Capítulo 2
11 de septiembre de 2025, 15:42
Mientras los sirvientes, caballeros y consejeros se encontraban en sus debidos trabajos que realizaban para la Corona, en una de las habitaciones, más en específico en el estudio principal se encontraba el alfa quien estudiaba la gran cantidad de libros que sus consejeros, ministros, entre otros le explicaron las razones para aprender cada uno de esos libros.
"Recuerda Jongseong un buen rey debe tener sabiduría, ser responsable y saber las necesidades de su pueblo y de los demás reinos si quieres tener una dinastía llena de paz"
"También debe saber sobre filosofía, matemáticas, literatura además de entrenar junto a los soldados, un rey debe saber defenderse y siempre estar preparado para cualquier momento"
Aquellas lecturas ayudarían para prepararlo para lo que sería su próximo puesto, se debía ser alguien serio a la hora de tomar decisiones y mostrar siempre firmeza en su forma de liderar. Pero también debía ser inteligente en cuanto a los negocios de los grandes servicios que tenía el Reino y de los cuales eran dueños totalmente.
Pero había un problema para Jongseong.
Su mente se encontraba distraída, no podía concentrarse porque simplemente se encontraba repitiendo las mismas imágenes las cuales le traían una sonrisa a su rostro.
Solo podía pensar en aquel pequeño omega de mejillas sonrojadas que siempre que lo veía bajaba la mirada tanto por su rango como debido a la timidez. Algo que le parecía adorable.
El alfa se había encargado de hacerle llegar a su menor grandes regalos dónde dejaba una carta expresando sus sentimientos que iban creciendo conforme el tiempo pasaba; No se daba cuenta pero se estaba enamorando perdidamente de aquel Omega.
— ¿Qué me estás haciendo Heeseung?
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En otra habitación que se trataba de la cocina real estaba Heeseung quién se encontraba preparando el pastel que se serviría en la cena de esa noche aunque sus labores fueron detenidos cuando una de las omegas que le ayudaba en la cocina venia corriendo con algo entre sus manos y se acercaba a su persona; la chica parecía muy emocionada.
— Heeseung mira lo que tengo para ti — La joven omega extendió sus brazos mostrando lo que llevaba en sus manos tratándose de un hermoso anillo de esmeralda el cual cuando el menor poso sus ojos en aquello no pudo evitar sonreír tímidamente. Sabía perfectamente de quién era ese regalo —... Y venía con esto... — La chica luego de entregar el collar también extendió una carta que estaba perfectamente sellada — ¿Cuándo me dirás quién es esta persona secreta?
Esa pregunta hizo reír al omega.
Ninguno de los sirvientes sabía quién era la persona que enviaba aquellos regalos que llegaban al chico solo sabían que debía ser una posición alta en la sociedad porque todo lo regalado era de los más finos y costosos en el Reino.
— Pronto... — Antes de que Heeseung pudiera decir alguna palabra ambos omegas escucharon como la chica era llamada para realizar la limpieza así que se fue sin poder terminar de escuchar lo que diría el chico.
"Espero que te guste este regalo, cuando vi este anillo me pareció hermoso y quería que lo tuvieras para resaltar aún más tu belleza la cual cautiva mi corazón"
"Pd: Heeseung después de la cena ve a los jardines del Castillo y espera mi llegada"
Heeseung se sentía un chico afortunado pero no lo decía por el hecho de que el príncipe y futuro rey estaba interesado en él sino porque aquel alfa lo hacía sentir tantas cosas que no sabía cómo explicarlo. Su corazón latia de una forma tan abrupta que lo sorprendía, sentía aquellas conocidas mariposas en el estómago que alguna vez su madre le contó, las cuales lo hacían sentir bien.
Cuando la noche cayó sobre el reino todos los presentes en el castillo se encontraban sirviendo la cena al Rey, los príncipes y a las concubinas quienes agradecieron la comida con mucho regocijó.
