Tratando de entenderte
22 de octubre de 2025, 10:37
Nota de la autora:
I wanna hid the truth
I wanna shelter you
But with the beast inside
There's nowhere we can hide…
Quiero ocultar la verdad
Quiero protegerte
Pero con la bestia dentro
No hay ningún lugar donde podamos escondernos...
Demons de Imagine Dragons
Capítulo 11: Tratando de entenderte
Bella
.
Durante la siguiente semana, el nuevo acuerdo con Mel funciona sin problemas.
Y ahora, una vez que terminan todas las clases, en lugar de quedarnos en el estudio esperando a un tío o a una follamiga que llegan tarde, nos dirigimos directamente a mi casa.
De vuelta en casa, Mel y yo cenamos, ella termina su tarea y luego practicamos ballet o simplemente bailamos cualquier cosa que nos apetezca. A veces solo miramos televisión y pasamos el rato.
No se ha derrumbado como lo hizo la otra noche, pero últimamente parece menos... enojada con el mundo. A veces tiende a quedarse callada de repente: cuando suena una canción en la radio o cuando un programa en la televisión desencadena recuerdos de lo que solamente puedo imaginar que ha perdido. Y cuando eso sucede, le doy espacio para sentir lo que necesita sentir y luego le pregunto si hay algo de lo que quiera hablar.
«Ahora no» es su respuesta estándar.
Y aunque desearía que se abriera, sé muy bien lo difícil que puede ser hablar sobre cosas en las que preferirías no pensar.
Así que le daré el tiempo y el espacio que necesita y espero que «ahora no» eventualmente se convierta en «esto es lo que duele». Y entonces tal vez pueda ayudar a aliviar algo de ese dolor.
S
Edward parece agotado cuando recoge a Mel el miércoles y puedo decir que ha tenido un mal día. Su cara y sus brazos están absolutamente llenos de suciedad, y mientras lo sigo hasta el centro de mi loft, tengo esta imagen caprichosa de mí llevándolo al baño, quitándole la camisa y los pantalones... desnudándolo hasta quedar en ropa interior y luego usar una toalla inmaculadamente blanca para limpiarse la cara, los brazos, los hombros antes de verlo entrar en la humeante ducha de cristal...
Pero mi ensoñación no dura mucho. Está en uno de sus estados de ánimo, por lo que apenas habla, rechaza la cena nuevamente y luego rápidamente hace salir a Mel, apenas encontrando mi mirada antes de murmurar un apresurado «gracias» y salir.
S
El viernes, Mel y yo estamos arriba en el desván probándonos trajes viejos de los últimos recitales cuando suena mi teléfono.
—¡Regreso enseguida! —grito. Mientras corro por la escalera de caracol, las plumas de mi tocado caen sobre mi cara mientras las lentejuelas alrededor de mi falda de flapper golpean mis piernas.
Reviso rápidamente el identificador de llamadas antes de contestar.
—¡Hola, papá!
—Oye, cariño. ¿Qué ha pasado?
—Poco. ¿Y tú?
—Lo mismo de siempre, lo mismo de siempre. Pensé en llamarte o el año terminaría antes de hablar contigo.
Hago una mueca. —Papá... lo siento, he estado muy ocupada.
—Acabas de decir que no ha pasado gran cosa. Entonces ¿cuál es? ¿No pasa mucho o has estado muy ocupada?
Suspiro. —Perdiste tu vocación, papá. Debiste haber sido abogado.
Se ríe. —No, nunca he tenido muchos trajes. Los cascos y las herramientas siempre han sido lo mío.
Me río, pero mi mente de repente va a Edward, preguntándome cómo se ve exactamente con un casco...
Charlamos un rato. Me dice que él también ha estado ocupado. El sitio en el que ha estado trabajando ha tenido un par de inconvenientes y casi tuvieron un revés importante esta semana, pero al final funcionó.
—Entonces, ¿qué has estado haciendo, Bells?
—Bueno, tuve una audición hace un par de semanas...
—¿Sí? ¿Cómo te fue?
Mi silencio es su respuesta.
Suspira—: Lo lograrás, Bells.
