ID de la obra: 315

Manual de Relaciones y Otras Maldiciones - Dramione

Het
R
Finalizada
1
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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Emparejamientos y personajes:
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52 páginas, 20 capítulos
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Capítulo 14 - Barty Crouch Jr., los masajes, la snitch y los complejos de altura

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Narrado por Hermione Granger Yo tenía 33. Él tenía 44. Y eso, señores, sonaba hermoso. Adulto, maduro, jugador profesional de Quidditch… Una mezcla de experiencia, misterio y esos ojos grises que… Narrador: Que te recordaban a alguien. A alguien rubio. A alguien que no sale de tu cabeza, Hermione. Merlín, ¡ya basta! Barty Crouch Jr., reformado, silencioso, y aparentemente alérgico al uso del espejo para chatear. Lo conocí en un partido. Fui con Ginny. Y no, no me llamaba tanto la atención el Quidditch, pero a veces hay que apoyar el deporte nacional… y al porte físico de algunos jugadores. Cosas de patriotismo. Era un poco más alto que yo. Pero solo un poco. Yo no podía ponerme tacones. ¡TACONES! ¿A qué hemos llegado como sociedad? Mi madre, sabia y llena de comentarios pasivo-agresivos, me dijo una vez: “Si sales con un hombre bajito, tus hijos parecerán elfos domésticos.” Narrador: No mentía. Lo peor es que no mentía. Pero entonces Barty aparecía. Después de días de silencio, sin mensajes, sin lechuzas, sin espejos… Y cuando lo hacía, todo valía la pena. Los mejores masajes del mundo. Literal. Magia en los dedos. Y luego… todo se ponía hot. Intensamente hot. Como si la falta de comunicación viniera con beneficios corporales especiales. Pero claro… de qué sirve salir con un ex jugador de Quidditch si no me deseaba como a la snitch dorada. Yo quiero ser perseguida, volada, atrapada a 300 pies de altura si es necesario. Y Barty… Barty aparecía y desaparecía como si fuéramos un side quest sin relevancia. Un día simplemente dejé de responderle. Sin drama. Sin lágrimas. Sin duelo. Él no escribió más. Yo no lo extrañé. Y mi mamá… feliz. Porque yo por fin podía volver a usar tacones y ella podía pensar en nietos de estatura media.
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