ID de la obra: 453

No más she-venom

Het
G
Finalizada
0
Fandom:
Tamaño:
18 páginas, 10.000 palabras, 5 capítulos
Descripción:
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Capítulo 4

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La pierna de Mary Jane estaba inquieta. No había estado tan nerviosa desde sus primeras audiciones como actriz amateur hace ya mucho tiempo, demasiado su figura y su piel no lo demostraban pero Mary Jane sabía que ella era más vieja de lo que aparentaba, aparentar es agotador. Pero el tiempo para las actuaciones había acabado, el telón rojo había bajado. Todo estaba a punto de terminar. -No. Aún no ha acabado.-La cabeza de Venom se había formado a un costado de Mary Jane encima de sus ropas de civil.- Sin importar en cómo termine el día de hoy no volveré a ser la esposa de Rabin.-Aún le daban arcadas al recordar cómo Valeria Richards la había llamado “señora Rabin” -Ese papel se ha acabado. si. Pero aún queda el acto final. El escenario está puesto. Los personajes tienen un desenlace aún por contar. Hasta ese momento había mantenido su cabeza oculta y apoyada en sus manos juntas, pero esa posición la estaba incomodando. Estiró su espalda y se reclinó para ver el cielo del atardecer de Nueva York, estaba lo bastante lejos de la capital metropolitana para que nadie los molestará. -Tienes razón. ¿Recuerdas el guión? -Cuando Rabin llegué actuaremos normal, ni un signo de hostilidad por nuestra parte, tú actuarás como la amorosa Mary Jane que se alegra de ver a su amado esposo, cuando lo abracemos lo apuñalamos en al menos 3 puntos vitales. Después, lanzaremos su tóxico cadáver a través del portal que abra la máquina que nos prestó Valeria Richards. Después una ducha, vino y Netflix. -Bien. La función está a punto de empezar. Y no era para menos, Paul le mandó un mensaje diciendo que estaba llegando al lugar acordado. Mary Jane y el simbionte habían habían engañado a Paul, asegurándole que tenían los medios para deshacer su vínculo simbiótico sin daños permanentes, pero no podían hacerlo solos, necesitaban a alguien que confiaran para contener al simbionte en caso de que la separación lo descontrolara. Y no había nadie en el mundo que confiara más que Paul. La presa llegó en taxi y no hizo ademán de acercarse hasta que el conductor se alejó lo suficiente como para dejar de verlo. Cuando se dio la vuelta mj entró en su papel, sonrió primero con los ojos y después con los labios, se dispuso a correr como una de las chicas de guardianes de la bahía hacia paul pero algo no se sentía bien. -ESPERA. El simbionte tenía razón, algo en su caminar y su expresión había cambiado. Se veía frío y molesto. Pero no el tipo de molestia de atravesar la ciudad para hacer un recado a su esposa, sino la de un constructor al ver su obra destruida. Mary Jane decidió improvisar sus líneas. Dejó que Paul se acercara a ella mientras el simbionte se preparaba debajo de sus ropas. Desde esa distancia no podía ver sus ojos, solo el brillo de sus lentes, sus manos estaban ocultas en su chamarra. -¿Pasa algo Paul? -No eres mi Mary Jane. ¿Verdad? Mary Jane se maldijo a sí misma por no poder seguir en su papel, su silencio había respondido la pregunta más claramente que un simple “no” -Lo suponía. Es una lastima. Estás segura que quieres atacarme ¿aquí? No. Esta no eres tú. El simbionte te ha hecho algo en tu cabeza, vuelve conmigo. Juntos resolveremos esto. -¿Cómo lo supiste?