Capítulo 8: No me dejes solo con esto
7 de julio de 2025, 12:26
Hermione Granger siempre ha sido lógica.
Hasta que se convirtió en mi desequilibrio.
Y, al parecer, también en mi cura.
Después de lo de Lyra, Hermione hace lo más predecible.
Investiga.
Lleva tres días revisando archivos, textos antiguos, informes del Departamento de Magia Experimental.
No duerme.
No me mira demasiado.
Pero cuando me habla, su voz suena más suave.
Como si supiera que estoy al límite.
Porque lo estoy.
—¿Por qué no quieres hablar del vínculo? —me pregunta una noche.
—Porque si es real, significa que no te elegí.
—¿Y si sí lo hiciste?
—Entonces también significa que no puedo dejarte.
—¿Eso sería tan terrible?
La forma en que lo dice.
Su voz es tan baja que me duele.
—Sí —susurro.
Ella se aleja.
No por rabia.
Por miedo.
El día siguiente, el Ministerio envía una orden.
Hermione debe regresar temporalmente a Londres.
Una emergencia de alto nivel.
Yo no estoy incluido.
—Volveré —dice, mientras prepara su bolso.
—No lo hagas.
Se detiene.
—¿No quieres que vuelva?
—No quiero que te vayas.
Ella respira hondo.
—Malfoy...
—No sé cuánto puedo sostenerme sin ti —le digo. —No con esto creciendo dentro mío.
—Es solo por dos días.
—Eso es lo que decía el Ministerio cuando me interrogaban. Y terminé tres semanas encerrado en un cuarto sin ventanas.
Silencio.
Ella cruza la habitación.
Se inclina frente a mí.
Y toca mi rostro con cuidado.
—No voy a desaparecer.
—Ya lo hiciste una vez —digo. No quería decirlo. Pero lo dije.
Ella traga saliva.
—Eras otro.
—No. Solo estaba disfrazado.
Cuando se va, la posada huele a su ausencia.
El aire está más frío.
El colchón, más duro.
Mi cuerpo, más tenso.
Esa noche, algo dentro del bosque llama.
Una energía.
Un eco.
Un rugido.
Salgo.
Solo.
Y me pierdo.
El capítulo termina con Draco en el bosque, semitransformado, sin rumbo, al borde de cruzar una línea que no sabe si puede volver a desandar.
Y en su mente, solo un nombre:
Granger.