Capítulo 12. Sueños, Sabores y Silph Co.
4 de julio de 2025, 22:32
Capítulo 12: Sueños, Sabores y Silph Co.
El camino de regreso fue más corto de lo que esperaban, quizás porque cada paso estaba cargado de una extraña mezcla de nostalgia, orgullo y expectativa. Al cruzar la entrada de Pueblo Paleta, Mike, Misty y Brock se detuvieron un instante al ver los primeros carteles de bienvenida, algunos hechos a mano, otros con impresiones improvisadas: "¡Felicidades Mike!", "Orgullo de Pueblo Paleta", "Top 8 de la Liga Añil". La expresión de Mike fue una mezcla de incomodidad y sorpresa.
—Esto es... ¿por quedar entre los ocho mejores? —murmuró.
—No todos los días un novato llega tan lejos en su primer intento —respondió Misty, sonriendo.
—Y tú mismo dijiste que no eres campeón… pero eso no significa que no hayas causado un gran impacto —añadió Brock—. La gente te está viendo diferente ahora.
A medida que avanzaban por la calle principal, varios vecinos salían a saludarlos. Algunos les regalaban fruta fresca, botellas de agua, incluso un joven les obsequió unas Pokégalletas caseras para sus Pokémon. Mike solo sonreía con algo de vergüenza, aceptando los gestos con un murmullo de gratitud.
Al llegar al laboratorio del Profesor Oak, notaron desde fuera que había alguien más con él. Era un hombre de unos cincuenta años, vestido con un traje elegante, acompañado de un par de asistentes que revisaban unos dispositivos de aspecto futurista.
Oak alzó la vista y sonrió al verlos entrar.
—¡Mike, muchachos! Justo a tiempo. Les presento a Armand Rochefort, presidente de Silph Co.
El hombre se acercó y estrechó la mano de Mike con entusiasmo.
—Un gusto finalmente conocerte, joven. Tu actuación en la Liga ha sido tema de conversación no solo entre entrenadores, sino también en los sectores tecnológicos. Tu Poképhone... cambió muchas cosas para nosotros.
Mike ladeó la cabeza.
—¿Mi celular?
Oak intervino.
—El que trajiste de tu mundo. Lo estudiaste conmigo, ¿recuerdas? Compartimos partes de su tecnología con Silph Co. para crear un nuevo dispositivo: el Poképhone. Tú tienes uno de los prototipos, pero desde entonces han perfeccionado el diseño. Ahora compite directamente con el PokéNav de Devon Corp.
Armand asintió.
—Y como tú fuiste quien trajo la semilla que permitió este avance, recibirás una compensación acorde. Pero no solo por eso estoy aquí. Quiero ofrecerte algo más importante: un patrocinio exclusivo de Silph Co.
Mike parpadeó.
—¿Un patrocinio? ¿Por qué yo?
Oak sonrió.
—Porque quedaste entre los ocho mejores de la Liga Añil siendo un completo novato. Eso no pasa seguido. Has ganado atención, fama y sobre todo, potencial. Pueblo Paleta se beneficiará del turismo gracias a tu nombre. Y eso solo es el comienzo.
Armand añadió:
—Queremos que seas nuestro entrenador insignia, nuestro rostro frente al mundo. Así como Devon tiene a Steven Stone, Silph Co. quiere a Mike Salcido.
Mike tragó saliva.
—¿Qué implicaría eso exactamente?
Armand sacó una tableta y comenzó a enumerar:
—Tendrás acceso a nuestros mejores productos: mochilas con tecnología de compresión Pokéball, Ultraballs de última generación, equipos médicos portátiles, incluso dispositivos de análisis ambiental.—Recibirás un estipendio mensual.
—Podrás acceder a zonas restringidas o investigar Pokémon raros con permiso oficial.
—Y cuando uno de nuestros científicos necesite ayuda en el campo o deba estudiar un espécimen difícil de encontrar… tú podrías ser el que lo consiga.
