Yoshiden Week

El sol se ocultaba por el horizonte mientras las ratas de los callejones chillaban y mordisqueaban la basura en los contenedores. Desde lo alto de los techos de los edificios caían trozos de la carne de un demonio murciélago que aún seguía luchando por sobrevivir ante Denji o mejor dicho chainsaw man. Daba arcadas e incrustaba las garras de sus extremidades en el concreto del edificio, buscando llegar a la cima para escapar volando con lo que quedaba de sus destrozadas alas. Con un enorme salto, chainsaw man subió más alto de donde estaba aquel demonio y dio una pirueta en el aire para redirigirse hacia abajo con las sierras de sus piernas y partirle el cráneo en dos de una sola patada, mientras el motosierra se reía como un maníaco. Otra vez el demonio murciélago había regresado al infierno, y aunque feliz por su logro, no podía evitar retorcerse de dolor en el suelo. Tanto las heridas que el demonio le hizo durante la pelea cómo las que él mismo se provocó en la caída le estaban pasando una temprana factura. Apenas con las suficientes fuerzas para arrastrarse hasta la pared más cercana para recargarse y no sufrir demasiado en lo que se le ocurría alguna forma de pedir ayuda. Mientras trataba de buscar una forma de respirar que no le causará dolor ni se ahogará en su propia sangre, escuchaba unos pasos acercarse. «Esto es malo». Pensó que podía ser un devil hunter de seguridad pública listo para arrestarlo, pero también podría aprovechar y hacerse el muerto para morderlo cuando se acercara a revisarlo. Cerró los ojos y trató de controlar lo más posible su respiración para que no se notara. Los pasos finalmente se detuvieron justo enfrente de él. —¿Denji aún estás consciente? —¡Yoshida! —dijo Denji sorprendido. —Sí que lo estás. —¿Qué haces aquí? ¿Me estuviste vigilando durante toda la pelea? La sorpresa agitó a Denji más de lo que esperaba y lo hizo toser de dolor. Mientras Yoshida lo miraba lastimosamente. Se puso de cuclillas para ver directamente a los ojos. Sonrió y sacó de su bolsillo una navaja para cortar la palma de su mano izquierda. —¡Espera! La navaja estaba presionando la palma de la mano de Yoshida. —No tienes que hacerlo —dijo Denji jadeando. Yoshida lo miró con curiosidad, no creía que tuviera problemas con tomar su sangre. Además de que en ese momento no estaba en la posición más favorable para rechazarla. —Denji lo necesitas, aunque puedas regenerarte no es algo que se logre sin sangre. Yoshida hizo un corte rápido con la navaja y la sangre rápidamente se acumuló formando un pequeño charco en la palma de su mano. Cuando hubo suficiente hizo que Denji se la tomara. Aceptando de mala gana se la tomó, el sabor metálico le lleno la boca y sus heridas se regeneraron, aunque aún sentía dolor en las piernas por la caída. Cuando se recuperó completamente, Yoshida lo ayudó a ponerse de pie y caminaron fuera del callejón. Consiguió llevarlo a su casa, había insistido en que era mejor llevarlo al hospital de seguridad pública, el rubio se negó en todo momento. Estaba seguro de que solo necesitaba descansar por un rato, además de que el departamento quedaba más cerca que el del rubio. Apenas llegaron, Denji cayó rendido en el sofá por el dolor en las piernas. —¿Estás bien? —preguntó Yoshida. —Si solo tuve una mala caída. Dormiré por un rato y cuando despierte estaré como nuevo. Se acurrucó en el sofá intentando dormir. Antes de sentarse Yoshida fue por una cobija para abrigar a su novio, era de materiales bastante cálidos y suaves. Noto una pequeña expresión de confort de Denji, estaba aún más cómodo, abrigado, se sentó a su lado mientras le acariciaba su cabello rubio. Aun así, Denji no estaba durmiendo. —¿No tienes frío? —Eso no es importante, traje la cobija para que descansaras mejor —respondió Yoshida tranquilamente. Esa respuesta no convenció a Denji, se levantó e hizo que Yoshida se acurrucara junto con él. Era más cálido y agradable, definitivamente mejor que estar en la cama del hospital de seguridad pública. Uno alado del otro Denji lo abrazó y lo beso en la mejilla, Yoshida pensó que era lindo, así que dirigió los labios del rubio a su boca. Comenzaron lento y suave, se estaban tomando su tiempo para sentir al otro. Ambos acariciaban el cabello mutuamente y Denji comenzaba a sentirse más confiado, lo suficiente para sentir la lengua de Yoshida contra la suya. Se detuvieron por un momento para tomar aire, Yoshida se levantó, empezó a desabotonarse la chaqueta y la camisa. Denji abrió los ojos de par en par al ver el pecho desnudo de su novio. Se veía bastante bien para ser un adolescente de preparatoria y comenzó a sentir calor en su entrepierna. —Denji te amo —dijo Yoshida mientras se recostaba sobre Denji besándolo. Lo abrazo, sintiendo como las manos frías de Yoshida se deslizaban bajo su camisa. No puedo evitar sentir cosquillas al inicio, pronto se acostumbró a que lo tocara. Subieron hasta quitarle la camisa. Yoshida tomó las manos de Denji dirigiéndolas al cierre de sus pantalones, Denji se sonrojó tanto que un tomate no podía ignorar que terminarían haciéndolo. Estaba a punto de tener su primera vez, no podía evitar sentirse nervioso, pero también con algo de curiosidad. Había visto revistas porno antes, pero solo de mujeres, no de hombres, y aunque veía su propio cuerpo desnudo, no era lo mismo. El pene de Yoshida simplemente no era suyo. Miro a Yoshida