Luego de la cena dónde el Rey felicito a los cocineros por la buena comida todos se retiraron a sus aposentos excepto el pequeño Omega que estaba caminando por los hermosos jardines que el castillo poseía.
Estaba tan concentrado en tocar los pétalos de unas bellas rosas color blanco que no se dio cuenta como el Alfa presente lo veía con una sonrisa enternecido por las actitudes del menor así que con sigilo se acercó hasta estar detrás suyo y susurro a su oído.
— Buenas noches pequeño — Aquellas palabras hicieron al menor quedarse estático en su lugar sin saber que hacer o que decir.
— Buenas... Noches... Majestad — Heeseung se dio media vuelta quedando su rostro muy cerca del príncipe, podía sentir su aroma más de cerca y lo único que podía decir era que ese aroma lo estaba volviendo loco en tan solos unos instantes.
— Es un bella noche ¿No crees? — Jongseong amaba observar como el más bajo se ponía tan nervioso con su sola presencia, le gustaba sentir como su aroma se volvía más dulce de lo usual, el cual le encantaba.
— Lo es Majestad — confirmo el menor mientras sus manos dejaban algunas caricias en las delicadas ropas del alfa frente suyo.
Ambos estaban nerviosos y más cuando apenas veían el rostro contrario los recuerdos de algunos momentos que tuvieron juntos durante esos meses de conocerse y mas de Jongseong que lo cortejaba.
– Majestad ¿Qué es eso? - pregunto el menor muy asombrado cuando su vista se posó en aquel recinto donde había varios alfas cuidando y alimentando a unas aves enormes, Heeseung jamás había visto aves de ese tamaño lo cual era sorprendente pero también estaba maravillado.
– Son águilas - Jongseong sonrió al ver el asombro plasmado en el bello rostro del menor, en su vida ya había visto muchas cosas pero le encantaba la curiosidad y el asombro que Heeseung tenía por el mundo y las grandes maravillas que sus ojos veían.
Le gustaba aquella mirada llena de inocencia y curiosidad. Quería enseñarle todo lo que aquel chico quisiera conocer.
— Son enormes — Se sorprendió y más cuando el mayor tuvo al ave en su antebrazo, era tan grande y majestuosa.
— ¿Quieres acariciarlo? Pregunto el mayor a su contrario sin despegar su mirada de este.
— ¿No me lastimara? – a pesar de que Heeseung se sentía asombrado por aquel espécimen también estaba asustado de que lo lastimara debido a sus grandes e intimidantes garras.
— En el reino estamos buscando entrenarla además no te hará daño
— Hablo orgulloso del gran trabajo de su reino en aquello que muy pocos reinos lograban.
...
Ambos jóvenes se encontraban comiendo felizmente en el jardín real donde estaban rodeados de muchas flores y árboles frutales los cuales al menor le encantaban.
– Me gustan mucho las fresas — Dijo Heeseung mientras comía aquella fruta viendo cómo Jongseong no le quitaba los ojos de encima.
– A mí también... Y más cuando está sobre ti...
— el más joven sintió sus mejillas enrojecer ante aquellas palabras mientras su característico aroma a fresas y crema empezó a esparcirse en el ambiente haciendo sonreír al alfa mientras llenaba sus fosas nasales de aquel aroma tan delicioso que poseía el menor.
...
– Majestad ¿me puede contar algún cuento?
– Claro pequeño – El mayor se acomodo para poder leer aquel cuento que los sirvientes le leían cuando era pequeño siendo ahora su turno de leerlo para el omega quien estaba emocionado mientras envolvía el cuerpo de Jongseong en un abrazo para estar cómodos.
Heeseung veía aquel libro emocionado y escuchaba al mayor leer cada párrafo, se sentía algo triste de no poder leerlo el mismo ya que jamás pudo aprender pero ahora era feliz de escuchar al alfa leer con tanta emoción.
—Y vivieron felices para siempre...
