ID de la obra: 647

Castigo virtual

Slash
NC-17
Finalizada
2
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
102 páginas, 30.536 palabras, 24 capítulos
Descripción:
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La fiesta de Afrodita

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Después de que Buda fingiera hacer algo los “invitó” a tomar helado para que ninguno se quejara. — No lo sé Buda. — empezó Zheng. — El hecho de que cada uno haya tenido que pagar su helado me hace no querer guardar silencio. — Los estoy invitando a la mejor heladería de la ciudad para que la conozcan y puedan venir otros días. — se defendió el hindú. — Eso no me convence. — dijo Zheng. — Pude conocer este lugar por otros medios. — Pero el helado sabe bien. — intentó Kintoki. — Está muy rico, yo digo que lo dejemos pasar esta vez. — propuso Souji. Todos estuvieron de acuerdo y al reunirse con Adán nadie dijo nada cuando este felicitó a Buda por hacer un buen trabajo. Luego de eso era momento de retirarse, nuevamente Michel les propuso ir al bar de la otra vez, todos aceptaron aunque el más emocionado era Raiden por volver a ver a aquella mujer que lo había cautivado. Llegaron, pero antes de entrar Zheng se detuvo lo que llamó la atención de los demás. — ¿Qué pasa? — preguntó Kojiro confundido. — Lo había olvidado, hoy tengo una fiesta. — les explicó el chino menor. — Afrodita me invitó a uno de sus eventos. — No vayas. — interrumpió de repente Grigori. — Quédate con nosotros, la pasarás bien. — Pero ir a una de las fiestas de Afrodida es un logro gigante, no puedo perdermela. — ¿Logro según quien? — el ruso se mostró enojado por lo que Michel intervino. — Oye, solo es una fiesta, déjalo ir, Zheng es joven y debe disfrutar. — Mi círculo de la universidad siempre presumieron que todos recibieron una invitación menos yo, ahora que lo hice no quiero faltar. — explicó Zheng confundido sobre por que Grigori actuaba así. — Tu ve, la pasaremos triste sin ti, pero felices de que tu la pases bien. — lo tranquilizó el francés. — Espero que te diviertas mucho. — se despidió Kojiro. — Suerte Zheng. — dijo Souji y todos comenzaron a despedirse por lo cual el chino se marchó del lugar. Michel se volteó a hablar con Grigori, pero este había entrado molesto al bar y para cuando se acercaron ya estaba pidiendo una botella para el solo. — Oye, ¿qué fue eso? — le reclamó Michel. — ¿Por qué no dejas al chico divertirse? — ¡Porque quiere ir a una fiesta de Afrodita! — casi gritó el ruso en respuesta. — ¿Conoces a esa mujer? — preguntó Kojiro quien al igual que el resto estaban pendientes de la convención. — Si y es una perra loca, en todas sus fiestas hay droga y sexo por todos lados. — Bueno, son jóvenes, es normal. — intentó hablar Raiden sorprendido, Grigori no parecía del tipo correcto que odiara esto. — Sería normal si fuera consentido. — volvió a hablar Grigori. — Afrodita se aprovecha de la presión social que pone sobre las personas con sus fiestas de estatus para obligar a las personas a estar en situaciones en las que no les gustaría y termina... rompiendo a esas personas por completo. — ¿Te lo hizo a ti? — preguntó Michel entendiendo hacia donde iba la cosa. — Si y es el motivo por el cual estoy en servicio comunitario. — Lo que no nos quisiste contar. — destacó Nikola. — Pensé que solo te hacías el misterioso. — dijo Souji. — ¿Tan malo fue? — Yo era un fiestero sin control, lo fui en mi adolescencia e incluso de adulto me negaba a dejar esa vida aventura. — comenzó a relatar el ruso. — Todavía lo hago. — Lo hemos notado. — comentó Lu bu haciéndole seña de que continúe. — Las fiestas, el sexo, el alcohol, eran mi vida, por eso cuando esa loca de Afrodita me invitó a una fiesta increíble que realizaría en su mansión acepte sin dudarlo. — ¿Mansión? — preguntó Kojiro. — Tiene mucho dinero. — explicó el ruso. — pero está loca. — Continúa. — lo animó Leónidas. — Fui a una de sus fiestas y todo estaba bien al principio, pero todas las conversaciones que había en ese lugar era sobre lo importante que era estar en una fiesta de Afrodita, sobre lo afortunados que éramos de estar ahí y sobre que no había que echarlo a perder. — Eso parece una secta. — Comentó Kintoki algo disgustado por lo que se contaba. — Lo que más puedo recordar es eso, el inicio de la fiesta. — el ruso bebió un trago de la botella que le trajeron. — Luego de eso me drogaron y mis recuerdos son borrosos, pero sé lo que pasó después y fue horrible. — ¿Qué fue lo que pasó? — Michel preguntó temiendo lo peor. — Abusé de alguien. — dijo el ruso con dolor en su voz. — No lo hice porque quise, ni siquiera sé quien era esa persona, estaba drogado y pasó, me siento tan arrepentido por permitir que eso sucediera. — No lo permitiste, estabas drogado. — le dijo Kintoki. — Eso no cambia lo que hice. — murmuró el ruso. — Aunque si, debido a la droga en mi sistema solo se me dio servicio comunitario por ello. — ¿No puedes denunciar a quien te dio la droga? — preguntó Raiden. — Lo intenté, pero no llegue a nada, esa loca tiene comprada a la policia con su dinero. — se lamentó el ruso. — Esperen... — intervino Kojiro. — ¿Entonces dejamos que Zheng fuera a un lugar donde pueden drogarlo y hacerle todo tipo de cosas? — Por eso no quería que fuera. — explicó Grigori. — Tenemos que ir por el. — dijo Kojiro decidido. — No tenemos ningún derecho sobre el. — dijo Lu Bu. — el eligió ir. — Lo eligió sin saber la historia que Grigori nos contó, además, Zheng es nuestro amigo, si tenemos derecho a intervenir sabiendo que eso podría hacerle daño. — respondió Kojiro. — Grigori, ¿dónde queda la casa de Afrodita? — preguntó Michel mientras todos prestaban interés. — Ya no hace sus fiestas ahí. — explicó el ruso. — ¿Sabes donde las hace? — preguntó de vuelta el francés. — En la casa de un tal Hermes Olympus. — respondió el ruso. — Pero no sé donde queda. Todos bajaron la mirada tristes ante eso excepto alguien. — Yo creo que puedo tener su dirección. — dijo el francés sorprendiendo a todos. — ¿Conoces a Hermes? — preguntó el ruso. — No, pero tengo el Instagram de alguien con su mismo apellido. — Michel mostró su celular con el perfil de Hades abierto.
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