ID de la obra: 750

Sabo’s Path - “Legado”

Het
NC-17
En progreso
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 72 páginas, 20.954 palabras, 11 capítulos
Etiquetas:
Descripción:
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“La mismísima Niña Demonio”

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—Dragon requiere su presencia en su oficina —se acerca un joven a Sabo. Y eso que acabábamos de desembarcar. Giro para atrás y veo a todos los tripulantes ubicando mochilas, cajas, barriles, entre otras cosas cerca de la entrada del establecimiento. Hay un montón de personas caminando y corriendo de aquí para allá. Quiero un poco de agua, tuvimos que caminar bastante para llegar hasta aquí. —Maddy —escucho que me llama. Me ofrece una sonrisa reconfortante—, Koala te guiará por el cuartel general hasta tu habitación. En cuanto me libere, vendré por ti. —No te preocupes —no necesitaba que anduviera como niñera detrás de mi—. Creo que Koala será una buena compañía —digo volteando a verla. Ella a mi lado frunce el ceño mirándome incrédula. Ay vamos Koala, sororidad. Un poco de sororidad. —Bien —afirma aliviado. No creo que haya entendido que me quise deshacer de él—. Nos vemos luego. Se aleja junto al chico que vino a buscarlo y yo exhalo. Siento la mirada de Koala sobre mí, su mano cae en mi hombro. —Bienvenida a la Base del Ejército Revolucionario. Observo el castillo descomunal frente a mí. Es alto y la idea de tener esas rocas descomunales como adorno sobre él con estas ventiscas de muerte no me parece muy sensato que digamos. El disgusto contamina mi pecho y trato con todas mis fuerzas de disminuir el daño. Si empiezo de malas voy a pudrirme en odio toda mi estadía. Buenas vibras Maddy, buenas vibras. —Es una forma de camuflarnos para el exterior. No podemos hacer evidente nuestra base aquí ¿no? Tiene razón. —Pues déjame decirte que hicieron un buen trabajo. Se ve fatal. Koala se ríe —Te haré un pequeño tour rápido. Caminamos por los pasillos y me enseña la sala de reuniones, los departamentos de trabajo y las oficinas principales. La gente no dejaba de circular, pidiendo disculpas al querer cruzarse o si chocaban por desatención por mí. Habían Den Den Mushis sonando, el murmullo entre los pasillos de conversaciones entre los miembros era un poco desesperante. No parecen tomarse ningún momento de descanso. Me explica cómo es la jerarquía y quienes están al mando de las divisiones. Son muchos nombres así que no presto atención ya que la mayoría por lo que dice no se encuentran aquí. Enterarme de esta manera de que Sabo es el segundo al mando del Ejército Revolucionario hace que me muerda la lengua. No sabía que tenía un cargo tan elevado. Llegamos al comedor mientras me amigo con lo que acabo de oír. La sigo como fantasma detrás sin ganas de hablar mucho. Hay un montón de gente circulando también por aquí y el murmullo es más fuerte. —¿Quieres algo? —me pregunta poco después. —Eh, sí. Me gustaría. —Koala. —escucho que la llaman detrás nuestro. Ambas volteamos y es una mujer de cabello negro largo con ojos azules. Es hermosa. Su mirada filosa y astuta hace que levante la guardia al instante. Ella me observa atenta y me sonríe. —Oh, Robin. Qué gusto verte —dice alegre Koala a mi lado. ¿Robin? Me suena. ¿De dónde me suena? —¿Qué tal te ha ido? —No creerás lo que pasó —responde ella agitando sus manos frustrada como si le espantara el tema—. En fin, te presento a Madeleine Newgate, es la hija de Barbablanca. Es nuestra invitada. —Prisionera —refunfuño. —Refugiada — me contesta con una sonrisa. Sí claro. Veo que eso le causa gracia a Robin —Es un gusto. Nico Robin, espero podamos llevarnos bien en mi tiempo aquí. Estaré con ustedes dos años. La mandíbula se me cae al suelo pero mi alma al inframundo. Dios me guarde y no sepa dónde. ¿Nico Robin? ¿La famosa Nico Robin? ¿La niña demonio? —¿Nico Robin de los Sombreros de Paja? —pregunté estúpidamente. Por supuesto que lo era. ¿Qué hacía aquí semejante leyenda entre estos tipos? ¿Por qué estaba con los del Ejército Revolucionario? La gravedad de mi situación me empotró al suelo al darme cuenta de que estaba codeándome con gente poderosa viviendo en este fuerte. De repente siento que estoy haciendo trampa saltándome pasos para conocer a estas celebridades. —¡Robiiiiiiiin! Alguien grita en el comedor haciendo que me sobresalte. Una chica viene corriendo hacia nosotras y se tira sobre Robin a abrazarla. —Oh, Kayra —dice ella divertida— ¿Qué sucede? —¿Quieres ir a una misión conmigo? Va a ser divertido. Te sobornaré con un libro. Robin se ríe de ella. Poco después Kayra se percata que estamos aquí. —¡Hola Koala! ¿Y tú como te llamas? ¿Eres nueva? —Es Madeleine Newgate. —¿Newgate? ¿De dónde conozco ese apellido? —El gran pirata Barbablanca —le ayuda Koala. —¡Ah! ¡Cierto! ¡Woah! —dice admirándome— No sabía que tenía una hija. Me alegra que no te parezcas a él, eres más hermosa. —Kayra —le regaña Koala. Me levanta el dedo pulgar afirmando más lo que dijo antes. Me cae bien, parece ser una chica simple. —¿Quieres ir a una misión? —me