ID de la obra: 441

Profecía//Jegulus

Slash
R
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49
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planificada Maxi, escritos 1.169 páginas, 340.683 palabras, 127 capítulos
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Capítulo 108

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-¿Cómo piensas hacerlo?- pregunta Remus, tomando el cigarrillo de la mano de James. -Hay una forma de comunicarse a través de los objetos- responde, moviendo su mano- quizá con algo de Regulus... Sirius y Regulus los miran a lo lejos, Sirius está dentro de la piscina y Regulus remoja sus pies, sentado en la orilla. -Ellos son tan hot- comenta el mayor de los Black. -Tienes novio- recuerda el menor- debes mirar solo a Lupin. -James está muy bien- sonrie, molestándolo. La forma de fumar, los músculos- sonrie burlonamente. Regulus lo mira mal, con esa mirada asesina típica de los Black. Pero Sirius es inmune a eso, él también es un Black. -¿No crees que es muy riesgoso?- cuestiona Lupin. -Ellos igual no se pueden acercar a aquí, la magia Potter los mantiene lejos. -¿Crees que el elfo te haga caso?  -Creo que lo hará por Regulus- suelta el humo. -No lo sé, James- suspira Remus, prendiendo otro cigarrillo- creo que será contraproducente. -Yo no voy en contra de ningún producente- contesta, confundido. -Eres tan bobo- sonrie divertido- es un decir, que no será bueno. No me da buena espina. -A ti nada te da buena espina- rueda los ojos- ¿sabes lo que es escuchar a la persona que amas casi llorar cada mañana por no tener su ropa? -No, ¿y es la persona que amas?- molesta, subiendo las cejas. James empuja su hombro. -¿Me vas a ayudar o no?- pregunta, robando el cigarrillo de la boca de Lupin. -Sabes que siempre te ayudo en todo ¿para qué me preguntas? -Genial- sonrie James- quiero darle la sorpresa a Regulus, asi que necesito que Kreacher envíe la ropa mañana en la noche, ya que será más seguro para él, en un rato ir al centro a comprar cajas de regalo, papel de regalo y moños. Tengo ganas de hacerle algún otro regalo, me parece raro regalar algo que ya es de él. -No, es por la sorpresa- asiente- yo también le compraría un regalo aparte. Y, hablando de eso, claramente vendremos a la noche a cenar, ¿qué necesita? ¿qué quiere? Papá Cyg me mandó a investigar. James piensa. -No sé, en realidad- frunce el ceño, pensativo- él no es de pedir nada, al contrario. A él le encanta la ropa, ahora tiene bastante y tendrá más pero... no lo sé, ¿libros? su biblioteca personal está casi vacía. Quizá algún producto para el cabello, zapatos, no sé. -Menos mal que no sabías- sonrie Remus, divertido- ¿y como lo distraemos si vas a comprar su regalo? ¿qué le quieres comprar? -Estoy pensando, debe ser algo lindo- suspira, pensativo- hay que ver como escapamos, mándale un patronus a Pet, él puede salvarlos. -¿Seguro? sabes que no le encanta salir de casa, con lo que pasó con su madre... James suspira y asiente. -¿A Cookie?- propone James. -Sí, llamemos a tu ex para que te lleve de forma sospechosa con una excusa barata. Genial, seguro Regulus se sentirá muy bien -Peter no tendrá problema será unos minutos, es venir aquí y llevarnos con alguna excusa. -Sirius se sentirá mal por que no lo incluimos. James resopla, apoyando la espalda en el tronco del árbol. -¿Todo bien por aquí?- pregunta Mont. -Claro, ¡papá Alph!- sonrie James y se da media vuelta, caminando hacia la casa en búsqueda de Alphard. Remus y Fleamont se miran. -Que raro es mi hijo- sonrie divertido, colocando sus manos en su cadera- ¿tienes hambre? Alph está haciendo licuados para la hora del té. -¿Qué miras?