ID de la obra: 358

Obsesión y protección

Slash
NC-17
Finalizada
7
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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autor
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
178 páginas, 77 capítulos
Descripción:
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Capítulo 42: Bienvenidos al Mundo

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La alarma mágica sonó a las 3:17 de la madrugada. Harry despertó sobresaltado al sentir a Draco apretándole con fuerza el antebrazo. —Harry... están viniendo —murmuró entre dientes, con el rostro pálido y los labios tensos. Un instante después, su cuerpo se estremeció con una contracción tan intensa que dejó sin aliento a ambos. Harry no gritó. No se asustó. No dudó. Solo alzó su varita, lanzó un Expecto Patronum que salió disparado hacia San Mungo… y en segundos, la red Flu los envolvió. --- San Mungo — Sala de Partos Mágicos, Nivel 5 Los recibió el sanador Lior Wensley, un hombre calmo de mirada clara y varita firme, especializado en nacimientos mágicos no convencionales. Al verlos llegar, tomó el control sin vacilar. —Sala 3, estabilicen al señor Malfoy-Potter. ¡Ya! —ordenó mientras dos asistentes los guiaban a una sala luminosa con encantamientos de calma flotando en el aire. Draco jadeaba con el rostro cubierto de sudor, apretando la mano de Harry con tal fuerza que este sintió entumecerse los dedos. —No me dejes, Potter… o te mato. —No me muevo de aquí ni con un Avada —susurró Harry, besándole la frente. --- El trabajo de parto Las contracciones se intensificaron. Draco gritaba. Mordía el borde de la túnica. Insultaba a todos. A veces, sólo respiraba con esfuerzo mientras su magia chispeaba en el aire con inestabilidad. —¡¿Qué clase de castigo cósmico es este?! —bramó—. ¡Los Malfoy no nacimos para esto! —eres el Malfoy más valiente que conocí —le susurró Harry, temblando mientras le acariciaba el cabello mojado—. Ya falta menos. Ya casi. Draco lo miró, débilmente, y luego gritó cuando una nueva contracción le sacudió el vientre. El sanador conjuró campos de estabilización, entonó hechizos de canalización, y luego dijo con tono firme: —¡Es el momento, señor Malfoy-Potter! puje con toda su fuerza. --- 03:58 AM — Nace James Un llanto fuerte y claro llenó la sala. Harry no supo si estaba respirando. Solo supo que una pequeña criatura envuelta en magia acababa de llegar al mundo. —Es… es James —susurró. El sanador le entregó al bebé cuidadosamente envuelto. Tenía mechones negros húmedos y una boca perfecta. Cuando lo apoyaron sobre el pecho de Draco, este lloró. —Hola, James... —dijo con voz rota. Harry se inclinó a besarlos a ambos. —Lo hiciste, Dragón. Lo hicimos. —No me digas que se terminó aún —gimió Draco, tiritando. —No… —dijo el sanador—. El segundo está en camino. --- 04:13 AM — Nace Scorpius Scorpius fue más silencioso al principio. Se retorció con fuerza, y luego, como si eligiera cuándo hacerlo, soltó un chillido tan agudo que hizo reír al sanador. —Este sí que va a tener carácter —dijo. Harry lo sostuvo por primera vez, con las manos temblorosas. Tenía el cabello más claro, casi platinado, como Draco. Y cuando abrió los ojos… eran verdes. Perfectamente verdes. —Hola, Scorpius… —dijo Harry, con lágrimas en los ojos—. Bienvenido a casa. --- Después del caos Draco estaba exhausto. Apoyado contra las almohadas, con un hijo en cada brazo y el rostro pálido pero sereno. Harry estaba sentado a su lado, sin dejar de mirar a los tres como si acabara de encontrar el significado de la vida. —¿Están bien? —preguntó en un susurro. El sanador asintió. —Ambos sanos. Magia estable. Peso normal. El padre también... aunque agotado. Draco rió muy, muy bajito. —Lo logré, Potter… Harry lo besó en la frente. —eres mi héroe. Draco lo miró. —Prometeme que, aunque el mundo se caiga, nadie los va a tocar. Que nadie va a alejarlos de mí. Harry tomó su varita, la sostuvo sobre el corazón y dijo en voz baja: —Lo juro por mi magia, mi sangre… y todo lo que soy. --- Afuera, Narcissa y Hermione esperaban en silencio. Cuando la puerta se abrió y vieron a Harry con un bebé en cada brazo y una sonrisa hecha de sol, ambas rompieron en lágrimas. —Narcissa —susurró Harry—. Te presento a tus nietos: James y Scorpius. Ella se acercó con cuidado, tocó las pequeña s mejillas, y sonrió como si el universo hubiese sanado un poco ese día. —Bienvenidos, príncipes —susurró.
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