pregunta. —¿Qué? —No tiene entrenamiento y acaba de llegar, déjala descansar. —Oh, lo siento. ¿Quieres comer algo? Te puedo recomendar las milanesas de pollo con espagueti ¡uff! —pasa su brazo por mis hombros—. Una delicia aunque sean tan simples. Nadie entiende la belleza de ese platillo. Sálvame. Le miro a Koala. —¿Cuándo es la misión? —pregunta Robin. Kayra me obliga a voltear con ella para mirarla. —Para prepararme. —¿Vas a ir? —exclama emocionada y me suelta —¡Iré a hablar con Dragon para avisarle! —empieza a caminar y se detiene. —¡Oh! ¡Madeleine— —Maddy está bien — le digo. —Maddy —corrige—. ¡Quedemos para almorzar! Volveré para entonces. ¡Bye bye! Siento como si me acabara de pasar encima un huracán. Suspiro fuerte. —Esa es Kayra, es una chica con mucha energía —dice Robin enternecida. —Entonces... señorita Robin— —Sólo dime Robin ya que yo te llamaré Maddy —su sonrisa crece. No puedo creer lo que me pide. Evito tartamudear antes de hablar —¿Qué hace aquí? ¿Por qué está con el Ejército Revolucionario? —Tengo algunos asuntos aquí. Siento que ellos tienen exactamente lo que necesito. —¡Oye Koala! —grita de repente Kayra desde la otra punta del comedor —¡Necesitan que presentes tu reporte oficial! ¿Me va a abandonar? ¿Con Robin? Koala arruga el rostro molesta. —No puedo creerlo. —¿Koala? —digo esperando que me explique qué hacer. ¿No me vas a dejar o sí? Espero que mi cara diga eso. —Yo me quedo con ella. No, no, no, no. Su presencia me supera. —Gracias Robin — No me tranquiliza ver que siente dejarme sola—. Volveré pronto. Primero Sabo y ahora Koala, supongo que es de esperar que no iban a estar a mi lado todo el tiempo. Me trago mis ganas de decirle que me lleve con ella al verla alejarse de mi. —Te acompaño en tu desayuno. Creo que deberías probar lo que te recomendó Kayra, concuerdo con ella de que es delicioso. No creo que pueda comer nada de los nervios de compartir con ella. Veo que tienen una gran variedad para elegir. Me sirvo un poco de huevos revueltos, milanesas y un poco de espagueti. Robin me ofrece un vaso de jugo de naranja que acepto agradecida. Nos sentamos en una mesa libre y en silencio me acompaña en el desayuno. Estoy tratando de que mis manos no tiemblen frente a ella y trato como condenada de que la comida atraviese mi garganta que se cierra por los nervios. —¿Puedo hacerte una pregunta? — dice ella, que estaba barriendo con la mirada el lugar, me da toda su atención haciéndome dudar si seguir hablando. Oh, aquí vamos. Trago rápido mi comida —Claro, por supuesto. Sus ojos se fijaron en mí, sin prisa, como si fueran páginas que recorrían mi historia de principio a fin. —Tu padre era un hombre... difícil de pasar por alto —murmuró, y sentí que algo se encogía en mi estómago—. Y sin embargo, aquí estás. En este lugar. —Sí, bueno, no lo sé. No lo conocí— mi voz no sale como quiero. Dios, nunca me sentí tan intimidada por una persona. —¿Ah no? —No. Supongo que conoces a Marco —asiente—. Pues fue a buscarme a mi ciudad natal para llevarme a conocer su tumba y conocerlo un poco —¿qué estoy haciendo explicándome a ella?— pero fuimos emboscados y... — Sabo me engañó— el ejército revolucionario me protegió y entonces estoy aquí. Trágame tierra. Ladeó la cabeza apenas, serena, inquisitiva. —Ya veo. Entonces viniste como refugiada debido a que eres hija de Barbablanca —le dio en el clavo —. ¿Y qué es lo que esperas encontrar en el Ejército Revolucionario? Me quedé en silencio unos segundos, mis dedos jugueteando con la comida en mi plato. Estaba probándome. —No lo sé del todo —confesé al fin, casi en un susurro. Ya qué, sería sincera con ella—. Supongo que... todavía no lo tengo claro. Sólo que —ugh, me odiaba por hablar de más— no quiero ser la sombra de alguien. No la miré; no podía. Pero Robin no dijo nada, sólo asintió con esa calma que tiene cuando entiende demasiado. Su mirada se suavizó, como si mis palabras le hubieran revelado algo demasiado familiar. —Entiendo lo que dices. Vivir bajo la sombra de alguien puede ser agotador. No estaba segura si hablaba de mí o de ella misma. Tal vez de ambas. —No tienes que cargarlo sola —agregó, inclinándose un poco hacia mí—. Aquí hay gente que puede ver más allá de eso. Gente que puede ayudarte a encontrar tu propio camino. Tragué saliva. Las palabras me llegaron más de lo que quería admitir. —Gracias... Robin. Eso significa mucho. Ella sonrió y se incorporó, dejando que su gesto fuera ligero, casi maternal, sin dejar de conservar ese aire astuto que la hacía inalcanzable para cualquiera... menos para mí. Sentí que un pequeño peso se aligeraba de mis hombros. Podía creer en las palabras de Nico Robin, una mujer que poseía mucha experiencia y no parecía ser de las que sólo busca reconfortar. Aunque, al mismo tiempo, tuve la impresión de que no había respondido a su pregunta del todo... y que ella lo sabía. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. A que no se lo esperan la futura historia con Kayra. ¿Quién será el afortunado en conocerla? ;) Nos leemos! Anto2344
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