- molesta Sirius cuando James, en traje de baño y medio mojado, pasa frente a la piscina. -Nada, hoy es un día hermoso ¿quieres pintar luego?- propone. -¿Actividad de hermanos? amo- sonrie Sirius- ¿no quieres meterte?- señala la piscina. -No, sin James no- responde, jugando con el agua. -¡Bomba vaaa!- grita Lib, corriendo hacia la piscina para tirarse, empapando a Regulus. -¡LIBRA!- retan James y Alphard desde adentro, ambos salen. James levanta a Regulus de la orilla de la piscina y toma la toalla de Sirius, colocándola sobre sus hombros. -¿Qué te pasa?- se queja James, mirando a su hermana- empapaste a Reggie. -Fue sin querer, lo siento- se disculpa la niña- es que al fin puedo meterme a la piscina y estrenar mi traje de baño de patos. -Bueno cariño pero hablamos infinidades de veces sobre esto. No te tires a la piscina así si hay gente cerca a la que puedes salpicar- recuerda- siempre me hace eso- comenta, mirando a Regulus, quién apoya su mejilla derecha en el pecho de James mientras este acaricia su espalda sobre la toalla. -Fue sin querer- defiende Regulus- soy yo el que está mal aquí, no debo sentarme a la orilla si no quiero que me mojen. -¿Seguimos hablando de piscinas?- susurra James, en su oído, en tono de broma. Regulus se sonroja hasta las orejas y esconde su cara en el pecho de James. -Igual- habla Alphard- yo también me siento en la orilla y no quiero que me empapen. -No la reten por mi culpa- murmura Regulus, alejándose un poco del pecho de James para mirarlo a los ojos. -Tranquilo, Reggie- sonrie James, besando su cabeza. Alphard llama a Lib y charla con ella un momento, la niña sale de la piscina y se coloca frente a Regulus y James. -Lo siento Reg- se disculpa la pequeña. -Tranquila, Lib- sonrie Regulus, estirando su mano para acariciar su cabello- me cambio y listo. La niña sonrie y vuelve a meterse a la piscina, esta vez con más cuidado. -Vamos, te llevo a cambiarte- habla James, Regulus asiente. No espera que lo tome en brazos y lo cargue a su hombro como una bolsa de papas, pero eso hace. Regulus sonrie divertido y se deja llevar por él.  [...] Alphard habla con Fleamont y ambos inventan una excusa. -Los necesito un rato en la empresa- habla Fleamont- a Remus y a James, ambos empezarán mañana, asi que necesito que me acompañen un rato ahora- miente Mont. Ambos asienten. -Y nosotros podemos pintar- propone Alphard. -Es un gran plan- asiente Regulus, una ráfaga de viento frío pasa y se abraza a sí mismo, dejando de lado su licuado, el que apenas probó. James se levanta de su lugar y entra a casa en búsqueda de un abrigo para el pelinegro.  -¿No quieres una galleta?- pregunta Alphard, mirando a Regulus. -No, gracias- sonrie de lado- estoy lleno del almuerzo- aunque solo comió tres bocados. James coloca una de sus camperas sobre los hombros de Regulus y se vuelve a sentar a su lado. -Quiero medio sándwich- comenta Potter- ¿me ayudas con la otra mitad?- sonrie, mirando a Regulus. -Yo...- los ojos brillosos de James, expectantes por una respuesta positiva, lo obligan a asentir- sí, está bien. James corta el sándwich a la mitad, la mitad más grande se la extiende a Regulus. Black come en silencio y muy despacio. En su estómago hay un nudo, un nudo cargado de preocupación. Tiene miedo, miedo a su madre y a su padre. James lo observa detalladamente, intentando descifrar sus pensamientos. [...] -¿Seguro que estás bien?