ID de la obra: 441

Profecía//Jegulus

Slash
R
En progreso
41
El trabajo participa en el concurso «Harry Potter: El Capítulo Perdido»
Fechas del concurso: 26.06.25 - 13.08.25
Inicio de la votación: 12.07.25
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planificada Maxi, escritos 1.169 páginas, 340.683 palabras, 127 capítulos
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Capítulo 67

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James discute con su padre, confirmándole que él y Regulus no salen cuando la chimenea suena, dejando ver a Regulus y a Alphard. James muestra su palma, indicándole a su padre que se detenga mientras guarda silencio. La expresión seria cambia a una sonrisa, recibiendo a Regulus. -Hola bonito- saluda James levantándose de la silla para ir a tomar sus bolsas- ¿cómo les fue? Fleamont toma las bolsas de Alphard y las deja sobre la mesa, su hijo lo imita. -Muy bien- responde Regulus sonriente. Alphard mira a su esposo, quién parece molesto. -Iré a guardar el helado- habla Alphard, tirando de la manga de Fleamont. -¿Sí? ¿qué compraste?- pregunta curioso. -Ropa, cremas y tus productos para el cabello- sonrie, extendiéndole la tarjeta- ¿sabes que tengo que simular ser tu esposo cuando uso esto?- menciona, divertido. -¿En serio?- pregunta James, elevando una ceja. Regulus asiente. -Sí, fíjate, ahí están tus productos para el cabello- señala una bolsa. -¿Condones?- eleva una ceja, encontrándose con los preservativos. Regulus niega con la cabeza mientras se sonroja. -No, los compró tu papá- susurra. -Ah, porque extra King Size ¿tú?- sonrie divertido. -¿Intentas ofenderme de alguna forma que no comprendo?- pregunta, ladeando la cabeza. -Estos se usan para penes muy grandes- mueve el paquete entre sus dedos- a mi me queda un poco grande, de hecho. -No quiero hablar de tu pene, gracias- resopla Black, buscando los productos para el cabello de James en la bolsa- son estos, para ondas. -Genial, gracias- sonrie James, besando su mejilla. -Chicos, hay que hablar- llama Alphard, ambos están en la puerta de la cocina, mirándolos. Regulus siente la ansiedad recorrer su cuerpo. -¿Hice algo malo, señores?- pregunta Black. -No cariño, solo charlaremos, siéntense- pide Alphard señalando la mesa del comedor mientras va por una bolsa. Fleamont se sienta frente a los adolescentes, mirando a James y luego a Regulus, antes de hablar. -Chicos, encontramos esto entre sus cosas- comienza Fleamont suspirando mientras deja la prueba de embarazo sobre la mesa. Regulus y James se miran. -Esto no es algo de lo que avergonzarse. Muchas personas pasan por sustos de embarazo, y lo importante es que puedan contarnos para poder ayudarlos- habla Alphard. -¿Ustedes creen que nosotros...?- habla James y niega con la cabeza. -¿Regulus? ¿piensas que podrías...?- habla Alphard suavemente. Regulus niega con la cabeza, mientras el calor sube a sus mejillas. -No, yo no... nosotros no- balbucea el menor de los Black mirando a James. Fleamont evita mirar directamente a sus hijos. Se toma un momento, mirando la prueba de embarazo sobre la mesa antes de seguir, recuerda el primer embarazo que pasaron con Alphard, cuando ambos eran así de pequeños. -No tuvimos sexo- habla James claro y firme- ¿por qué piensan eso? -El otro día escuchamos... algo, encontramos la prueba de embarazo y no te hemos visto comprar condones- habla Fleamont. Alphard busca los condones y el lubricante en la bolsa de farmacia, dejándolos frente a Regulus y James. Black esconde la cara entre sus manos. -Nunca me sobrepasaría con Regulus- afirma James, mirando los condones y el lubricante sobre la mesa-No sé que escucharon pero no hicimos nada y esa prueba de embarazo era para Sirius. -Bien- suspira Mont- no deben decirnos si no quieren pero recordar como cuidarse es esencial, asi que... -Oh no, aquí vamos- resopla James, cruzándose de brazos- -Estamos preocupados, cariño- suspira- No queremos que nos oculten algo solo por verguenza, hemos pasado por algo así y podemos ayudarlos- recalca-les creemos si dicen que no hicieron nada, pero... sabemos que Burga nunca le explicaría esto a Regulus y es información importante, más allá de que salgan o él salga con alguien más- habla Alphard, suavizando su tono. -Hablar de esto no tiene que ser incómodo, es natural. El primer paso es el consentimiento- comienza Mont, suavemente- los involucrados deben querer tener ese momento íntimo, hay que hablar sobre preferencias, límites y expectativas. -Es normal que las primeras veces tengan un poco de verguenza. Una vez que ya hayan confirmado que ambos quieren hacerlo...