ID de la obra: 358

Obsesión y protección

Slash
NC-17
Finalizada
7
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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autor
Emparejamientos y personajes:
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178 páginas, 77 capítulos
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Capítulo 26: El Ministerio Declara la Guerra

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La mañana llegó, pero Hogwarts no despertó con calma. Una docena de Aurores armados se desplegaron por los terrenos. Magos y brujas con túnicas negras, insignias oficiales, y rostros fríos. No venían en son de paz. Venían a tomar a Draco Malfoy. --- En la torre de Slytherin, Draco acababa de ponerse la camisa cuando sintió la primera vibración mágica. Harry, que estaba sentado en la cama con la varita en la mano, alzó la mirada. —¿Lo sentiste? Draco asintió, tenso. —Sí. ¿Qué es? Harry cerró los ojos por un segundo, conectándose con la magia del castillo. Cuando los abrió, ardían en furia contenida. —Aurores. Del Ministerio. Draco palideció. —¿Vienen por mí? Harry se levantó con un movimiento firme. Se puso la túnica oscura que había empezado a usar desde su declaración pública. La misma con la marca de la serpiente bordada en plata, símbolo no de Slytherin… sino de protección. —Quieren separarnos —dijo con voz baja—. Pero ya no pueden. --- Minerva McGonagall bajó las escaleras del castillo justo cuando el jefe del escuadrón ministerial levantaba una orden sellada. —Traemos instrucciones directas —dijo, con voz de plomo—. Draco Malfoy debe ser escoltado al Ministerio para interrogatorio urgente. Riesgo de manipulación mental. Posible uso de magia oscura. McGonagall frunció el ceño. —¿Y creen que pueden irrumpir aquí como si Hogwarts fuera su cuartel? —Esto ya no es solo una escuela, profesora. Esto es un campo de batalla emocional. Y Potter está inestable. —No. —La voz de Harry resonó desde la entrada. Todos se giraron. Harry venía caminando, varita en mano, ojos encendidos. Draco a su lado, elegante, sin miedo. —Draco no va a ningún lado. El jefe del escuadrón levantó su varita. —No estamos pidiendo permiso, Potter. Harry sonrió. —Yo tampoco. --- Lo siguiente fue un destello. Los Aurores se vieron repentinamente desarmados. Sus varitas volaron por el aire, y el suelo tembló bajo sus pies. Harry se adelantó, solo un paso. Su sombra se alargó detrás de él como si el mismo castillo le respondiera. —Draco Malfoy está bajo mi protección mágica. Cualquier intento de tocarlo… será considerado una declaración de guerra. —¿Te estás rebelando contra el Ministerio? —gruñó uno de los Aurores, temblando. —No —respondió Harry con frialdad—. Me estoy rebelando contra cualquiera que crea que mi amor necesita su aprobación. McGonagall intervino, alzando su bastón. —¡Basta! Este es un lugar de enseñanza, no de amenazas. Potter, baja la varita. Harry no la obedeció. Fue Draco quien le tocó el brazo, suavemente. —Harry… estoy aquí. Nadie me va a llevar mientras tú estés conmigo. No hace falta que los mates… todavía. Harry bajó la varita. Pero su mirada dejó claro que no era un gesto de paz. Era una advertencia silenciosa. --- El escuadrón retrocedió, finalmente, derrotado no por hechizos… sino por el peso de una verdad incómoda: Harry Pot ter ya no era suyo. Ahora le pertenecía solo a Draco Malfoy. Y el mundo tendría que acostumbrarse.
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