ID de la obra: 696

Escuela FMA

Gen
G
Finalizada
1
Tamaño:
13 páginas, 5.802 palabras, 10 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

8

Ajustes de texto
“¡Estoy harto de quedarme mirando mientras la gente muere!” Alphonse Elric La operación de espionaje táctico comenzó sin incidentes. Era fácil que no te vieran al entrar al chalé, porque allí no había nadie. “Cuántas salas para tan pocas personas”, pensó Ed. Mientras tanto, Alphonse reflexionaba sobre la reacción del entrenador Envy a la desaparición de Selim. Le sabía a poco. ¿Se debía a que su acidez era extrema desde siempre o había algo más? Bradley, Kimbley y Selim conversaban en la sala de reuniones de la junta directiva sin enterarse de nada. Selim susurró una frase inaudible. ¿Al oído de Kimbley? —¿Señor, un terrón o dos? —preguntó Bradley. —Oh, no gracias, no tomo azúcar —respondió Kimbley. —¿Y cómo es que un hombre como usted, esbelto como un pincel, toma té amargo? —Es mi único traje. Ganar unos kilos me pondría en un aprieto. Estoy absteniéndome de dulces y grasas. ¿Nos dejamos de formalidades? —Bien. Selim me ha dicho por teléfono esta mañana que eres muy eficaz y te gustaría participar en nuestros… negocios. Confío en su palabra. Es un jovencito inteligente. Podría matricularse en la universidad si quisiera. Iré al grano. ¿A cuánto asciende la suma que aspiras a cobrar manchándote las manos en vez de nuestra sociedad familiar? —Solicito un porcentaje de los ingresos de la escuela mientras opere bajo la tutela de la junta directiva, y una participación en la empresa tras una labor satisfactoria de un máximo de dos años de duración. —Continúe. Hasta aquí tiene mi aprobación. —¿En qué consistirá lo que tendré que hacer? —Fruslerías. Tareillas. La desaparición de un progenitor suspicaz. Obtención de plantillas para falsear documentación. Camelar a inspectores de policía. Envenenamientos. Todo legal, por supuesto. —Confieso que estoy ansioso por empezar. Creo que soy indicado para el puesto. —Bienvenido a bordo del Homúnculo S. L. —Papá, ¿puedo hablar contigo en privado? —preguntó Selim. —Claro que sí, hijo. —Pareció que se marchaban a otra sala, dejando a Kimbley terminarse el té con tranquilidad. Los Elric habían completado la primera parte del plan. Ling Yao los había convencido de que, si oían alguna información efectivamente incriminatoria, no terminaran la operación ahí sino que buscaran pruebas. A la señal convenida, cuatro golpecitos a una ventana de la planta baja cercana a la entrada, Ed y Al llamaron al ascensor conteniendo la respiración. Los ojos de Ling les garantizaban que el despacho del director, cuyo interior se veía desde fuera a través de las amplias cristaleras, se encontraba vacío. Subirían, tomarían algún papel inculpatorio y saldrían sin ser detectados. El plan comprendía dos factores de riesgo: que alguien llamara al ascensor mientras los Elric estuvieran dentro, o que entraran en el despacho del director con ellos allí. En el peor de los casos, mentirían sobre la razón por la que estaban irrumpiendo en una propiedad privada. Dirían que alguien les había gastado una broma y ya está.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)