Brock silbó.
—Eso suena más a una misión de élite que a un simple patrocinio.
—Lo es —admitió Armand—. Y también conlleva otras responsabilidades: campañas publicitarias, promociones, entrevistas. Silph Co. también desarrolla ropa, equipo y merchandising. De hecho, ya tenemos ideas.
Uno de sus asistentes mostró una imagen digital: Mike, con una gorra rediseñada basada en la clásica de Ash, una chaqueta de Silph Co. con el logo bordado, lanzando una Ultraball con Pikachu a su lado.
—Pikachu tiene un gran carisma. Podría convertirse en nuestra nueva imagen, como lo fue para Ash. Una línea de productos oficial, tal vez una serie limitada de figuras o gorras. Pero claro, todo con tu autorización y parte de las ganancias serían tuyas.
Mike los miró a todos, sintiéndose por primera vez como algo más que un simple entrenador. Como alguien… relevante.
—¿Y Ash también estaba patrocinado?
Oak asintió.
—En parte por mí. Le ofrecía apoyo, datos, investigación. Pero también trabajaba con otros profesores y programas del gobierno. Tenía un acuerdo menos formal… pero ahora contigo queremos algo más estructurado.
Mike miró a Pikachu, que lo observaba con su usual mezcla de confianza y lealtad.
—Acepto —dijo finalmente—. Pero quiero seguir entrenando a mi ritmo… y sin perder mi esencia.
Armand sonrió.
—Eso es justo lo que queremos. Un verdadero entrenador, que represente lo mejor de lo que Silph Co. puede apoyar.
—Entonces es oficial —dijo Oak, extendiéndole una caja—. Este es tu nuevo equipo: Poképhone actualizado, mochilas comprimidas, y tus primeras Ultraballs modelo 1.0. Ah, y... esa gorra que tanto nos costó diseñar.
Mike la tomó, se la colocó con una leve sonrisa, y alzando la Ultraball, posó mientras uno de los asistentes tomaba la primera foto oficial del Entrenador Estrella de Silph Co.
/////
El clic de la cámara marcó el final de la primera sesión fotográfica. Mike sostenía la Ultraball en alto, con la nueva gorra —una mezcla entre la icónica de Ash y un diseño moderno con el logo de Silph Co.— bien colocada sobre su cabello. Pikachu posaba a su lado, levantando una pata en señal de victoria. El equipo de asistentes revisaba las imágenes mientras Armand Rochefort, el presidente de Silph Co., se acercaba nuevamente con su característico porte refinado.
Mike se acomodó la gorra con una leve sonrisa, pero aún con cierta tensión en el rostro.
—Sigo sin entender del todo esto —dijo—. ¿Es normal que un entrenador tenga un patrocinio así? Digo, soy solo un novato… quedé en el Top 8, pero ni siquiera gané la Liga.
Armand sonrió, paciente.
—Mucho más común de lo que crees. Los mejores entrenadores casi siempre tienen respaldo. Algunos, como Steven, trabajan con grandes empresas tecnológicas. Otros, como Lance, están vinculados al gobierno o a la Liga directamente. Incluso Korrina, antes de ser Líder, fue impulsada por una empresa de nutrición y equipamiento deportivo. Este mundo está tan lleno de retos que sería irresponsable esperar que los entrenadores más prometedores avancen sin apoyo.
Mike cruzó los brazos, meditando.
—Aún así, ¿por qué yo? No soy de aquí. Ni siquiera soy de Pueblo Paleta… ni de este mundo.
Eso hizo que todos en la sala se quedaran en silencio unos segundos. Pikachu lo miró de reojo, como sabiendo exactamente lo que significaban esas palabras.
Fue el Profesor Oak quien rompió el silencio con su tono amable pero firme.
