Manual de Relaciones y Otras Maldiciones - Dramione

Narrado por Hermione Granger Nos reencontramos después del colegio en una app de citas. Sí, yo, Hermione Granger, desesperada en una aplicación. ¡Pero era una app mágica, eso cuenta como elegante! O eso me repetía a mí misma entre hechizos de autoamor y vino de cereza. Desde el primer mensaje… intensidad. Y no del tipo “me encantas, quiero conocerte”, sino del tipo “voy a ir a conocer a tus padres en cinco minutos”. Y lo hizo. El mismo día que le dije para vernos, vino a mi casa. Conoció a mis padres. Se llevó bien con ellos. Y no, no lo hizo con miedo ni dudas. Lo hizo con esa seguridad de quien cree que ya está en el álbum familiar. Al día siguiente conocí a su familia. A la semana… íbamos juntos a un matrimonio. Narrador: Hermione no sabía si estaba en una relación o en una telenovela colombiana. Nos veíamos todos los días. Hablábamos del futuro. Él quería mudarse cerca a mi casa. Tenía planes. Tenía una sonrisa adorable. Tenía una agenda de bruja emocionalmente colapsante. Yo estaba nerviosa. Pero también ilusionada. Una parte de mí quería una relación real. Con desayuno en la cama y problemas de verdad. No otra historia inconclusa. No otro Draco de edición limitada. Y entonces… como un fósforo mojado por la lluvia… se apagó. Ese día nos íbamos a ver. Yo me iba a alistar. Primero ducha, luego crema, de ahí perfume… Estaba feliz. Quería verlo. Y justo ahí, mientras el agua caía y yo cantaba algo sexy con voz de ardilla ronca, me llegó el mensaje. “Hermi, creo que esto no está funcionando. No eres tú, soy yo. Siento que he ido muy rápido y hay algo que no me termina de gustar…” Narrador: Traducción libre: “me asusté porque no soy emocionalmente apto para alguien que vale la pena.” ¿Y saben qué fue lo peor? Intentó insinuar que yo… ¡YO! Hermione “reina de los orgasmos consensuados” Granger, no era buena en eso. ESO. Como si no tuviera historial de “repeticiones” y hasta cartas de recomendación. Así terminó conmigo. Por mensaje. Mientras me bañaba. Y las gotas de agua ocultaban mis lágrimas… de EGO herido. Porque no, no estaba enamorada. Pero ¿cómo me va a dejar un tipo que conoció a mis papás en la primera cita y al tercero ya hablaba de mudarse? Eso debería ser ilegal.