Capítulo 71: No está solo
6 de julio de 2025, 23:47
Azkaban, silencioso y sombrío, vibraba con una energía inusual.
Esa tarde, tres figuras avanzaban por sus pasillos como sombras decididas: Pansy Parkinson, Blaise Zabini y Theodore Nott. Vestían túnicas oscuras, y sus rostros estaban marcados por una mezcla de determinación y furia contenida.
No venían como antiguos compañeros de escuela. Venían como la familia que Draco había elegido.
Habían pedido acceso especial como parte del consejo privado del Wizengamot para inspección de prisioneros… y nadie se atrevió a decirles que no. No con Harry Potter respaldando su intención.
Al llegar a la celda donde Ron, Ginny y Dumbledore estaban retenidos, se detuvieron unos segundos. Solo se oía el sonido lento del goteo y la respiración entrecortada de los reclusos.
—Abran la puerta —ordenó Theo al guardia—. No haremos nada ilegal... solo conversar.
El guardia dudó. Pansy lo miró de tal forma que prefirió no hacer preguntas y retrocedió.
Cuando entraron, el silencio fue sepulcral.
—¿Qué quieren? —gruñó Ron, al verlos—. ¿Vienen a burlarse?
Blaise se le acercó con calma. Le bastó una mirada para que el pelirrojo retrocediera un paso.
—No —respondió Blaise—. Venimos a asegurarnos de que entiendan algo que Draco no pudo gritar entre cadenas.
Pansy, con una expresión helada, se detuvo frente a Ginny. Le dio una bofetada seca, luego otra y otra. con rabia, con odió.q
—Eso es por cada lágrima que le arrancaste. Por cada noche en que tuvo miedo de que Harry no lo encontrara.
Ginny, sin posibilidad de defenderse, solo agachó la cabeza. Su orgullo comenzaba a morir.
Theo, más callado, se colocó frente a Dumbledore.
—¿Usted? El gran líder. El protector de la luz… Qué ironía, ¿no? Terminó siendo la oscuridad que Draco más temió.
Dumbledore no habló. Tenía la mirada perdida, y los ojos grises ya no tenían sabiduría, solo derrota.
Theo le lanzó un hechizo pensante a Dumbledore. Demostrando que las palabras no significan nada. Ellos están aquí para hacerlos gritar.
Pansy se giró hacia todos y alzó la voz, con una fuerza que hizo temblar las paredes. Sujetó el cabello de Ginevra y golpeó su cabeza contra la pared, haciendo que un grito de dolor escapara de sus labios. La sangre que caía de su frente.
—Draco nunca estuvo solo. Y ustedes lo sabrán todos los días que pasen aquí. Nosotros nos encargaremos de que jamás lo olviden.
Blaise se detuvo frente a Ron, le dio un puñetazo preciso en el estómago que lo hizo arrodillarse. Luego pateo su cara rompiendo su labio y haciendo sangrar su nariz y quebrandole un diente.
—Eso es por tocar lo que no era tuyo.
Salieron de la celda dejando atrás el eco de su advertencia.
La oscuridad de Azkaban era pesada… pero lo que más pesaba ahora era l
a certeza de que Draco Malfoy no estaba solo.