ID de la obra: 341

Un harry diferente

Het
R
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El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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planificada Midi, escritos 192 páginas, 19 capítulos
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Capítulo 16. La cámara de los secretos.

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Capítulo 16: La cámara de los secretos. La caída por el túnel fue larga y resbaladiza, pero no del todo violenta. Mike sintió cómo el aire se volvía más húmedo y denso a medida que descendía, hasta que sus pies tocaron tierra. El suelo era de piedra rugosa y helada. La luz era escasa, y solo el resplandor verdoso de unas esporas suspendidas en las paredes permitía distinguir formas. Sacó su varita y susurró: —Lumos. La tenue luz iluminó el pasillo frente a él. Estaba solo. Neville y Ron, aún bajo la capa de invisibilidad, no hacían ruido. Como debía ser. Avanzó en silencio. Las paredes estaban cubiertas de moho y raíces colgantes. El aire olía a humedad antigua, como si cada rincón hubiera permanecido sellado por siglos. Ecos lejanos se deslizaban por el túnel: gotas cayendo, un susurro que quizá no era más que viento... o algo más. El pasillo desembocaba en una sala amplia, con estatuas erosionadas de serpientes gigantes talladas en los pilares. Al fondo, una gran puerta de piedra, grabada con runas y serpientes entrelazadas, lo esperaba. Mike inspiró hondo. Sabía que más allá no solo encontraría al basilisco, sino también al poseído. Y entonces, alzó la voz en pársel: —Ábrete. Las serpientes de la puerta se movieron, deslizándose lentamente hasta desbloquear el mecanismo. La piedra se abrió con un estruendo seco. Del otro lado, la oscuridad era total. Y en su interior, algo lo esperaba. ………. El aire se volvió más frío y denso mientras avanzaban por los túneles serpenteantes que conducían a la Cámara de los Secretos. Las paredes, cubiertas de musgo y humedad, parecían cerrarse a su paso. Mike llevaba entre los brazos la jaula con el gallo, protegida bajo un hechizo silenciador. Cada tanto, el ave se agitaba, inquieta por la energía que se acumulaba en el aire. Neville caminaba a su lado, con la capa de invisibilidad doblada bajo el brazo, listo para desaparecer al menor aviso. Ron cerraba la marcha, varita en mano —rota, pero aún capaz de lanzar algún hechizo menor si era necesario—, con el ceño apretado y sin una pizca de duda en su andar. —Recuerden el plan —susurró Mike, su voz apenas un aliento entre el eco del túnel—. Neville se oculta, yo distraigo al heredero, y cuando dé la señal... No terminó la frase. Un sonido seco, como el engranaje de una cerradura antigua activándose, estalló por todo el pasadizo. Luego vinieron otros, en rápida sucesión: clic, clic, clic, cada uno más cerca. Después, un rugido sordo —no animal, sino estructural— hizo vibrar las paredes. Mike apenas tuvo tiempo de reaccionar. —¡Trampa! —gritó, pero fue Ron quien empujó a ambos hacia adelante. El techo detrás de ellos se agrietó con un crujido agónico y luego se vino abajo en una lluvia de piedras y polvo. Una nube densa se alzó entre los gritos. Cuando se disipó lo suficiente para ver, Mike y Neville estaban jadeando al otro lado del derrumbe... y Ron no. —¡Ron! —gritó Mike, acercándose a los escombros. —¡Estoy bien! —respondió la voz de Ron al otro lado, amortiguada por las piedras—. ¡Sólo quedé atrapado! ¡Busquen otra salida, yo intentaré despejar este lado! Mike apretó los dientes, la mandíbula tensa por la impotencia. Neville estaba pálido, pero firme. No podían perder tiempo. Susan estaba en algún lugar al fondo de esa oscuridad, y cada segundo contaba. —No podemos retroceder —dijo Neville, con voz baja pero decidida. Mike asintió. Ajustó su agarre en la jaula del gallo y, sin mirar atrás, murmuró: —Vamos. Y los dos siguieron adelante, hacia la oscuridad más antigua del castillo… donde los esperaba alguien que ya sabía que vendrían. …….. El túnel se hizo más ancho a medida que avanzaban, las paredes cambiando de piedra rugosa a mármol pulido grabado con serpientes que parecían moverse a la luz de sus varitas. El aire se espesó, cargado de una magia antigua y malévola que les erizaba la piel. "¿Sientes eso?" susurró Neville, su voz apenas audible. Mike asintió. Era como si el lugar mismo estuviera vivo, observándolos, juzgándolos. Las serpientes talladas en las paredes parecían seguir sus movimientos con ojos de piedra. Finalmente, el túnel se abrió a una cámara tan vasta que sus varitas apenas iluminaban las paredes opuestas. La Cámara de los Secretos se extendía ante ellos como una catedral siniestra construida para adorar a la oscuridad. Columnas masivas talladas con serpientes entrelazadas se alzaban hacia las sombras, desapareciendo en la penumbra del techo invisible. El suelo de mármol verde brillaba con un lustre enfermizo, reflejando la luz de sus varitas como agua estancada. Al fondo de la cámara, una gigantesca cabeza de piedra dominaba el espacio: Salazar Slytherin en toda su gloria siniestra. Sus ojos de esmeralda parecían penetrar directamente en sus almas, y su boca entreabierta sugería secretos terribles esperando ser liberados. "Bueno," murmuró Mike, tratando de aliviar la tensión mientras avanzaban cautelosamente, "tengo que admitir que es bastante impresionante. Aunque me pregunto... ¿por qué un sangre pura tan tradicional como Salazar pondría su cámara secreta precisamente en los baños de las niñas? ¿Acaso tenía un sentido del