—Eso lo sabemos nosotros, Mike. Tú, yo, Brock, Misty… y ahora el señor Rochefort. Pero para el resto del mundo, tú naciste y creciste en Pueblo Paleta. La gente necesita símbolos. Y tú representas algo nuevo, algo fresco. A fin de cuentas, más allá de tu origen, tus actos son reales. Tu esfuerzo es real.
Armand asintió.
—No es solo lo que lograste en la Liga, Mike. Es cómo lo hiciste. Tus combates, tus estrategias, tu conexión con los Pokémon… fueron únicos. No se trató solo de técnica, sino de corazón. Lo que hiciste con Pikachu, con Charizard, con Bisharp… quedó grabado en la mente de millones.Y no olvides esto: nadie hizo más ruido sin llegar siquiera a semifinales. Eso habla de impacto. E impacto, en este mundo, vale oro.
Mike bajó un poco la mirada, pensativo.
—¿Y ellos? —preguntó señalando con el pulgar hacia Brock y Misty, que estaban apoyados contra una pared—. Han estado conmigo todo este tiempo. No me gustaría que quedaran fuera de esto.
Armand lo miró con comprensión.
—Lamento decir que no puedo ofrecerles un patrocinio formal. Los recursos deben centrarse en ti, como imagen principal. Pero ya que te acompañan, podemos entregarles equipo de apoyo: mochilas de compresión, Poképhones, algún acceso restringido si viajan contigo. No más allá de eso, pero sí lo suficiente para facilitarles el camino.
—Está bien —respondió Mike, mirándolos—. Lo agradezco.
Misty alzó una ceja y cruzó los brazos.
—Mientras no me pongan a posar con ropa ridícula, lo acepto.
—¿Y si me dan una chaqueta que combine con mi delantal de cocina? —añadió Brock, bromeando.
Las risas suavizaron la tensión.
Oak volvió a intervenir, ahora con voz más seria.
—Mike… debo decirte que este patrocinio también tiene parte de mi respaldo. Siempre dije que te ayudaría, y este acuerdo con Silph Co. está avalado por mí. A cambio, como ya imaginas, tendrás que seguir colaborando conmigo en mis investigaciones. Eso incluye también a algunos de mis antiguos colegas, profesores, y científicos aliados que podrían pedirte ayuda.
Mike sonrió con sinceridad.
—Profesor, aunque no me patrocinara, yo igual lo ayudaría. Siempre.
Oak asintió, satisfecho. Armand se acomodó la corbata.
—Una última cosa, Mike. Este acuerdo no solo te beneficia a ti… también puede servir para lo que más te importa.
Mike lo miró con atención.
—¿Ash?
El presidente asintió lentamente.
—Silph Co. ha seguido los reportes de Oak sobre el incidente de Mewtwo. Ahora, con tu respaldo, dispondremos de más recursos para investigar soluciones, incluso formas alternativas de restauración celular, energía vital, y anomalías espacio-temporales. Ya tenemos investigadores trabajando en proyectos similares en las regiones de Hoenn y Sinnoh. Tu conexión con este caso hará que prioricemos las colaboraciones.
El aire se volvió más denso. Mike apretó los puños suavemente, sin decir nada al principio. Luego, con voz baja, murmuró:
—Entonces… no es solo fama. Esto puede realmente ayudar a Ash.
—Exactamente —confirmó Oak—. Y no estás solo en esto.
Mike se giró hacia sus amigos. Misty asintió, seria. Brock le puso una mano en el hombro. Pikachu subió por su brazo hasta colocarse en su hombro izquierdo.
Con una exhalación profunda, Mike volvió a mirar al presidente de Silph Co.
—Entonces vamos a hacerlo bien. Pero no voy a ser solo una imagen. Si voy a representar a Silph Co., lo haré con acción. Ayudando, luchando, aprendiendo. Ese es el trato.
Armand sonrió ampliamente.
—Ese es el Mike Salcido que queremos. Bienvenido al equipo.
