ID de la obra: 610

Destituladas

Femslash
PG-13
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planificada Midi, escritos 36 páginas, 9.982 palabras, 7 capítulos
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Capítulo 5

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Green y Lacy limpiaron juntas el gimnasio, que estaba lleno de agua. Terminaron y entonces Lacy habló. —Señorita Oak, esta es la última vez que le pregunto esto. ¿Quiere quedarse aquí o prefiere el puesto que tengo actualmente? —…Es obvio que prefiero quedarme aquí. Lacy exhaló y finalmente se dio por vencida. —Bien. Entiendo cuando la gente no está de acuerdo conmigo. Por favor, no entrenes menos solo porque ya no tienes que luchar en batallas profesionales... La fuerza siempre es necesaria. —Sí, lo sé… Gracias. Lacy hizo una reverencia. —Adiós y buena suerte. —¡Que tengas suerte también! *** A Green solo le tomó dos semanas acostumbrarse por completo a ser Líder de Gimnasio. Al principio, no sabía cómo adaptar su estilo de combate a las batallas de bajo nivel ni cómo controlar la fuerza. Tuvo que consolar a un niño llorando tras perder más de una vez; a veces les daba la medalla por lástima. Pero ahora, podía volver a luchar como una niña. Eso era genial. Y Lacy no volvió a visitarla. Ni en el gimnasio, ni en la casa de Leaf cuando estaban juntas. Green aún pensaba en ella. Antes de ser derrotada, poseía un aura mística... Era inalcanzable, la más fuerte. Al menos para Green. Pero ahora, con el paso del tiempo y viéndola en televisión... Lacy estaba cada día más amargada. Casi como si se estuviera derrumbando bajo la presión y los cambios en su vida. O quizás, la televisión lo hacía ver así. Quizás se volvía cada día más cruel con ella y con Green. Era extraño: de repente, había una administración diferente en la televisión; algunos periodistas eran los mismos de siempre, otros eran nuevos. Y los nuevos, en particular, las odiaban a ambas. Probablemente era una coincidencia. De cualquier manera, Green se estaba preocupando, porque Lacy parecía no abandonar nunca la Meseta Índigo. Entonces, después de que Lacy buscara a Green tantas veces, Green decidió que tenía que buscar a Lacy por una vez. Dado que Lacy, técnicamente, era la jefa de Green, ella tenía su número de Pokegear y Green usaria esa información de una manera muy poco profesional. *** —¿Hola? —¡Hola, Lacy! —¡Señorita Oak! ¿Por qué llama? ¿Hay algún problema en el Gimnasio? —preguntó Lacy. Ya no tenía esa energía enojada en su voz; simplemente sonaba... cansada. —Oh, no, para nada. Estaba pensando... ¿Quieres entrenar conmigo? Lacy levantó una ceja. —Aprecio la oferta, pero ¿no crees que la Meseta Índigo y la Ciudad Verde están un poco lejos? —Son solo dos rutas de distancia... ¡Vuela! Además, ya has hecho este mismo viaje antes. ¿Por qué no otra vez? —Ya viajé de aquí para allá porque quería pedirte algo. Pero ya no tengo nada que pedirte, y podemos entrenar solas, así que... Green hizo pucheros, pero luego sonrió cuando pensó en un argumento. —Bueno, sí... pero mi equipo es más fuerte que el tuyo, ¿verdad? No es lo mismo que entrenar sola, porque te daría un verdadero reto que te haría más fuerte. La línea quedó en silencio por un momento. —De nuevo, señorita Oak, gracias por la oferta, pero prefiero no irme de la Meseta Índigo. —¿Pero por qué? —¿Por qué te importan mis motivos? —Supongo que es una buena pregunta. Green estaba lista ara decir adiós y colgar, pero luego: —Sin embargo, supongo