Capítulo 4
11 de septiembre de 2025, 15:43
Todas las personas presentes en el castillo estaban sumamente nerviosos pero sobre todo ocupados, repletos de tareas y trabajos que consistían en decorar el castillo, enviar las invitaciones hacia los diferentes reinos vecinos, la preparación de los diversos platillos de comida que se servirían en el banquete y demás cosas para la próxima celebración que se realizaría en aquel lugar.
La Coronación del Príncipe.
Habían pasado exactamente tres años donde habían ocurrido muchas cosas, entre ellas el cortejo de Jongseong hacia Heeseung seguía presente, cuando alguno llegaba a tener su celo lo ayudaban en lo que podía sin llegar a sobrepasar los limites que de cierta forma ellos mismos se ponían por la timidez pero en cada celo ambos se quedaban juntos abrazados en todos esos momentos.
Otros acontecimientos eran que Jongseong había sido llevado a los diferentes reinos vecinos para que aquellos gobernantes conocieran un poco al heredero y futuro gobernante del reino más fuerte. Y sobre todo en esos momentos donde la salud del vigente Rey era tan delicada que no podía moverse por lo cual Jongseong había tomado su lugar temporalmente.
Aunque la salud de su padre no empeoraba tampoco parecía que mejoraba pero tanto Jongseong como Heeseung se encontraban cuidando de el durante aquellos años.
También seguían sus lecciones junto a sus consejeros quienes estaban orgullosos del menor quien siempre fue alguien inteligente y estratega desde pequeño; Esperaban que fuera un buen Rey para su pueblo el cual en unos días presenciarían el nombramiento del alfa menor.
Esa celebración era un momento sumamente importante y especial tanto para el alfa como para el pueblo entero ya que se trataba de un nuevo gobernante con sus propios ideales y la forma en la que quería dirigir el Reino que buscaría lograr prosperar y extender su reino
Algo que todos estaban expectantes a saber cómo se llevaría a cabo.
Pero ahora los sirvientes, consejeros, guardias reales, organizadores y doncellas de la corte estaban ocupados con terminar de arreglar todo para el día tan esperado. Cómo ahora que las cocineras se encontraban preparando los diferentes platillos y postres que se servirían pero que en esos momentos solo serían para degustar y saberse si podían ofrecer aquello o cambiar el menú.
— Heeseung ayúdame con los postres, debemos prepararlos y dejar que las concubinas además del príncipe elijan el menú — Dijo Taeyeon mientras veía como el joven Omega miraba con detenimiento las hermosas flores violetas que tenía en las manos aunque el chico dejo de prestar atención a aquel regalo para volver a su deber como sirviente.
— Estás tan distraído Heeseungie — Tiffany se río levemente pero aún más cuando vio como el menor jugaba con sus manitos de forma nerviosa ante las palabras de su mayor —... Tranquilo es normal sentirse así y más por algo tan especial como lo es el amor...
— Gracias Noona — Luego de hablar empezaron a preparar los diferentes platillos y postres que se servirían; estuvieron casi más de seis horas preparando aunque aquella comida solo era para inspección de sabor y calidad porque la verdadera comida se serviría en cuatro días.
— Arrodíllense hacia el príncipe y las actuales concubinas — Todos los presentes en la cocina se arrodillaron, cuando escucharon la orden de aquel guardia quien se encontraba en la puerta y se encontraba mostrando una reverencia, hasta que entraron los mencionados los cuales tenían sus miradas divididas, por un lado estaban las concubinas riendo y que con solo ver sus rostros se veía el desagrado por el lugar en donde pisaban mientras que el Príncipe fijo su mirada en el Omega que era el más inclinado al suelo mostrando respeto y devoción al Alfa.
— Pueden ponerse de pie... — Hablo Jongseong viendo cómo todos acataban sus órdenes y esperando lo próximo que diría —...Empecemos con la degustación...
Las cocineras empezaron a servir los platillos esperando por la aprobación del joven alfa, realmente la opinión de las concubinas les importaba menos pero el actual Rey las envío pese a que estás eran muy caprichosas.
— ¡Esto es horrible! — Grito una de las concubinas mientras se cruzaba de brazos pensando que Jongseong estaría de su lado pero al escuchar como este no decía y seguía probando aquellos platillos, se sintió más enojada — ¡No quiero que sirvan esto!
— Lo servirán igual, está deliciosa la comida y además no es obligación que comas — Hablo el príncipe con total tranquilidad mientras seguía comiendo y sus ojos se dirigían al Omega que estaba en el fondo.
Algo que las concubinas observaron con asco y fastidio.
— Muy bien príncipe, esos serán los platillos y los postres aunque también preparamos un delicioso postre final que se trata de su pastel favorito de Fresas con chocolate aunque en el día de la Coronación será enorme — Taeyeon le dio unas pequeñas indicaciones a Heeseung de que trajera el dichoso dulce a lo que el chico acató la orden, tomo la bandeja y empezó a caminar sin notar aquel pie que se interpuso en su camino haciendo caer, destrozando en el proceso aquel alimento.