como si preguntara si debía hacerlo. Tenía una sonrisa meliflua, estaba disfrutando del momento y entusiasmado por ver a Denji bajar el cierre por su cuenta propia. Y lo hizo, bajo el cierre de los pantalones de Yoshida viendo su pene duro bajo la ropa interior. Aún no se atrevía a tocarlo y se sentía aún más nervioso que antes. Yoshida lo besó de nuevo mientras acariciaba su pecho, la sensación de sus pieles juntándose era tan suave como estar durmiendo con sábanas de seda. Sintió a Yoshida desabotonando sus pantalones y metía la mano bajo sus calzoncillos. Un escalofrío recorrió su estómago, tenía las manos frías, pero pronto se acostumbró a la sensación. Yoshida estaba jugando con él y se sentía mejor de lo que esperaba, era constante y bombeaba lentamente su miembro haciéndolo endurecer. Pronto sintió una necesidad de quitarse lo que le quedaba de ropa, trato de hacerlo por sí mismo, arqueando un poco su cadera para tener espacio para moverse. Yoshida lo notó e inmediatamente lo ayudó a desvestirse más rápido, luego buscó terminar de quitarse la suya. Ambos estaban completamente desnudos, no dejaban de besarse. Yoshida era mucho más audaz que Denji, acariciaba su pecho, hacía movimientos frotando sus caderas uno contra las suyas. Su respiración era muy agitada y comenzó a sentir algo masajeando el hoyo de su trasero. Yoshida lo estaba preparando para metérsela. Con movimientos circulares de sus dedos frotándolo y poco a poco empezó a relajarse con la sensación de calor, sintió como un dedo comenzó a introducirse dentro de él y Denji no pudo evitar soltar pequeños gemidos. Yoshida estaba experimentando con los movimientos. Tenía una expresión divertida y risueña, le daba gusto ver a Denji dejándose llevar completamente por los estímulos. Ya era un libro abierto, pero esto era diez veces mejor. No expresaba vergüenza alguna, solo disfrutaba lo que sentía dejándose llevar por sus instintos. Habría podido llevarlo hasta su punto máximo solo con las manos, pero tenía más planes para ese momento. Saco sus dedos del interior de Denji. —Yoshida —gimió Denji triste pensando que había terminado. Lo miro sonriendo y se posó sobre él, con eso Denji adivino lo que pasaría a continuación. Supo que lo de antes fueron los preliminares para prepararlo. —Oye, ¿Estás listo para hacerlo? —preguntó Yoshida mientras le separaba un poco más las piernas. Estaba bastante ansioso, quería sentirlo dentro de él, pero no sabía exactamente cómo debería actuar. —Si lo estoy —asintió Denji con la cabeza, se veía bastante sonrojado y prefirió cerrar fuerte los ojos para esperar el momento en que pasara. Yoshida soltó unas risitas antes y besó a Denji en la frente. Se inclinó más sobre él para terminar de acomodarse y presiono su agujero con la punta de su pene. Poco a poco aplico fuerza haciendo que entrara, haciéndolo despacio y Denji sentía cómo se abría paso entre sus entrañas. Al inicio era extraño como si solo fuera fricción de un cuerpo ajeno, mientras más se movía Yoshida y más él se relajaba comenzaba a sentir un cosquilleo en la parte baja del estómago. Cómo un golpe interno sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo, se sentía placentero y no podía evitar que esa sensación se extendiera por su interior. El calor se incrementaba y las embestidas de Yoshida aumentaban progresivamente la intensidad. Estaba extasiado por tener a Denji gimiendo por él mientras no dejaba de pensar en lo bien que se sentía al ser embestido, aun sintiendo que Yoshida podría partirlo a la mitad si quisiera, no podía evitar desear que continuará. —Denji tu interior se siente muy bien —susurro Yoshida en el oído a Denji—. Estás muy apretado. —¿Lo estoy? —gimió Denji con la respiración cortada. La sensación de placer en su cuerpo era parecida a estar cubierto por burbujas, suave, cálido y con hormigueo en toda la piel. No pudo evitar tragar saliva cuando Yoshida comenzó a besarle el cuello, dejándole múltiples marcas de chupetones y hasta mordidas. Sentía como si Yoshida se lo quisiera comer, aunque tal vez ya se lo estaba comiendo desde hace rato. No podía resistir más tiempo, estaba a punto de correrse, aunque intentara controlar su respiración, no podía, sentía demasiado calor y la agitación del acto le dejaba un nudo en su estómago que no dejaba de palpitar. Yoshida parecía agotado. El ritmo de su respiración era pronunciado y bastante pesado. —Voy a… —gimió Yoshida eufórico, una sonrisa relajada apareció en su cara mientras miraba a Denji. —Yoshida… No pudo evitar abrazar a Yoshida cuando lo sintió correrse dentro de él como un reflejo, se le nubló la vista por unos instantes también corriendose. El semen quedó entre ellos, dejando una sensación pegajosa cuando se apartaron para acostarse juntos. Estaban agotados y Denji no pudo evitar quedarse dormido.

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Cuando despertó ya no se encontraba en el sofá, Yoshida lo había movido a una cama esponjosa y las sábanas eran casi tan suaves como la seda, se sentía igual a estar recostado sobre una nube. Era evidente que eran cosas de buena calidad y de las que al menos él no podría permitirse con tanta facilidad. Giro hacia la izquierda y vio a Yoshida durmiendo a su lado. Pensó en despertarlo para decirle que tenía que regresar a casa con Nayuta, pero solo lo observó y cerró los ojos. «Cinco minutos más». Y volvió a dormir.