Los hermanos de Hades
26 de octubre de 2025, 11:53
No sabía porque lo había besado.
Hades era lindo, eso no lo negaría, pero no tendría ese tipo de acercamientos con una persona solo por su apariencia.
Quizás era por su actitud que jugaba entre ser bromista y coqueta.
Tal vez, solo tal vez se dejó llevar por el ambiente tan romántico que los rodeaba.
Por la forma en que esos ojos lo miraban.
Estuvo toda la noche dando vueltas en su cama preguntándose por que había besado a su vecino, intentando buscar una justificación razonable de por que hizo aquello.
Para su sorpresa, encontró varias.
¿Tenía tantos motivos para besar a Hades?
Al parecer si.
Aún así, el mismo había pedido que ese asunto se olvidara y esperaba que el griego le hiciera caso. Sería muy vergonzoso que ahora también se burlara de el por el beso que compartieron y que el inició.
Al parecer lo descubriría hoy.
Siguió su rutina de siempre y fue al servicio donde Michel se acercó a molestarlo.
— ¿Entonces estas saliendo con tu vecino? — preguntó el francés en un tono juguetón y el chino se asustó.
— No, ¿qué te hace pensar eso? — respondió intentando no verse nervioso.
— ¿No viste lo que subió a su Instagram? — dijo Michel con un tono ligeramente burlón.
— ¿... Qué subió? — preguntó temiendo lo peor sintiendo tensión en lo que Michel sacaba su celular y buscaba el perfil de Hades.
— ¡Esto! — le mostró una foto donde se veía a Zheng en la cafetería posando como si estuviera por probar su postre.
— Ah, eso... — sintió el alma volverle al cuerpo al ver que solo era la foto que le sacó en su cita. — No estamos saliendo, pero si tuvimos una cita.
— Oh, ¿entonces estas probando terreno? — preguntó un divertido francés.
— No, solo fue una cita y ya.
Fue todo lo que dijo antes de que llegarán Adán y Buda.
La tarea sería limpiar una plaza y quitar las cosas que pegaban y manchaban los asientos y juegos.
El chino se preparó mentalmente mientras iban al lugar, hoy tendría que ver a Hades.
O eso pensó.
Hades nunca llegó por lo que el día pasó más aburrido que de costumbre.
Zheng estaba guardando en una bolsa los chicles viejos que sacó de uno de los asientos cuando escuchó una voz que ya había escuchado antes.
— ¿Ese no es el vecino? Si está en servicio comunitario
La voz era de Zeus, el chino levantó la mirada sabiendo que hablaba de el. El menor de los griegos estaba junto a su hermano Poseidón quien miraba su celular sin prestar realmente atención.
— Zeus y Poseidón... — dijo el chino como reconociendo a ambos chicos. — ¿vinieron a acosarme como su hermano?
Zeus se mostró sorprendido por ese comentario.
— ¿Adamas te estuvo acosando?
— ¿Que? No, hablo de Hades.
— ¡¿Hades te estuvo acosando?! — Zeus parecía genuinamente sorprendido.
— Si, siempre viene aquí a molestar, ¿ustedes no lo sabían?
— No estamos al tanto de todo lo que hace, pero me sorprende, Hades no es así, ¿verdad Poseidón?
— No me interesa.
— ¿Ves? — volvió a hablar Zeus ignorando la poca atención de Poseidón — Ambos estamos seguros de que Hades no haría eso.
El chino iba a contestar cuando alguien más entró en escena.
— Zheng, Te estabas tardando así que vine a ayudarte con... — Sasaki, quien acababa de llegar pausó sus palabras al ver quien estaba ahí.
Poseidón por primera vez levantó su vista del celular para ver al japonés.
— Sasaki Kojiro. — dijo firme, tanto el griego menor como el chino se sorprendieron por el cambio de ambiente.
— ¿Se conocen? — preguntó Zheng curioso.
— Si. — respondió Sasaki. — el me denunció.
— Espera, ¿estas bromeando? ¡Es el hermano de Hades! Quien me denunció a mi.
— ¿son hermanos? — Sasaki se mostró sorprendido.
— Si, ¿por que te denunció?
— Yo también estoy interesado. — se metió Zeus en la conversación.
— Estaba invadiendo mi espacio personal con su horrible olor a sudor. — respondió Poseidón sin darle mucha importancia.
— ¡Estaba saliendo de entrenar!
— Pasando a mi lado.
— ¡era el transporte público!
