Capítulo 23 (parte 1): Las Semillas del Veneno
6 de julio de 2025, 22:33
El cielo estaba nublado cuando Harry se acercó a Draco en la Sala de Menesteres.
Este estaba recostado en el diván, hojeando un libro con aire aburrido, envuelto en una manta de terciopelo.
-¿Otra sorpresa? -preguntó Draco, sin mirarlo del todo, aunque una sonrisa leve ya asomaba en sus labios.
Harry se arrodilló frente a él.
-Sí. Pero necesito dos días. Voy a ausentarme del castillo. No puedo decirte a dónde voy, sólo que es por ti. Sólo por ti.
Draco alzó una ceja, escéptico.
-¿Dos días sin tu sombra rondándome? Qué escándalo. Los pasillos van a sentirse fríos sin tus amenazas...
Harry sonrió, pero sus ojos seguían serios.
-Lo digo en serio. Confías en mí, ¿no?
Draco lo miró con atención.
Por un momento, el niño arrogante, el heredero caído, el Malfoy orgulloso, desapareció.
Y en su lugar estaba solo un chico enamorado, que asintió una sola vez.
-Sí. Confío en ti.
Harry besó su frente con ternura.
-Cuando vuelva, lo vas a entender todo.
Y se fue.
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El primer día fue tranquilo.
Pero el segundo...
Las serpientes empezaron a sisear.
-¿Escuchaste lo de Harry y Ginny? -preguntó una chica de Hufflepuff en la biblioteca.
-Dicen que se escaparon juntos. Que siempre fue Ginny.
-Dicen que Draco fue solo un pasatiempo. Una venganza. Como un experimento para humillarlo.
-¿Viste cómo Ginny sonríe cada vez que lo nombran?
Y Ginny sonreía.
Sonreía mucho.
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-Tal vez Harry se cansó de ti -le dijo un chico de de Slytherin con crueldad durante el almuerzo-. Era obvio que no iba a durar. ¿Quién quiere estar con el hijo de los fracasados Malfoy?
Draco no contestó.
Solo bajó lentamente su cuchara, dejando la sopa intacta.
-¿Te dijo a dónde iba, al menos? -insistió Blaise, fingiendo preocupación-. Porque vi a Ginevra con una carta esta mañana. Roja. Como las que solía mandarle Potter.
Draco se levantó sin decir una palabra.
Pero sus manos estaban temblando.
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Esa noche, en la Sala de Menesteres, Draco estaba solo.
El lugar se había adaptado al clima: frío, silencioso.
El sillón vacío.
La manta caída.
Y en su cabeza, una sola pregunta:
¿Y si todos tenían razón?
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Al día siguiente, los rumores ya eran casi ley:
-Harry volvió con Ginny.
-Draco fue una distracción.
-Fue un castigo por lo que pasó en sexto año.
-Harry ya lo superó.
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Draco lloró.
Se quedó despierto toda la noche, solo, mirando la puerta.
Y pensa
ndo que, por primera vez, no estaba seguro si Harry volvería...
...ni si lo haría para él.