ID de la obra: 419

La Última Grindelwald: La maldición del nombre

Gen
G
En progreso
13
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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Promocionada! 1
Tamaño:
planificada Mini, escritos 30 páginas, 15 capítulos
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Capítulo 9: el sombrero seleccionador.

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Narrado por Alice Grindelwald.

Nunca pensé que un castillo podría verse de esa manera, era tan grande, tan hermoso tan… mágico. Los botes flotaban sobre un lago negro que reflejaba el cielo nocturno de una forma asombrosa. Me quede cerca de Harry durante todo el camino a Hogwarts, Harry pareció notarlo pero en vez de molestarse me dedicaba pequeñas sonrisas como si él también necesitara la compañía, trataba de incluirme en sus conversaciones con Ron pero cada vez que le hablaba él se ponía rojo hasta las orejas, tal vez lo molestaba o no lo sé, así que preferí seguir callada, cuando Harry trataba de incluirme solo sonreía, asentía o negaba con la cabeza. Cuando las barcas tocaron tierra y los muros de Hogwarts se alzaron frente a nosotros, quise correr. Sentí que no pertenencia ahí, que en cualquier momento alguien me señalaría y gritaría que no era como ellos, que no era una bruja. Al entrar una señora muy alta y elegante nos hizo formar una fila mientras esperábamos, yo, claro, me quede atrás. Entre más atrás que pudiera estar era mejor. Después de estar formados la señora, que se presentó como la profesora McGonagall, nos guio por los pasillos del castillo hasta una gran puerta donde nos pidió que nos quedáramos ahí. Se podía escuchar el gran murmullo de adentro. - Se quedarán formados hasta que oigan su nombre, al oírlo, pasaran al frente y se sentaran bajo el sombrero seleccionador. Las puertas se abrieron, adentro había un salón enorme cubierto de velas flotantes, parecía no tener techo y mostraba el cielo, aunque Hermione había comentado que estaba encantado para que pareciera el cielo y realmente si había un techo. McGonagall comenzó a gritar nombres. -Abbot, Hannah. -Hufflepuff. -Bones, Susan. -Hufflepuff. -Brown, Lavender. -Gryffindor. Cada uno subía, se sentaba en un banquillo enfrente de todos y el sombrero gritaba una casa. Seguido por gritos que provenían de las mesas con estudiantes más grandes. Yo apenas podía oír, el corazón me latía tan fuerte que me aturdía. Entonces dijo: - Granger, Hermione. Vi como Hermione caminó con paso decidido hasta la silla, el sombrero tardo más de lo que lo había hecho con los demás. Pero después de unos minutos gritó: - ¡Gryffindor! Y entonces la profesora miro el pergamino con confusión, negó con la cabeza y continuo: - Longbottom, Neville. - ¡Gryffindor! Me quede helada. ¿Fue mi nombre el que salto? ¿Era yo quien no quería nombrar? Me encogí más en mi rincón, deseando ser invisible. -Malfoy, Draco. - ¡Slytherin! -Potter, Harry. Todo el salón contuvo el aliento, se sentía diferente, todos lo observaron mientras subía. - ¡Gryffindor! -grito el sombrero. Los aplausos retumbaron y Harry sonrió. Ron fue también a Gryffindor donde todos, incluido Harry, lo recibieron con mucho cariño. Vinieron un par de nombres más, hasta que la profesora, con satisfacción enrollo el pergamino hasta que me vio, su mirada lo demostró todo, todo el miedo de los que me habían visto en el callejón, en el tren. Dio unos pasos para atrás como si estuviera viendo un fantasma hasta que Dumbledore se puso de pie de un golpe, la profesora lo miro y él solo asintió. Ella volvió a desenrollar el pergamino y con una voz rota grito: - Grindelwald, Alice.
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