—Sí. Me acabo de enterar de otra audición para una producción aquí en Brooklyn… de todos modos, ¿puedo devolverte la llamada, papá? Estoy en medio de algo.
—¿Qué estás haciendo que es más importante que hablar con tu papá?
—Estoy cuidando a la hija de un amigo.
—¿No me digas que Angie tuvo una hija?
—¡Papá!, la viste hace como un mes. ¿Te parecía embarazada?
—No sé acerca de estas cosas —murmura—. Muy bien, entonces ven a ver a tu padre pronto, ¿de acuerdo? No estoy trabajando muy lejos. Podemos almorzar juntos.
—Ya veré, papá...
—Llámame durante la semana, ¿de acuerdo? Extraño a mi dulce niña.
—Está bien, papá —estoy de acuerdo en voz baja—. Te llamaré.
Después de colgar, miro al vacío mientras el teléfono permanece aferrado en mi mano, preguntándome qué haría Charlie si alguna vez supiera la verdad sobre su dulce y pequeña... la verdad sobre por qué no quiero ir a verlo en el trabajo…
—¿Señorita Bella?
Parpadeo para salir de mi estupor y me doy la vuelta para ver a Mel detrás de mí, vestida como un gato muy brillante.
—¿Estás bien? —me pregunta.
—Sí. —Sonrío—. Es que a veces mi papá es muy bueno haciéndome sentir culpable.
Ella simplemente me mira fijamente. —Mi papá nunca me hizo sentir culpable por nada. Mamá solía decir que era el chico más tranquilo que jamás haya nacido.
Es la primera vez que menciona voluntariamente a sus padres.
—Suena como si fuera un gran tipo.
Mel simplemente asiente. El brillo que se desprende de su disfraz hace que su rostro brille y resplandezca.
—Era un gran papá.
Me acerco a ella con cautela, como si realmente fuera un gatito que saltaría ante la primera señal de provocación. Como hizo Edward la otra noche en la cocina.
—¿Y tu mamá? —pregunto suavemente, ajustando la diadema con orejas de gatito alrededor de su cabeza—. ¿Cómo era ella?
No responde de inmediato. Sus ojos se mueven más allá de mí, viendo algo que ya no está allí, y justo cuando creo que ya he conseguido todo lo que voy a conseguir esta noche, dice:
—Mi mamá era hermosa, tan linda como tú. Aunque era más baja. Ella sonreía todo el tiempo. Y contaba estos chistes tontos que hacían que mi papá pusiera los ojos en blanco porque nunca eran graciosos, pero luego él se reía de todos modos y yo nunca entendía por qué. Tenía el pelo largo y oscuro como tú.
—Y como tú. —Sonrío.
Ella solamente consigue hacer un leve movimiento de labios. —Yo también tengo sus ojos, pero creo que los de ella eran más bonitos. No estoy segura. Se está volviendo… difícil para mí recordar…
—Puedes mirar fotos —le recuerdo suavemente.
Mira al suelo. —Voy a cambiarme este disfraz. Es estúpido.
Y se va corriendo escaleras arriba.
S
Para cuando Edward llega esa noche, el momentáneo mal humor de Mel ha desaparecido.
Afortunadamente, su tío también parece estar de mejor humor que el miércoles. Cuando esta vez rechaza la cena, me ofrece una sonrisa de disculpa.
—No estoy envenenando la comida, Edward. —Le sonrío, levantando una ceja.
Se ríe. De hecho, se carcajea, y Dios, es simplemente... maravilloso cuando se ríe. Sus ojos verdes brillan y sus labios se curvan en algo más que un ceño fruncido, y este sonido profundo, hermoso y retumbante retruena en lo profundo de su pecho.
Y Mel también se ríe, así que me siento como si estuviera en racha, como si debí haber hecho algo bueno hoy.
—Ella realmente no la está envenenando, tío Edward. La ayudé a cocinar, así que debería saberlo.
Está acostada en el sofá, luciendo relajada mientras mira televisión y, a pesar de que solo ha estado conmigo durante una semana, ya parece que pertenece aquí.
