ID de la obra: 441

Profecía//Jegulus

Slash
R
En progreso
41
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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planificada Maxi, escritos 1.169 páginas, 340.683 palabras, 127 capítulos
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Capítulo 47

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-Iré por lienzos, me gustan más que las hojas- habla Regulus. -Sí, creo que quedará mejor- asiente James. Regulus vuelve rápidamente con los lienzos y un vaso de agua para lavar los pinceles. James se encarga de renovar el agua. Un rato después, James termina su cuadro. -¿Eh? me quedó genial, ¿qué dices?- sonrie James , mostrándole su cuadro. -No está tan mal- responde Regulus- es definitivamente tu estilo, así, cool y despreocupado. Lo terminaste rápido. -Sí, un poco- asiente James, iré a ponerme la ropa de entrenar y correré un rato, hace días que no entreno. Avisa, levantándose de la silla. Regulus sigue pintando sobre su lienzo.  Potter vuelve con un pantalón deportivo, remera deportiva, zapatillas deportivas, una gorra, una botella de agua y un bolso. Regulus mira a James cada tanto, mientras sigue pintando. La tarde es tranquila, el canto de los pájaros lo mantienen relajado, y la presencia de James le afirma que está seguro, que nadie le hará daño. Potter se aleja un poco pero no lo suficiente, Regulus puede verlo desde su lugar en la sombra, tranquilo.  Mueve su pincel con precisión, pintando su lienzo y James vuelve luego de una hora, toma su bolso y botella de agua, volviendo al pasto. -Descansa- exige Regulus- te harás daño- habla alto, para que James lo escuche a la distancia. James asiente y vuelve a su lado, sentándose en la silla. -Haré pesas, no quiero perder el calentamiento- explica. -Pero debes descansar. Más que nada porque seguro tus pulmones están arruinados por el cigarrillo y te harás daño- explica mientras lava su pincel en el vaso con agua. -Últimamente no estoy fumando mucho- responde- como que no tengo tanta ansiedad- suspira, estirándose- ¿cómo vas con eso?- pregunta. -Me falta, asi que no mires porque está feo- aleja su dibujo. -Seguro está muy lindo, no te agobies con eso, es solo para divertirte un rato. -Debo practicar más- suspira, viendo su lienzo. -Compraré todos los materiales que quieras, solo no te abrumes por eso, ¿okey?- pide levantándose de la silla para luego quitarse la remera y volver a entrenar. Regulus lo mira por un momento, más largo de lo que le gustaría. "Solo es atractivo, no estás enamorado de él" piensa, tratando de convencerse a sí mismo y vuelve a su pintura. [...] La chimenea suena un par de horas después. Los adolescentes siguen afuera, James está alimentando al ganado mientras Regulus sigue pintando. Ahora con un buzo de James porque refrescó. -Hola- saluda Sirius, mirando a su hermanito- ¿qué hacen? Regulus lo mira, notando las marcas en el cuello de Sirius. -Pintando- responde- James está allí- señala, es atardecer, asi que todavía se ve- ¿tú? ¿qué hiciste?- pregunta divertido. -No eres gracioso- responde Sirius, apoyándose en la columna y prendiendo un cigarrillo. -¿Puedes dejar de odiarme?- pide Regulus, terminando de firmar su cuadro- extraño a mi hermano mayor, Sirius- habla sincero, Sirius voltea a verlo. -Yo no te odio, Reggie- habla Sirius- solo... no lo sé, ya no te conozco, no eres el niño de 11 años que dejó de hablarme, eres... eres diferente, ni siquiera puedo tocarte, soy tu hermano, yo nunca te haría daño. -Lo sé, eso no lo controlo yo. Y podemos conocernos, yo tampoco sé quién soy, estoy... estoy confundido, toda mi vida traté de enorgullecer a madre y ahora que ya soy libre no sé que hacer, ¿comprendes? pero no quiero que no me hables, te extraño, Sirius. -Yo también te extraño, Regulus- menciona Sirius- charlemos ¿de qué charlamos? ¿te gusta alguien? ¿qué haces en tus tiempos libres? ¿qué te parece aquí? -No, nadie. Generalmente leo, y aquí es muy tranquilo, creo que una casa así formará parte de mis sueños a futuro. -¿Qué te gustaría estudiar? o trabajar. -Me gustaría hacer algo de moda- responde Regulus- pero lo que más me gusta es estar tranquilo en paz- responde- quizá coser mis propios diseños sentado en el sofá de mi casa y luego venderlos. No lo sé- se encoge de hombros- ¿tú? -Quizá trabaje con los Potter. Mont dijo que tendré un lugar en la empresa, James trabajará allí, asi que encontraré algo que me guste. Podré ganar dinero y ahorrar con Remus para comprar una casa- sonrie- te invitaré a mi casa. -Por favor- responde Regulus, divertido. -¿Eso lo pintaste tu?