humor muy retorcido?" Neville soltó una risa nerviosa que se perdió en la inmensidad de la cámara. "Quizás pensó que nadie lo buscaría ahí." Pero toda ironía se desvaneció cuando vieron la escena en el centro de la cámara. Susan Bones yacía inmóvil sobre el mármol frío, pálida como la muerte, con el diario negro abierto a su lado. Su respiración era tan débil que apenas se percibía, y su piel tenía un tinte grisáceo que no presagiaba nada bueno. Y junto a ella, más sólido que nunca, estaba Tom Marvolo Riddle. "Ah, por fin," dijo Tom con una sonrisa fría, su forma ya casi completamente corpórea. "Harry Potter. El niño que vivió." Mike se tensó. Neville, aprovechando la distracción, se deslizó silenciosamente la capa de invisibilidad y desapareció de la vista. "Sorprendido de encontrarme aquí?" Tom rió suavemente. "Supongo que esperabas encontrar solo un recuerdo débil. Pero con cada minuto que pasa, absorbo más vida de la pequeña Susan." Mike tragó saliva, pero mantuvo la compostura. "¿Qué quieres de mí, Riddle?" "¡Riddle!" Los ojos de Tom se encendieron con furia por un momento, antes de recuperar su compostura. "Lord Voldemort es mi nombre ahora, Harry. Mike fingió sorpresa mientras seguía ganando tiempo. "Imposible. Voldemort está muerto." "¿Muerto?" Tom rió con amargura. He sobrepasado las leyes de este mundo muchacho, un pequeño inconveniente como la muerte no detendrá por mucho tiempo al mago mas poderoso de todos los tiempos. Pronto la pequeña Susan me ayudara a regresar, me está devolviendo la vida con cada respiración que toma." Tom alzó su varita y comenzó a trazar letras luminosas en el aire. "¿Sabes quién soy realmente, Harry Potter?" Las letras brillaron: TOM MARVOLO RIDDLE. Con otro movimiento de la varita, las letras comenzaron a reorganizarse, flotando y cambiando de posición hasta formar: YO SOY LORD VOLDEMORT. "Impresionante, ¿no? Tom Marvolo Riddle no era más que el nombre de un huérfano patético. Pero Lord Voldemort... Lord Voldemort es inmortal". Sin embargo, hay algo que aun no puedo entender, Y lo que quiero... es saber cómo un simple bebé mestizó logró destruir al mago más poderoso de todos los tiempos." Tom comenzó a caminar en círculos alrededor de Susan, estudiando a Mike con la intensidad de un depredador. "He estado reviviendo esa noche una y otra vez durante los últimos 12 años. Tu madre murió protegiéndote... algo sobre amor, sacrificio... tonterías, debe haber más. ¿Cómo lo hiciste?" Mike se las arregló para mantener a Tom hablando, alejándolo gradualmente de Susan. "No lo recuerdo. Solo sé que tú fallaste." "¡Exactamente!" Los ojos de Tom brillaron. "Fallé entonces, pero no fallaré ahora. Pronto seré real nuevamente, y esta vez no habrá protecciones maternales que me detengan." Desde su posición oculta, Neville se movió silenciosamente hacia Susan, preparándose para el momento adecuado. "Debe ser frustrante," continuó Mike, viendo que Tom disfrutaba de su monólogo, "tener que depender de una niña de doce años para regresar." La expresión de Tom se oscureció peligrosamente. ¡Suficiente! espetó con un destello de rabia en los ojos. He perdido demasiado tiempo contigo.Su voz se volvió más profunda, más contenida, como si cada palabra llevara un filo invisible. Mi paciencia se ha agotado, Harry.Dio un paso hacia la gigantesca estatua de piedra al fondo de la cámara, el eco de sus pasos rebotando como advertencias en las paredes húmedas. Es hora de que conozcas... a mi mascota. Entonces, alzó la varita como si fuera un cetro, y con una mezcla de reverencia y desafío, proclamó: ¡Háblame, Slytherin... el más grande de los cuatro de Hogwarts!Su voz resonó en la cámara como una sentencia. Acto seguido, murmuró en pársel, con un siseo profundo y gutural que no parecía humano: Ssshalithor… horthi Slytherin... ekasss naash...! Su grito en pársel resonó por toda la cámara, llamando al basilisco. La boca de la estatua se estremeció. Lentamente, como si respondiera a un llamado antiguo, se abrió con un crujido pétreo. Y de la oscuridad surgieron dos ojos del tamaño de escudos, brillando con un verde enfermizo. El basilisco había despertado. Fue en ese momento cuando Neville salió de debajo de la capa de invisibilidad, sosteniendo el gallo en alto. Tom se quedó inmóvil por un momento, genuinamente sorprendido. "¿Un segundo niño? ¿Y qué es...?" Sus ojos se posaron en el gallo y su expresión cambió a una de deleite malicioso. "¡Oh, qué ingenioso! ¡Un gallo! ¿En serio pensaste que no sabría sobre la única criatura capaz de matar a mi basilisco?" Mike sintió que se le helaba la sangre. "Bravo, realmente bravo," Tom aplaudió lentamente. "Durante mi estancia en esta institución tuve el tiempo suficiente para prepararme para cada contingencia. ¿Creían que un simple gallo sería mi perdición?" Con un movimiento de su varita, Mike sintió como el hechizo silenciador se rompía y el gallo comenzó a agitar las alas frenéticamente, abriendo el pico... pero no emitió sonido alguno. "Un pequeño encantamiento preventivo," explicó Tom con desdén. "Cualquier gallo que entre en estas cámaras queda mudo instantáneamente. Debo felicitarlos por conocer las debilidades de mi mascota, pero también debo decir que esperaba algo más... elaborado... del niño que derrotó al Señor Tenebroso." La desesperación comenzó a apoderarse de Mike, pero Tom no había terminado. "Pero no los mataré todavía. Primero..." Tom sonrió con crueldad, "quiero ver qué tan bien han estado entrenando. He oído rumores de que Flitwick los ha estado preparando especialmente." Tom