ID de la obra: 358

Obsesión y protección

Slash
NC-17
Finalizada
7
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
¡Vote por el trabajo que más le guste! Puede votar una vez al día.
Promocionada! 0
autor
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
178 páginas, 77 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
7 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Capítulo 16: Lo Que Nunca Se Perdona

Ajustes de texto
Draco caminaba solo por el pasillo tras la biblioteca. Sabía que no debía estar tan expuesto, pero necesitaba aire. Necesitaba espacio. El ambiente en Hogwarts había cambiado desde que él y Harry habían hecho pública su relación. Y no para bien. Estaba acostumbrado a las miradas. A los susurros. Pero no a lo que vino después. —¿Disfrutando del castillo, Malfoy? —La voz de Ron Weasley lo detuvo. Draco se giró lentamente. No contestó. Ron avanzó, los ojos encendidos de una rabia enfermiza. —Debiste quedarte arrastrándote como la escoria que eres. Pero claro… ahora te follas a Harry Potter y todo se te perdona, ¿no? Draco apretó los dientes. —Aléjate, Weasley. Pero Ron no se detuvo. —¿Qué le diste? ¿Qué le ofreciste? ¿Tu boca? ¿Tu culo? ¿O solo le dijiste que te recordaba a Voldemort cuando te abrías de piernas? Draco se quedó helado. El golpe fue verbal… pero igual de brutal. —Eres una maldita puta, Malfoy. Una zorra con apellido caro. Apostaría lo que sea a que hasta Voldemort te probó en su mansión de mierda. Draco sintió que se le revolvía el estómago. Y antes de poder decir nada… Ron lo golpeó. El puño impactó en su pómulo izquierdo, haciéndolo tambalear contra la pared. —¡Eso es por ensuciarlo! —gritó Ron—. ¡Por manipularlo! ¡Por hacer que deje a sus verdaderos amigos por ti! Pero entonces… El pasillo se volvió gélido. Un viento invisible cortó el aire como una navaja. Y la voz de Harry llegó desde el extremo opuesto. —Vuelve a tocarlo, y te juro que te rompo todos los huesos del cuerpo. Ron se giró. Harry estaba allí. La varita en la mano. Los ojos encendidos con una furia tan cruda que ni el mismo Voldemort había tenido. —Harry, no es lo que piensas... —¿No? —avanzó paso a paso—. ¿Entonces no lo llamaste zorra? ¿No dijiste que se abría de piernas para Voldemort? ¿No le pegaste por estar conmigo? Ron retrocedió un paso. Harry levantó la varita. —¡Expelliarmus! La varita de Ron voló y cayó a metros. —¡Harry, para! ¡Soy tu amigo! —¿Mi amigo? —la risa de Harry fue rota, cruel—. Un amigo no golpea a quien amo. Un amigo no escupe veneno sobre alguien que sobrevivió más de lo que tú podrías soportar. Draco, contra la pared, sangrando del labio, lo miraba con ojos vacíos. No suplicaba. No lloraba. Solo esperaba. —Lárgate —le dijo Harry a Ron, sin bajar la varita—. Antes de que haga algo de lo que me arrepienta. O no. Ron lo miró, roto. Y entendió. Lo había perdido. Para siempre. Se fue sin decir una palabra más. --- Harry se acercó a Draco. Lo tocó con manos temblorosas. —¿Estás bien? Draco asintió, aunque no lo estaba. —¿Lo escuchaste todo? —Cada palabra. —¿Y ahora…? Harry le acarició la mejilla herida con una ternura que casi dolía. —Ahora te cuido yo. Y si alguien más se atreve a tocarte, Draco… juro que lo destruyo. Draco cerró los ojos. Y por primera vez, dejó que alguien c argara con su furia, con su miedo, con su dolor. Porque ese alguien… era Harry. Y Harry no perdona.
7 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)