— Jongseong no pudo evitar sonreír al notar que Heeseung dormía plácidamente en sus brazos y por primera vez importándole poco el hecho de que fuera el príncipe simplemente se acurruco en sus brazos buscando su calor, parecía un bebe el cual quería proteger.
– Majestad...
—Heeseung yo... — El mayor no pudo evitar sentirse tensó cuando tuvo la total atención del Omega sobre él, aunque esa atención se esfumó cuando el contrario bajo la mirada por la timidez. Simplemente adorable – ...Se que será raro... Pero realmente no puedo sacarte de mi cabeza... Todo el tiempo pienso en ti...
— Majestad... — Ambos se vieron haciendo que rápidamente apartaran la mirada hacia otro lado por la timidez — No es extraño, me siento igual... Pero... Aún no sé qué pasará, soy muy pequeño aún...
— No te preocupes por eso, jamás haré algo en contra de tu voluntad... — Se apresuró a hablar el mayor buscando no hacer pensar al menor que lo quería solo de aquella forma. Cómo todos decían que debían solo quererse.
Jongseong acaricio con su pulgar los belfos del menor sintiendo la suavidad de aquellos; Sentía la necesidad de besar esos labios, necesitaba saber si eran tan suaves como se veían pero también estaba los pensamientos que le decían que sería inapropiado tocar al menor.
Aún si solo era un beso.
—Majestad... – Heeseung vio los ojos del mayor dándose cuenta como estos lo veían con deseo — ... Si quiere algo de mi Pídalo...
— Solo quiero... Un beso — Y tan rápido como fueron dichas esas palabras Jongseong sintió los labios del Omega sobre los suyos aunque estos no se movían, aquel beso era una simple presión de labios que hacía a los corazones de ambos jóvenes latir frenéticamente, les gustaba esas nuevas sensaciones que recorrían sus cuerpos.
El mayor llevo sus manos a las mejillas del Omega para acariciarlas con delicadeza mientras movía sus labios sobre los del menor quien seguía estático sin saber exactamente qué hacer, jamás había besado a alguien en su corta vida así que simplemente se dejó guiar por el alfa.
Aquel beso se podía definir cómo inocente y algo desastroso pero especial para los protagonistas. Ambos movían sus labios en un ritmo lento siguiendo al contrario buscando la comodidad de los dos, sus labios de vez en cuando chocaban con sus dientes lo que los hacia reír por la inexperiencia.
Jongseong acariciaba las mejillas de su menor mientras esté dejaba leves caricias en el cabello de su mayor.
El beso iba cada vez en aumento dónde ahora había pequeñas mordidas, lenguas chocando la una con la otra, leves jugueteos que hacían felices a aquellos jóvenes.
Luego de unos segundos se separaron debido a la falta de aire en sus pulmones y se miraron fijamente aunque con una sonrisa tímida en sus rostros.
—Heeseung... Jongseong siguió dejando caricias en las mejillas de aquel chico que lo veía con curiosidad por lo que diría —... Eres perfecto...
— Majestad... – El menor se tomó la libertad y atrevimiento de acostar su cabeza en el pecho de aquel alfa escuchando perfectamente los latidos de su corazón – ... ¿Sería incorrecto si dijera que usted me hace sentir tantas cosas las cuales quiero seguir sintiendo?
—No es incorrecto — El príncipe hablo con tanta calma que contagio al menor que seguía recostando su cabeza en su pecho — Mucho menos si también siento lo mismo.
Posteriormente al decir aquellas palabras tanto Alfa como Omega se quedaron en la misma posición simplemente abrazándose, buscando de aquel calor agradable que se albergaban en sus cuerpos de una forma tan mágica y especial.
Sabía que eran correspondidos con el simple hecho de escuchar el corazón del otro latir de una forma tan desconocida para ambos inexpertos en el amor.
Ambos inexpertos que simplemente seguirían ese hermoso sonido de sus latidos y viviría su historia a su manera.