alzó las manos y pronunció una serie de palabras en pársel. Las enormes estatuas que flanqueaban la cámara comenzaron a moverse: guerreros de piedra tallados en las columnas cobraron vida, sus ojos brillando con una luz siniestra. Portaban espadas de mármol, arcos y lanzas, todos dirigiéndose hacia Mike y Neville. Al mismo tiempo, desde las profundidades de la cámara, emergió un silbido que helaba la sangre. El basilisco se deslizó hacia la luz, sus escamas brillando como joyas mortales en la penumbra. Pero no atacó. Se enrolló alrededor del perímetro de la cámara como un espectador en un coliseo romano, sus ojos amarillos brillando con hambre contenida. "¡Cierra los ojos!" gritó Mike a Neville, quien ya estaba esquivando el primer ataque de una estatua con lanza. La batalla era surrealista. Mike y Neville luchaban contra enemigos de piedra sin poder abrir los ojos completamente, confiando únicamente en sus sentidos mejorados por meses de entrenamiento con Flitwick. Sus oídos captaban cada movimiento, cada paso de piedra contra mármol, cada silbido del viento a través de las armas de las estatuas. No todo salía perfecto. El puño de piedra de una estatua conectó con el hombro de Mike, enviándolo rodando por el suelo. Cualquier otro niño de doce años habría tenido el hombro dislocado, pero Mike se levantó rápidamente, sintiendo solo un dolor sordo. Sus huesos reforzados habían resistido el impacto que debería haberlo dejado fuera de combate. "¡Expelliarmus!" gritó Mike hacia donde había escuchado el sonido de una espada. La estatua perdió su arma, pero inmediatamente tuvo que rodar para evitar su puño de piedra. Una flecha de mármol rozó el brazo de Neville, dejando un corte sangrante, pero él apenas hizo una mueca. Su metabolismo acelerado ya estaba comenzando bombear adrenalina impidiendo que sintiera algún dolor por el momento. "¡Flipendo!" Neville envió una estatua volando hacia atrás. "¡Diffindo!" Su hechizo cortante partió la pierna de otra estatua, haciéndola caer. Una maza de piedra golpeó a Mike en las costillas, lanzándolo contra una columna. Se levantó escupiendo sangre, jadeando pero sin costillas rotas. Sus compañeros de Hogwarts habrían estado en el suelo, debia recordar agradece a Augusta si sobrevivía a esto. Las estatuas eran implacables, pero los chicos habían aprendido a trabajar en equipo. A pesar de los golpes que recibían, su resistencia incrementada les permitía continuar luchando cuando otros niños ya habrían colapsado. Sus cuerpos procesaban el oxígeno más eficientemente, manteniendo su coordinación y velocidad incluso después de varios impactos. Una espada de mármol cortó superficialmente la espalda de Neville, pero él gritó: "¡Incendio!" sin siquiera detenerse, y las llamas rodearon a una estatua, no dañándola pero sí iluminando temporalmente su posición para Mike. "¡Depulso!" Neville empujó mágicamente una estatua arquero justo cuando disparaba, desviando su flecha. "¡Carpe Retractum!" gritó Mike, y el hechizo de cadena se extendió como un látigo, enredándose alrededor de la pierna de una estatua y haciéndola tropezar. "¡Diffindo!" aprovechó para cortar la cadena de piedra que la mantenía unida. Neville siguió el ejemplo. "¡Carpe Retractum!" Su cadena se enredó alrededor del brazo de una estatua con espada. "¡Flipendo!" La combinación la hizo girar violentamente y chocar contra otra. Los hechizos se combinaban letalmente. "¡Expelliarmus! ¡Flipendo! ¡Diffindo!" gritaban alternadamente, desarmar, empujar y cortar se volvió su táctica principal. "¡Neville, gigante a las tres!" Mike lanzó un "¡Depulso!" masivo para empujar a Neville fuera del alcance de una maza que se estrelló contra el suelo donde había estado. Aun así, la onda de choque del impacto lanzó a Neville rodando, pero se incorporó inmediatamente, apenas mareado por lo que debería haberlo dejado inconsciente. "¡Lumus Maxima!" gritó Neville, cegando momentáneamente a las estatuas. Mike aprovechó: "¡Carpe Retractum múltiple!" enredando a tres estatuas a la vez, seguido de un "¡Flipendo!" que las hizo chocar entre sí en una explosión de fragmentos de mármol. La danza mortal continuó hasta que la última estatua cayó hecha pedazos. Mike y Neville jadeaban, cubiertos de polvo de piedra, sangre y moretones. Sus hechizos de cadena habían demostrado ser increíblemente versátiles: armas, herramientas de rescate, y medios de control del campo de batalla, con razón eran el hechizo favorito de su pequeño instructor. Tom aplaudió lentamente. "Impresionante. Realmente impresionante. Flitwick los ha entrenado bien." Su expresión se volvió calculadora. "Únanse a mí. Con sus habilidades y mi poder, seríamos imparables. Podríamos cambiar el mundo mágico, liberar a los magos de sus ataduras, gobernar sobre los muggles como es nuestro derecho, podrán obtener lo que siempre han deseado." Mike y Neville se miraron. La respuesta fue unánime. Mike soltó una breve risa. No divertida, sino cansada. —¿Unirnos a ti? Vaya, Tom… y yo que creí que esto iba a ponerse serio. Neville levantó una ceja, sin soltar la varita. —Déjame adivinar: ¿luego nos das túnicas negras, un discurso sobre pureza de sangre y tu cara en monedas? Mike lo miró, asintiendo con fingida consideración. —Claro. Y después conquistamos el mundo, quemamos bibliotecas y nos ponemos nombres ridículos. ¿Qué te parece, Lord Mandrágora? Tom no se inmutó, pero sus ojos se oscurecieron. Neville dio un paso adelante. —No necesitamos tu poder. Ya hemos enfrentado cosas peores que promesas vacías. Mike clavó la