ID de la obra: 339

Solo quería vivir

Slash
NC-17
En progreso
1
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Midi, escritos 8 páginas, 2 capítulos
Descripción:
Dedicatoria:
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OUVERTURE

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Notas:
En el restaurante hay silencio. Las mesas vacías se reflejan en el brillo del barniz. Detrás del cristal, fluye el río — oscuro, denso, espeso. Como la sangre de la que nadie se lava. En la porcelana blanca — filete de rape, decorado con gotas de salsa. Un monstruo convertido en delicadeza. Ya frío. Nadie lo ha tocado. El hombre bebe agua. Sin prisa. La mujer sostiene una copa de vino tinto — dedos finos como cuerdas. En el anular, un anillo con granate, casi color de sangre. Cuando toca el tallo de la copa, la piedra atrapa la luz. Y destella. Como si advirtiera. Ella se sienta con la espalda recta, los tobillos cruzados, la postura exacta hasta el milímetro. Una mujer que se entrenó décadas para no tropezar. No mira a su interlocutor. Su voz — plana. — Sigues sin hablar. Él responde casi al instante, sin levantar la mirada, sin cambiar el gesto, apenas desviado: — Y tú, con la misma prisa. La voz — redonda, suave, con arrastre del sur de Francia. Pero dentro — metal. Apenas audible. — El pescado se toma mientras está caliente. Pierdes el segundo — y ya es cadáver. No plato. Sonríe sin maldad, haciendo girar una servilleta arrugada entre los dedos. Hay algo cortés, pero fuera de lugar, en su manera. — No me molesta — dice. — A su modo, es interesante. — Por ahora. No te molesta por ahora. No es lo mismo. — Trabaja. — Es demasiado... visible. Sólo cuestión de tiempo hasta que... La tarde, tras el vidrio, se estira como cristal fundido. — Es su estilo. — Es su error. (bebe — despacio, como sopesando algo) — No entiende dónde está. Cree que el teatro es escena. Que todos sirven al arte. (inhala corto) Pero la escena — es vitrina. Y todo detrás, vendido hace tiempo. — Lo eligieron porque necesitaban un símbolo. Oriente. Sabor punzante. — Lo eligieron porque creyeron que ardería. (pausa) Pero empezó a ganar tiempo. — ¿Es su espectáculo? — Aún lo discuten. Pero si le dan el Orfeo... (las manos del hombre se detienen) La servilleta — casi rasgada. — Diré que estás listo para marzo. O abril. — Con una condición. Él no pregunta cuál. Sólo la mira. Ella continúa: — ¿Quieres verlo quemarse? — Quiero que estés ahí, cuando empiece. Y que caiga. En silencio. — Todos se queman. La pregunta es quién está cerca cuando pasa. Ella levanta la copa. El vino — espeso, casi negro. Detrás del cristal — París. Cómplice en silencio.
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