- pregunta, señalando el cuadro de James. -No, James- señala a Potter, que se lo ve a lo lejos. -Con razón, no es tu estilo de pintura- sonrie divertido, tomando el cuadro entre sus manos para observarlo- ¿te sientes cómodo con James? -Sí, supongo. -Es su don- sonrie Sirius- ¿me muestras tu lienzo?- pide, Regulus asiente y lo voltea. James, que corre de regreso, llega a verlo. -Wow, eres un gran artista- sonrie Potter, intentando recuperar el aliento. -Siempre lo fue- sonrie Sirius- es genial en todo lo que hace. -Es realmente increíble, Reg- recalca James- ¿todo esos detalles hiciste en un par de horas? -Podría haber hecho más, pero... quería terminarlo, dijiste que no me abrume con eso y que lo disfrute. -Es muy hermoso, Reg- opina Sirius. -Gracias- responde Regulus. -Hola chicos- saluda Fleamont saliendo- ya es tarde, vengan adentro. Wow Regulus, ¿tu pintaste eso? claro que sí, James no sabe pintar, salió a mi. -¡Oye!- se queja James- aunque tienes razón. -Hace frío, iré adentro- avisa Sirius, tirando su cigarrillo y pisándolo. Él y Fleamont vuelven a la casa. -Me gustó tu pintura- opina Regulus- el gato salió genial- sonrie divertido- ¿puedo quedármela? -Claro, si quieres puedes pasarle pintura blanca por encima y pintar un lindo cuadro- sonrie James, secándose el sudor de la frente. -¿Por qué lo haría? me gusta, es... diferente. Diferente no es malo, es nuevo. -Bueno, sí, como gustes bonito- sonrie, juntando las mancuernas del piso y colocándolas en su bolso- vamos adentro, hace frío y te enfermarás. -Sí- asiente, estornudando- refrescó bastante- se levanta, comenzando a juntar los materiales. -¿Por qué no entraste antes?- pregunta abrazándolo por los hombros. -Tu estabas afuera. -Adentro también estás seguro, no debes esperarme. -Lo sé pero no quería dejarte solo, además estaba terminando mi cuadro. -Te quedó hermoso, a papá le encantará, ¿quieres mostrárselo?-Regulus se encoge de hombros- es como un rayo de sol en un día nublado, ¿no? ¿así te sientes? -Creo que eres el sol- responde Regulus- si no fuese porque insististe durante esa semana en que podía escaparme y contar contigo, yo... -No pienses en eso, estás aquí ahora, a salvo para siempre- promete, guardando las pinturas en el bolso de arte de Regulus. -Eres el rayo de luz- afirma Regulus- gracias por encontrarme. James sonrie y besa su mejilla, tomando el bolso de arte y el suyo de deportes para entrarlos. Regulus se sonroja, el frío del ambiente se aleja de su cuerpo, sus mejillas arden rojas como el fuego.  -Trae los cuadros, estrella- pide James abriendo la puerta para Regulus. Black toma los cuadros y entra a la casa.  Sirius lo observa confundido por el rojo en sus mejillas. No cree haber visto a Regulus sonrojado desde hace diez años. -¿Todo bien?- pregunta Sirius, mirando a su hermanito. -Sí, el frío me congeló las mejillas- responde, notando la mirada de su hermano en sus mejillas- una ráfaga de viento. Sirius asiente. -¿Le mostrarás el cuadro a Alphard?- pregunta, Regulus asiente- ¡papá!- llama- perdón, Alphard- se disculpa. -No, está bien, cariño- sonrie, saliendo del baño- me honra que me llames papá, dime ¿qué sucede? -Pinté algo, señor. Gracias por los materiales- sonrie Regulus, mostrándole su cuadro. -Oh, es hermoso- opina, tomando el cuadro- quedaría genial en el living, ¿no, Monty? -Sí, estaba pensando en eso, allí- señala un lugar, mientras toma de su copa de vino. -Sí, necesita un poco más de arte.  -La empresa también necesita cuadros, asi que pinten algo- sonrie Fleamont, mirando a los pelinegros. -Sirius me enseñó a pintar- sonrie Regulus. James se muerde el labio, Regulus le parece sumamente tierno y más cuando sonrie así. -Pero Reggie es mejor, definitivamente superó al maestro- asiente Sirius.  -Seguro pintas genial, cariño. Luego iremos a comprar materiales de arte para tí, ¿quieres?