mirada en él. —Y si crees que nos vas a comprar con tus migajas de grandeza... entonces no entiendes nada. La sonrisa de Tom se desvaneció completamente. "Entonces mueran como héroes estúpidos." Su grito en pársel resonó por toda la cámara. El basilisco se desenrolló con un silbido ensordecedor, su cabeza masiva balanceándose mientras se preparaba para atacar. Esta vez, no habría juegos. Justo cuando la serpiente gigante se lanzó hacia los chicos, un destello dorado descendió del techo de la cámara. Kael, el fénix que habían rescatado hace unos meses, se abalanzó sobre la cabeza del basilisco con un grito de guerra que hizo eco en toda la cámara. Las garras del fénix encontraron los ojos amarillos del basilisco. Chispas doradas volaron mientras Kael cegaba a la bestia. El basilisco rugió de dolor y furia, su cabeza sacudiéndose violentamente tratando de deshacerse del fénix. En ese momento decisivo, el sombrero seleccionador que Mike había traído consigo se agitó, y de su interior emergió algo que brillaba como plata líquida: la espada de Gryffindor. Mike la empuñó, sintiendo inmediatamente el peso de siglos de historia y valor en sus manos. La espada parecía vibrar con poder, como si reconociera la gravedad del momento. "¡Neville! ¡Ve por Susan y el diario!" gritó Mike mientras esquivaba por centímetros la cabeza de la serpiente. El combate era brutal y masivo. La serpiente era gigantesca - su cuerpo se extendía por toda la longitud de la cámara, grueso como el tronco de un roble centenario. Cuando se alzaba, su cabeza llegaba casi hasta las columnas más altas. Era como luchar contra un tren viviente y letal. Mike no podía quedarse quieto ni un segundo. Corría de columna en columna, usando los pilares masivos como escudos mientras el basilisco embistía con fuerza suficiente para agrietarlos. Pedazos de mármol volaban por el aire cuando la cabeza de la serpiente se estrellaba contra la piedra. "¡Diffindo!" gritó Mike, cortando una sección de la cola que intentaba aplastarlo. La espada dejó un tajo, pero la piel era increíblemente gruesa. El basilisco giró con una velocidad sorprendente para su tamaño, barriendo con su cola masiva. Mike saltó, pero la cola lo rozó, enviándolo rodando varios metros. Se levantó escupiendo polvo y sangre, sintiendo como sus costillas protestaban. Su cuerpo mejorado había evitado fracturas, pero el dolor era real. "¡Carpe Retractum!" Mike lanzó su cadena hacia una columna distante, balanceándose fuera del alcance de los colmillos que se estrellaron contra el suelo donde había estado parado. El basilisco lo siguió, su cuerpo serpenteando entre las columnas como una pesadilla viviente. Mike tuvo que saltar de columna en columna, usando hechizos de cadena para mantenerse en movimiento. "¡Stupefy!" gritó hacia la cabeza de la serpiente. El hechizo rebotó inútilmente contra las escamas. Desde el otro lado de la cámara, Neville había llegado hasta Susan. "¡Mike! ¡Está casi transparente! ¡Tom se está volviendo más sólido!" El basilisco, frustrado por no poder atrapar a Mike, se alzó hasta su altura completa - treinta metros de serpiente furiosa. Su cabeza rozaba las sombras del techo invisible. Desde esa altura, se lanzó hacia abajo como un ariete viviente. Mike rodó desesperadamente, sintiendo como el impacto sacudía toda la cámara. Grietas se extendieron por el suelo de mármol. Un fragmento de piedra le cortó la mejilla, pero siguió moviéndose. "¡Depulso!" Mike empujó mágicamente escombros hacia los ojos ya dañados del basilisco, distrayéndolo momentáneamente. La serpiente barrió con su cola, derribando una columna menor. Mike saltó sobre los escombros, usando "¡Carpe Retractum!" para columpiarse hacia el lomo de la bestia. Logró aterrizar sobre las escamas del basilisco, hundir parcialmente la espada entre ellas. La serpiente se retorció violentamente, tratando de sacudírselo. Mike se aferró con una mano mientras usaba la otra para lanzar hechizos cortantes. "¡Diffindo! ¡Diffindo! ¡Diffindo!" Cada hechizo profundizaba los cortes, pero la serpiente era masiva. Era como tratar de matar a un dragón con un cuchillo. El basilisco se estrelló contra una columna, tratando de aplastarlo. Mike saltó en el último segundo, usando "¡Carpe Retractum!" para alejarse, pero la cola de la serpiente lo golpeó en pleno vuelo. El impacto lo envió estrellándose contra una pared. Mike se deslizó hacia abajo, tosiendo sangre. Esta vez, el dolor era intenso - sus costillas protestaban con cada respiración, y sentía un sabor metálico en la boca. Su cuerpo mejorado había evitado daños más graves, pero estaba alcanzando sus límites. "¡Mike!" gritó Neville desde la distancia. "¡El diario! ¡Necesito algo para destruirlo!" El basilisco se acercaba, arrastrándose por el suelo, sus colmillos goteando veneno. Mike se incorporó trabajosamente, la espada pesada en sus manos. "¡Los colmillos!" gritó Mike, esquivando otro ataque. "¡Usa los colmillos del basilisco!" La serpiente se alzó nuevamente, preparándose para un ataque final. Mike estaba agotado, magullado y sangrando. Ya no podía esquivar con la misma agilidad. "¡Neville!" gritó. "¡El hechizo de cadena! ¡Como con Flitwick!" Neville entendió inmediatamente. "¡Carpe Retractum!" El hechizo de cadena de Neville se extendió por toda la cámara, agarrando a Mike por la cintura. Mike mantuvo su propia cadena conectada al basilisco, específicamente alrededor de su mandíbula inferior. "¡Diffindo Maxima!" gritó Mike con todas sus fuerzas, dirigiendo el hechizo cortante más poderoso que pudo reunir