/////
El sol comenzaba a bajar en el horizonte cuando, por fin, dejaron atrás el salón de grabación y la sesión de fotos. El bullicio de asistentes, cámaras y técnicos quedó atrás, reemplazado por el familiar canto de Pidgey en los árboles del laboratorio del Profesor Oak.
Mike se dejó caer en el pasto junto a la cerca de madera. Pikachu se acomodó en su regazo, bostezando. A unos metros, Brock y Misty se sentaron también, disfrutando del silencio momentáneo.
—¿Esto fue solo el primer día? —preguntó Mike, aún procesando todo.
—Bienvenido a la fama —dijo Misty, lanzándole una ramita que se quedó en su cabello—. No lo pediste, pero ahora la tienes.
Brock, recostado con las manos detrás de la cabeza, soltó una risa tranquila.
—Al menos no tuviste que grabar una campaña de pastillas para el estómago como yo cuando era joven.
Mike lo miró con incredulidad.
—¿Qué?
—Larga historia. No preguntes.
El viento sopló suavemente entre los árboles. Por primera vez en días, Mike sintió un momento de calma. Se quedó mirando el cielo, las nubes que comenzaban a teñirse de naranja. Acarició suavemente la cabeza de Pikachu, que ya roncaba con suavidad.
—Gracias, chicos. De verdad. No sé cómo habría manejado todo esto sin ustedes.
—No lo ibas a hacer sin nosotros —respondió Misty, sin dudar—. Ya estamos en esto.
—Y aunque no tengamos patrocinio de primera clase —añadió Brock, sonriendo mientras sacaba su nueva mochila de Silph Co. y la examinaba como si fuera un artefacto legendario—, al menos ahora podemos cargar más Pokébolas, comida y medicinas sin rompernos la espalda.
—¿Tú crees que hagan una edición especial con compartimiento para sartenes? —bromeó Mike.
Brock lo miró muy serio.
—Eso no es broma, lo necesito.
Los tres estallaron en una risa sincera.
Después de unos minutos en silencio, Misty se levantó y estiró los brazos.
—Bueno, estrella de Silph Co., te toca seguir actuando. Dijeron que van a grabar un comercial rápido, ¿no?
Mike soltó un quejido, sin moverse del pasto.
—Dime que no tengo que sonreír mientras lanzo la Ultraball otra vez…
—No solo eso —respondió Brock, divertido—. Dijeron que quieren capturar tu “energía natural y espíritu aventurero”.
Mike se tapó la cara con las manos mientras sus amigos se reían.
—Este mundo… está muy loco.
Pikachu, como si entendiera perfectamente, emitió un sonidito somnoliento pero burlón.
Mike se incorporó, sacudiéndose el pasto de la ropa, y miró a sus amigos con una sonrisa resignada.
—Está bien… vamos a hacer este comercial.
Misty le tendió la gorra roja con el logo de Silph Co. bordado en blanco, la misma que sería lanzada en edición limitada como parte de la nueva línea de productos. Mike se la colocó y miró a la cámara que ya se posicionaba en el borde del campo.
—Pero después de esto, yo escojo la cena.
—Solo si no cocinas tú —dijeron Misty y Brock al unísono.
/////
[COMERCIAL – EDICIÓN FINAL TRANSMITIDA EN TV / REDES – Duración: 45 segundos]
(Fondo negro. Aparece el logo de Silph Co. con una animación brillante.)
Narrador (voz intensa):—En el mundo de los entrenadores… cada segundo cuenta.
(Corte rápido a una escena de Mike corriendo por una llanura con su mochila de Silph Co. al hombro. Pikachu va a su lado. La cámara sigue su movimiento en cámara lenta. Música energética de fondo.)
Narrador:—Más ligero. Más rápido. Más inteligente.
(Se muestra la nueva mochila con tecnología Pokéball. Un gráfico flota mostrando cómo reduce el peso, distribuye la carga y tiene compartimentos inteligentes.)
Narrador:—Prepárate con lo mejor.