que aprecio que estés pendiente de mí. —Espera, no te llamo para ver si estás bien ni nada. No me malinterpretes. Solo... ¿quiero entrenar? —preguntó de nuevo—. ¿Me voy a donde estás tú? Lacy dudó un momento. Pero entrenar no puede ser tan malo, ¿verdad? —No quería salir porque hay periodistas afuera todo el tiempo. Esperaré a que no haya moros en la costa e iré a Ciudad Verde. Así que, por favor, no vengas... te comerán viva. —Ah, ya veo... Bueno, esperaré. ¡Que tengas suerte evitándolos! *** Como dos horas después, Lacy fue a Ciudad Verde para reunirse con Green. —¡Oh, hola, bonjour! —dijo Green. —Hola… Lacy se veía mucho más desaliñada que antes y tenía la vista cansada. Probablemente no había salido a ver el sol en días. —Oh, eh... ¿no te ves muy bien? Lacy se encogió de hombros. —Al menos me levanté de la cama. ¡A luchar! —Bueno… Lacy y Green entraron al gimnasio. La gente se reunió a su alrededor para ver la batalla. Green sacó a su Blastoise, mientras que Lacy sacó a su Dragonite. —Empezando fuerte, ¿eh? El Dragonite de Lacy atacó primero, usando Trueno. Fue superefectivo, pero Blastoise aguantó el ataque. —¡Bien hecho! ¡Ahora, usa Rayo Hielo! —ordenó Green. Fue supereficaz contra Dragonite. Lacy apretó los dientes y Green le sonrió. Al menos tenía esa energía de nuevo. —¡Lacy Segunda! ¡Usa Onda Trueno! Blastoise quedó paralizado por ese ataque. —Tch. Un Antiparalisis… Seguro tengo uno aquí… Green buscó en sus bolsillos hasta que encontró una poción anti parálisis, se la arrojó a Blastoise quien la bebió rápidamente, pero en ese tiempo, Dragonite volvió a atacar. —¡Lacy Segunda, usa Trueno otra vez! Blastoise cayó al suelo por el impacto. Eso sí que dolió. —¡Shelly, levántate! ¡Tú puedes! Blastoise luchó por levantarse, pero finalmente lo logró. —¡No…! —exclamó Lacy—. ¡Lacy Segunda, ataca, rápido! Pero Green y Blastoise fueron más rápidas. —¡Shelly! ¡Usa Rayo Hielo! ¡Es súper efectivo! Dragonite se desmayó. —Bien hecho. Vuelve a tu pokebola. Dragonite regresó y Green sonrió triunfante. —Oye, tú, ¿por qué tu Dragonite se llama Lacy? Lacy apretó sus brazos. —Sé que es estúpido, pero mis padres eligieron ese nombre. —¿Tus padres…? Lacy envió otro Dragonite. Green emitió un sonido de exasperación. —Es difícil olvidar lo obsesionada que estás con los dragones… —¡Lacy Tercera, usa Hiperrayo! Lacy y Green siguieron luchando por un rato. Al principio, Green ofreció una buena pelea para que Lacy se divirtiera. Pero luego, sin olvidar que si ganaba podría conseguir el título, dejó de intentar derrotar a los Pokémon de la domadora de dragones. —¿Se puede saber por qué enviaste a tu Rhydon a luchar contra mi Gyarados? ¡Estás en desventaja! ¿Acaso luchas mal a propósito? —preguntó Lacy con frustración. —Si no quieres que pelee mal a propósito, ¡entonces sé un verdadero desafío, Campeona de Kanto! Lacy apretó los dientes. Mientras intentaba derrotar a Green, por un instante, olvidó por completo lo que decían de ellas en la televisión y lo que el mundo pensaba de ella. Aunque Green se dejó ganar otra vez, sonrió, porque eso era exactamente lo que quería. *** Más tarde, Lacy y Green fueron al Centro Pokémon para curar a su equipo. —Señorita Oak… Gracias… por sacarme de mi aislamiento. Lacy sonreía levemente. Era algo raro en ella, pero algo agradable. —¡Gracias a ti por venir! Fue una buena batalla. Mientras salían… se escuchó en la radio un reporte de actividades sospechosas en la región.
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