hacia los músculos de la mandíbula del basilisco. El hechizo cortó profundamente, haciendo que la serpiente abriera su boca de par en par por el dolor y la pérdida de control muscular. Con toda su fuerza mágica combinada, Neville lanzó a Mike hacia arriba, usando la cadena del basilisco como impulso adicional. Mike voló por el aire, la espada de Gryffindor brillando con luz propia, directamente hacia la boca abierta del basilisco. "¡Diffindo!" gritó Mike mientras volaba, cortando el interior de la boca de la serpiente. Luego, con precisión mortal, hundió la espada de Gryffindor profundamente en el paladar del basilisco, atravesando su cerebro. Pero el basilisco, en su agonía final, cerró sus mandíbulas instintivamente. Uno de sus colmillos se hundió en el brazo de Mike antes de que pudiera escapar completamente. El veneno del basilisco era como fuego líquido corriendo por sus venas. Mike gritó de dolor, cayendo del basilisco mientras la bestia se convulsionaba una vez y luego se desplomaba como una montaña de carne y escamas. Mike rodó por el suelo, su brazo ardiendo, el veneno extendiéndose lentamente. Incluso su metabolismo mejorado no podía contrarrestar completamente el veneno más letal del mundo mágico. "¡Mike!" Neville corrió hacia él, pero fue Kael quien llegó primero. El fénix se posó junto a Mike y lágrimas doradas cayeron sobre la herida del colmillo. El dolor se desvaneció gradualmente mientras las lágrimas de fénix neutralizaban el veneno. "¡Como Flitwick nos enseñó!" gritó Neville, pero su voz tenía un tinte de preocupación. Mike se incorporó trabajosamente, aún débil por el veneno, pero vivo. "Neville... el colmillo... úsalo en el diario." Neville arrancó el colmillo que había herido a Mike del suelo donde había caído. Era tan largo como una daga y goteaba veneno mortal. Pero Tom Riddle no había terminado. Su forma, más sólida que nunca gracias a la vida que había drenado durante toda la batalla, se alzó amenazadoramente. "¡¿Cómo es posible?!" gritó Tom, su rostro contorsionándose de furia mientras contemplaba los restos humeantes del basilisco. "¡¿Cómo pueden dos chicos, un ave ridícula y un sombrero viejo haber matado a mi mascota?!" Su voz se quebró en un alarido de rabia pura. "Muy bien," dijo luego con voz sibilante, ya casi completamente corpóreo. "Mataste a mi mascota. Pero aún no han ganado. Y ahora... ahora estoy lo suficientemente fuerte para esto." Tom alzó una varita que había aparecido en su mano - la varita de Susan, que Mike reconoció con horror. La verdadera batalla final apenas comenzaba. Sin previo aviso, Tom lanzó un hechizo hacia Mike, quien aún yacía débil por el veneno del basilisco. Kael estaba ocupado curando la herida con sus lágrimas, el ave fénix completamente concentrada en neutralizar el veneno que circulaba por las venas del joven mago. "¡Mike!" gritó Neville, quien había arrancado el colmillo del basilisco de la herida de su amigo. Se arrojó entre Tom y Mike, el colmillo brillando peligrosamente en su mano. "¡Expelliarmus!" rugió Tom, pero el hechizo salió débil y errático. La varita de Susan no le respondía completamente - no era suya, y la magia se resistía a sus intenciones más oscuras. "Longbottom," siseó Tom con desprecio, frustrando visiblemente por la ineficacia de sus hechizos. "Un Gryffindor de pies a cabeza. Siempre el héroe". Neville se incorporó, el colmillo del basilisco aún en su mano temblorosa, interponiéndose entre Tom y Mike. El diario yacía a unos metros de distancia, aún intacto, pulsando con una luz siniestra. "No te acercarás a él," declaró Neville, su voz más firme de lo que se sentía. Tom rió, un sonido frío y cruel, aunque su frustración era evidente. "Un Longbottom desafiándome. Qué... predecible." El duelo comenzó. Tom lanzaba maldiciones letales una tras otra, pero la varita ajena hacía que incluso sus hechizos más poderosos perdieran precisión y fuerza. "¡Avada Kedavra!" rugió Tom, pero el rayo verde salió torcido y débil, estrellándose contra una columna que se agrietó pero no se destruyó completamente. Neville aprovechó la oportunidad, lanzándose hacia adelante con el colmillo, pero Tom retrocedió y contraatacó. "¡Sectumsempra!" gritó, pero la maldición cortante apenas logró rasgar la túnica de Neville en lugar de abrirlo en canal como pretendía. Tom gruñó de frustración. La varita de Susan se resistía a realizar magia tan oscura y letal con su máximo poder. Mike, sintiendo que el veneno gradualmente perdía fuerza gracias a las lágrimas de kael, observaba el combate con una mezcla de terror y orgullo. Su amigo - tímido, inseguro Neville - estaba luchando contra uno de los magos más poderosos que jamás había existido. Y aunque Tom era claramente superior, la varita rebelde le daba a Neville una oportunidad. Pero Mike sabía que esto no duraría para siempre. Tom era demasiado inteligente y poderoso. Tarde o temprano encontraría la manera de superar las limitaciones de la varita ajena. Eran solo estudiantes de segundo año - talentosos quizás, capaces de enfrentar a un mago de cuarto año o incluso tomar por sorpresa a un adulto si trabajaban juntos, pero Tom Riddle era algo completamente diferente. Mike miró la espada de Gryffindor que aún sostenía en su mano, luego el diario que pulsaba malévola. De repente, recordó las palabras del Sombrero Seleccionador sobre la plata de duende - cómo absorbía solo aquello que la fortaleciera. Una idea comenzó a formarse en su mente. "La espada," murmuró Mike, mirando el arma en sus manos, luego los restos del basilisco. "La