- pregunta James, colocándose un abrigo. -Estoy bien- afirma Regulus- ve tranquilo, yo me quedaré pintando con Sirius, Libra y el señor Alphard. James sonrie y besa su mejilla. -Todos muy artistas- sonrie divertido y entra a la chimenea, junto a Remus y Fleamont- no salgan de casa- recuerda James. Regulus asiente y mueve su mano, saludándolo. James le sonrie y te guiña un ojo antes de desaparecer entre las llamas. [...] -¿Y ustedes que están planeando?- pregunta Fleamont, entrecerrando los ojos. -Nada, un regalo para Regulus- resume James. -¿Y la parte peligrosa? hablen- exige el mayor de los Potter- no, no me miren así porque los conozco a ambos, ¿qué planean? -Quiero recuperar la ropa de Regulus- habla James. -Estás loco si crees que te dejaré ir a la casa Black- niega Fleamont. -Me comunicaré con Kreacher esta noche, con un objeto. Le pediré que mañana en la noche mande las cosas de Regulus, lo envolveré y le daré la sorpresa. -Eso es muy lindo de tu parte, Jaimie- sonrie su padre, orgulloso de él- déjame ayudarte, ¿sí? James asiente. -Me encantaría tener tu ayuda, pa- sonrie- gracias. -Cuentas conmigo, James. Ambos cuentan conmigo- los abraza por los hombros, James y Remus sonríen. -Igual prefiero al tío Alph- molesta Remus, los Potter ríen. [...] -¿No crees que son muchas cajas, moños y papel de regalo?- pregunta Remus. -Mejor que sobre a que falte- responde James. -¿Ahora dónde estamos yendo?- pregunta Mont, prendiendo un cigarrillo. -Le compraré un regalo, lo de la ropa es una sorpresa pero la ropa ya le pertenece, ¿comprendes? -Sí, buena mente para tratar con un Black- sonrie Fleamont- si no quieres problemas. -Cómprale una joya- completa James. -Debería anotar todo lo que dicen- sonrie Remus, dándole una calada a su cigarro. -Dame- pide James, tomando el cigarrillo de los dedos de Lupin. No siempre fuma por ansiedad, a veces tiene ganas y simplemente fuma. [...] -A ver tu cuadro- pide Sirius. Están pintando en la biblioteca que Alphard usa de espacio personal. Regulus voltea su bastidor: -No lo juzgues- murmura, mirando su pintura- estoy distraído, hice mal la técnica. -Está muy bien hecho- opina Alphard. Se escuchan ruidos abajo, Regulus mira a Sirius, pensando lo peor. -¡SOMOS NOSOTROS!- grita Fleamont, desde la planta baja, James y Remus guardan las cosas en una de las habitaciones de abajo y luego cierran la puerta. -Ah que susto- Regulus suelta el aire contenido, tranquilizándose. -Ellos no pueden entrar aquí- recuerda Alphard. -Mis padres son muy astutos, señor Alphard- murmura Regulus. [...] -Traje algo rico para el postre- sonrie James, extendiéndole una caja. -¿Cheescake de frambuesas?- sonrie emocionado mirando el pastel dentro de la caja, luego lo deja sobre la mesa y abraza a James, en forma de agradecimiento- gracias, eres el mejor- susurra feliz. -Cariño, ¿podemos hablar?- pide James, acariciando su cintura. -Sí, dime- se aleja un poco, mientras la ansiedad comienza a crecer en su pecho. -Eh notado que casi no has comido estos días, yo... quiero saber si puedo hacer algo para ayudarte. Si no comes porque la comida está fea o si quieres que te haga algo distinto para comer, quiero ayudarte. -La comida siempre está exquisita- sonrie Regulus, acariciando su mejilla- yo...- se detiene. -Comprendo, sé que tienes miedo- suspira James, atrayéndolo más hacia su cuerpo- pero quiero que sepas que aquí estás a salvo, que ellos no pueden hacerte daño por mi magia. -Es que yo conozco a mis padres, James- suspira- ellos buscarán la vuelta para lograr su cometido, sea cual sea. Pero sí, trataré de comer, lo prometo. -Genial porque compré para hacer pastas con mariscos. -¿Pasta con mariscos? que rico- sonrie Regulus- ¿sabes hacerla? -Bueno, puedo aprender- se encoge de hombros. -Yo sí sé, ¿quieres que cocinemos juntos?