Los estudiantes de segundo curso necesitarán:
—El libro reglamentario de hechizos (clase 2), Miranda Goshawk.
—Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
—Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
—Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
—Recorridos con los trolls, Gilderoy Lockhart.
—Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
—Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
—Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
—No inventes, pues luego Lockhart está pobre o por qué quiere que compremos todos sus libros. Dijo la castaña provocando la risa de su amigo. En otra parte del callejón, Chiara había llegado acompañada de su familia y la de Draco Malfoy. Sus familias eran muy amigas, y por ello, Chiara solía pasar tiempo con los Malfoy durante las vacaciones. Las familias Williams y Malfoy caminaban con elegancia, mientras que Draco y Chiara discutían sobre las compras que debían hacer para el nuevo año en Hogwarts. —Recuerda que necesitamos pasar por Flourish y Blotts —dijo Draco, mirando a Chiara—. Aún no he conseguido todos mis libros. —Lo sé, lo sé —respondió Chiara, rodando los ojos—. No entiendo porque este año tenemos que llevar toda la colección del charlatán de Lockhart. —Te entiendo, es una completa tontería. —replicó Draco girando sus ojos. —Vamos a la librería antes de que se nos haga tarde y nos regañen. Sin más que decir Chiara y Draco se aproximaron a su última parada, a la librería de Flourish y Blotts. Al acercarse, vieron para su sorpresa a una multitud que se apretujaba en la puerta, tratando de entrar. El motivo de tal aglomeración lo proclamaba una gran pancarta colgada de las ventanas del primer piso:"GILDEROY LOCKHARTH"
Firmará ejemplares de su autobiografía
EL ENCANTADOR
Hoy, de 12:30 a 16:30 horas
—No puede ser, ¿ya viste quién más está aquí?—exclamó el platinado hacía su amiga. —No, ¿quién?—contestó la niña parándose de puntitas y mirando por todo el lugar. —Nada más y nada menos que San Potter.—dijo observando el interior de la librería. —Creo que tienes una ligera obsesión con Harry. —¡No le llames por su nombre! —¡No me hables así, Draco! No es mi culpa que te hayan rechazado por un Weasley. —Ja, ja, que graciosa —Draco giró sus ojos con fastidio—. Ya vuelvo. —¿A dónde vas? ¿Piensas dejarme aquí sola, con tanta gente? —Solo iré a "saludar" a Potter y sus amigos. — ¿Con "saludar" te refieres a molestar? —Puedes venir conmigo, si quieres. —Sino tengo de otra. —contestó Chiara siguiendo a su mejor amigo. Mientras tanto, ya dentro en la librería de Flourish y Blotts, Gwen estaba buscando los libros necesarios para el año junto a Blaise Zabini. Los dos Slytherins recorrían los pasillos del segundo piso abarrotados de estanterías, buscando los tomos que requerían para sus clases. —¿A qué hora llega tu padre por nosotros?—le preguntó Blaise, mientras hojeaba un libro de pociones avanzadas. — No debe tardar, solo dijo que iría a buscar unas cosas con Asher y regresaban. ¿Ya tienes todos tus libros? —el moreno asintió—. Bien, bajemos entonces. —siguió Gwen dirigiéndose hacia las escaleras. Durante el primer año en Hogwarts, Gwen y Blaise se habían vuelto muy cercanos. Dos amigos Slytherin que coincidían en muchas cosas, además de que descubrieron que sus padres eran muy amigos cuando asistían a Hogwarts. Esta conexión se había convertido en una razón más para que ellos se volvieran inseparables. —Espera Gwen —dijo Blaise haciendo que la chica detuviera su paso—. A que no adivinas quién está allí con el presumido de Lockhart tomándose fotos. —Mmm no me digas, ¿podría ser el famoso de Harry Potter? —respondió alzando las cejas. —Y volviste a acertar, mira. —dijo y apuntó hacia la parte baja de la librería, donde se encontraba Lockhart junto a Potter. —Señoras y caballeros —pidió silencio Lockhart—. Es un gran momento, el momento ideal para que les anuncie algo que he mantenido hasta ahora en secreto. Cuando el joven Harry entró hoy en "Flourish y Blott" solo pensaba en comprar mi autobiografía, que estaré muy contento en regalarle. —la multitud aplaudió de nuevo—. El no sabia que en breve iba a recibir de mí mucho más que mi libro "El Encantador", Harry y sus compañeros de colegio contarán con mi presencia, si, señoras y caballeros tengo el gran placer y orgullo de anunciarles, que desde este mes de Septiembre seré el profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras, en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. La multitud enloqueció en aplausos ante el anuncio de Lockhart. —Oh por favor, ni que fuera para tanto. —expresó