Y las botas de trabajo de Edward se ven muy cómodas junto a la puerta.
—¿Deberías saberlo? —Edward le sonríe—. Hmmm, bueno entonces... tal vez debería probar esa comida.
Mi corazón da un vuelco y no puedo evitar la enorme sonrisa que estalla. Dios, estoy segura de que mi fascinación por él está escrita en toda mi cara, y ya no me importa ni un poquito.
—¡Vamos! —Lo insto a seguir, dirigiéndome hacia la cocina.
—Uh... ¿te importa si me lavo un poco? —Lo escucho preguntar.
—Oh. —Me detengo y me doy la vuelta. Levanta las manos para que vea la suciedad y la mugre.
Se ve sucio... y muy fuerte.
—El baño está justo allí. Hay toallas en el armario debajo del lavamanos por si quieres limpiarte. Estoy a punto de ofrecerle el uso de mi ducha, pero Mel está aquí, y algo acerca de expresar esa oferta en voz alta frente a ella parece… ilícito.
Pero con Mel o no, mi ensoñación regresa repentinamente y me veo con una toalla blanca… limpiando a Edward… quitando toda la suciedad de su rostro cincelado… borrando la suciedad de sus fuertes hombros… lavando su suave y sedoso cabello…
—Gracias —murmura, mirándome fijamente como si de alguna manera pudiera leer mis pensamientos. Estamos a media habitación de distancia, pero de repente es como si estuviéramos pecho contra pecho y casi puedo sentir su corazón latiendo junto al mío. No puedo apartar la mirada mientras él sostiene la mía, mientras Mel se recuesta en el sofá entre nosotros, mirando la televisión en silencio.
—Está bien, voy a ir a asearme.
—Está bien, iré a prepararte un plato.
—Bueno.
—Bueno.
No estoy segura de cuánto tiempo pasa antes de que se dé vuelta y finalmente entre a la cocina, recordándome en voz baja: «Respira, Bella. Respira».
S
Edward está sentado en el banco de mi cocina, con sus calcetines negros, sus manos y su rostro más limpios de lo que los he visto nunca. Los llamativos ojos verdes son aún más notorios cuando su rostro está limpio, brillando como dos esmeraldas entre un rostro rugosamente hermoso. El movimiento de su mandíbula angular mientras mastica su pollo me tiene hipnotizada... arriba y abajo y sé que no debería estar mirando, pero...
Así que está comiendo arroz amarillo y pollo guisado, y gime ... gime después de cada dos bocados, mientras yo trato de no babear porque temo que no sería muy apetitoso a la vista, y él obviamente está Realmente disfrutando de mi comida… su comida.
—Mmm, mmm, oh, Dios mío, Bella, esto está...
No logra terminar la frase antes de meter otro bocado entre esa perfecta boca suya mientras felizmente me siento a su lado.
Entre bocado y bocado, me cuenta sobre su jefe y amigo, Emmett, y absorbo cada detalle de la información como una mujer que ha atravesado el desierto y finalmente ha encontrado un pequeño y brillante oasis lleno del agua más deslumbrantemente deliciosa.
—Entonces, ¿en qué estás trabajando exactamente, Edward? —pregunto emocionada.
Deja de comer y baja el tenedor, irguiéndose mientras sostiene mi mirada fijamente durante unos segundos.
—Estamos convirtiendo un antiguo almacén en lofts residenciales.
Lo dice con solemnidad, esos ojos verdes, tan verdes, perforándome, estudiándome como si estuviera esperando algún tipo de reacción.
—¿Ah, sí? Mucho de eso está sucediendo aquí en Brooklyn, ¿no?
Sus ojos me mantienen cautiva por unos segundos más y luego, con un profundo suspiro, dice: —Sí. Sí, hay varios. —Y luego sonríe y regresa a su comida.
—Pareces... mucho más relajado hoy que el miércoles.
Me mira de nuevo, sosteniendo mi mirada una vez más pero ya no con esa extraña intensidad. —He estado escuchando eso mucho últimamente. —Sonríe, y me pregunto si sabe que cada vez que ha sonreído esta noche, mi corazón se detiene.
