Capítulo 2
20 de julio de 2025, 23:56
James corre por el bosque, tratando de sacarse la profecía de la mente.
-Es que es ridículo, y sigo sin entender por qué insistes, Sirius- se queja una voz, cerca. James se congela en su lugar, tratando de escuchar.
-¿No te das cuenta de que ella nos está haciendo daño, Reggie?- pregunta la voz de Sirius, incrédulo.
-Es tu deber como el heredero de la casa Black, Orión- insiste la voz de Regulus, ya irritada.
-Es una estupidez, Regulus. ¿Cómo me van a comprometer a los 17 años? ¿no ves la falla o estoy loco?
-Estás loco- afirma la voz del menor, James se mueve sin querer, captando la atención de ambos Black- genial, lo que me faltaba- suspira el menor de los Black, rodando los ojos.
-Prongs, ¿qué haces aquí?- pregunta Sirius, mirándolo con una ceja arriba.
-Corría, ya sabes- se rasca la nuca- lo siento, escuché la conversación. ¿Por qué es su deber casarse con alguien?-pregunta, mirando a Regulus.
El slytherin rueda los ojos.
-Él es el mayor, es el heredero, yo soy el segundo en la línea de sucesión. Sirius debe cumplir con el matrimonio para unirse con una sangre pura, de buena familia- explica, como si James fuera un niño- no traidores a la sangre como tú o Lupin.
-Que estupidez- opina James, secándose el sudor con la remera.
Regulus aleja la vista de su abdomen, mirando hacia el bosque.
-No me casaré con nadie- afirma Sirius, mirando a su hermanito- dile que te deje en paz, que nunca podrás convencerme-Regulus asiente y se da la media vuelta, antes de irse-niños, ya sabes- señala el mayor de los Black, buscando un cigarrillo en su bolsillo.
James suspira, la profecía sigue quemando su mente.
-Claro- asiente, volviendo a correr.
[...]
-James está raro- se queja Sirius, dejándose caer junto a Remus.
Lupin mantiene la compostura.
-Yo lo veo igual de raro que siempre- se encoge de hombros.
-Mentira, tiene algo distinto- quita el libro entre sus manos y se acuesta en sus piernas.
-Lo conozco desde que nacimos, Padfoot ¿crees que yo no sé cuando está raro? siempre es raro- responde nervioso, mientras acaricia el cabello de Black.
-No, está raro- asiente, conociendo a James.
-Hola chicos- saluda Peter, llegando a la habitación.
-Pet, hola- saluda Remus- ¿cómo te fue con tu cita?
-Oh, me quedé esperándola- sonrie de lado, dejándose caer en su cama.
-Lo siento, debió ser feo- apoya Remus.
-Cada día afirmo que el amor no es para mí- suspira, hundiendo la cara en la almohada- no es como ustedes que tienen ese increíble, romántico e íntimo vínculo.
Sirius se sienta bien, nervioso.
-¿Nosotros? no- responde Black, tartamudeando- solo somos amigos, como tu y yo o tu y Remus
-Claro- asiente Peter, sin ganas de discutir- mi error.
James entra por la puerta, quitándose los zapatos y luego dejándose caer en su cama.
-Parece que hoy los merodeadores tienen un mal día- sonrie Sirius, levantándose para ir a acostarse sobre la espalda de James- ¿qué pasó, prongs?- pregunta.
Remus suspira, celoso.
-Nada- responde James- solo estoy cansado.
-¿Cómo no vas a estar cansado si hace como una semana que no duermes?- señala Peter, obvio.
-¿Cómo lo sabes?
-Te la pasas paseando del baño a tu cama y luego a la ventana, tengo el sueño ligero ¿sabes? me molestas.
-Lo siento, Pet- se disculpa, mirándolo- ¿puedes salir de arriba mio?- pide, hablando con Sirius.
-¿Por qué? eres cómodo- sonrie Sirius, intentando hacerle cosquillas, pero James lo aleja, levantándose de la cama.
-Molesta a Remus, yo no estoy de humor- explica James, abriendo la ventana, para fumar un cigarrillo.
Sirius frunce el ceño y mira sus manos, triste por el rechazo. Remus le hace una seña con uno de sus dedos, invitándolo a su cama. Black hace caso de inmediato, tirándose sobre él.
-Creo que estás siendo duro con Sirius- opina Peter- si te pasó algo no trates mal a los demás, cuentanos y podremos ayudarte.
-¡No pueden ayudarme, Wormy!- grita, molesto- nadie puede ayudarme.
-Habla con tus padres- aconseja Peter- eso te hará sentir mejor.
