ID de la obra: 358

Obsesión y protección

Slash
NC-17
Finalizada
7
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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autor
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
178 páginas, 77 capítulos
Descripción:
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Capítulo 67: Sombras y cadenas

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La celda donde Draco estaba prisionero estaba envuelta en una oscuridad espesa, rota únicamente por la tenue luz de una vela mágica que parpadeaba, proyectando sombras inquietantes en las paredes de piedra. Draco yacía encadenado con magia, su cuerpo marcado por los golpes y heridas recientes, pero sus ojos mantenían una llama de desafío y resistencia. Delante de él, Ronald Weasley se movía con furia contenida, su varita apuntando directamente al corazón de Draco. -¿Sabes lo que hiciste, Malfoy? -gruñó Ron con voz quebrada por la ira-. Manipulaste a Harry, lo usaste, y ahora estás pagando por eso. Ginevra Weasley, con un semblante frío y decidido, se acercó lentamente. -Sabemos que nos habías engañado -dijo con voz suave, pero cada palabra era como un filo cortante-. Que nunca ibas a cambiar. Draco apenas pudo sostener la mirada, sintiendo el peso de cada palabra y cada amenaza. Al fondo, en un lugar más elevado, la silueta de Albus Dumbledore permanecía inmóvil, sus ojos ocultos tras la penumbra pero observando con una atención implacable. Su presencia imponía un silencio casi reverencial, pero también un miedo profundo. Ron levantó la varita y lanzó un hechizo de dolor controlado que hizo que Draco se retorciera, conteniendo un grito. -Esto es solo el comienzo -advirtió Ginny-. Queremos que confieses, que digas cómo fue que engañaste a Harry para que se quede contigo. Draco tragó saliva, el dolor era intenso pero su voluntad era más fuerte. -No diré nada -susurró con voz firme-. Harry me buscará, y no permitirá que triunfen. Dumbledore, con un leve movimiento de su mano, hizo callar a Ron y Ginny. -Sean pacientes -dijo con calma, aunque su voz escondía un matiz frío-. No queremos destruirlo, sino moldearlo. El tiempo es nuestro aliado. Las horas se convirtieron en días, y cada tortura, cada interrogatorio, era un intento de quebrar la resistencia de Draco. Pero dentro de él, el amor por Harry y sus hijos seguía siendo un faro inquebrantable, una fuerza que ni el dolor ni la oscuridad podían apagar.
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