está la cumpleañera del año. Me dio un escalofrío ─ algo que se estaba haciendo frecuente en mí ─ hasta que me di cuenta de quien era la voz. ─ George. ─ El inigualable. ─ Pensé que no... ─ ¿Que me perdería tu cumpleaños? Eso jamás. Corrí hacia sus brazos mientras me apretaba contra él. ─ Te quiero mucho, Georgie. ─ Y yo a ti, cabezona. ─ Dijo, dejándome que mis pies toquen el suelo. ─ ¿Y? ¿Cuándo ibas a contarme la noticia? Sonreí sin comprender. ─ ¿Qué noticia? ─ Que participarás en uno de los equipos más grandes del mundo. ¿Qué? ¿Pensabas ocultárselo a tu hermano favorito? ─ ¿Te aceptaron? Mi cuerpo se congeló completamente al oír la voz de Harry detrás mío. ─ ¿Por qué esa cara de espanto? ¡Esa es una genial noticia, Gin! Justo en tu cumpleaños. ─ Se lanzó a abrazarme ─ ¡Esto es asombroso! Es lo que siempre habías soñado. ─ Yo... ─ Esto es incómodo. Mejor los dejo. Cuando George salió por la puerta sabía que esto no terminaría bien. ─ Oye, en serio Gin, ¿por qué no te ves feliz? ─ Yo... ¿sabes lo que implica que te acepten en un equipo de quidditch? ─ Diría que es de las mejores cosas del mundo, pero por la expresión de tu cara creo que me estoy perdiendo de algo. ─ Harry quería contártelo hace tiempo, pero... ─ ¿Qué cosa? espera, ¿ya lo sabías? ¿por qué no me contaste? ─ Harry, si yo tomo esta oportunidad... Eso implicaría irme durante dos años de aquí a... Gales. ─ Pero eso queda a horas de aquí. ─ Sí... ─ ¿Hace cuánto sabes esto? ─ No más de una semana, pero... ─ ¿Una semana? ─ No encontraba el momento... ─ ¿En una semana no encontraste el momento? Mi corazón se apretujo. Estaba molesto. Y con justa razón. ─ Yo... tenía miedo. Ya estuve mucho tiempo alejada de ti y... ─ Ginny, cariño, ¿por qué tardan tanto? ─ Preguntó mamá desde la puerta ─ Los invitados te esperan. Es hora de cantarte el cumpleaños. Yo solo miraba a Harry. Pero él ya no me miraba a mí. No miraba a nadie ni a nada en específico. Tenía la mirada perdida. ¿Qué estaba pasando por su cabeza en ese momento? ─ Mamá sólo... ─ Nada de peros. Te quiero aquí afuera ahora mismo. ─ Harry... Harry salió. Lo intenté seguir pero mamá nos dejó a los dos sentados. Las voces de los demás mientras cantaban eran como un eco. ─ ¡Pide los deseos, Ginny! Sentía como todas las miradas estaban encima de mí. De pronto, ya no me sentía cómoda, era como si estuviera en un ambiente sofocante y todo daba vueltas a mi alrededor. Deseos. ¿Qué se desea en un momento así? Mi cabeza no da para eso. Ginny, céntrate. Lo tengo. Cuando soplé las velas esperé que terminaran de aplaudir para dirigirme hacia Harry. ─ ¡Otro brindis por la cumplañera! Si quiera sabía quién lo había iniciado, pero ahora todos estaban elevando sus copas. ─ Harry, habla conmigo, por favor. ─ Oigan, creo que no es el mejor momento para que discutan. ─ Murmuró George, fingiendo que le sonreía a los demás. ─ ¿Y a mi qué? ─ Qué sincera. ─ Sinceridad. ─ Habló por fin Harry, pero en un tono poco común en él. Es más, jamás lo había usado conmigo. Uno más frío y distante. ─ Interesante palabra, ¿no crees, Ginny? ─ ¿Ahora sí me hablas, no? ─ Chicos... ─ Les llamó la atención Hermione, que fue ignorada. ─ ¿En serio? ¿Eres tú la que debe estar molesta aquí? ─ Si tan sólo me dejaras explicarte... ─ ¿Qué? ¿Qué me ibas a explicar, Ginny? ¿Que simplemente decidirías irte sin siquiera contarme? ¿Cuándo lo harías? ¿Mediante una carta estando allá? ─ ¿Irte? ¿A dónde, cariño? ─ Escuché mamá de fondo. ─ ¿Ya has decidido lo que yo quiero? ─ ¿Me estás diciendo que no escucho lo que tú quieres? ─ ¡No! ¡Solo digo que no todo sale como uno lo planea! ─ ¿Cuándo pensabas decírmelo entonces? ─ Pronto. Yo... ─ ¿Cuándo? ¿Cuando terminaras tu último año y me mandaras una lechuza terminando conmigo? ─ ¿Terminar? ─ Chicos... ─ O mejor nunca me lo decías. ¿No? Como te encanta ocultar todo. ─ ¿Ocultar todo? ¿Te estás escuchando? ─ Es que eso parece que haces. Todo el tiempo. ¿De qué sirve esto que te planee? ¿Si quiera te importa? ─ Claro que... ─ Sí, te importa tanto como el hecho de contarme que te irías. Tanto como... ─ ¡Suficiente! ─ Gritó mamá dando un fuerte golpe a la mesa, asustándonos a ambos. ─. Te quiero fuera, Harry. Ahora. Ninguno se esperaba eso de mamá. Harry quedó boquiabierto por un segundo hasta que por fin se levantó de la mesa. ─ Siempre pensé que las rupturas amorosas eran más trágicas. Pero esto sin duda es mejor. ─ Comentó Draco por lo bajo. Noté que Astoria lo regañaba mientras este se llevaba una copa a su boca. ─ Lamento el alboroto, señora Weasley. ─ Fue lo único que se atrevió decir Harry sin volver a mirarme ─ Ya me voy. ─ Harry. ─ Solté apunto de levantarme e ir tras él. ─ Siéntate, Ginevra. Fue suficiente por hoy.
3 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)