(Cambio de escena: Mike, de pie sobre una roca, lanza una nueva Ultraball con un movimiento firme. La Ultraball gira en cámara lenta mientras se activa, mostrando efectos brillantes y tecnológicos.)
Texto en pantalla:
Ultraball V.3 – Precisión. Potencia. Rendimiento.
(Corte a Mike poniéndose la nueva gorra con el símbolo de Silph Co., inspirado en la clásica de Ash. Mira a cámara.)
Mike (voz firme):—No importa de dónde vengas. Lo que importa… es lo que eliges hacer.
(Zoom a Pikachu en su hombro, que asiente con una chispa eléctrica.)
Narrador:—Silph Co. — Evoluciona tu viaje.
(Pantalla final: aparecen la Ultraball, la mochila, el Poképhone y la gorra edición Mike. Abajo, en letras pequeñas: “Exclusivo en tiendas autorizadas. Disponible ahora.”)
////
El laboratorio del Profesor Oak estaba tranquilo, pero un murmullo de sorpresa se alzó al instante cuando el televisor se encendió y mostró a Mike en su comercial con Silph Co. Los tres se quedaron mirando la pantalla, sorprendidos por la imagen.
Brock fue el primero en hablar, con una sonrisa algo traviesa.—Vaya, Mike, no sabía que ya estabas haciendo comerciales. Te ves como todo un profesional.
Mike sonrió, pero no podía evitar sentirse algo incómodo al verse tan... "protagonista".—No es para tanto, ¿verdad? Solo lanzando una Pokébola.
(Se rió nervioso.)
Misty, que observaba con los brazos cruzados, no pudo evitar hacer un comentario burlón.—Y esa mirada tan seria… ¿te estás convirtiendo en una estrella, Mike?
Mike levantó las manos, algo avergonzado.—¡Es solo un comercial! Tampoco es para tanto. No es como si fuera a caminar por el pueblo y todos me pidieran autógrafos…
(hizo una cara exagerada de cansancio)
Brock se quedó un momento pensativo, pero su expresión se suavizó al mirar a Mike.—Aunque, no sé… Este tipo de exposición significa que vas a tener acceso a muchos recursos. Silph Co. tiene mucho que ofrecer, Mike. Aprovecha lo que puedas.
Mike se quedó en silencio por un momento, mirando la pantalla.—Lo sé… Pero, al final, sigo siendo yo. Solo un chico de Pueblo Paleta. No quiero perder mi esencia con todo esto.
Misty, más suave, asintió.—Lo bueno es que aún tienes a tus amigos para mantenerte en el suelo, Mike. Pero las oportunidades están ahí, y las aprovecharás. Estoy segura de eso.
/////
Mientras tanto, en su guarida improvisada, el Equipo Rocket observaba el comercial con una mezcla de incredulidad y frustración. Jessie, que había estado mirando la pantalla con los ojos entrecerrados, no pudo evitar soltar un suspiro molesto.
—¿De verdad? ¿el mocoso está ahora en un comercial de Silph Co.? ¡Eso es ridículo!
James, que no había dejado de mirar con una expresión mezcla de admiración y celos, finalmente habló.—Parece que el chico lo tiene todo.
¡Ni siquiera ganó la Liga y ya lo están usando como cara de la compañía!
Meowth, que estaba mordisqueando una galleta, soltó una carcajada.—¿Pikachu es su mascota? ¡Parece que lo van a hacer famoso aún más de lo que ya es! ¡Eso no es justo!
Jessie, con el ceño fruncido, se cruzó de brazos.—Silph Co. lo está usando para ganar atención. No puedo creerlo.
James, aunque frustrado, también se sintió intrigado.—Lo bueno de esto es que Pikachu es la clave. Si conseguimos atraparlo, ¡seremos los dueños de toda esa fama!
Meowth, siempre perspicaz, apuntó.—Y si conseguimos robarle ese Pikachu,
seremos nosotros los que tengamos la estrella.