- sonrie Alphard, Sirius niega con la cabeza. -Mejor cómprenselos a Reggie, a él le encanta pintar. -No es cuestión de elegir, tenemos el dinero para comprarles a ambos- recuerda Fleamont- aquí no se elige, chicos. Aquí ambos son igual de importante para nosotros y si prefieres otra actividad, te apoyaremos con eso, campeón- aprieta el hombro de Sirius. Los ojos de Regulus se cristalizan, todavía sin poder creer que existen personas tan buenas. Busca la mirada de James, quién le sonrie cálidamente. Sirius abraza a Fleamont. Regulus limpia sus ojos rápido y aclara su garganta. -James ve a bañarte antes de cenar- habla Alphard. -¿Qué cenaremos?- pregunta James. -Papá amasará unos espaguetis- responde Alph. -¿Puedo ayudar?- pregunta Regulus. -Yo también quiero ayudar- pide Sirius. -Claro, lávense las manos y vamos a cocinar- sonrie Fleamont, los hermanos Black lo siguen. -Pondré música- avisa Sirius, saliendo al living para tomar el tocadiscos y correr de regreso a la cocina. La música comienza a sonar en la cocina, el nuevo disco que James compró para Sirius, el de queen. -Báñate, cariño. ¿Hay toallas en tu baño todavía?- baja el volumen, charlando con su hijo. -Sí, en el de Regulus hacen falta, él usa dos. -Ya mismo le subiré más, ¿hicieron algo?- pregunta mirándolo- es difícil todavía, cariño. Por más que tengan ganas primero debe recuperarse un poco de los traumas- aconseja. James frunce el ceño. -¿Tu crees que...? no papá- niega- nosotros no- niega rotundamente, en un susurro- primero, no salgo con él y segundo, sería un abuso de mi parte, él está pasando por un momento difícil y está vulnerable, no lo tocaría, claro que no. -Bien- asiente Alphard- cualquier cosa cuídense, ¿okey? todavía le falta un año de colegio y ambos son jóvenes, yo pasé por eso y no quiero que sufran. -Regulus no me gusta, papá- se queja, todavía susurrando. -Avísale a tus ojos, cariño- sonrie Alphard, acariciando su cabello- ve a bañarte- sube la voz, dejando de susurrar- ¡LIBRA A BAÑARSE!- grita. -¡NO QUIERO!- se queja la niña desde el cuarto de juegos. -SI NO ESTÁS ARRIBA EN QUINCE MINUTOS TE QUEDAS SIN POSTRE LIBRA LYRA POTTER- habla antes de ir al cuarto de lavado y tomar un cesto lleno de toallas lavadas. Alphard sube las escaleras, completa las toallas del baño de James, las del baño de Regulus, las del de Sirius, las de su baño y las de Libra. -Ve a bañarte, cariño- habla James, apoyándose en el marco de la puerta del cuarto de juegos- no hagas renegar a papá, se sentirá mal si lo desobedeces. -Pero bañarse es aburrido, Jaimie. Significa que ya se acaba el día. -James- llama la voz de Regulus, James lo mira- oh ahí estás. Tu papá y Sirius tienen las manos con harina y no puedo abrir esto, ¿me lo abres?- le extiende una botella de salsa de tomate. -Claro, bonito- sonrie, tomando la botella y abriéndola con facilidad.  -¿Qué sucede?- pregunta Regulus, viendo la expresión molesta de Libra. -Lo mismo de siempre, no se quiere bañar- suspira James. -¿Por qué, Lib?- pregunta Regulus- bañarse es genial, te refresca y puedes ponerte el pijama, comer algo rico y luego ir a la cama. -Pero no puedo seguir jugando- se queja la niña- el día se acaba. -Y comienza otro mañana- sonrie Regulus. -Pero tendré pesadillas. -¿Sabes que hacía yo para que no me de pesadillas?- habla, arrodillándose a la altura de la niña, quien deja los juguetes y lo mira. -¿Qué hacías, Reg? -Abrazaba fuerte fuerte, pero muy fuerte- sonrie- a mi peluche favorito. -Oh, ¿y donde está tu peluche? -Bueno mi mamá era mala y un día lo tiró, pero no es el punto. ¿Tienes un peluche favorito? -Sí pero no le cuentes a los otros peluches, se pondrán tristes. -No les cuento, lo prometo- sonrie Black. -Es mi osito, el que James me regaló cuando nací, es rosa y muy bonito- susurra. -Oh, que considerado de su parte- sonrie, elevando la cabeza para mirar a James, quien sonrie de regreso- ¿cómo se llama?- pregunta. -Pastelito- responde la niña. -Gran nombre, bueno, abraza fuerte a pastelito y repite "yo soy más fuerte que las pesadillas" antes de irte a dormir. Luego quizá no sueñes tan feo- sonrie, acomodando un rulo de Libra detrás de su oreja. -Lo haré- asiente la niña. -Entonces ve y báñate, con mucha mucha espuma es más divertido. -¡Sí, tienes razón!