ID de la obra: 646

Would it be enough if I could never give you peace?

Het
NC-17
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autor
Tamaño:
planificada Midi, escritos 88 páginas, 29.270 palabras, 26 capítulos
Descripción:
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No te creo

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Hoy, la distancia entre nuestras sillas disminuyó.No sé si ella también lo siente, si nota que algo ha cambiado…O si simplemente olvidó la costumbre de mantenernos lejos. ”¿Qué te gusta del dibujo?”Su voz rompe suavemente el silencio.Deja de colorear por un instante, pero vuelve al papel antes de decir:“Sé honesto.” Es una pregunta difícil.No porque no sepa responderla, sino porque la respuesta me hace sentir demasiado expuesto. No me gusta en sí.Hay detalles de los que estoy orgulloso… pero las figuras son demasiado vulnerables como para sentirme cómodo con ellas.Como para decir que me “gustan”. “Lo que transmite…”Dejo que mis ojos sigan el movimiento de su mano sobre el papel.“Es fácil de entender, pero no de comprender.” Sigo con mis trazos, sin mirarla, dejando que el peso de lo que dije se asiente en mi pecho.En algún lugar detrás de mis costillas, eso duele un poco. Ella no responde de inmediato.Sigue coloreando.Rodea una de las figuras del fondo con un azul profundo, como si estuviera envolviéndola. “Pareciera que siempre sabes qué decir.”Lo dice sin mirarme, con una calma que no termina de encajar en la habitación.“Cada palabra que encuentras encaja a la perfección.” Las palabras me hacen apretar el color entre los dedos hasta sentir un ligero dolor en la muñeca.Esta vez tampoco es enojo.Es algo más difícil de identificar:una especie de vacío que se instala sin permiso, uno que todavía no sé cómo describir.No porque no lo sienta, sino porque nunca antes lo había sentido así.Tan fuerte. Tan nítido. Tan desconocido. Jade me genera una curiosidad que no puedo contener.Una de esas que te empujan a hacer preguntas que normalmente te tragarías.Una que te llena de una valentía que, por cualquier otra persona, no encontrarías. Quisiera preguntarle tantas cosas, solo para tratar de entender.Entender sus silencios, sus frases lanzadas al aire, sus sonrisas que nunca sé si interpretar…y esos suspiros. Me frustra.Me frustra sentirme en el borde de una historia que me importa,en el exterior de una persona que atrae mi atención más de lo que debería. “Nunca me parecen perfectas a mí”, murmuro, sin atreverme a dejar que mi atención se disuelva en sus ojos.Pero los siento.Siento su mirada sobre mí, presente y silenciosa. Ella no responde.Solo toma otro color y empieza a rellenar una zona más cercana a donde estoy trabajando.Nuestras manos no se rozan,pero están lo suficientemente cerca como para que el calor empiece a correr por mis orejas. “Leo”, escucho la voz de Elías desde su escritorio.“¿Puedes venir, por favor?”Me dirige una mirada y la sostiene junto con una sonrisa. Suave. Despreocupada. Me levanto de mi lugar con las manos temblorosas y camino hacia él.¿Y si hice algo mal? ¿Y si el dibujo está horrible? “Leo, tu trabajo me parece extraordinario.”Dejo salir un suspiro, casi sin darme cuenta.“La escuela está buscando a un artista para un concurso de arte.” Mis dedos buscan distraerse con el cierre de mi sudadera negra, pero el intento es inútil.“Eres el candidato perfecto.”Me mira con esperanza, con una emoción que me cuesta descifrar.“Tendrías que crear una pieza auténtica, de preferencia un retrato, pero la temática es libre.” Rompo el contacto visual y, sin querer, miro hacia Jade.“No tienes que contestarme ahora mismo. Solo… piénsalo.” “Lo haré. Gracias.”Le devuelvo la mirada, casi por accidente, y sonrío con torpeza. La duda me invade de forma inminente.¿Y si no soy suficiente?No soy exactamente bueno en los retratos… ni en mostrarle mi arte al mundo. “¿Estás bien?”La voz de Jade me saca de mis pensamientos.No hay preocupación en sus ojos, y eso de alguna forma me alivia. “Sí, solo… ya quiero que termine el día.”Le doy una sonrisa nerviosa y vuelvo a sentarme en mi lugar. Ella me pasa un color amarillo mostaza.“La sombra de allá necesita un poco de color.” Tomo el lápiz de sus manos y comienzo a rellenar aquella figura como me pidió.Pero mi mente está en otra parte: saturada de duda, miedo, y una ansiedad que se disfraza de perfeccionismo.Coloreo con más fuerza de la necesaria, como si al presionar más pudiera empujar también la incertidumbre hacia fuera. Hasta que, de pronto, levanto la vista.Y la encuentro. Sus manos, moviéndose con esa delicadeza que parece innata.Sus labios, fruncidos en concentración.Las pecas que decoran su rostro como hojas cayendo suavemente en otoño.Su perfil, iluminado por la luz que entra por la ventana. Es increíblemente precioso.Si pudiera tomar una fotografía con los ojos, elegiría este momento.Y si tuviera un lápiz ahora, uno distinto, uno que no tiembla, cada trazo sería ella. La realización no me asusta.Me causa curiosidad.Una que no conocía hasta ahora: la de ver a alguien y sentir que ya has empezado a dibujarla desde antes de darte cuenta.“¿Puedo dibujarte?”Lo pregunto casi en un murmullo.El arrepentimiento es inmediato, como si las palabras hubieran escapado sin permiso. Ella levanta la mirada, sorprendida.Como si le hubiera preguntado algo que ha querido escuchar desde hace mucho.“No creo ser la mejor opción para eso”, dice con una risa nerviosa. Y me revuelve el estómago pensar que lo dice en serio, que se cree cada palabra. “¿Me creerías si te digo que eres la única opción en la que puedo pensar?”Es atrevido.Algo que nunca diría… si no fuera ella. Su expresión se suaviza, y hay algo en ella que me hace sonreír.Esta vez, no es una sonrisa disfrazada de inseguridad.Es genuina.Y solo ese pensamiento me hace sonreír aún más. “No te creo”, responde.“Pero me gustaría intentarlo.” Ella copia mi sonrisa.Y en este instante, no creo haber visto nada más parecido a la belleza.
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