—¿Sí? ¿Por qué has estado escuchando eso? —Sonrío.
Sonríe y vuelve a mirarme como si yo supiera la respuesta. Sin embargo, en lugar de responder, lentamente permite que sus ojos dejen los míos, recorriéndolos lentamente hacia arriba y hacia abajo por mi cuerpo y poniendo la piel de gallina en cada superficie.
—Es un traje interesante —dice, arqueando una ceja—. ¿Vas a bailar esta noche, Bella?
Miro mi disfraz de flapper (un vestido negro con lentejuelas, flecos y una diadema negra de la que sobresale una pluma) y me río.
—¿Realmente te parece que sería algo que me pondría para ir a bailar?
—¿Por qué no? Te ves… —exhala pesadamente—, increíble.
Mis mejillas arden absolutamente. Quiero decir que puedo sentirlas arder, pero de una manera tan deliciosa. Miro hacia el espacio entre nosotros durante un largo momento, observando mi pecho agitarse con esperanzada emoción.
—Gracias —murmuro cuando lo miro a los ojos de nuevo, sonriendo como una tonta—, pero es solamente un disfraz de recital. Mel y yo estábamos tonteando.
—Ah —dice—. Entonces, si ese no es un traje que te podrías para ir a un club, ¿qué te pones cuando vas a bailar?
—Yo... realmente no he salido a bailar en un tiempo —admito.
—Pero eres bailarina —resopla—. ¿Cómo es que una bailarina no ha bailado desde hace tiempo?
—Bueno…
Puedo sentir que mi corazón se acelera, mi cara arde otra vez, pero ya no por la emoción. esta vez es por miedo a que vea. Que si sigue mirándome leerá la verdad en mis ojos y no solamente todo esto se detendrá de repente, sino que se llevará a Mel.
Así que vuelvo a bajar los ojos, ahora avergonzada en lugar de emocionada.
—Es… es solo… —tartamudeo—. Necesitaba un descanso. Necesitaba…— Suspiro y me obligo a mirar hacia arriba.
Me está mirando con una expresión de preocupación tan suave y tierna en su rostro, con paciencia, y de alguna manera, sus ojos ansiosos me dan la fuerza para ofrecerle algún tipo de explicación.
—¿Alguna vez has sentido que… estabas haciendo las cosas mal, pero no estás seguro de cuál es la manera correcta y solo necesitas algo de tiempo para resolverlo todo?
Él frunce el ceño , buscando mis ojos inquisitivamente, pero me obligo a sostener su mirada.
—Sí. —Finalmente sonríe, exhalando pesadamente—. Definitivamente sé sobre eso, Bella.
Por alguna razón, una oleada de alivio me recorre. —Bueno, necesitaba resolver algunas cosas. Y hasta entonces… hasta entonces…
—Hasta entonces… ¿nada de bailar? —La mitad de su boca se curva en una sonrisa parcial de desconcierto.
—Nada de bailar —confirmo con una sonrisa de alivio—. Al menos, nada de bailes extracurriculares.
Ambos nos reímos y él asiente pensativamente, pero ahora temo haber arruinado el ambiente.
—Una bailarina que no sale a bailar —reflexiona en voz baja, sacudiendo la cabeza—. Bella Swan... eres un enigma —acusa, pero sonríe tan plenamente mientras lo dice que sé que está bromeando, y nuevamente, me inunda el alivio.
—¡Soy un enigma! —respondo, y luego levanto una mano para estrecharle la suya burlonamente—. ¡Le dijo el sartén al cazo! (9)
Él se ríe y mira fijamente mi mano durante medio segundo antes de tomarla. Tengo que luchar para reprimir el grito ahogado que quiere escapar cuando él envuelve mi mano completamente, deslizando sus largos y fuertes dedos a lo largo de los míos, entrelazándolos. Nos miramos las manos, fuertes y frágiles, ásperas y más suaves, y todo lo que puedo pensar es que así es como empezó esto… sea lo que sea… con un simple apretón de manos.
Entonces Edward sonríe y suelta mi mano lentamente, regresando a su comida.