- pregunta emocionado. -Me encantaría cocinar contigo- sonrie James, besando su mejilla- pero si estás cansado puedo seguir la receta del libro y ya. -No, hoy no hice nada- se encoge de hombros- ¿y tu? ¿no estás cansado? ¿cómo te fue? -Aburrido- miente- leímos un poco del reglamento y la receta de la poción que estamos probando. -¿Te gusta eso? ¿te gusta trabajar de eso?- pregunta Regulus. -Sí, llevo años involucrado en la empresa, solo que ahora es oficial, soy un trabajador. -Uno de los dueños- corrige Alphard, que pasaba por ahí- no te dejes pisar por nadie, recuerda que eres un Potter, la empresa lleva tu apellido. -Amor- regaña Fleamont- somos todos trabajadores en la empresa. -Sí pero está ese señor viejo que se cree el dueño porque lleva desde que de fundó. -¿Hablas del abuelo?- pregunta James. -Claro que no, Charlus no es un señor viejo, hablo del socio que tiene como 80 años. -Ah sí- asiente James- a mi también me cae mal. -Por eso, eres uno de los dueños, él es un socio, tu rango es más alto, no te dejes pisar- habla Alphard mientras entra a la cocina. -Él es tan sexi- sonrie Fleamont, mirando a su esposo. -Papá- se queja James. Mont sonrie divertido y se levanta del sofá, caminando hacia la cocina. -Recuerda quién eres- sonrie Regulus, acariciando los hombros de James- eres un Potter, un heredero pero también eres un hombre amable, comprensivo y humanitario, sé que no te dejarás pisar ni serás un tirano. -Eres muy dulce, ¿sabes?- sonrie James, besando su frente. -Claro que no, soy serio- se señala- mírame- trata de no sonreír, pero no lo logra. Mantenerse serio y frío le cuesta cada vez más, al parecer la magia de James, incrustada en su pecho, lo ha cambiado. -Ay sí, muy serio- sonrie divertido- ¿quieres que hagamos los hechizos de protección?- propone- te siento bajo de magia. Regulus asiente. -Si no es molestia. -Claro que no, es un placer para mi poder darte mi magia- sonrie James. [...] Regulus y James comen cheescake mientras charlan sentados en la cama, casi por ir a dormir. -Entonces me caí por las escaleras- comenta Regulus, bostezando. -Creo que es hora de dormir- habla James. Regulus asiente. -Iré a lavarme los dientes- James asiente y lo sigue, abrazándolo por la espalda.  Regulus se lava los dientes mientras las manos de James acarician su estómago. -Comiste bien recién- murmura James- estoy orgulloso de ti. -Tu magia me hizo bien- contesta- ¿no te lavas los dientes? -Agh, que pereza- igual va a escaparse de la cama para comunicarse con Kreacher en una hora, asi que...- no tengo ganas. -James- regaña Regulus- debes lavarte los dientes. -Luego, ahora estoy cómodo- hunde su cara en el cabello de Regulus, olfateando el lindo aroma. -Ven, yo te ayudo- toma el cepillo de dientes de James y coloca pasta. Voltea como puede y cepilla los dientes de James. Cuando termina, James se enjuaga la boca y mira a Regulus por unos largos minutos- ¿te ofendí?- pregunta. -Al contrario- sonrie enamorado-nunca nadie me había cuidado así- murmura. Regulus responde con una sonrisa y luego habla. -Lo mereces, eres genial. -Tu lo eres. -No, tu. -¡AMBOS LO SON, YA CALLENSÉ!- grita Sirius desde su habitación. Regulus y James sonríen divertidos. [...] La expresión confundida de Kreacher es lo primero que aparece tras el brillo tenue del objeto de conexión. -¿Quién...? ¿qué?