ID de la obra: 366

Sealed Promises (promesas selladas)

Mezcla
PG-13
En progreso
5
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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planificada Mini, escritos 29 páginas, 5 capítulos
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SELECCION DE CASAS

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• Narrador omnisciente • Al cabo de unas horas, el cielo se empezó a oscurecer, los alumnos empezaron a ponerse sus uniformes, otros acomodando sus equipajes e incluso algunos empezaban a despertar después de un largo viaje hasta el Colegio de Magia y Hechicería. El tren empezó a aminorar la marcha y eso significaba que habían llegado por fin al andén pequeño y oscuro, todos salieron de allí a los empujones. Los del primer año miraban para todos lados alucinados, cuando entonces apareció una lámpara moviéndose sobre las cabezas de los alumnos que llegó acompañada de una voz muy grave. —¡¡Primer año!! Los de primer año por aquí —ordenó—. Vengan síganme, miren bien donde pisan. ¡¡Los de primer año, síganme!! Todos los de primer año siguieron las órdenes del semi gigante, por el estrecho sendero oscuro, rodeado de árboles muy empinados. Cuando doblaron aquel sendero, todos los estudiantes nuevos se asombraron al ver que el sendero donde estaban ubicados, se acababa y daba comienzo a un gran lago negro. Si subían su vista entre medio de unas montañas, se encontraba el aquel Gran Castillo con muchas torres y miles de ventanas que brillaban bajo el cielo estrellado. —¡¡No más de cuatro por bote!! —grito el semi gigante, señalando una flota de botecitos, alineados en el agua, al lado de la orilla. Al escuchar tales palabras todos los alumnos corrieron para formar una larga fila para poder ir emparejado con aquellos amigos que habían conocido en el tren, algunos solitarios esperaban con ansias poder conocer amigos. En el caso de nuestras protagonistas, estaban ya en compañía de amigos que con el tiempo se volverán personas fundamentales en sus vidas, por ahora, como todos, están llenas de ansias por tener amigos que esperan ser de la misma casa. A los pocos minutos el semi gigante les dijo a los alumnos que treparan entre las rocas y los guijarros y luego subieran por un pasadizo que estaba en una roca, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, que se encontraba justo a la sombra del gran castillo. Al subir unos escalones de piedra, todos los niños se reunieron ante unas grandes puertas de roble, donde a los pocos minutos apareció una una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda junto con un gran sombrero negro. —Los de primer año, profesora Mcgonagall. —dijo el señor. —Muchas gracias, Hagrid, yo me ocupo de ellos. La profesora Mcgonagall guió a los niños a una habitación fuera del vestíbulo y como la habitación era muy pequeña estaban todos amontonados. —Bienvenidos a Hogwarts —comenzó diciendo—. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran comedor deben ser seleccionados para sus casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estén aquí, sus casas serán como su familia en Hogwarts. Tendrán clases con el resto de la casa que les toque, dormirán en el dormitorio de su casa y pasarán el tiempo libre en la sala común de la casa. >> Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estén en Hogwarts, sus triunfos conseguirán que su casa gane puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierda. Al finalizar el año, la casa que haya obtenido más puntos será premiada con la Copa de las Casas, un gran honor. Espero que todos ustedes sean un orgullo para la casa que les toque. >>La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de unos pocos minutos, frente al resto del colegio. Les sugiero que, mientras esperan, se arreglen lo mejor posible. —Volveré cuando tengamos todo listo para la ceremonia —dijo la profesora—. Por favor esperen en silencio. Salió de la habitación, dejando a los nuevos estudiantes en un estado de nerviosa anticipación. La emoción estaba a flor de piel, y muchos comenzaron a hablar entre ellos, creando un murmullo constante en la sala. Algunos ya tenían amigos, mientras que otros permanecían en silencio, observando a los demás con curiosidad. —¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? —preguntó Harry a Ron, su voz temblando ligeramente. —Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma. —respondió Ron dejando aún más nervioso a Harry. El corazón de Harry dio un terrible salto. ¿Una prueba? ¿Delante de todo el colegio? Pero él no sabía nada de magia todavía... ¿Qué haría? No esperaba algo así, justo en el momento en que acababan de llegar. Miró temblando a su alrededor y vio que los demás también parecían aterrorizados. Una voz femenina se escuchó cerca de ellos, habiendo captado el comentario de Ron. —¿Una prueba que duele mucho, dijiste? —habló una voz femenina en dirección a los amigos. —Em…si, pero como dije Fred suele hacer muchas bromas, no se que tan cierto sea. —habló Ron en tono de duda. Esta rio por el comentario del