—Así que todavía no has terminado de decirme por qué pareces tan relajado esta noche —pregunto en voz alta, tratando de recomponerme.
Edward me mira de reojo, toma un bocado de su comida y la mastica bien, su manzana de Adán subiendo y bajando. Una vez que traga, se inclina hacia un lado.
—Estoy más relajado esta noche porque ha sido una buena semana, a pesar de un... problema con el que tuve que lidiar hace un par de días. Pero funcionó bien y hoy logramos terminar algo grande en el trabajo que podría ser realmente productivo para el negocio. En definitiva, han sido unos días buenos.
—¡Genial! —exclamo, genuinamente emocionada porque puedo ver cuánto significa esto para él.
—Sí —dice suavemente, sus ojos verdes cálidos y... más pacíficos de lo que los he visto nunca—, realmente es genial.
Mi corazón late con fuerza.
—Bueno, ¡tenemos que celebrar!
Él se ríe. —¿Qué sugieres?—
Me levanto de un salto y me doy la vuelta, corriendo hacia el refrigerador y buscando un poco la botella medio vacía que Angie y yo no pudimos terminar a principios de la semana pasada.
—¡Ajá! ¡Aquí lo tienes! Bueno, es vino en lugar de champán. —Me río—, y sé que estás conduciendo, pero solo tomaremos un pequeño sorbo de celebración.
Saco la botella y rápidamente la dejo en el mostrador frente a Edward antes de girarme hacia los gabinetes. Angie y yo fuimos al gueto y simplemente lo bebimos en vasos de plástico la otra noche, pero este es Edward y tuvo una buena semana. Así que busco entre los platos apilados y los vasos de cristal hasta que encuentro las copas de vino de cristal de tallo largo que no he usado en mucho tiempo. Chocan una contra la otra mientras las saco, haciendo que mariposas revoloteen en lo profundo de mi estómago mientras me imagino a Edward y a mí brindando juntos, chocando mi copa contra la suya… manteniendo su mirada sobre el borde de la copa…
—Espero que te guste esta botella. Tiene un sabor agradable y dulce que permanece en el paladar…
Me doy vuelta con una amplia sonrisa, mi entusiasmo por la noche aumenta...
Pero Edward ya no está allí.
—¿Edward?
Sosteniendo las dos brillantes copas de vino cerca de mi pecho, salgo de la cocina y entro en la sala de estar. Los flecos de mi vestido flapper se mueven hacia adelante y hacia atrás contra mis piernas.
—¿Edward?
Edward está de pie junto a Mel, diciéndole que se levante... ahora mismo.
—¿Está todo bien? —pregunto.
—Sí, sí —me asegura, mirando a Mel—. Fue un día largo y me gustaría llegar a casa y relajarme. Vamos, Mel, apúrate —dice.
—¡Ya voy, ya voy! —dice Mel, inclinándose sobre el sofá para ponerse las zapatillas deportivas.
—Gracias por la cena, Bella —dice Edward con frialdad, todavía dándome la espalda—. Estuvo genial. Y gracias por cuidar a Mel.
—Uhm... está bien... —De repente, siento una sensación de pavor porque Edward no me mira, y pensé que ya habíamos superado eso—. En realidad, me preguntaba si querrían pasar el rato esta noche y ver una película. Podríamos conseguir algo a pedido o en Netflix.
—Oh, ¿podemos, tío Ed? —dice Mel, deteniéndose mientras se ata las zapatillas para darle a su tío una mirada suplicante.
—Como dije —niega con la cabeza—, fue un día largo, pero gracias por la oferta. Date prisa, Mel.
—Está bien, está bien. —Mel refunfuña antes de levantarse. Ella se acerca y me rodea con sus brazos, apretando con fuerza—. Muchas gracias, señorita Bella. ¡He tenido una semana fantástica!
—También he tenido una gran semana contigo, Mel—murmuro, tratando de no permitir que el repentino cambio de Edward afecte mi separación de Mel, pero mi mente está sumida en un caos desconcertado. Él está detrás de nosotros prácticamente vibrando con su necesidad de alejarse y todo lo que puedo imaginar es que vio mi verdadero yo. En ese momento en el que bajé la guardia, él vio la verdad y ahora está completamente disgustado.
