ID de la obra: 358

Obsesión y protección

Slash
NC-17
Finalizada
7
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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autor
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
178 páginas, 77 capítulos
Descripción:
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Capítulo 51: No Compartimos a Papi

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Era una tarde soleada en Grimmauld Place, y Draco había decidido aprovechar el clima para organizar un pequeño picnic en el jardín mágico de la casa. Harry se encontraba en el Ministerio, así que Draco se encargó de organizar todo: una manta encantada que se mantenía siempre seca, limonada fría que se rellenaba sola, pastel de frambuesas y fresas… y por supuesto, juguetes mágicos flotantes que seguían a los niños con forma de pequeños fénix brillantes. James y Scorpius correteaban descalzos, lanzando hechizos de burbujas con su varita de práctica mientras Draco los observaba desde la manta. —¡Papi, mirá este! —gritó Scorpius, haciendo flotar una burbuja que brillaba como si tuviera purpurina. —¡Y yo hice una con forma de Snitch! —dijo James con orgullo. Draco aplaudió suavemente, sonriendo con orgullo por la creatividad de sus hijos. Pero entonces, apareció Teddy Lupin, acompañado de Andrómeda, que venía de visita. Teddy ya tenía catorce años, su cabello cambiaba constantemente de color, y desde el momento en que saludó a Draco con un cariñoso abrazo, los ojos de los gemelos se afilaron como si estuvieran evaluando a un enemigo en el campo de batalla. —Hola, Draco. Tenés que ver el proyecto que estoy haciendo en Encantamientos —dijo Teddy, sentándose a su lado y sacando un cuaderno mágico. Draco lo escuchó con atención, sonriendo con interés genuino. —Qué impresionante, Teddy. Vas a superar a muchos en tu clase con eso —comentó mientras lo elogiaba, tocándole suavemente el hombro. Desde unos metros más allá, James y Scorpius se miraron con la misma expresión de alarma. —¿Por qué papi lo está tocando así? —susurró James, frunciendo el ceño. —¡Y se está riendo! ¡Ni siquiera se rió tanto con nuestras burbujas de arcoíris! —replicó Scorpius, claramente indignado. —¡Está traicionándonos! Los dos se acercaron al grupo, interrumpiendo la charla sin ninguna sutileza. James se sentó directamente en el regazo de Draco con una mirada posesiva, mientras Scorpius se apoyaba en su brazo con un puchero evidente. —Estamos aburridos —dijo James mirando a Teddy como si fuera un pedazo de brócoli. —Sí, y papi dijo que nos iba a leer un cuento hoy —añadió Scorpius, subiendo la apuesta. Teddy los miró divertido, captando la situación al instante. —Tranquilos, pequeños. No quiero robarme a su papi. Solo vine a mostrarle algo rápido. Draco alzó una ceja, conteniendo la risa. —¿Están celosos? —¡NO! —respondieron al unísono, con un tono tan coordinado como sospechoso. Draco les acarició el cabello, haciéndolos recostar contra su pecho. —Amo a Teddy. Es familia. Pero ustedes son mis pequeños dragones. No hay nadie que me saque de ustedes. Y si Teddy me abraza, eso no significa que los quiera menos. —¿Prometido? —preguntó Scorpius. —¿Firmado con magia? —añadió James. —Prometido, firmado y encantado con mil besos —respondió Draco, besándoles la frente a ambos. Teddy sonrió con ternura y se despidió después de un rato, lanzando un guiño a los celosos. —No se preocupen. Me buscaré mi propio papi. —¡Sí, mejor! —gritó Scorpius, todavía desconfiado. Esa noche, cuando Harry regresó y Draco le contó todo, no pararon de reírse durante la cena. —Deberíamos advertirle a todo el mundo —dijo Harry entre carcajadas—. Nadie toca a papi Draco… sin la aprobación de los pequeños guardianes Malfoy-Potter.
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