plata de duende..." Mientras Tom y Neville continuaban su peligroso baile, Mike se las arregló para ponerse en pie, usando la espada como apoyo. Kael graznó suavemente, comprendiendo su intención. Con movimientos cautelosos, Mike se dirigió hacia los restos del basilisco. Tom estaba demasiado ocupado tratando de superar las defensas de Neville para notarlo, frustrado por los hechizos que no funcionaban como debían. "¡Confringo!" gritó Tom, pero el hechizo explosivo salió débil y Neville logró esquivarlo rodando hacia un lado, solo sintiendo el calor de la explosión menor. Mike aprovechó la distracción. Con cuidado, insertó la espada de Gryffindor en uno de los sacos de veneno del basilisco muerto. El metal élfico absorbió el líquido letal inmediatamente, la hoja brillando con un resplandor verdoso y siniestro. "Neville," susurró Mike, lo suficientemente alto para que su amigo lo oyera pero no Tom. "Mantenlo ocupado un poco más." Neville asintió casi imperceptiblemente, renovando sus ataques con el colmillo. "¡Ven acá, Tom!" gritó. "¿Tienes miedo de un estudiante de segundo año?" La provocación funcionó. Tom, ya frustrado por la varita rebelde, se enfureció más. "¡Insolente!" rugió, lanzando una ráfaga de hechizos que, aunque debilitados, obligaron a Neville a retroceder. Mike aprovechó el momento. Con la espada ahora empapada en veneno de basilisco, se dirigió directamente hacia el diario. "¡NO!" gritó Tom, finalmente notando la maniobra, pánico filtrándose en su voz. "¡Detente!" Pero era demasiado tarde. Mike alzó la espada empapada en veneno y la hundió directamente en el corazón del diario. El grito que emanó del libro fue ensordecedor. Tinta negra como sangre comenzó a brotar de la herida en las páginas, como si el diario estuviera sangrando. Tom comenzó a desvanecerse, su forma volviéndose translúcida mientras la tinta se extendía por todo el libro. "¡NO!" aulló Tom, su voz haciéndose eco mientras su esencia era succionada de vuelta al diario agonizante. "¡Esto no puede estar pasando! ¡No pueden ser solo niños!" El veneno del basilisco corroyó las páginas desde adentro, y como en un espejismo, la figura de Tom comenzó a desaparecer por partes - primero sus pies, luego sus piernas, mientras luchaba desesperadamente por mantenerse corporeo. "¡Volveré!" fueron sus últimas palabras antes de desaparecer completamente, su forma disolviéndose como humo en el viento. El diario quedó inmóvil, con la espada aún atravesándolo y la tinta negra manchando las páginas arruinadas, pero el libro permaneció físicamente intacto, aunque ya sin vida, sin el poder maligno que una vez contuvo. Mike dejó caer la espada, sus piernas finalmente cediendo por el agotamiento. Neville se acercó rápidamente, ayudando a su amigo a sentarse contra una de las columnas. "Lo hiciste," susurró Neville, su voz llena de admiración y alivio. "Realmente lo destruiste, Mike." Mike sonrió débilmente, todavía sin poder creer lo que había pasado. "Lo hicimos," corrigió. "Si no me hubieras dado tiempo... si no hubieras luchado contra él..." Neville negó con la cabeza. "Éramos un equipo. Y funcionó." Kael cantó suavemente, una melodía de triunfo y renovación que llenó la cámara con calidez. El ave fénix voló hacia donde yacía Susan, sus lágrimas ya comenzando a sanar las heridas más profundas que la posesión había dejado en su alma. La pesadilla había terminado. Tom Marvolo Riddle - al menos esta versión de él - había sido destruido para siempre. Y dos estudiantes de segundo año que habían entrado a la Cámara de los Secretos con miedo, saldrían como verdaderos héroes. ………. "Susan," dijo Neville suavemente, acercándose a la figura inmóvil de la chica Hufflepuff después de asegurarse de que Mike estaba estable. El joven de cabello oscuro aún se estaba recuperando, apoyado contra la columna mientras Kael terminaba de neutralizar los últimos vestigios del veneno en su sistema. Neville se arrodilló junto a Susan, notando cómo su rostro se veía pálido y demacrado, como si hubiera perdido peso en los últimos días. Había ojeras profundas bajo sus ojos cerrados, y ocasionalmente murmuraba palabras incoherentes en sueños. "Susan," repitió más fuerte, colocando una mano gentil en su hombro. "Susan, despierta. Ya estás a salvo." Los ojos de Susan se abrieron de golpe, salvajes y llenos de terror. Su cuerpo se tensó como si estuviera preparándose para huir o luchar, y por un momento, no parecía reconocer dónde estaba. "¡No!" gritó, tratando de alejarse con movimientos erráticos. "¡No quiero hacerlo! ¡Por favor, no me hagas escribir más! ¡No quiero lastimar a nadie más!" "Hey, hey," dijo Neville con voz calmante, retirando inmediatamente su mano y manteniéndola visible para que ella pudiera verla. "Soy Neville. Neville Longbottom de Gryffindor. Estás a salvo, Susan. Tom se fue. No puede controlarte más." Susan parpadeó varias veces, respirando entrecortadamente mientras la confusión reemplazaba gradualmente al terror en sus ojos. Reconoció lentamente el rostro amable de Neville, y luego su mirada se posó en el entorno de la cámara. "¿Neville?" Su voz era apenas un susurro ronco, como si hubiera estado gritando durante horas. "¿Dónde... dónde estoy? ¿Qué es este lugar tan horrible?" "Estás en la Cámara de los Secretos," explicó Neville gentilmente, manteniendo su voz tranquila y reconfortante. "Pero todo terminó. El diario de Tom Riddle fue destruido. Harry y yo... lo detuvimos." Susan miró alrededor con ojos muy abiertos, tomando en cuenta por primera vez los restos masivos del