—Como te dije antes, Mel —digo, tratando de mantener mi voz tranquila—, llámame Bella cuando no estemos en el estudio, ¿de acuerdo?
—Está bien, Bella. —Sonríe, claramente emocionada. Hago lo mejor que puedo para devolverle su sonrisa feliz antes de que me abrace fuerte una vez más y luego camine hacia la puerta y salga al pasillo.
Edward finalmente se gira para mirarme, pero sus ojos no se encuentran con los míos.
—Edward, ¿dije algo mal?
—¿Qué? No, no —me asegura—. Mira, muchas gracias por toda tu ayuda esta semana. Realmente lo aprecio.
Y se da vuelta para irse.
—Edward… —digo siguiéndolo hasta la puerta, pero no se detiene—. Edward, dime qué dije o hice.
— No dijiste ni hiciste nada, Bella —repite, casi gruñe mientras vuelve a meter los pies rápidamente en sus botas. Botas que esperaba que hubieran descansado en ese rincón al menos un par de horas más. Mi corazón se aprieta con fuerza mientras lo miro. —Eres… perfecta, eso es lo que eres. Simplemente perfecta.
—¿Qué se supone que significa eso? —Frunzo el ceño salvajemente, agarrando la parte superior de mi cabello y arrancándome la maldita pluma de la cabeza—. ¿Por qué sales corriendo? ¿Edward?
—Buenas noches, Bella. —se gira hacia la puerta, y lo agarro del brazo porque no voy a dejar que me lastime, pero se da vuelta tan rápido que jadeo en voz alta, dando un paso atrás mientras desliza sus ásperas manos alrededor de mi cara, acunándola con fuerza, tan apretado que casi duele. Casi.
—Mira —respira—, nunca sabrás cuánto significa todo esto para mí… y para Mel. Ella obviamente te adora y te lo mereces. Mereces ser adorada día y noche. Estoy agradecido por toda la atención que obviamente le brindas, y por el trabajo que le has dado, y por las lecciones de ballet y el traje de ballet, y por las malditas cenas deliciosas para los dos, y todo lo demás que espero alguna vez poder pagarte. Así que, por favor, déjame irme con al menos un mínimo de mi orgullo intacto.
Envuelvo mis manos sobre las suyas, apretándolo tan fuerte como él me aprieta a mí.
—Cristo, Edward, ¿cuándo diablos te pedí que me pagaras? ¡No me importa nada de eso! No quiero ni necesito que me pagues...
—Bella... —dice en un susurro dolorido, acariciando mis mejillas cuidadosamente con sus pulgares. Y no puedo evitarlo. A pesar de sus palabras, a pesar de que sé que, independientemente de lo fuerte que me esté agarrando, lo que realmente está haciendo es alejarme, me inclino hacia su toque. Cierro los ojos momentáneamente y me deleito con la sensación de sus callosos pulgares sobre mi piel.
—Bella, sé que no necesitas que te pague. Sé que no lo necesitas, pero eso no significa que no lo merezcas. Te mereces mucho más… —dice bruscamente, cerrando los ojos con fuerza durante dos segundos—, mucho más de lo que jamás podría darte, Bella, así que por favor solo… —Levanta una mano de mi cara para pasarla furiosamente por su cabello mientras lo miro, aturdida más allá de toda comprensión, y luego la coloca sobre mi pecho, sobre mi corazón acelerado—, dejemos esto como está. Me ayudas con Mel por la bondad de tu hermoso corazón, y acepto esa ayuda porque soy un bastardo egoísta. Adiós.
Y a pesar de todo, a pesar de todo, se da vuelta y se marcha.
S
—Chica, ni siquiera sé qué decirte en este momento —me dice Angie cuando le cuento los últimos acontecimientos al día siguiente—. ¿Será bipolar?
Le sonrío. —No, no creo que sea bipolar. Estoy bastante segura de que incluso los que padecen bipolaridad te dan algún tipo de advertencia antes de pasar de cero a ciento veinte.
