Obsesión y protección

Hermione lo esperaba en la torre de Astronomía, donde solían hablar cuando el mundo se volvía insoportable. Harry subió sin apuro. Sabía de qué se trataba. Y no le importaba. —Hola, Hermione —dijo con voz tranquila, casi helada. —Gracias por venir —respondió ella, suave. Tenía ojeras y los ojos vidriosos. No era una reunión casual. Harry se apoyó en el muro de piedra, los brazos cruzados. Esperó. Hermione dudó. Luego habló: —Lo que hizo Ron fue inaceptable. No estoy excusándolo. Lo sé. Harry no se movió. —Pero… está herido, confundido. Tiene miedo. Y tú eres su mejor amigo. Él te ama, a su manera. Creció contigo. —Y aún así —interrumpió Harry, con una frialdad que caló hondo—, le rompió la cara a Draco y lo llamó puta. Lo acusó de acostarse con Voldemort. Hermione cerró los ojos. —Lo sé. Pero si te pierde a ti para siempre, no sé qué será de él. No estoy diciendo que lo perdones ahora. Solo… que no lo condenes del todo. Harry se rió. Sin humor. —¿Y qué propones, Hermione? ¿Que le dé tiempo? ¿Que finjamos que fue solo un “mal momento”? ¿Que Draco sonría cada vez que vea a Ron después de que lo golpeó y lo escupió con odio? Hermione bajó la mirada. —Harry… —No. Su voz cortó el aire. —No lo voy a perdonar. Y te lo advierto, Hermione: si Weasley vuelve a acercarse a Draco con una sola intención hostil… lo mato. Ella se quedó helada. —¿Lo dices en serio? Harry la miró. Y en esos ojos… ya no quedaba duda. Ni culpa. Solo una determinación oscura. —He matado antes. Lo volvería a hacer. Pero esta vez… no sería por una guerra. Sería por amor. Hermione sintió que se le rompía algo por dentro. —Harry, por favor… no te pierdas. No te conviertas en lo que tanto luchaste contra. —¿Y qué crees que soy, Hermione? —preguntó con voz quebrada—. ¿Un héroe de luz? ¿Un niño que perdona y olvida? Dio un paso hacia ella. —Yo ya estoy roto. Lo único que me sostiene es él. Y si alguien —incluso tú, incluso el mundo mágico— intenta quitármelo, me volveré todo lo que temen. Hermione lloró en silencio. Porque en ese momento, entendió que Harry Potter ya no estaba del lado de los buenos o malos. Estaba del lado de Draco. Y no había marcha atrás. --- Harry se fue sin mirar atrás. Y Hermione se quedó sola, con la certeza de que había presenciado algo irrevocable. Porque hay lazos que se tensan… Y otros que, simplemente, se rompen