ID de la obra: 352

El Juramento Quebrado

Gen
G
Finalizada
2
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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11 páginas, 5 capítulos
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Capítulo 2 — Los Primeros Pasos En La Oscuridad

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El verano de 1977 llegó, y con él, el día que Regulus había estado esperando. La ceremonia fue en una mansión antigua, oscura y llena de un aire denso. Estaba nervioso, sí, pero el orgullo era más fuerte. Tenía dieciséis años, y sus padres lo miraban con una felicidad silenciosa. No estaba solo. Lucius Malfoy, Severus Snape, y otros de Slytherin como Avery y Mulciber, también estaban allí para recibir la Marca Tenebrosa. Cuando fue su turno, Regulus se acercó al Señor Tenebroso. Sintió el frío de la varita en su brazo izquierdo y luego, un dolor que lo quemó por dentro. La Marca se dibujó en su piel: una calavera con una serpiente. Apretó los dientes, sin mostrar nada. Esto era por lo que había trabajado. Esto era el honor. Los años que siguieron, de 1977 a 1979, fueron un remolino de misiones y reuniones. Regulus participaba activamente. Creía en la supremacía de la sangre pura con cada fibra de su ser. Ver al Señor Tenebroso ganar terreno, ver el miedo en los ojos de quienes se oponían a él, confirmaba lo que le habían enseñado toda su vida: el poder de la sangre pura era imparable. Una de sus primeras misiones lo llevó con Evan Rosier a una cacería de muggles. Evan disfrutaba del miedo que causaban, riendo mientras los hechizos destrozaban cosas. —¡Míralos correr, Black! ¡Patéticos! —gritaba Evan, con brillo en los ojos. Regulus no se reía con él. La crueldad sin sentido le causaba una pequeña punzada de inquietud. Él creía en la necesidad de mostrarles a los muggles su lugar, pero el placer de Evan le parecía excesivo, una emoción que no iba con el "orden" que Voldemort prometía. Aun así, se decía a sí mismo que eran pasos necesarios. En otras ocasiones, se unía a Bellatrix Lestrange. Su prima era feroz, una fuerza incontrolable de lealtad al Señor Tenebroso, y la crueldad para ella era un arte. Regulus la veía torturar a los "traidores a la sangre" con una alegría escalofriante. Él participaba, lanzaba hechizos para cumplir con la misión, pero por dentro, una pequeña voz empezaba a susurrar. Se sentía incómodo. La ideología de la sangre pura era su verdad, pero la forma en que se aplicaba a veces... le chirriaba. No se había vuelto un Mortífago importante. A pesar de ser un mago poderoso, nunca llegó al círculo íntimo de Voldemort, ese grupo de leales fanáticos como Bellatrix. Era más un soldado, un peón, que un estratega. Veía a Severus Snape en las reuniones, siempre serio y silencioso. Snape era eficiente, lanzaba las maldiciones sin dudar, pero sin la alegría de Bellatrix. Regulus lo respetaba por eso. Sabía que no eran amigos, los Black no se mezclaban así con los mestizos, pero había una especie de entendimiento profesional entre ellos. Ambos servían a la misma causa, cada uno a su manera. Con el tiempo, las dudas de Regulus se hicieron un poco más grandes. No era que dejara de creer en la sangre pura; seguía convencido de que era el camino correcto. Pero el Señor Tenebroso, al que había jurado lealtad, parecía valorar el poder por encima de todo, incluso de la lealtad de sus propios seguidores. Empezaba a ver que las promesas de un mundo de orden y honor se desdibujaban con cada acto de violencia sin propósito. La Marca en su brazo, antes un símbolo de orgullo, ahora empezaba a picarle, recordándole que había entregado su lealtad a algo que quizás no era tan noble como pensaba. Sus dieciocho años llegaron. Se acercaba el final de su etapa en Hogwarts y con ella, un punto de inflexión. Había pasado dos años sumergido en la oscuridad, y aunque la fe en sus ideales seguía, las fisuras en la imagen perfecta del Señor Tenebroso eran cada vez más grandes. Estaba a punto de descubrir hasta qué punto esa oscuridad podía traicionar incluso a los más leales.
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