— Es un inútil... — Susurro una de las concubinas mientras las otras reían aunque ninguna espero que el príncipe se arrodillase frente al Omega que tenían lágrimas bajando por sus mejillas y buscaba levantar los pedazos destruidos del pastel.
— Majestad, sus ropas se ensuciarán — Heeseung busco de alguna forma, sin tocar aquellas prendas, de levantar al alfa pero este simplemente acaricio su mejilla limpiando en el proceso los restos de la crema que habían quedado en aquel bello rostro.
Aunque Heeseung se sorprendió cuando observó como el alfa llevaba su dedo a su boca saboreando la crema que tanto le costó preparar.
— El pastel de fresas está aprobado para servirse — Todos observaron asombrado como el alfa tomaba la mano de aquel sirviente, sin importar que estás estuvieran sucias o algo lastimadas, para luego sonreír buscando contagiar al menor el cual bajo la mirada sintiendo su corazón latir agitadamente.
— Y quiero que preparen pastel de moras azules... — Heeseung sintió como su rostro se volvía de todos los colores posibles ya que aquel pastel fue el primero que aprendió a preparar, las omegas que lo ayudaron le dijeron que era uno de los favoritos de la familia Real y él quería impresionarlos con sus habilidades.
Sin más que decir las concubinas salieron de la cocina con la ira expresada en sus rostros y el príncipe se retiró, luego de haber calmado a las omegas por haber hecho un excelente trabajo, mientras que el pequeño chico sentía los nervios aún en su sistema.
— Majestad ¿quería verme? – El pequeño omega se acerco al mayor quien lo esperaba cerca a la fuente donde siempre se encontraban para charlar, almorzar o simplemente mirar las estrellas mientras Jongseong le cuenta historias y Heeseung escuchaba fascinado.
— Si Heeseung — El menor no pudo evitar sonreír de forma tímida al sentir como aquel Alfa frente suyo se dedicaba a dejar leves caricias en las mejillas del Omega con tanta devoción.
Para Jongseong, aquel omega se veía tan adorable acurrucándose cual gatito.
– ¿Qué necesitaba? – Volvió a hablar el chico sin abrir sus ojos, disfrutando de las caricias que siempre recibía de su mayor.
– Hace tres años empecé a cortejarte y luego de tanto esperar quería hacerte la pregunta - Heeseung sabía de qué trataba la pregunta que le haría el mayor, durante tres años supo que ese día llegaría en cualquier momento –... ¿Quieres ser parte de mi Harem?
– Mi Señor... Yo... Soy simplemente un sirviente, no serviré para satisfacerlo – ambos se sonrojaron ante aquellas palabras pero se miraron fijamente y Jongseong se atrevió a hablar.
– Quiero que estés junto a mí, sé que ser concubino conlleva a satisfacer mis necesidades pero no será así, solo será cuando tú lo desees, jamás aprovecharé mi título para hacer algo en contra de tu voluntad...
– Majestad...
– En tu habitación habrá un regalo para ti, si lo utilizas durante la Coronación, si llegas a estar quiero que vayas a la parte delantera dónde estarán los demás miembros de la corte y Si contempló que estás ahí en el momento de mi nombramiento querrá decir que aceptas mi deseo, y seré el Alfa más feliz del mundo... Pero si no lo usas entenderé tus deseos, no insistiré mi pequeño diamante... – Jongseong sonrió y beso la frente de su pequeño omega quien se puso nervioso ante aquello.
Heeseung se sonrojo al escuchar la forma por la que fue llamado, siempre se lo decía cada vez que podía lo cual hacia al corazón del Omega latir con fuerza y rapidez haciendo a su persona sentirse feliz y lleno de regocijo por aquel hermoso sentimiento que creció desde el día que conoció al príncipe, el día que lo tuvo frente suyo, cuando recibió sus regalos, tuvieron sus primeros encuentros dónde se daban besos tímidos y abrazos que traían calma y calor inexplicable en los corazones de ambos jóvenes.
Simplemente Heeseung estaba muy enamorado de Su Majestad.
Heeseung realizo una reverencia hacia su mayor para luego retirarse de aquel hermoso jardín para dirigirse al área de los sirvientes e ir directamente a su propia habitación donde, al entrar, se encontró con unas hermosas prendas con hermosos colores que descansaba en su cama.
Se sentó en la cama y toco con delicadeza las delicadas prendas para luego tomarlas y mirarse al espejo con la prenda frente a su cuerpo, aquellas telas debían ser de las más finas y costosas del reino porque conociendo a Su Majestad diría que "Nada es suficiente para ti pequeño"
Heeseung siguió observando su reflejo en el espejo y sonrió levemente ante la idea de estar presente el día de la Coronación vistiendo aquella vestimenta mostrando todo su amor y devoción hacia el príncipe en su día especial.