pelirrojo. —La prueba no duele para nada, así que yo no me preocuparía por eso. Dicho esto Harry y su amigo quedaron mucho más tranquilos, tuvieron la intención de preguntarle su nombre a la niña desconocida pero esta ya se había marchado ante el llamado de un niño moreno más adelante. Luego de esa pequeña charla nadie hablaba mucho, salvo Hermione Granger, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido y se preguntaba cuál necesitaría. Harry intentó no escucharla. Nunca había estado tan nervioso y eso que ya sabía que la prueba no dolería mucho. Después de varios minutos de espera, la profesora Mcgonagall apareció de nuevo por el lugar en donde había dejado a los pequeños. —Bien, ha llegado la hora de la ceremonia, síganme. Dicho eso, todos los que iban para primer año la siguieron y unas grandes puertas de cedro se abrieron permitiendo ver lo que era un gran comedor con cuatro grandes mesas alineadas en los costados y en frente una gran mesa con varios profesores. Una vez que todos los alumnos llegaron al frente la profesora McGonagall se adelantó sosteniendo un gran rollo de pergamino. —Cuando diga su nombre subirán, se sentarán, les colocare el sombrero seleccionador y él les asignará su casa . —comenzó a decir la profesora— ¡Abbott, Hannah! Una niña de rostro rosado y trenzas rubias salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos, y se sentó. Un momento de pausa. —¡HUFFLEPUFF! —gritó el sombrero. La mesa de la derecha aplaudió mientras Hannah iba a sentarse con los de Hufflepuff. Y se pudo observar al fantasma del Fraile Gordo saludando con alegría a la niña. —¡Bones, Susan! —¡HUFFLEPUFF! —gritó otra vez el sombrero, y Susan se apresuró a sentarse al lado de Hannah. —¡Boot, Terry! —¡RAVENCLAW! La segunda mesa de la izquierda aplaudió esta vez. Varios Ravenclaws se levantaron para estrechar la mano de Terry, mientras se reunía con ellos. Brocklehurst, Mandy también fue a Ravenclaw, pero Brown, Lavender resultó la primera nueva Gryffindor, en la mesa más alejada de la izquierda, que estalló en vivas. Escuchando unos silbidos provenientes de los gemelos Weasley. Bulstrode, Millicent fue a Slytherin. Granger Hermione a Gryffindor. Así continuó la selección, algunos permaneciendo sentados apenas unos segundos, mientras que otros tardaban más de un minuto. Eso fue exactamente lo que pasó cuando llamaron a Malfoy, Draco; apenas el sombrero tocó su cabeza, gritó: ¡SLYTHERIN! Moon…Nott… Fueron los siguientes tres nuevos integrantes de Slytherin y en sus caras se reflejaba un aire de satisfacción. Ya no quedaba mucha gente y el próximo nombre a llamar fue… —¡Lupin, Grace! Y la castaña se adelantó entre los alumnos hacia el sombrero. —Vaya, vaya —dijo una vocecita en su oreja—. Pero qué tenemos aquí, una Lupin. Tienes una gran mente, hambre de conocimiento, veo que harás grandes cosas. Sin duda alguna te pondré aquí para que puedas alcanzar el éxito.... ¡SLYTHERIN! Parkinson… Potter… ellos fueron los que prosiguieron a pasar. Y sin duda alguna quedando la pelinegra en la casa de las serpientes mientras que el Harry fue seleccionado en la casa de los leones ocasionando todo un alboroto de punta a punta. — ¡Raymond, Gwendolyn! Gwendolyn subió al taburete con el corazón latiendo con fuerza. El sombrero fue colocado en su cabeza y, después de unos momentos de silencio, empezó a hablar. —¡JA! La niña Raymond, supongo que esperaras que te ponga en Slytherin como tu padre —empezó a hablar el sombrero—, pero veo que al igual que tu madre te gusta lo desconocido, deseas aventura, serias una buena Ravenclaw. Pero también anhelas poder. Mmm, tu destino sin duda está en... ¡SLYTHERIN! La mesa de Slytherin empezó a aplaudir y gritar. El próximo seleccionado fue Weasley Ronald en Gryffindor. — ¡Williams, Chiara! — Curioso, muy curioso —susurro el sombrero seleccionador— grandes anhelos, tienes un gran futuro por delante Chiara Williams y veo que tienes astucia y mucha ambición. Mmm sii, sii. Te pondré en… ¡SLYTHERIN! Zabini… uno de los últimos en ser seleccionados en Slytherin. La profesora McGonagall enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero Seleccionador. Albus Dumbledore se había puesto de pie. Miraba con expresión radiante a los alumnos, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí. —¡Bienvenidos! —dijo— ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están, ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!. El gran salón se llenó de aplausos y risas. Los estudiantes de primer año, ahora oficialmente parte de sus nuevas casas, se sentaron a las mesas, llenos de una mezcla de nerviosismo y emoción. La aventura en Hogwarts acababa de comenzar, y con ella, una nueva etapa de sus vidas llenas de magia, aprendizaje y amistades que durarían toda la vida. El banquete comenzó, y mientras los platos mágicamente se llenaban de comida, una sensación de maravilla y expectativa se apoderó de todos los presentes. Hogwarts les había abierto sus puertas y, con ellas, un mundo de infinitas posibilidades.
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