- suspira Alphard. -Primero deben revisar la fecha de caducidad del condón, que no esté roto, abrir con cuidado, no con unas o dientes porque pueden rasgarlo. A menos que quieran que todo salga mal, claro. No es un dulce, no lo mastiquen. -No soy un niño papá, sé abrir un condón- resopla James. -Se aprieta la punta del condón para eliminar el aire y se desliza sobre el pene erecto hasta la base- sigue Mont, colocando el condón en la banana- si queda pequeño es hora de comprar un talle más- mira a su hijo- hay que probarlo antes para asegurarte que sigue siendo el talle correcto- Por eso veo que papá compró dos talles, que inteligente, cariño- sonrie mirando a su esposo- después de la eyaculación, se retira sosteniendo la base para evitar derrames- muestra, James se restriega los ojos, abrumado. Regulus se muerde el labio, avergonzado- se ata y se desecha en la basura, preferentemente envuelto en papel. -En magos de sangre pura o mestizos es el único método anticonceptivo que realmente funciona- comenta Alphard- a menos que tengamos alguna receta secreta que aún no hemos descubierto- sonríen con una mirada cómplice a Fleamont, James sonrie de lado ante el bobo chiste y Regulus mantiene su mirada fija en el anillo que James le regaló. -El condón no solo reduce riesgos de embarazo, sino que también previene enfermedades de trasmisión sexual- agrega Fleamont- la lubricación- sigue, señalando el pote de lubricante sobre la mesa. -El ano no lubrica naturalmente, deben usarse lubricantes. La saliva no sirve correctamente. Como el pasivo, debes exigir que el otro cuide de su salud y como el activo, debes asegurarte de que su pareja está cómoda- recalca Alphard, el menor de los Black mira el pote de lubricante rosa, mientras juega con sus dedos, ansioso. James lo mira por un momento. -Es importante ir despacio, empezar con dedos o juguetes pequeños si es la primera vez, necesita dilatación- sigue Fleamont. Regulus está sorprendido ante la naturalidad con la que tratan el tema pero presta atención, más allá de la verguenza, nunca nadie le explicó como funcionaba el sexo de forma correcta. -Se recomienda lavarse la zona con agua y jabón antes y después del acto- comenta Alphard. -En el sexo oral, si están con alguien que saben que no tiene ninguna enfermedad, se puede realizar sin condón- explica Fleamont. -Es importante no sobrepasarse a la hora de penetrar en la boca porque podría causar un ahogamiento, por el mismo pene o por el semen- menciona Alphard, recordando algunos percances. -Luego ambos encontrarán las posiciones más adecuadas, deben explorar los gustos de su pareja. El placer es algo natural y no deben sentirse culpables por sentirlo. Si todo va bien, el sexo puede ser increíble... Solo recuerdan, es como cocinar: un buen plato no se hace a toda prisa, hay que saber cuándo darle el toque justo- guiña un ojo, aunque los chicos no lo observan. -No olviden que es importante cuidar a la pareja. No es como un juego de Quidditch, no se trata de ver quién gana, sino de que ambos disfruten- sonrie Alphard, tomando la mano de su esposo. -¿Ya terminaron?