Pero...
Tenía miedo.
Realmente sabía que no era la mejor opción y que había omegas ya sean de la realeza o de bajo estatus que eran poseedores o poseedoras de bellezas sorprendentes e inigualable pero volviendo a sus recuerdos en compañía de su mayor y del amor que ambos se profesaban lo hacían querer ser egoísta y buscar su felicidad.
Porque su felicidad era estar al lado de Jongseong.
Apenas se mostraron los rayos del sol todo el pueblo y habitantes del castillo sabía perfectamente que sería un gran día y sobre todo Jongseong que se encontraba siendo maquillado y vestido por los sirvientes y escuchando las palabras de sus consejeros para el gran día.
Su Coronación.
El día que se volvería Rey de aquellos terrenos los cuales el Alfa tanto anhelo tener en su poder y poder gobernar de forma justa.
Estaba nervioso pero la verdadera razón tenía nombre, esperaba ver a Heeseung en los primeros lugares, como le indico, viéndolo convertirse en Rey.
Luego de terminar todo preparativo se encontraba frente a las escaleras del Castillo, respiro hondo empezando a caminar hasta el salón principal donde se encontraban todos el Reino entre ellos estando también reyes, reinas, príncipes, princesas, consejeros reales, duques, condes entre más; Todos observando su llegada y como su vista estaba al frente dónde le estaba esperando su padre, el cual aunque seguía delicado de salud aun así se presentó en la celebración para poder ver con orgulloso aquel momento junto al sacerdote del pueblo quien se encargaría de la ceremonia.
– Príncipe Park arrodíllese – El joven acató la orden aunque decidió mirar hacia otro lado dándose cuenta de aquellas conocidas prendas de color esmeralda así que como pudo levanto la mirada y sonriendo en el proceso ante aquella hermosa escena.
Heeseung estaba ahí con aquel precioso y refinado traje mientras una sonrisa de felicidad se mostraba en su rostro.
Aquel joven estaba feliz por el príncipe.
– Juras solemnemente proteger, cuidar y guiar a este reino hacia un destino de paz y tranquilidad, un destino donde solo habrá abundancia y prosperidad como también impartir justicia a los crímenes que se realicen contra la Corona – Hablo el sacerdote viendo a aquel joven al cual educó desde niño y que ahora se encontraba convirtiéndose en un hombre de mente firme y fuerte.
– Juro proteger este reino con cada parte de mi cuerpo siempre buscaré que el Reino no caiga en escasez y siempre viva una vida próspera como nuestros dioses lo manda – El alfa mostró una pequeña sonrisa para luego escuchar como el sacerdote le pedía levantarse a lo que rápidamente hizo.
– Park Jongseong se te entrega a ti este Reino con alegría y honra esperando lo mejor de ti
Luego de aquellas palabras el sacerdote coloco la Corona, que alguna vez porto el señor Park quien veía alegre a su hijo, en la cabeza del joven alfa para posteriormente escucharse los aplausos y regocijos, alegres por el nuevo nombramiento.
La fiesta comenzó con bailes entre las parejas de los demás reinos como también de diferentes personas quienes buscaban cortejar a algún alfa, omega o beta, aunque algo que no podía faltar eran las charlas entre los reyes y duques de temas políticos como de temas triviales, y tampoco se podían olvidar de los platillos de comida que eran halagados por los presentes debido a su exquisitez e increíbles sabores y delicadeza con lo que fueron creados.
Todos se divertían.
Aunque no notaron como el nuevo Rey se encontraba en aquella fuente esperando por su persona especial mientras sentía su corazón latir con rapidez.
– Majestad... – Jongseong sonrió al escuchar la melodiosa voz de su pequeño, observando cómo se acercaba felizmente a la vez que liberaba su delicioso aroma que encantaba al mayor – Muchas Felicidades, Estaré rezando para que los dioses lo guíen en todas sus decisiones que tome con sabiduría – Hablo Heeseung mientras veía al mayor con una sonrisa en su rostro pero sintiendo sus mejillas sonrojadas al sentir las caricias en su cabello.
– Gracias Pequeño... – Cuando ambos ya se encontraban frente a frente acercaron sus rostros quedando a tan solo centímetros de distancia –... Veo que tomaste mi regalo... Entonces...
– Acepto ser su concubino Majestad y espero ser un buen Omega para usted – Apenas se dijeron aquellas palabras que alegraban el corazón de Jongseong, esté se dedicó a dejar nuevamente caricias, como era su costumbre, en las mejillas rosadas del menor sintiendo a sus lobos aullar de emoción aunque la verdadera felicidad llegó cuando ambos jóvenes unieron sus labios en delicado beso que hacía temblar al Omega lo cual le parecía tierno al Rey.
– Heeseung...
– Lo amo Majestad...
– Yo también te amo mi pequeño diamante.