basilisco, el diario atravesado por la espada que aún goteaba tinta negra, y finalmente a Mike - Harry - quien le ofreció una sonrisa débil pero genuinamente reconfortante desde su posición contra la columna. "¿Fue real?" preguntó Susan, y su voz se quebró mientras las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas. "¿Todo lo que hice... todas esas cosas terribles que escribí en las paredes? ¿Los estudiantes que petrificé? ¿Mrs. Norris?" "No fuiste tú," dijo Neville firmemente, su voz adquiriendo una fuerza que sorprendió incluso a Mike. "Fue él. Tom Riddle te estaba controlando a través del diario. Te estaba usando. Nada de lo que pasó fue tu culpa, Susan. Nada." Susan se desplomó completamente, sollozando con una intensidad que habló de días de terror reprimido y culpa. Neville dudó por un momento, luego se acercó y la abrazó suavemente, como haría con un animal herido, dejando que llorara en su hombro. "Está bien," murmuró, sintiendo cómo temblaba. "Vas a estar bien. Todos vamos a estar bien. Tu tía va a estar tan aliviada de saber que estás viva." ………….. El viaje de regreso a través de los túneles fue más fácil de lo que habían esperado, principalmente gracias a los esfuerzos de Ron. Cuando llegaron al sitio del derrumbe, encontraron que había logrado despejar la mayor parte de las rocas más grandes, creando un túnel lo suficientemente amplio para que pudieran pasar, aunque tendrían que agacharse. "¡Merlín barbudo!" exclamó Ron al verlos acercarse, su rostro manchado de polvo y sudor se iluminó con alivio genuino. "¡Creí que los había perdido para siempre!" Corrió hacia ellos, pero se detuvo en seco al ver el estado del grupo. Mike se apoyaba pesadamente en la espada de Gryffindor como si fuera un bastón, su túnica desgarrada y manchada de sangre seca. Cada respiración profunda le enviaba punzadas de dolor desde sus costillas rotas, y podía sentir la leve hemorragia interna que sus mejoras corporales estaban trabajando para controlar. Solo gracias a dichas mejoras podía mantenerse en pie y moverse con relativa normalidad, aunque el dolor era constante. Neville tenía el brazo protectoramente alrededor de Susan, quien parecía estar apenas consciente del mundo que la rodeaba. Todos se veían exhaustos y traumatizados. "¿Están bien? ¿Qué diablos pasó allá abajo?" preguntó Ron, sus ojos moviéndose entre sus amigos. "¿Qué pasó con el basilisco? ¿Y cómo encontraron a Susan?" "Es una historia muy larga, Ron," dijo Mike, su voz más ronca de lo normal y ligeramente entrecortada por el dolor. "Te la contaremos cuando estemos fuera de aquí. Pero necesitamos llegar al castillo pronto. Susan necesita ir a la enfermería." Y yo también, pensó para sí mismo, sintiendo como sus costillas rotas protestaban con cada movimiento. Ron asintió, notando la seriedad en el tono de su amigo. Había aprendido a reconocer cuándo no era el momento para preguntas. "Claro, claro. ¿Pueden caminar todos? El túnel es un poco estrecho pero..." "Kael puede llevarnos a todos," interrumpió Neville, mirando al magnífico fénix dorado que había estado descansando silenciosamente en el hombro de Mike. "¿Verdad, amigo?" El ave fénix inclinó su cabeza noble y cantó una nota clara y melodiosa que resonó a través de los túneles. De repente, todos sintieron una sensación de ligereza, como si el peso de sus cuerpos hubiera disminuido considerablemente. Uno por uno, Kael los transportó a través de los túneles serpenteantes con su magia de fuego, una experiencia que debería haber sido aterradora pero que en su lugar se sintió reconfortante y segura. Los llevó suavemente a través de los pasajes más estrechos y sobre los obstáculos restantes, hasta que finalmente emergieron en el baño abandonado de Myrtle la Llorona. Pero el baño no estaba vacío como habían esperado. ……….. La entrada a la Cámara de los Secretos estaba llena de actividad. Varios Aurores con túnicas oficiales rojas se habían posicionado estratégicamente alrededor del área, con varitas en mano y expresiones tensas, claramente preparándose para una operación peligrosa. Sus movimientos eran profesionales y coordinados, el tipo de preparación que se hacía antes de enfrentar una amenaza seria. En el centro del grupo estaba Madame Amelia Bones, la temible cabeza del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. Su presencia comandaba respeto inmediato; era una mujer alta con cabello gris recogido severamente y un monóculo que brillaba bajo la luz de las antorchas mágicas que habían conjurado. Su reputación de ser justa pero implacable la precedía. "...necesitamos proceder con extrema cautela," estaba diciendo a los otros Aurores, su voz autoritaria resonando en el espacio de baldosas. "Los reportes indican la presencia de un basilisco de tamaño considerable, y no sabemos qué otras criaturas oscuras o maldiciones antiguas podríamos encontrar en las profundidades. Kingsley, quiero que tú y Dawlish vayan por el flanco izquierdo..." "Madame Bones," interrumpió bruscamente uno de los Aurores más jóvenes, señalando hacia la entrada del túnel. "Algo está viniendo del interior." Todos se giraron hacia la entrada con varitas levantadas, esperando lo peor. Entonces, una brillante bola de fuego dorada emergió del túnel, tan brillante que varios Aurores tuvieron que protegerse los ojos. Kael apareció primero, sus plumas doradas reluciendo con luz propia, seguido por los cuatro estudiantes que parecían haber sido transportados por las llamas místicas del fénix. El efecto visual fue absolutamente dramático. Mike - a quien