Cita de imprevisto
14 de octubre de 2025, 10:02
Si le dijeran a Zheng que hubiera esperado veinte minutos en un café hasta que fuera el descanso de Hades para tener una cita no lo creería.
Pero lo hizo.
Aprovechó ese momento para sacar de su bolso el material que necesitaba leer para su próxima clase, de esa forma el tiempo pasó rápido, tanto que no se dio cuenta de cuando Hades se sentó frente a el.
— ¿Qué estas leyendo? — preguntó el griego llamando la atención de su cita.
— Un poco de política, es lo que me pedirán para una clase futura, son muchas páginas. — el chino suspiro y guardó sus cosas.
— Ya veo, ¿que estudias?
— Profesorado de historia.
— ¿En serio? No te veo de profesor. — dijo el griego genuinamente sorprendido cosa que molestó un poco a su cita.
— Soy bastante bueno. — dijo Zheng con orgullo.
— Ya veo, ¿qué quieres de tomar? — Hades le pasó el menú para que eligiera.
— No traigo mucho dinero... — el chino miró las opciones, buscando algo que pudiera sustentar y que a la vez le gustara.
— Es una cita y yo invito, elige lo que quieras. — lo tranquilizó el mayor.
— Bien, me voy por un affogato y un croissant. — se terminó de decidir.
— Bien. — Hades llamó a una de sus compañeras del lugar y mencionó lo que pidió Zheng y un americano con Sandwich de jamón y queso para el.
Una vez que la mujer se fue Zheng se animó a hablar.
— ¿De que quieres hablar?
— Para empezar, es la segunda vez que te encuentro robando Internet, ¿tan importante es lo que tenías que hacer? — preguntó Hades interesado.
— Es importante para mi, cuando era pequeño si teníamos Internet en casa, mi madre se casó con un hombre que eso le disgustaba y ella adoptó sus costumbres o ideales. — empezó a explicar el chino. — Yo no pude acostumbrarme, es como darle dulces todos los días a un niño, quitárselos de repente y esperar que no los busque.
— Estas viciado. — concluyó Hades.
— ¿Qué? Tengo motivos de peso para-
— estas viciado. — repitió el griego. — Me recuerdas un poco a mi hermano.
— ¿Cuál?
— Poseidón, el ni mira a las personas a los ojos, siempre está mirando su celular. — explicó el mayor. — Antes ni dormía por las noches, por eso empezamos a apagar el router, para que duerma.
— El si está viciado, yo no. — empezó a defenderse. — Yo si tengo vida fuera de la tecnología, tengo amigos y estudio.
— Claro, incluso vas a citas. — se burló Hades acercando su mano a la de su acompañante y acariciándola.
— No te creas la gran cosa solo porque te acepté una cita. — lo reprendió Zheng quitando su mano.
— ¿No puedo? A mi si me pareces la gran cosa. — Hades amo como Zheng se sonrojó luego de que dijera eso. — Te ves tan lindo, ¿no puedo tomarte una foto?
— ¿Para que quieres una foto mía? — el chino desvío la mirada porque justo trajeron sus pedidos y los acomodaron.
— ¿No lo acabo de decir? — Hades acomodó sus cosas y luego continuó. — Te ves muy lindo.
— ¿Pero una foto? — Zheng le dio una probada a su affogato. — Si me puedes ver cualquier día.
— ¿Por favor~? — Hades canturreó dedicándole una linda mirada.
— Está bien... — Zheng aceptó.
Hades sacó su celular y entró a la cámara enfocando a Zheng quien puso una pose linda probando su café.
— Tienes que decir... — el griego pensó. — “Hades es muy lindo”
— Jodete. — sonrió Zheng.
— También funciona. — aceptó Hades sacando la foto.
— ¿Ya? — preguntó el chino al notar que no soltaba el celular.
— Estoy sacando otra.
— ¡No! — Zheng se oculto con sus manos. — Solo te permití una, si sacas más te voy a cobrar por cada foto extra.
— Yo estaría dispuesto a pagar. — Hades intentó convencerlo.
— Si me sacas otra foto tendrás que retirar tu denuncia. — intentó convencerlo el chino y su sonrisa se cayó cuando Hades si guardó su celular.
— Está bien. — Hades notó que Zheng le estaba haciendo un puchero con los labios. — No me mires así, no voy a retirar la denuncia.
— Pero estamos teniendo una cita... — volvió a intentar el chino.
— Tranquilo, no me preocupa que mi cita sea un criminal. — lo tranquilizó Hades. — No tengo ningún problema con las visitas conyugales.
— ¡¿Qué?! — Zheng se sonrojó y empezó a hablar bajo no queriendo llamar la atención. — ¿Ya estas pensando en acostarte conmigo?
— Fue una broma, no te enojes. — Hades también comenzó a hablar bajo. — Eso es solo si logro enamorarte.
— ...
Zheng comenzó a comer evitando el tema y Hades rio por lo bajo y también comió lo suyo.
— Mi descanso está por terminar, voy a tener que volver a trabajar, ¿quieres que te pida un auto para que vuelvas a casa? — Hades rompió el silencio. — No me gustaría que te pase nada.
— Iré en tren, estaré bien. — lo tranquilizó Zheng quien ya estaba terminando su pedido.
— ¿Estarás bien? — Hades se preocupó un poco. — El tren no es tan seguro.
— Estoy acostumbrado a viajar en el, no me pasará nada. — Zheng terminó y limpios sus labios con una servilleta de papel de las que había en la mesa. — Gracias por invitarme, es un buen lugar en el que trabajas.
— Lo sé. — sonrió el griego notando como su acompañante se levantaba de su lugar y acomodaba su bolso. — ¿Te vas ya? ¿No me darás un beso de despedida?
— ¿No retiras la denuncia? — preguntó el chino.
— Ten cuidado en la vuelta a casa. — el griego ignoró la pregunta.
— Eres un desgraciado. — Zheng se agachó y le dio un beso en la mejilla antes de irse, ni siquiera pudo detenerse a mirar el sonrojo que había provocado en su vecino.
Y mientras Hades tenía que volver a trabajar, Zheng fue a la estación y tomó su tren de regreso a casa, en el camino tuvo que responder los mensajes que le dejó Loki preguntándole que había pasado.
Grabó un audio de nueve minutos que tuvo que borrar avergonzado de haber hablado tanto, terminó por decirle que al día siguiente que se vieran le daría detalles y guardó su celular por precaución.
— ¿Visitas conyugales? — murmuró molesto. — Es un descarado.