- sonrie la niña emocionada y luego sale corriendo. Regulus se levanta del suelo y toma la botella de salsa de tomate de las manos de James. -Gracias, Potter- sonrie mirándolo. -Oh, ¿volvimos a los apellidos? ¿cómo te digo? ¿de nada, Potter? -Ya déjalo- rueda los ojos. -Gracias por ayudarnos con Lib, Reggie. -Ella solo necesita un empujoncito. -Serás un padre increíble- afirma, colocando sus manos en la cintura de Back para acariciarlo. -Bueno, falta mucho para eso- se encoge de hombros- por ahora iré a hacer la salsa para las pastas y tu debes bañarte, hueles mal. -Oye, solo es sudor- sonrie divertido. -Yo no sudo- niega Regulus. -¿No? ¿ni en los entrenamientos de quidditch?- Regulus niega con la cabeza- ¿masturbándote?  -No, ¿sudas en el acto?- pregunta Regulus, ladeando la cabeza. -Sí, es normal. Estás como haciendo ejercicio. -Que aburrido- se queja Regulus- ¿no es mejor dormir que hacer "ejercicio en la cama"? -Oh serpiente, cuando lo pruebes no lo pondrás en duda- sonrie divertido. Regulus se encoge de hombros. -No es la gran cosa. -¿Cómo sabes?- James eleva una ceja. -¿Por qué supones que no tuve eso?- lo mira, cruzándose de brazos- -Porque... no lo sé, ¿lo tuviste?- pregunta directo. -Quizá. Digo, no cuenta lo de... cuando me escapé- mira hacia otro lado. -No, dejando de lado eso, ¿tuviste?- pregunta, sabe la respuesta, lo vio besarse con Barty aquella vez en aquella fiesta. -No es la gran cosa- opina Regulus. -Porque lo hiciste borracho, en esa fiesta con Crouch, ¿no?- habla celoso, mirando los ojos grises de Black. -¿Cómo sabes?- eleva una ceja. -Te vi besarte con él y luego apareciste lleno de chupones. Lo hiciste con la persona incorrecta en el momento incorrecto, es obvio que no lo disfrutaste. Crouch no es para ti. -Oh, ¿tu decides quién es para mí?- lo mira, desafiante. -No quise decir eso-tartamudea- es obvio que está enamorado de Evan. -Eso sí-asiente divertido, por fin sonriendo- no te preocupes por mi vida sexual, no me interesa. -Solo quiero cuidarte, puedo darte consejos. -No creo que me ayuden, no creo que hayas estado en mi posición- se suelta de su agarre, alejándose de James. -Puedes preguntarle a Sirius entonces. -Claro que no. -Debes cuidarte Regulus- lo toma del brazo, Regulus cierra los ojos de dolor. -Me duele, suéltame- se queja. James vio las marcas esta mañana y no quiso preguntar nada, pero el tema quedó rondando en su mente. -Las vi hoy- habla- no te escondas de mi, ¿con qué lo haces? -Un hechizo- suspira- no quiero hablar de eso. -Considera lo de la psicomaga, por favor- pide James, abrazándolo por la cintura. Regulus se deja abrazar hundiendo su cara en el pecho de James. -Iré- asiente- pero quiero que vengas conmigo, ¿con un hechizo para que no escuches?- pregunta. -Claro, llevaré mi revista de quidditch y tomaré tu mano- promete, besando su cabeza- saldremos de esta juntos- promete. -También eres solo un adolescente, James. No te cargues con mis problemas- suspira Regulus, James huele a sudor pero no le interesa, James sigue oliendo a James y es la persona que necesita ahora. -No lo hago, solo quiero apoyarte, déjame bonito ¿sí? Regulus asiente. -Iré a seguir con la salsa- avisa Regulus, soltándose de James -Yo a bañarme- avisa James. James sube las escaleras corriendo y Regulus lo mira. Es increíble que se sintiera cómodo de hablar de su primera vez con alguien más. Es... James no lo juzgó ni llamó zorra, ni nada de lo que pensaba que haría si le contase a alguien. Su corazón late rápidamente, emocionado por no sentirse juzgado. Regulus niega con la cabeza, alejando las mariposas de su estómago y camina de regreso a la cocina, donde Sirius y Fleamont están llenos de harina. -Él empezó- acusa Sirius, señalando a Fleamont. Regulus sonrie divertido. -Creo que si no quieren que el señor Potter los rete, deben limpiar. -Yo soy el señor Potter- afirma Fleamont- no nos retaré. -El otro señor Potter- habla Regulus. -Ah sí, nos retará, limpiemos- asiente Fleamont. Regulus rie levemente y vuelve a revolver la cebolla, pensando en el lindo día que pasó. No puede creer que está tranquilo, por fin.
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