- se queja James, de brazos cruzados y piernas abiertas, apoyando su espalda contra el respaldar de la silla, Regulus voltea a verlo, encontrándose con una linda imagen de James molesto- ya hablamos de esto antes y sé cuidar a las personas con las que estoy. -Es importante que Regulus también sepa sobre esto, cariño. Si ustedes no están juntos él estará con alguien más y debe conocer como cuidarse y que exigir para que no se sobrepasen- habla Alphard, suavemente. -La educación sexual es muy importante, te permite comprender que es lo adecuado y como disfrutar del momento con tu pareja. De nada sirve tener relaciones sin que ambas partes disfruten- recalca Fleamont. -Pasamos por un embarazo adolescente- suspira Alphard- fue demasiado difícil y no queremos lo mismo para ustedes. Saber lo antes posible te permite decidir, si quieres tener al bebé, si no quieres, el tratamiento correcto para seguir con el embarazo o para interrumpirlo. -Sé que están en una etapa donde que tus padres sepan que tienes sexo es muy vergonzoso, pero cuentan con nosotros y no los juzgaremos si tienen relaciones- recuerda Fleamont- tener sexo es normal y es lindo poder disfrutar y conectar de esa forma con tu pareja. -Sí, pero- comienza James, en tono brusco, Regulus coloca una mano sobre la pierna de James, deteniéndolo. Está avergonzado, pero sabe que los señores Potter quieren lo mejor para ambos, además por primera vez en mucho tiempo, no cree que tener sexo es malo, que su cuerpo no debería sentir placer. -Gracias por la charla, señores Potter. Nunca nadie me había hablado sobre eso tan... directa e informativamente- agradece Regulus, sonriendo de lado- nosotros no estuvimos juntos- asegura- esa prueba de embarazo era para mi hermano, usted- mira a Alphard- sería el primero al que acudiría si pensase que estoy embarazado. -Gracias Regulus, tu confianza vale mucho para mi- sonrie Alphard. -No queríamos que se sintieran incómodos ni avergonzados. No hay nada malo en hablar de estas cosas. Es esencial que sepan cuidarse, tan importante como bañarse, lavarse el cabello, vestirse- explica Mont. -Queremos que tengan la confianza de venir y preguntarnos lo que sea cuando sea- habla Alphard, suavemente. -Siempre pueden hablar con nosotros, de lo que sea. Nada es tan grave como para ocultarlo, podemos resolverlo juntos, como la familia que somos- sonrie Fleamont. Regulus sonrie, subiendo su mirada por primera vez. -Gracias, señores Potter- agradece Regulus- realmente no sabía mucho de eso. -De nada señor Black, un placer ser su guía en el fascinante mundo de la reproducción- bromea Fleamont, alivianando el ambiente. Los presentes ríen. -Ay papá- niega James, divertido. -¿Qué? es él el que me llama "señor Potter" no soy tan anciano ¿o sí? así le dicen a mi padre- llora de mentira, sacándole una risa a Regulus. -Sí, lo eres- molesta James, tosiendo. -Solo bromea, puedes llamarnos como quieras- habla Alphard, mirando a Regulus. James se levanta de la mesa, necesita ese cigarrillo ahora mismo. -Llévate eso- pide Fleamont señalando los condones y el lubricante. -Iré afuera, luego los tomo- suspira James, caminando hacia el armario para tomar su abrigo. Regulus lo observa, James sale por la puerta y Black mira un punto muerto, tratando de que sus mejillas dejen de arder. -Debo meter los spaghetti en el agua- habla Mont levantándose de la silla, Alphard va con su esposo y Regulus los mira y luego camina hacia el jardín trasero, siguiendo los pasos de James, no sin antes tomar un abrigo. Black permanece en silencio hasta que James lo nota -Realmente siento eso, bonito- se disculpa James tirando el cigarrillo al piso- mis padres son... -Padres presentes que se preocupan por la salud de sus hijos- completa Black, acercándose a James- me avergonzó porque no estoy acostumbrado a hablar de esto pero fue realmente informativo y nunca nadie me había hablado de eso, siento que aquella vez hice todo mal y... ojalá hubiese sabido esto antes- suspira. -Lamento que ellos hayan pensado que nosotros...- juega con sus manos. -¿Tan malo es que crean que podría estar contigo?- suelta Regulus, pensando en voz alta. -No, no, no- niega con la cabeza- lo que digo es que... no lo hicimos, no salimos, no te gusto- recalca James, apoyándose en la baranda del pórtico- sé que no es un tema que te guste hablar . -No estoy acostumbrado, mis padres me hubiesen golpeado, torturado y tirado en las mazmorras sin esperanza de volver a ver la luz del día, pero tus padres solo nos hablaron de ello, nos enseñaron y nos apoyaron. Obviamente que me dio verguenza, no creo que el rojo en mis mejillas se vaya por al menos una semana- sonrie, tratando de dejarle en claro que esto no le molestó. -Ellos nunca nos castigarían por tener sexo, es algo normal- comenta mirando hacia el horizonte- no digo que tengamos sexo, es que...