- pregunta el elfo, con su típico tono áspero, totalmente confundido. -Soy James- responde suavemente, no quiere asustarlo- estoy cuidando de Regulus. Kreacher parpadea varias veces. Su rostro, arrugado y severo, demuestra irritación y un deje de preocupación. -Oh... señor Potter-murmura con un leve gruñido- No... no puedo dirigirme a un traidor a la sangre y a la familia Black. -Lo sé- responde James, sin molestarse- pero esto no es sobre mí. Es sobre Regulus. El rostro del elfo cambia. La rigidez apenas se suaviza. -¿El joven amo se encuentra bien?- pregunta, ahora en un susurro ronco, cargado de preocupación. -Está a salvo. Está conmigo. No queremos contacto con Grimmauld Place... pero ha estado triste por no tener su ropa, no quiero que esté triste, asi que... quería pedirle que me envíe las cosas de Regulus, su ropa, sus objetos personales- el elfo no responde- el martes cumple dieciocho. -Kreacher... no lo recordaba- hace una leve reverencia, más a la idea de Regulus que a James- El joven amo debería vestir con dignidad. Kreacher preparará todo. -¿Mañana a la noche puede enviarlo?  -Claro, señor- asiente el elfo. -Sea cuidadoso, no quiero que le pase nada, Kreacher- pide James. -Nadie se enterara- corta el elfo- el joven amo me necesita, yo sirvo a mi amo. -Él lo extraña mucho- comenta James- no lo dice pero lo extraña, siempre lo recuerda. Si algún día quiere venir a visitarnos... -Mandaré sus cosas mañana. Buenas noches, señor Potter-murmura. James corta la conexión. -Eso estuvo bien ¿no?- pregunta James. Fleamont asiente, levantándose del sillón. -Muy bien. Regulus debe ser un buen amo para que su elfo lo siga protegiendo más allá de su traición a la familia. -¿Quién no ama a Regulus?- sonrie James, recordando sus hermosos ojos. -Estás perdido, capeón- sonrie Fleamont, golpeando su hombro- vuelve a la cama, es tarde- bosteza. [...] Lunes, 7 Am. El reloj de James suena, despertando a Regulus.  -James, despierta- llama Regulus, medio dormido- es hora de levantarse, debes ir a trabajar. -Uhm, un rato más, bebé- responde Potter, entre sueños. Ambos vuelven a quedarse dormidos.  [...] -Buenos días, cariño- saluda Alphard, él fue quién logró despertarlo. -¿Cansado, campeón?- sonrie Mont, palmeando su hombro- bienvenido a la vida adulta- habla con gracia. James bosteza y se sienta en la barra de desayuno. -Buen día- responde James, tomando su taza de café. -Hoy organizaremos el cumpleaños de Regulus- comenta Alphard- iremos a comprar las cosas. -¿Solos?- pregunta James y luego niega con la cabeza. -Con tu magia basta para cuidarlo, cariño. -Acaba de ver a su madre hace tres días, papá- señala obvio- tiene miedo. -Yo los acompaño- propone Mont- ahora me voy contigo, tipo nueve vengo a acompañarlos ¿te parece? James asiente. -Sí, está bien. -Te diría que salgas pero es tu primer día y mañana ya vas a faltar por el cumpleaños de Regulus, asi que hoy cumplirás todas las horas. -Con que vayas tu yo ya me quedo tranquilo, cuídalo bien- pide, tomando un trago de su taza de café. -¿James?- la voz somnolienta (y preocupada) de Regulus se escucha en lo alto de las escaleras- ¿James te fuiste? quería saludarte- habla con voz de llanto, todavía con los ojos cerrados. -Aquí estoy, dulzura- llama James, levantándose de su lugar. Regulus parpadea y enfoca su vista. -Oh, hola- sonrie, sonrojándose levemente- es que...- parpadea pesadamente, James lo atrapa antes de que caiga hacia adelante- creí que te habías ido. -No, aquí estoy- responde- ¿me acompañas a desayunar?