— ¿Como te aceptaron la denuncia? — preguntó el chino confundido.
— No dijo eso en la denuncia — Explicó Kojiro. — Dijo que tenía posesión de drogas, cosa que no es cierta.
— Pero no te pueden traer a servicio comunitario si no hay ninguna prueba.
— Ah... eso es porque... si encontraron drogas — Kojiro se mostraba avergonzado. — Pero no sé de donde salieron, yo nunca consumí eso.
— Yo las puse ahí. — habló Poseidón como si nada.
— ¡entonces tu deberías estar preso!
Zheng y Zeus estuvieron de acuerdo con esa afirmación, pero decidieron no opinar sobre eso.
— ¿por que no le pides que retire tu denuncia? Tu no tienes la culpa Kojiro~ — habló Zheng a modo de broma.
— Si, deberías retirar la denuncia. — habló el japonés al griego.
— Está bien, la retiraré. — Dijo Poseidón como si nada.
— ¡No, espera! Ya hice mucha amistad con mis compañeros, no me gustaría dejar de venir al servicio comunitario...
— Decídete. — Poseidón hartó de la situación y molesto por ser el quien está en el centro de atención volvió su vista al celular y se marchó de ahí siendo seguido por Zeus.
— parece que es de familia — Murmuró el chino dándole palmaditas a Kojiro. — ¿como hizo para denunciarte si solo se vieron en el transporte público?
— En realidad nos conocíamos de antes, pero nunca interactuamos tanto. — explicó el japonés.
— Ya veo, tuviste la mala suerte... — Zheng se sintió algo triste de repente — Oye Kojiro...
— ¿Qué pasa? — preguntó con tranquilidad el hombre amante del kenjutsu.
— Lamento no haberte creído, cuando decías que tu no hiciste nada malo, no deberías estar aquí. — Zheng se mostró avergonzado por haberle fallado al japonés.
— Tranquilo, no estoy molesto. — Kojiro palmeó la cabecita de Zheng. — En parte me alegra que nadie me creyera, gracias a eso pude conocerlos a ustedes.
Zheng sonrió y tomo la bolsa dispuesto a irse.
— Espera Zheng. — lo llamó Kojiro. — Aún queda basura debajo del asiento.
— Ah, eso puede quedarse ahí. — ignoró el chino.
— ¿Vas a dejar el lugar sin limpiar~? — preguntó de repente Michel quien se estaba acercando junto a Souji, Grigori y Raiden.
— No me parece justo que no termine su trabajo cuando todos hicimos nuestra parte. — mencionó Okita con una mirada de molestia, el tuvo que arrastrarse debajo de los juegos.
— Si quieres puedo ayudarte. — se ofreció Kojiro.
— No no no, eso también es injusto. — intervino Raiden. — el debe hacerlo.
— ¿Por que no lo haces? — preguntó Souji a Zheng.
— Es que... debo arrodillarme para limpiar eso.
— ¿Y? — preguntó Michel sin entender su punto.
— Yo no me arrodillo ante nadie ni nada.
Después de esas palabras empezó un forcejeo donde todos los presentes menos Kojiro intentaban obligar a Zheng a dejar su orgullo de lado y arrodillarse.
— ¡Suéltenme! ¡Ayuda, Buda! — gritaba el chino mientras ponía resistencia para que no lo inclinen.
— Oye, parece que están gritando tu nombre. — en la otra esquina Kintoki estaba junto a Buda comiendo un helado.
— Si, parece que soy bastante popular. — sonrió el supervisor.
Por otro lado Zheng seguía desesperado por que lo suelten.
— ¡Ayuda! ¡Kintoki! Sé que estas con Buda, ¡hagan algo! — pidió Zheng empujando a sus compañeros.
Se escuchó un “¡También soy popular!” que hizo enojar al chino.
— Chicos, ya terminé de limpiarlo yo, ya pueden soltarlo. — los interrumpió Kojiro.
— ¡No hasta que abandone su orgullo! — se opuso Grigori.
Pero todos fueron detenidos por Buda quien al recibir una llamada de Adán tuvo que fingir que si estaba haciendo algo.
— Chicos, suelten a Zheng. — les dijo con una mirada desinteresada mientras hablaba por teléfono. — Si, andan muy intranquilos, pero yo los estoy calmando.
Todos frenaron lo que hacían para mirar con un rostro molesto a su supervisor.
— Es un cara dura. — se quejó el chino.
— Si. — estuvo de acuerdo el resto.