Jessie se enderezó, su mirada brillando con determinación.—Es hora de ponernos a trabajar. No solo vamos a dejar que Silph Co. y ese Mike se salgan con la suya.
Este Pikachu será nuestro.
James levantó una ceja.—¿Y cómo planeas hacerlo?
Jessie sonrió, con esa confianza característica.—Deja que el Plan Rocket se encargue de eso. Ya veremos cómo lo vamos a hacer. Pero con ese Pikachu, lo tendremos todo.
Meowth, no pudiendo evitar una risa, concluyó.—¡El mundo entero nos conocerá como los nuevos dueños del caos!
//////
En Kalos, Serena y su madre, Grace, estaban sentadas frente al televisor en su hogar, viendo el comercial de Mike con Silph Co. La imagen de Mike en el comercial les sorprendió a ambas, pero Serena fue la primera en reaccionar.
—¡Mamá, es Mike! ¡Es él! —exclamó Serena, sus ojos brillando de asombro mientras observaba la pantalla.
Grace, que no era ajena a los eventos recientes de la Liga Añil, sonrió suavemente, notando la emoción de su hija.
—Vaya, parece que está teniendo un gran impacto. ¿Es este el chico de quien Delia te habló tanto?
Serena asintió sin apartar la vista del televisor, su expresión mezclando admiración y curiosidad.—Sí, es Mike. Lo vi en todos los combates de la Liga, y… realmente impresionó. El combate con Agatha fue increíble. Ni siquiera lo conocía antes, pero después de ver cómo peleaba, no pude dejar de verlo.
Grace observó en silencio durante un momento, notando el brillo de interés en los ojos de su hija.—Veo que te ha dejado una gran impresión. Has estado hablando mucho de él últimamente.
Serena sonrió levemente, algo ruborizada, como si estuviera un poco avergonzada por lo evidente que era su interés.—Es que… no sé, nunca imaginé que alguien como él, tan joven, podría ser tan bueno.
Y además, tiene algo en su manera de pelear que es diferente. Es… como si estuviera aprendiendo, pero también confiado, como si estuviera buscando algo más.
Grace la observó con una sonrisa suave.—Creo que es natural que te llame la atención. Es un entrenador muy prometedor. Pero, Serena, ¿tú también te has estado esforzando en lo que haces?
Serena, sin apartar la mirada de la pantalla, respondió con un tono más neutral, como si aún estuviera meditando sobre su futuro.—Bueno... supongo que hago lo que se espera de mí. Las carreras de Rhyhorn... ya sabes, mamá, tú siempre dices que debería enfocarme en ellas. Pero no sé si eso es lo que quiero realmente. Es solo lo que hago porque tú crees que es lo mejor para mí.
Grace no pudo evitar suspirar, pero su expresión seguía siendo comprensiva.—Entiendo que no siempre sea fácil encontrar lo que realmente quieres hacer. Pero, Serena, si este chico, Mike, te inspira tanto, tal vez sea una señal de que hay algo más por lo que deberías luchar. Si realmente te interesa, deberías esforzarte más en lo que tienes delante, incluso si no estás completamente segura de lo que quieres.
Serena giró ligeramente la cabeza para mirar a su madre, con una expresión algo pensativa.—Supongo... que tienes razón. Tal vez debería poner más de mí misma en lo que hago, aunque no esté completamente convencida de que las carreras sean lo mío. No sé, tal vez sea hora de pensar en algo más.
Grace, al ver la indecisión de su hija, le ofreció un suave consejo.—Si te inspira, aunque sea un poco, deberías aprovecharlo. Nadie llega lejos sin esfuerzo. Si no te gusta lo que haces ahora, no tengas miedo de buscar algo que realmente te apasione. Solo asegúrate de dar lo mejor de ti misma, siempre.