- pregunta. Regulus asiente, James coloca sus manos en el trasero de Black, tomándolo en brazos. El pelinegro se sorprende por un momento pero rápidamente se adapta a los brazos de Potter, apoyando su mejilla en el hombro del mayor. Alphard eleva las cejas y mira a Fleamont, quién sonrie divertido. James vuelve a sentarse en su lugar y toma una tostada, para desayunar. -Entramos a las ocho- recuerda Mont- hoy tengo una junta, quiero que vengas conmigo, también irá Remus, así van acostumbrándose a las reuniones desde el principio- comenta. James asiente. -Bien, a las juntas entonces- sonrie de lado untando su tostada con una sola mano, la otra sigue firme sobre la cintura de Regulus. -¿Tu quieres algo para desayunar Reg?- pregunta Alphard. Regulus no responde, James voltea a verlo. Un leve ronquido sale de sus labios. James se muerde los labios, muerto de ternura. -Se durmió- murmura James, abandonando su tostada para abrazarlo mejor y acariciar su espalda suavemente. [...] James sube a cambiarse y deja a Regulus otra vez en su cama, se quita el pijama y lo deja a su lado, siguiendo lo que él hace cuando está lejos. James se coloca su traje y sale de la habitación, baja las escaleras y toma su abrigo. -Como creciste, cariño- habla Alphard, con añoranza mientras lo abraza fuerte- ayer eras un niño que pintabas las paredes y hoy eres todo un hombre. -Quiero ser un buen hombre- sonrie James- quiero ser como papá. -Serás mejor- sonrie Fleamont, uniéndose al abrazo. Luego va por su abrigo y Alphard acomoda su corbata, tomándose un tiempo para besarlo. -¿James?- la voz de Regulus vuelve a sonar. James eleva la cabeza, Regulus baja las escaleras corriendo y se tira a sus brazos- ¿ya te vas?- pregunta medio dormido, inhalando para llenarse de su aroma. -Ya me voy al trabajo, sí- asiente- te quedas con papá Alph, luego viene papá Mont y los acompaña a comprar las cosas para tu cumpleaños ¿sí?- avisa, acariciando su cintura. -Sí- asiente Regulus y parpadea rápidamente, despertando por completo. Se aleja de James y lo mira a los ojos- te ves genial- sonrie, sonrojándose. James también se sonroja. Se rasca la nuca nervioso y sonrie. -Gracias, yo... tomé el traje que tu elegiste anoche por mi. -Es que tengo gran gusto, admítelo- sonrie divertido. -Sí, lo tienes- asiente- también te ves bien, bien dormido- bromea, ganándose una risa de Regulus, quién acomoda su abrigo acariciando su pecho, debajo de la camisa siente el dije de estrellas de la cadenita que él le regaló. Sonríe ampliamente y besa su mejilla- desayuna un poco ¿sí?- Regulus asiente- ¿me prometes que tratarás de comer? -Lo prometo, me comeré un pancake entero- promete- suerte, lo harás muy bien. -Eso espero- sonrie nervioso, besando su mejilla- debo irme- comenta y se aleja, caminando hacia la chimenea. -Suerte, James- sonrie moviendo su mano- ten un buen día, no olvides beber agua. -Gracias, Reg- sonrie James y le lanza un beso. Regulus se sonroja hasta las orejas y, una vez que desaparece entre las llamas, baja su mirada, avergonzado. Alphard sonrie y lo abraza por los hombros. -¿Quieres desayunar ahora o me acompañas a lavar ropa? -¿Puedo?- pregunta emocionado. -Si luego desayunamos, sí- asiente Alphard. -Creo que está bien- acepta Regulus- quiero aprender a lavar ropa.  -Es esencial para un adulto funcional- comenta Alphard- James sabe, pero yo explico mejor- sonrie divertido, entrando al cuarto de lavado. La imagen de él lavando la ropa junto a James un sábado en la mañana se planta en su cabeza.
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