—Sí, creo que tienes razón —concuerda.
—Yo solo… ¡ni siquiera sé dónde salió mal! En un momento él me estaba hablando... quiero decir, realmente estaba hablando conmigo. Incluso estábamos coqueteando un poco. Y me está hablando sobre el trabajo y sobre su amigo, Emmett, y está feliz porque terminó un proyecto a tiempo. Luego me giro para buscar algo, y cuando me doy la vuelta, se ha transformado en Bizarro (8) Edward. Yo no… —Dejé escapar un gran suspiro de frustración—. Ya ni siquiera sé qué hacer.
—Oye... —Angie me rodea con un brazo—. Bueno, seguirá trayendo a Mel, ¿verdad?
—Sí —digo en voz baja porque tengo miedo de que si hablo más alto empezaré a gritar—. Gracias a Dios.
Angie se queda callada por un rato. —Ella es muy importante para ti.
No es una pregunta, así que no me molesto en responder.
—¡Ay, Bellita! —Angie suspira al cabo de un rato—. Te metiste tanto en esto...
—Sí… —Clavo mis manos en mi cuero cabelludo y las agarro con fuerza mientras ella me mira pensativamente, mordiéndose el labio, y creo que veo algunas ruedas girando, lo cual es realmente peligroso cuando se trata de Angie.
—¿Sabes qué? ¡Qué se joda! Odio decirlo, porque fui la primera partidaria de engancharte con el papichulo, pero estoy pensando que tal vez sea hora de cortar por lo sano aquí.
—¿Qué? —pregunto porque realmente no me esperaba eso. Ella ha estado entusiasmada con el papichulo durante semanas.
—Quiero decir, Bella, tal vez simplemente no debas descubrir cuál es el rollo del papichulo. Él sigue empujándote y alejándote y tal vez sea el momento de... dejarlo ir. Tú, Isabella Maria Swan, eres una chica sexy y no necesitas esa mierda. Lo que necesitas es salir de nuevo, vivir tu propia vida otra vez. La mierda con Eli te afectó totalmente, y ahora esta mierda con el papichulo te está deprimiendo aún más. ¡Tienes que decirles que se jodan a los dos y seguir adelante!
—Angie... no estoy tan segura de que...
—¡No! ¡No nada de Angie, maldita sea! ¡Me alegra que te sientas tan cerca de Mel, pero tú también tienes una vida, Bella! Al menos deberías hacerlo. ¡Eres hermosa y soltera y necesitas vivir de nuevo! ¡Te voy a poner en contacto con el amigo de Tyler!
—¡Angie, no! No creo...
—No, no piensas, no en ti misma y ese es tu problema. Mira —baja la cabeza y se encuentra con mi mirada, cara a cara—, no estoy diciendo que tengas que salir y enamorarte o incluso follarte al próximo chico con el que cenes, pero, mierda, Bella, sal y cena. ¡Diviértete de nuevo! ¡Tienes veinticuatro años, Bella, no cuarenta! ¡Sal y conoce gente! ¡Vive tu vida! ¿Quién sabe? Tal vez mientras vivas de nuevo, las cosas encajen en su lugar.
La miro con escepticismo porque en este momento no parece que nada vaya a encajar en su lugar.
—El amigo de Tyler es un buen tipo, Bella. Ve y disfruta de una buena cena con él, eso es todo. Quizás te diviertas. —Sonríe—. Entonces, ¿qué dices? ¿Debería planear todo?
S
(8) Bizarro es un clon imperfecto de Superman, con una apariencia grotesca y poderes similares a los del Hombre de Acero, este villano se ha consolidado como uno de los más temidos dentro de las publicaciones de DC Comics, apareciendo incluso en varias adaptaciones cinematográficas y televisivas de las aventuras del Último Hijo de Krypton.
(9) Dijo la sartén al cazo:«¡Quítate de ahí, que me tiznas, ojinegra!» Significado: Recrimina a las personas iguales que se echan en cara sus defectos.
*Palabras originalmente en español:
Chica
Ay, Bellita
Papichulo