Serena asintió lentamente, sintiendo cómo las palabras de su madre comenzaban a calar.—Lo intentaré, mamá. Aunque no sé si las carreras sean lo mío, seguiré trabajando en ello. Tal vez encuentre algo que realmente me motive.
Grace sonrió con ternura, feliz de ver que su hija comenzaba a reflexionar más sobre su futuro.—Eso es lo que quiero escuchar. Da lo mejor de ti, Serena. No todo el mundo tiene esa oportunidad.
///////
Después de varias semanas de grabaciones, entrevistas, fotos promocionales y hasta un par de comerciales, el torbellino mediático empezaba a calmarse en Pueblo Paleta. Fue entonces cuando el profesor Oak convocó una última reunión en su laboratorio, una que incluía a Mike, Misty, Brock, el presidente de Silph Co. y él mismo.
El laboratorio estaba en orden, aunque había más equipos de Silph Co. de lo usual, cortesía del nuevo patrocinio. Mike, algo más relajado que semanas antes, se sentó al lado de Pikachu, que descansaba tranquilamente en su regazo. Misty y Brock estaban cerca, curioseando entre los nuevos dispositivos. El presidente, con su elegante traje gris, hojeaba unos documentos digitales.
—Gracias por venir —empezó Oak—. Hemos esperado el momento indicado para hablar de esto. Como sabes, Mike, Agatha te mencionó algo sobre las Islas Naranja. Creemos que es tiempo de que pongas rumbo hacia allá.
—¿Por qué tanto interés en ese lugar? —preguntó Mike, frunciendo el ceño con curiosidad.
El presidente asintió con una sonrisa.
—La profesora Ivy, una investigadora establecida en el archipiélago, encontró una Pokéball muy peculiar. Es dorada y con inscripciones únicas. La GS Ball, como la han bautizado. Se comunicó con el profesor Oak para que la reciba, pero por compromisos académicos y limitaciones de transporte no puede traerla personalmente. Creemos que tú eres el indicado para encargarte de esa entrega.
—¿Una simple entrega? —preguntó Mike, arqueando una ceja.
—No tan simple —intervino Oak—. Queremos que también ayudes a la profesora Ivy durante tu estancia. La GS Ball fue encontrada en un sitio particular, donde se detectaron energías extrañas. Queremos que lo explores y colabores con Ivy en su investigación.
—Y eso no es todo —añadió el presidente—. Queremos que documentes tu recorrido. Hay un torneo en el archipiélago, el Torneo de las Islas Naranja. Es diferente a las ligas tradicionales. Los desafíos combinan habilidad del entrenador con participación directa del Pokémon, y las pruebas van desde carreras acuáticas hasta combates con condiciones únicas. A veces los entrenadores deben colaborar físicamente en el desafío.
—¿Y quieren que participe? —dijo Mike.
—Sería excelente para promocionar el torneo —dijo el presidente, mostrando una tablet con gráficos de marketing—. Tenemos un pequeño convenio con el comité del archipiélago, y esto ayudaría a darles visibilidad. Además, tus grabaciones ayudarán a estudiar aspectos culturales y ambientales.
—¿Hay algún límite de tiempo para entregar la GS Ball? —preguntó Mike.
—Ninguno —dijo Oak—. Mientras esté segura, puedes tomarte el tiempo que necesites.
—Entonces no quiero usar medios rápidos —dijo Mike—. Si voy a recorrer las Islas Naranja, lo haré bien. A la antigua. Quiero explorar cada rincón con calma, sin depender de transportes modernos.
El presidente pareció dudar por un instante, pero luego asintió.
—Eso también podría funcionar. Mostrar un viaje tradicional tiene su propio valor. Aunque ofrecemos medios de transporte modernos, tu decisión de explorar el archipiélago con calma enriquecerá más la experiencia.
—Tengo otras preguntas —agregó Mike, apoyándose en la mesa—. ¿Y mis amigos? Misty y Brock me acompañarán. ¿Reciben algo por esto?