- preguntó el simbionte con la voz de Mary jane A Venom en realidad no le importaba las razones, pero tenía que entretenerlo. Hacer tiempo mientras encontraban una forma de abrir el portal y lanzarlo dentro. -No te entrometas. Estoy hablando con mi esposa, parásito. Mary Jane parecía confundida. Rehuía la mirada de Paul pero cuando sus ojos se encontraron Paul noto que ella estaba llorando. -Tengo miedo Paul. paul se apresuró hacia ella, por un momento de debilidad se le olvidó que Mary Jane más allá de ser una diosa de la belleza, superheroína y esposa ella era sobre todo una actriz. Mary Jane seguía llorando con sus brazos abiertos esperando el abrazo de su amado, cuando llegó a ella él la abrazó con tanto cariño como pudo expresar. En un un parpadeo un portal hacia la dimensión natal de Paul se abrió a menos de un metro de la pareja. Paul apenas vio que fueron los tentáculos del simbionte los que encendieron la máquina cuando su esposa lo rodeo con su abrazo, el simbionte la recubrió con una capa de limo negro azulado como una segunda piel, fue entonces que ella lo cargó y se lanzo hacia el portal aún abrazada de Paul. Paul no era una persona físicamente fuerte y durante el tiempo que pasó en el universo 616 se había debilitado aún más, la alimentación vegana tampoco le ayudo mucho para estar en forma. No fue él quién se liberó del agarre de she-Venom. Mary Jane lo empujó al cruzar el portal. Cómo si Paul se tratara de algo asqueroso. La dimensión natal de Paul no había cambiado en nada; un mundo muerto y cielos oscuros. Paul apenas reconoció su tierra natal en cambio él sí noto el cambio de traje de Venom. Era más sexy y faltaba la capucha dejando que el voluminoso cabello escarlata de Mary Jane volará con el viento -Te queda bien ese traje.- dijo mientras se limpiaba despreocupadamente el polvo de sus ropas con palmaditas -Cállate.- la expresión de odio era representada en la máscara de she-Venom con sus ojos blancos y ceño fruncido- No te traje aquí para escuchar tus patéticos cumplidos. -¿Para qué me trajiste entonces? Podrías haberme matado en cualquier momento. Pudiste pedirle ayuda a los 4 fantásticos o incluso al perdedor de tu ex. Pero en lugar de eso nos trajiste a la dimensión donde forjamos tantos buenos recuerdos. Su mirada se perdió en el horizonte, o mejor dicho al oeste, hacia allá habían vivido hace mucho tiempo. Mary Jane deshizo su máscara como si fuera cera negra y blanca, descubriendo su rostro, era como si un escultor hubiera hecho una estatua de una diosa guerrera con el gesto congelado en odio. -Te equivocas. Te traje aquí porque es el único lugar del multiverso donde tu tóxica presencia no envenene su alrededor, además, quiero machacarte con mis propias manos. Mary Jane se lanzó al ataque, dejando que el simbionte la apoyara. No corrió hacia Paul, sino que corrió en cuatro patas, con garras en lugar de dedos y con la boca abierta cubierta de hileras de dientes como los de un tiburón. Pero su figura, al igual que sus movimientos, recuerdan más a un tigre que a un león. A cualquier persona se hubiera acobardado, o incluso hubiese dado un paso atrás pero, extrañamente Paul ni siquiera titubeó, se mantuvo confiado con sus manos dentro de sus bolsillos. De repente Mary Jane sintió como si miles de taladradoras perforaran cada centímetro de su piel, pero el dolor no venía de su piel, provenía del simbionte, transmitiendo el dolor del ataque ultrasónico a su cerebro, esté a su vez lo amplificaba en un feedback de agonia. El simbionte, como medida defensiva, cortó la sagrada comunión que unía a Mary Jane Watson y el simbionte en she-venom. Así, solo él sufriría con el ataque sonico. -no sabes cuánto me duele hacerte daño.- Paul se acercó lentamente a una Mary Jane que se retorcia de dolor en un charco negro del simbionte que se movía como un fluido no newtoniano en un bocina. -mientes- respondió desafiante mientras apretaba los dientes -no. Es enserio. Piénsalo amor, te di todo lo siempre quisiste: una vida sin Spiderman, un esposo amoroso, un par de hijos sin el martirio del parto, incluso cumplí tu fantasía de ser una superheroína. Pero nunca fue suficiente para ti, querías volver a tu universo natal así que te permiti volver. Querías estar cerca de tu perdedor ex así que te permiti habitar Nueva York. cuando el destino o universo se llevó a nuestros hijos te permiti conservar el cachorro Brook.