- se rasca la nuca, nervioso. Regulus sonrie divertido, apoyándose en la baranda, a su lado. -No puedo creer que piensen que podría estar embarazado- niega divertido- el bebé no sobreviviría con mis problemas alimenticios y tampoco sería un buen padre- mira al horizonte, junto a James. -No digas eso, serías un buen padre, les enseñarías el expulso para cuando su hermano no quiera compartir sus dulces- sonrie James, codeándolo. -Oh, ¿el bebé ya tiene hermanos?- Regulus sigue el juego, volteando a verlo. -Uno solo es muy poco, se aburriría. Mejor seis- bromea James. -¿Quieres tu propio equipo de quidditch o qué?- sonrie Regulus, divertido. -De hecho sí, ¿con quién jugaré sino?- eleva una ceja. -Oh claro y obliga a tu esposo de a luz a siete bebés, ¡eres un desalmado!- dramatiza Regulus, moviendo su mano derecha. James suelta una carcajada. -No obligaría a mi esposo a tener hijos- aclara James- creo que él probaría lo bueno que soy en la cama y ¿quién soy yo para no complacerlo?- eleva una ceja y se lame los labios, mirando el perfil de Regulus. -Oh si, que pesar para ti- sonrie Black, volteando a verlo nuevamente. -Hablando en serio- suspira James- creo que serías un buen padre, tienes mucha paciencia con Lib, eres tranquilo e inteligente. -Sí pero se aburrirán conmigo, más que pintar y leer... no hago demasiado. -Asegúrate de conseguir un esposo divertido, porque claramente eres aburrido- molesta. Regulus lo empuja suavemente. -Idiota- rueda los ojos, divertido. James lo abraza por la cintura, besando su mejilla- ¿Crees que si nos abrazamos tus padres pensarán que nos casaremos?- bromea Regulus, ambos ríen. -Papá- Libra tira del pantalón de James- oh, lo siento, pensé que eras papá, ¿sabes donde está papá? -En la cocina, Lib- sonrie James- ¿pasó algo?- pregunta, Regulus se suelta de su agarre y James toma a la niña en brazos. -Pegué un sticker en un árbol y ahora no está- hace un puchero. -Podemos conseguir más stickers- calma James, quitándole el cabello de la cara. -Es que era de la sirenita, tenía brillos y...- hace un puchero- era mi favorito. -Conseguiremos otro- promete James, besando su mejilla. -No creo- niega, triste. -Buscaremos- apoya Regulus. -Sí, hoy es muy tarde pero mañana iremos a comprar stickers y quizá un nuevo disfraz de princesa también, ¿qué opinas? -¡Me encantaría! ¡que Regulus venga porfis!- pide, emocionada. -Claro que si, ¿creías que no lo invitaría? ¿quién será el responsable sino?- sonrie James, abrazándola fuerte. Regulus sonrie, observándolos. -Genial, igual quiero ir con papá, bájame- James la deja en el piso- quiero preguntarle si no le hará daño a la tierra mi sticker perdido- se va corriendo. -Serás un gran padre- opina Regulus, mientras sus ojos brillan con ilusión. [...] -Hueles muy bien- suspira Regulus, hundiendo su cara en el cuello de James. Ya están en la cama, con sus pijamas y la luz brilla en el cielo. -Tu nariz me da cosquillas- sonrie James-eres muy tierno, ¿sabes?- suspira enamorado. -Claro que no- niega, volteando hacia la derecha y se cruza de brazos, aún acostado. James pasa su mano izquierda por su cintura, metiéndola debajo de la remera del pijama y la ancla en su estómago, acariciándolo. Luego lo atrae hacia él, pegando la espalda de Regulus en su pecho y besa su mejilla. -No te enojes, nene- pide sobre su oído izquierdo. -No me enojé solo no soy tierno- balbucea Regulus mientras su cuerpo tiembla ante el apodo y la cercanía. -Lo siento, buenas noches, Reg- susurra James, cansado. -Buenas noches, James- responde Regulus. La magia de James lo envuelve, relajándolo. Regulus se duerme casi de inmediato. Su insomnio parece desaparecer cada que duerme entre los brazos de Potter.
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