todos excepto Neville veían como Harry Potter - sosteniendo la legendaria espada de Gryffindor, su túnica desgarrada y manchada de sangre pero con una expresión de triunfo tranquilo en su rostro marcado por la batalla. Neville, con sus ropas también rasgadas y polvorientas, cargando protectoramente a Susan en sus brazos, su postura hablando de una determinación recién descubierta. Ron, cubierto de polvo de roca pero claramente ileso, cargando algunos de los objetos que habían recuperado. Y finalmente Susan, débil pero claramente viva, aferrándose a Neville como si fuera su ancla en el mundo. Parecían guerreros regresando de una batalla épica contra fuerzas del mal que habían desafiado todas las expectativas. Por un momento que se sintió como una eternidad, nadie se movió. Los Aurores entrenados, acostumbrados a situaciones peligrosas, se encontraron momentáneamente sin palabras al ver a cuatro estudiantes - el más joven de apenas doce años - emergiendo de lo que se suponía era una de las ubicaciones más peligrosas en todo Hogwarts. Luego, el silencio se rompió cuando una voz femenina gritó con una mezcla de alivio y pánico: "¡Harry!" Daphne se abrió paso entre los Aurores sorprendidos, su usual compostura Slytherin completamente abandonada. Había estado esperando con el grupo, claramente agitada, y ahora corría hacia él con una expresión que mostraba semanas de preocupación reprimida. "¡Idiota temerario!" le gritó cuando lo alcanzó, pero su voz se quebró en la última palabra. Sin pensarlo, lo abrazó fuertemente. "¡Auch! ¡Daphne!" Mike se quejó inmediatamente, una mueca de dolor cruzando su rostro mientras sentía como el abrazo apretado enviaba ondas de agonía a través de sus costillas rotas. "¡Más suave, milady! Mis costillas no están exactamente en su mejor momento." Ella se apartó inmediatamente, sus ojos llenándose de pánico al darse cuenta de que lo había lastimado. "¡Merlín! Lo siento, yo... ¡mírate nada más! ¡Estás cubierto de sangre!" "También me da gusto verte, milady," murmuró Mike con una sonrisa irónica a pesar del dolor. "Y sí, ha sido una noche bastante... intensa." "¡No te atrevas a bromear conmigo ahora, Potter!" le espetó ella, retrocediendo lo suficiente para examinarlo apropiadamente, pero sin soltarlo completamente. Sus ojos, que normalmente eran fríos y calculadores, ahora mostraban una vulnerabilidad que raramente dejaba ver. "Cuando regrese con los aurores y ustedes todavía no había salido... creí que..." Se detuvo, claramente luchando con emociones que no estaba acostumbrada a mostrar públicamente. En lugar de continuar, sacó su varita y comenzó a pasar hechizos de diagnóstico sobre él, sus movimientos precisos pero con una urgencia que traicionaba su estado emocional. "Tienes heridas por golpes contundentes, cortes, metralla, pérdida de sangre, costillas rotas, hemorragia interna leve y..." se detuvo, su rostro pálido. "¿Veneno de basilisco? ¡Harry, podrías haber muerto!" "Pero no morí," dijo él suavemente, tocando su brazo gentilmente a pesar del dolor. "Estoy aquí. Todos estamos aquí." Madame Bones se acercó entonces, su expresión mostrando una mezcla de alivio profesional y curiosidad intensa. "Señor Potter, Señor Longbottom," dijo con su voz autoritaria, aunque no sin cierta admiración. "Me alegra enormemente ver que están vivos. Pero necesito que me expliquen exactamente qué ha ocurrido aquí." Los otros Aurores se acercaron también, formando un círculo respetuoso pero claramente ansioso alrededor de los jóvenes héroes. Todos parecían genuinamente impresionados de que cuatro estudiantes hubieran no solo sobrevivido sino aparentemente triunfado en la Cámara de los Secretos. Antes de que Mike pudiera responder, Daphne se interpuso entre él y los Aurores, su compostura Slytherin regresando parcialmente aunque sus ojos aún mostraban preocupación. "Madame Bones," dijo con voz firme pero respetuosa, "si desean interrogar a estos estudiantes sobre lo ocurrido, sugiero encarecidamente que lo hagan en la enfermería. Como pueden ver claramente, necesitan atención médica inmediata. Especialmente Harry, que tiene múltiples heridas graves incluyendo costillas rotas y hemorragia interna." Madame Bones miró a los estudiantes heridos y asintió, reconociendo la sabiduría en las palabras de la joven Slytherin. "Por supuesto. Tiene razón, Señorita Greengrass. La seguridad de los estudiantes es nuestra prioridad principal." Lo que ninguno de ellos notó fue el pequeño escarabajo verde que se había posado discretamente en una de las tuberías oxidadas del baño, sus antenas moviéndose mientras observaba toda la escena con interés periodístico. Rita Skeeter había estado en el lugar correcto en el momento correcto. Había estado en Hogsmeade investigando una historia completamente diferente - rumores sobre irregularidades cerca del bosque prohibido y actividades de cazadores furtivos - cuando había visto a los Aurores dirigiéndose rápidamente hacia Hogwarts. Su instinto periodístico había sido activado inmediatamente. Siguiéndolos en su forma de escarabajo, había logrado colarse en el castillo y había sido testigo de toda la explicación inicial sobre estudiantes petrificados y la apertura de la Cámara de los Secretos. Ahora, posicionada perfectamente para observar sin ser detectada, estaba presenciando lo que claramente sería la historia del año. El famoso Harry Potter y sus amigos habían hecho lo imposible. Y Rita Skeeter sería la primera en contarlo al mundo. Fin del capitulo.
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