¿Y así es como me pagas? La precautoria naturaleza de Paul que hasta ese momento de su vida lo había mantenido con vida había sido superada por el embriagante sentido de superioridad al haber sometido a un monstruo como Venom. Fue tanta su autosatisfacción que hizo lo que normalmente no habría hecho en situaciones similares. Se acercó a la agonizante Mary Jane para ver su hermoso rostro. -sabes, yo no disfruto el hacerte daño. De verdad, odio la violencia. Por eso construí esto- de su bolsillo sacó un cilindro metálico del cual provienen las ondas sónicas- sabía que llegaría el día en que te tendría que salvar de este parásito -D-Duele… p-por favor- las súplicas entrecortadas desconcertaron a Paul -eso debería ser imposible, lo diseñe específicamente para…- aún con la palabra en la boca, con un zarpazo casi felino Mary Jane le arrebató el dispositivo de sus manos. Le tardo varios segundos a Paul el darse cuenta que había caído en la actuación de su esposa. Simple y llanamente había sido engañado. Poco importaba, él aún estaba en control de la situación. Se levantó del suelo para estar en igualdad de condiciones que Mary Jane, además quería verla frente a frente. -cariño. No lo hagas más difícil de lo que tiene que ser. Este dispositivo está encriptado, incluso si adivinas la contraseña dudo mucho que puedas apagarlo antes de que termines haciéndole un daño permanente al simbionte. La respuesta de su esposa fue estrellarse el dispositivo en la cara. El golpe lo hizo retroceder varios pasos, escupir un poco de sangre mientras registraba lo que había sucedido. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que ella lo había golpeado con tanta intensidad. Desde antes de que la había vuelto “más manejable” en los primeros años de su confinamiento. -Me quitaste 3 años de mi vida- la furia de Mary Jane se escuchaba en cada palabra que daba, eso era algo más haya de la habilidad actoral de Mary jane- me quitaste mi futuro con peter- Paul miró a través de sus lentes estrellados a su esposa con el cuerpo tenso, los puños cerrados, una expresión de odio eterno y para su terror: su dispositivo sónico hecho pedazos en el suelo y al simbionte reptando por los tobillos de su mujer- me hiciste amar a un par de mentiras…- su voz se había unido a la del simbionte. Una vez más unida al simbionte- …y aún así te atreves a hablarme de amor. La mujer que había más que cualquier ser vivo, más que incluso su propia vida ahora estaba decidida a matarlo. De eso no había duda. Lo podía ver en sus ojos negros. Solo le quedaba huir, pero ¿a dónde? Su esposa se encontraba entre él y el portal, además, ella se acercaba lentamente como si estuviera en un desfile de pasarela. Paul decidió arriesgarlo todo. Se dió media vuelta y se echó a correr. Quizás en su antigua base él podría encontrar algo con lo que defenderse. Pero eso era más un intento desesperado que un verdadero plan. Al igual que un depredador felino, al ver la espalda de su presa she-venom se lanzó al ataque. Todo terminó en menos de 12 latidos de corazón. Mary Jane tardó un momento para darse cuenta de lo que había hecho. Ella miró sus manos cubiertas de sangre y en lugar de sentir culpa sintió una tranquilidad que no había sentido desde hace un par de años. -Eso fue divertido. ¿Y ahora qué? Mary Jane vio el cuerpo sin vida del hombre que tanto la había dañado. -Ahora lo enterramos.
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