El presidente asintió.
—Ya hablamos con ellos. No es un patrocinio formal, pero podrán acceder al equipo de Silph Co. que estamos probando: mochilas multiusos, instrumentos de medición portátil, y tecnología para exploración marina y terrestre. Todo con la condición de que den su opinión sobre su funcionamiento.
—Perfecto —dijo Mike.
El presidente sonrió.
—Tu decisión tiene sentido. Un recorrido tradicional puede ser incluso más valioso para documentar la región y conectar con su gente. Además, demuestra un compromiso auténtico con la exploración.
Mike miró al profesor Oak con curiosidad.
—Y usted, profesor… ¿hay algo más que deba saber?
—Sí —dijo Oak—. Aunque la entrega de la GS Ball y tu participación en el torneo son las misiones principales, hay otros encargos que podrías asumir. Por ejemplo, ayudar a documentar especies de Pokémon poco estudiadas, asistir en la reparación de estaciones de investigación deterioradas, o brindar apoyo logístico a entrenadores novatos en el archipiélago.
El presidente añadió:
—Y conforme avances, es posible que se te asignen nuevas misiones directamente desde nuestras oficinas o de parte de la profesora Ivy. Todo dependerá de tus avances y disponibilidad.
—Perfecto —dijo Mike, asintiendo—. Me gusta la idea de que las cosas vayan fluyendo con naturalidad. Estoy listo para lo que venga.
El ambiente se relajó un poco. Fue entonces cuando Mike pareció recordar algo.
—A propósito, tengo unas ideas. Para Pueblo Paleta. Todo este alboroto ha traído turistas, ¿no? ¿Y si usamos todos los Tauros que capturó Ash para crear rutas turísticas? Podríamos usarlos para arar campos y transportar visitantes en carretas.
Oak y el presidente se miraron con interés. Misty rió.
—Suena como una feria rústica.
—Pero funciona —dijo Brock—. Y podrían promocionar la experiencia como algo tradicional.
—Y otra cosa —añadió Mike—. Extraño la comida de mi mundo. En especial los tacos, podríamos recrearlos con los ingredientes de aquí. La señora Ketchum podría añadirlos al menú de su restaurante. Podríamos hacer pruebas de receta.
—¿Tacos? —preguntó Oak.
—Les va a encantar —prometió Mike—. Podemos hacer una noche temática. La señora Ketchum ya maneja el restaurante del pueblo, así que podríamos hacer algo especial con ella. Brock y Misty también pueden ayudar. Será divertido… y delicioso.
—También tengo música en mi celular. Los géneros son los mismos que en este mundo, pero las canciones no existen aquí. Podemos adaptarlas con músicos locales. Serían éxitos nuevos… técnicamente.
El presidente reía.
—Tienes un instinto para los negocios, Mike.
Oak se acomodó las gafas.
—Entonces es oficial. Partirás pronto a las Islas Naranja. Tienes una entrega importante, un archipiélago que explorar, un torneo que enfrentar… y tacos que preparar.
Todos rieron mientras Pikachu subía a la mesa y exclamaba alegre:
—¡Pika-pika!
//////
Esa misma tarde, el plan se puso en marcha. En la cocina del restaurante de la Señora Ketchum, los cuatro se pusieron manos a la obra. Mike preparaba tortillas mientras Brock picaba ingredientes y Misty se encargaba de las salsas. Delia, entusiasmada, lideraba la cocina como toda una chef.
—¡Esto huele increíble! —exclamó Misty.
—Es la primera vez que hago algo tan picante —comentó Brock, con los ojos llorosos.
—Eso es normal —dijo Mike riendo—. Pero espera a probar el de carne con piña.
Delia probó un bocado y asintió con entusiasmo.
—¡Esto será un éxito! ¡Voy a incluirlos en el menú permanente!
Entre risas, bromas y comida deliciosa, todos compartieron una noche especial antes de la partida.
Esta historia continuará…..