James le da otra calada a su cigarrillo y asiente.
-Tienes razón, es una buena idea, ¿por qué no lo pensé antes?- se golpea mentalmente.
-Porque eres un estúpido- responde Remus, mirándolo mal. Sirius se lamenta en silencio, entre sus brazos.
-Lo siento, Pads- se disculpa James, sentándose junto a Sirius y Remus- Moony tiene razón, soy un imbécil.
Sirius asiente.
-Sí, lo eres- afirma, molesto.
James suspira y se levanta, dispuesto a ir a casa este fin de semana.
[...]
-Cariño, aquí no- se queja la voz de su padre- ¿qué tal si viene James? no, no- se niega.
-Estoy aquí- llama la atención, desde el living.
-¿Ves? ¡te dije! hola cariño- sonrie Alphard, caminando hacia el living- luces triste.
-Debe ser porque Lily no le da una oportunidad- sonrie Fleamont, saliendo de la cocina, detrás de Alphard. James niega con la cabeza.
-Lily es tema de hace dos años, Monty, ¡actualizate! dejame adivinar- exclama Alph y entrecierra los ojos, mirando a su hijo- ¿es sobre un chico?- James suspira y asiente, caminando hacia su padre, para abrazarlo y comenzar a llorar-Oh, cariño- se lamenta Alphard, abrazándolo fuerte- ¿qué pasó?
James niega con la cabeza y corre a tirarse al sillón, avergonzado por el tema.
Fleamont y Alphard se sientan a su lado.
-Vamos, James- pide Fleamont- cuéntanos que te pasa, campeón- James habla entre lágrimas, Fleamont frunce el ceño- ¿qué?
-Que una compañera leyó su hoja de té y vió algo en su futuro que no le gustó- responde Alphard, comprendiendo a su pequeño.
-¿Cómo le entiendes? literalmente dijo ajjshbddkaksdjhvjsksnbshssosossnmnslawbheud.
-Lo tuve dentro de mi vientre por nueve meses, ¿cómo no lo voy a entender?
-Pandora leyó mi hoja de té- cuenta, más calmado- descubrió que me casaría con uno de mis amigos.
-Bueno, todos me caen bien- sonrie Mont, encogiéndose de hombros- aunque espero que no sea Remus porque sería raro.
-Igual no comparten sangre- apoya Alphard- si eso dice el destino...
-Ella dijo que me casaría con Sirius- suspira James, hundiendo su cara entre sus manos.
-Oh- exclama Alphard, mirando a su esposo- bueno, no creciste con él, compartir sangre no es taan malo, supongo.
-¡Lo dices porque vienes de esa familia!- se queja James, llorando desconsoladamente.
-Todos estamos emparejados, James. Somos pocos sangre puras- habla Alphard, con suavidad.
-Exacto, la tía de Alphard es mi mamá, nos enteramos cuando papá estaba embarazado de ti- explica Fleamont, acariciando la espalda de James.
-¡Pero es mi mejor amigo! ¡no pienso en casarme con él o meterme entre sus piernas, pienso en hacer bromas y entrenar quidditch con él!
-La mentalidad cambia, James- menciona Alphard, acariciando su espalda- quizá en un futuro...
-O quizá se equivocó.
-Ella nunca se equivoca en adivinación, pa. Y no, no va a cambiar porque Sirius es como un hermano para mi.
-¿Y yo que soy?- pregunta su hermana menor, mirándolo desde la escalera, James sonrie.
-¡Lib!- sonrie James, mirando a su pequeña hermana de seis años.
-Hola James- sonrie la pequeña pelinegra, siendo una copia exacta de Alphard- ¿no vino Sirius?- pregunta, mirando el entorno.
La sonrisa de James desaparece.
-Vino tu hermano- señala Fleamont- ¿qué tal si juegan a las princesas o algo así?
-¡Oh, sí! ¡acabo de encontrar una pulsera en tu cuarto que me queda genial con el vestido de Rapunzel!- sonríe la niña.
-¿Una pulsera?- pregunta James, confundido.
-Sí, déjame traerla- sube las escaleras corriendo y baja con un juguete sexual en forma de vagina.
James cierra los ojos y suspira, queriendo que la tierra lo trague.
Alphard y Fleamont tratan de no reír.
-No debes meterte a mi habitación, Libra- exige James, arrebatándole el juguete con brusquedad y mirándola mal.
La niña comienza a llorar ya que no está acostumbrada a que le griten o le saquen las cosas así de las manos. Fleamont y Alphard ponen los límites pero desde el respeto y el cariño.