ID de la obra: 358

Obsesión y protección

Slash
NC-17
Finalizada
7
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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autor
Emparejamientos y personajes:
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178 páginas, 77 capítulos
Descripción:
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Capítulo 35: Promesas, Apodos y Lazos de Encanto

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El día después de la propuesta, Grimmauld Place parecía respirar distinto. Las paredes no crujían tanto. Las sombras eran menos densas. Y por primera vez desde que Harry lo heredó, la casa parecía hogar. Draco se había despertado tarde, con el anillo aún en su dedo, y un Harry dormido abrazándolo desde la espalda, el rostro apoyado justo sobre la curva incipiente de su vientre. —Buenos días, Dragón —murmuró Harry apenas lo sintió moverse. Draco alzó una ceja sin girarse. —¿Dragón? Harry sonrió contra su cuello. —Sí. Porque tenés garras cuando querés, escamas cuando te defendés… y fuego en todo lo que hacés. Además, el más hermoso que he visto. Draco bufó, aunque sus mejillas traicionaron el gesto con un rubor leve. —Si empezás a llamarme eso frente a los demás, me voy a mudar a la biblioteca. —Frente a otros te llamaré “Señor Malfoy-Potter”. Pero aquí… siempre serás mi dragón. --- Después del desayuno —que Harry preparó personalmente, aunque casi incendia la cocina con el té—, se encerraron en el estudio con un pergamino extendido entre ambos. —Bien —dijo Harry, acomodando sus lentes—. ¿Boda mágica tradicional, algo más moderno o una mezcla? Draco, con una copa de jugo encantado entre las manos, lo pensó. —Quiero algo simbólico. No una ceremonia que parezca sacada de un manual de pureza de sangre, pero tampoco una vulgaridad muggle. Quiero… una unión con significado. Como lo que hiciste con el anillo. —Entonces mezcla —decidió Harry—. Magia antigua y votos personales. Nada impuesto. —Y sin Dumbledore —añadió Draco sin vacilar. Harry asintió con una sonrisa tensa. —Él no será invitado. No quiero a nadie que alguna vez te vio como un error. --- Las ideas comenzaron a fluir. Anotaron cada una en el pergamino. Ubicación: un claro encantado dentro del Valle de Godric, restaurado mágicamente para no ser peligroso. Fecha tentativa: luna llena de abril, un símbolo de protección mágica para los niños. Invitados: Narcissa, Andrómeda, Hermione, Luna… Neville, Snape. El resto aún en duda. Votos personalizados. Vestimenta combinada en negro, verde y rojo oscuro. Flores nocturnas y luces flotantes encantadas. Una ceremonia circular, sin un altar: igualdad. Harry también propuso que los anillos que intercambiaran se grabaran con las iniciales de sus hijos al nacer. Draco se detuvo ahí. —¿No es muy pronto para eso? Harry le acarició suavemente el vientre. —Nunca es demasiado pronto para incluirlos. --- Esa noche, Draco estaba acostado leyendo, cubierto por una manta encantada que se calentaba sola. Harry se acercó despacio, arrodillándose junto a la cama, justo a la altura de su vientre. —¿Qué estás haciendo? —preguntó Draco, aunque ya lo sospechaba. Harry apoyó la mejilla contra su vientre, sonriendo. —Shh. Estoy hablando con ellos. —¿Con quién? —Con nuestros hijos. Draco cerró el libro sin decir nada más, observando. Harry apoyó su mano cálida y empezó: —Hola, mis pequeños. Soy papá Harry. Sé que aún no me escuchan bien… pero quiero que sepan que desde que supe de ustedes, no hay nada más importante en este mundo. Van a tener la mejor casa, los mejores libros, la magia más segura. Y van a tener al dragón más brillante, fuerte y guapo como otro papá. Y si algún día tienen miedo, o si alguien quiere hacerles daño… solo tienen que llamar. Y vendré. Siempre. Draco se tapó los ojos con el antebrazo, fingiendo estar cansado. Pero no dijo nada cuando una lágrima resbaló por su mejilla. Harry, aún con la mano sobre él, susurró: —Vamos a tener una familia, Dragón. Completa. Protegida. Mía. --- A la mañana siguiente, un sobre elegante con bordes dorados llegó flotando por la ventana, directo al estudio donde descansaban los preparativos. Era de Narcissa.

*Mi querido hijo y futuro yerno:

Estoy tejiendo los lazos de ceremonia según la antigua tradición Black.

Y sí, querido Draco… solo me tomará unos días convencer a Andrómeda para que venga también.

No estoy perdiendo a un hijo. Estoy ganando un nieto. O dos. O tres, según cómo lo alimentes.

Narcissa*

Draco sonrió, por primera vez con sinceridad. Harry lo miró y le acarició el cabello suavemente. —¿Y? ¿Listo para casarte con un Gryffindor problemático, obsesionado contigo? —No es que tenga muchas opciones —dijo Draco, con un tono teatral—. Ya me atrapaste. Harry le guiñó un ojo. —Y te pienso tener para siempre.
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