Blaise, al ver que el ahora profesor de DCAO terminará su anuncio—. Solo mira, Gwen, a todas esas señoras se les cae la baba de tan solo verlo. Gwen soltó una risa irónica. —Es patético. No entiendo cómo alguien puede ser tan egocéntrico y aún así tener tantos seguidores. —Es el poder de la publicidad —respondió Blaise, encogiéndose de hombros—. Aunque admito que será interesante ver cómo maneja una clase de verdad. Apostaría a que no durará ni un mes antes de que alguien lo ponga en su lugar. Gwen asintió, aún mirando la escena abajo. —Bueno, será mejor que nos movamos antes de que esto se vuelva aún más caótico. —dijo, comenzando a bajar las escaleras con Blaise a su lado. Mientras se dirigían hacia la salida en la parte baja lograron escuchar una discusión que venía encabezada por una voces algo familiares. —No, no, Draco se más gentil. —decía el señor Malfoy quien cogía con su bastón el hombro de su hijo—. Pero miren si es Potter; Lucius Malfoy, por fin te conozco, perdóname —y lo acercó hacia él—. Tu cicatriz es leyenda, como el mago que te la hizo. —Voldemort mató a mis padres —respondió Harry con expresión sería—. ¡No es más que un asesino! Todos y cada uno de los presentes en la librería miraban muy atentos a la escena; Blaise y Gwen mientras bajaban de las escaleras, Theo y Grace desde la puerta y por último Chiara que estaba literalmente al lado de los Malfoy presenciando la escena. —Debes ser muy valiente para mencionarlo, o muy tonto. —seguía el Señor Malfoy. Y de la entrada se escuchó un "Uhhhh" de parte de Theo, llamando la atención de muchos, y lo único que recibió Theo fue un golpe en la cabeza de parte de su amiga. —Temerle al nombre sólo agranda el temor al hombre —se escuchó la voz de Hermione Granger cosa que llamó la atención de Grace. —¿Qué crees que haces, Grace? —preguntó Theo tirándole del brazo. —Quiero escuchar. —y esta me dio un jalón—. Ven vamos. —Hey, casi me haces caer. —se quejaba Theo. —Y tú debes ser Hermione, Draco ya me hablo sobre ti, y tus padres muggles, ¿cierto? —seguía diciendo el señor Malfoy con aspecto tenebroso. Al acercarse, Theo divisó a uno de sus grandes amigos, Blaise Zabini, quien era su gran amigo ya que compartía habitación junto a Draco Malfoy. Draco también se había hecho muy cercano a él, formando un inseparable trío de amigos en Slytherin. —Mira, Draco —susurró Chiara a su amigo platinado—, es Theo y Blaise. ¡Deberíamos ir a saludar! —No creo, Chiara, se ve que están ocupados con sus novias. —contestó con desagrado Draco haciendo que Chiara se quedará pensando. —Mucho trabajo en el ministerio me han dicho —comentó el señor Malfoy al señor Weasley que se había acercado a la escena—.Todas esas redadas, supongo que al menos te pagarán las horas extras, ¿no? Este se acercó al caldero de Ginny y sacó de entre los libros nuevos de Lockhart, un ejemplar muy viejo y estropeado de "La guía de transformación para principiantes". —Me es evidente que no —rectificó—. Querido amigo de que te sirve deshonrar el nombre de mago, si ni siquiera te pagan bien por ello. El señor Weasley se puso aún más rojo que el cabello de Ron y Ginny. —Tenemos una idea diferente de qué es lo que deshonra el nombre de un mago Malfoy. —contestó. —Es evidente —dijo Malfoy mirando de reojo a los padres de Hermione que lo miraban con aprensión—. Por las compañías que frecuentas, Weasley, creía que ya no podías caer más bajo. Entonces el caldero de Ginny saltó por los aires con un estruendo metálico. El señor Weasley se había lanzado sobre el señor Malfoy y este fue a dar de espaldas contra un estante, estante donde también estaba cerca Chiara que inmediatamente salió corriendo de la zona para que no la aplastaran a ella también. Y docenas de pesados libros conjuros les cayeron sobre la cabeza de ambos hombres. —Dale, papá, tú puedes. —gritaba Fred Weasley. —Si, papá, dale. —decía George acompañándolo. Y la señora Weasley exclamaba —¡No Arthur, no, ya basta! Mientras Grace observaba la escena. — ¡No que alguien los detenga! —Deja Grace, que mi padre le de su merecido al Malfoy ese. —le decía Ron alentando la pelea. La multitud retrocedió desbandada derribando a su vez otros estantes. —¡¡Caballeros!! ¡¡Por favor!! —gritó un empleado. Pero la pelea seguía y seguía, el señor Weasley al parecer se despistó por un momento y el señor Malfoy aprovechó la oportunidad y lo golpeó en la cara partiéndole un labio al primero, y lo que recibió fue una enciclopedia de setas no comestibles en el ojo dejándolo más herido Pero luego más alto que las otras voces se oyó gritar a Grace. —¡INGATU QUE BUEN MADRAZO! —carcajeo la castaña.