ID de la obra: 751

Luffy’s Path — “Abordo”

Het
NC-17
En progreso
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 63 páginas, 18.478 palabras, 8 capítulos
Descripción:
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#3 — Utilidad

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Escuché varios pasos apresurados que me despertaron alarmada. No identifiqué el lugar en el que estaba hasta unos pocos segundos después, cuando la película de ayer se proyectó en mi mente. Me enderezo en la cama llevándome una mano en la frente. —Buenos días. — dice desde su cama Robin acurrucada con un libro. —¿Te sientes bien? La verdad que la cabeza me dolía un poco y tengo el estómago pesado. —Más o menos. Ella me sonríe. —Fue una muy buena fiesta de bienvenida la de ayer. —Sí... — dije sentándome ya con los pies colgando. — La pasé de maravilla de verdad. Su sonrisa crece. Robin me parecía una chica muy admirable. Era extremadamente inteligente y serena. Me generaba confianza y seguridad estar con ella, tiene vibras de una hermana mayor. —¿Y tú te sientes bien? —Sí, no he bebido mucho ayer. Quería terminar este libro lo antes posible. — dice enseñándomelo. —Oh, ¿de qué es el libro? —Es de arqueología— La puerta de abre dejando ver a Nami emocionada. —¡Buenos días! — dice y se lanza a mi cama. —¿Qué tal estás? ¿Estás lista para tu tour por el Sunny? —Yo... —Déjala prepararse y desayunar Nami. Acaba de despertar. —Oh, lo siento. — dice sentándose en mi cama. — Me levanté temprano para determinar nuestra siguiente parada. Avísame cuando estés lista. —De acuerdo. Gracias Nami. —¡No hay de qué! Iré a ver qué están haciendo los muchachos. — dijo retirándose. —Está muy animada. — empiezo a percatarme que Robin sonríe mucho. — Creo que está muy feliz de tener a otra chica en el barco. Me sentí tímida de repente. Siento unas palmaditas en mi cabeza y observo que ha usado su poder para eso. —Si necesitas algo o quieres hablar con alguien siempre estoy disponible. No dudes en pedirme ayuda. —Gracias. —Bien, te mostraré el baño para que puedas asearte un poco y luego iremos a desayunar. Asentí.  Robin era demasiado amable. . . .   —¿Necesitas algo más Lady Edina? —No, estoy bien. Gracias Sanji. El desayuno que me había preparado Sanji era exquisito. No tendría palabras para expresar lo deliciosa que era su comida. Ahora lo que sí me preocupaba era que no paraba de agregarme platos para desayunar. ¿Tengo que comerme todo esto? —No sé si sea capaz de comerme todo esto. — le confieso apenada. —¡Ah! — dice limpiándose las manos con un trapo de cocina. — Tranquila, eso no es para ti. — ríe. — Es para Luffy. —¿Luffy? ¿Aun no ha desayunado? —Me dijo que quería desayunar cuando tú lo hicieras. Debe de llegar en cualquier momento. —Oh —digo más apenada todavía—, si lo sabía lo esperaba. —El olor a carne lo atraerá. Enseguida estará aquí. Pocos minutos después de que haya dicho eso Luffy abre la puerta e ingresa. Nos observa a nosotros conversando y busca un asiento a mi lado. Empieza a comer... bárbaro ¿se estaba muriendo de hambre? —Buen día Edina. — dice con la boca medio llena sin ningún asomo de vergüenza. —Buen día Luffy. Lo siento, ya comencé a comer. —Tranquila. No te lo había dicho. —dice sin dejar de comer.  Sanji le trae otro plato y le da un golpe en la cabeza. —No hables con la boca llena a una dama. Les parece desagradable. Le cuesta tragar ante el repentino llamado de atención de Sanji así que le paso un vaso de agua. Se lo traga y vuelve a respirar. Resopla. —Iré a fumar afuera. —anuncia Sanji dejándonos solos.   Luffy no apartaba su atención de su plato en ningún momento. —¿Puedo hacerte una pregunta Luffy? —¿Hmm? Claro. Dime.  —¿Por qué me invitaste a formar parte de tu tripulación? Se me quedó mirando un rato sin dejar de comer. Me remuevo incómoda bajo su mirada, arreglándome el cabello. Al hacerlo, sus ojos caen a la cicatriz de la quemadura en mi cuello. —¿Cómo te sucedió eso? No esperaba que me preguntara tan rápido. No sabía cómo explicarlo. —Pues... fue por aceite caliente. Cayó parte en mi rostro, cuello y muñeca. —¿Cocinando? —Ah, eh, no. No me lo hice yo. Fue un chico de la cocina. Se molestó de que conversara mucho con los clientes y... — me siento muy incomoda. — sucedió. —Se queda en silencio sin expresión y por un momento me siento sofocada. ¿Creerá que no hice algo al respecto? — Por supuesto que mis padres lo despidieron y denunciaron, no lo he vuelto a ver. Como ves no es tan grave. — no sigas, ya cállate. — Sólo lo tengo en el cuello y muñeca, no es muy notable si— —Es muy notable. Fue una quemadura grande. No sé que responderle. No se me viene una replica. —No me gusta que las personas lastimen a otros por capricho... Y tú no debías de haber vivido eso. Pero no te preocupes. No permitiré que vuelvas a pasar por algo así. —Eh... Vuelve a concentrarse en su comida dejándome completamente muda. —Además — dice y guarda silencio. Traga su comida antes de hablar.  Sonríe.— Lo siento. Además, se notaba por tus ojos que tenías ganas de salir e irte de viaje con nosotros.  —¿Era muy evidente? Se rió a carcajadas. —No pude quedarme con los brazos cruzados. Me alegra tenerte a bordo, has hecho las cosas más interesantes por aquí. —¿Qué quieres decir con eso? — me contagió su sonrisa. Luffy era mucho más cálido de lo que esperaba. Aun no puedo creer que estoy aquí, en el Thousand Sunny siendo parte de su equipo, conversando con el gran capitán quien causa caos por donde pasara. Pensar que lo pintan como un joven pirata demente. —¡Edina! — dice Nami abriendo la puerta. Nos ve desayunando. —Oh, Luffy. No sabía que estabas aquí. —Hola Nami.  —No tienes modales, hablando con la boca llena. Al menos conmigo se había tomado la molestia de tragar y luego hablar. Me río. —¡Ven! ¡Te mostraré el barco! —dice jalándome afuera. —Espera, Luffy— Me despide con su mano al verme arrastrada mientras sigue comiendo. . . . Luego de recorrer el legendario Sunny, me permito admirar el mar y la brisa que me despeina por completo. Tarareo una canción de la extrema felicidad que siento.  Estoy demasiado feliz. La dicha que siento es inmensurable. Me llevo la mano a la boca para calmar la dolorosa sonrisa que me desfigura el rostro. Lo estoy haciendo. Me había animado al fin. Bueno, gracias a Luffy... pero aquí estaba. ¡Y en este barco! ¡Ah no puedo creerlo!  Mi pecho me arde y las manos me laten mientras la fuerte emoción quema mi pecho. Aprieto el barandal para mitigar dolor con dolor. Ya estoy aquí pero mi duda es... ¿Qué puedo ofrecer? ¿Qué papel puedo tomar para ayudar a mis compañeros? Mierda, son mis compañeros. Esos piratas son mis compañeros ahora. Escucho que alguien se acerca por detrás y es Brook. —Tiene una bonita voz señorita Edina. —Gracias Brook. Solía animarme a cantar en el bar cuando la gente parecía muy animada. —¿De verdad? Entonces conseguí una cantante para mi guitarra yohohohoho. Le sonreí. —¡Por supuesto! Puedes contar conmigo. Me encanta cantar cuando me siento ofuscada... o tan sólo por estar muy feliz. —¿Cómo te sientes? ¿Estás a gusto con nosotros? —Aun estoy asimilando todo esto. —confieso apenada. —Es lo normal. Luffy decidió por su cuenta llevarte con nosotros. ¡Yo me moriría de la sorpresa! Aunque yo ya estoy muerto. Me reí —Pues primero pensé que estaba bromeando. —¿Hiciste algo que llamara su atención? A mí me invitó a su tripulación por lo extraño que le parecía. —La verdad no estoy muy segura. Mm— recordé nuestro encuentro y lo analicé a detalle. — Quizás le llamó la atención mi habilidad como bartender. Aunque eso lo esperaba más de Zoro. —Yohohoho. Créeme que será Nami quién abuse de tus habilidades. — dice acercándose a mi lado a admirar el mar conmigo. —Nuestro Luffy también tiene una buena vista del potencial en personas con gran determinación, con mucha bondad y corazón. Aprenderás y conocerás una nueva versión de ti aquí, y estoy seguro que te encantará. —¿Podré ayudar de alguna manera? —¿Ayudarnos?  —Sí, no soy tan habilidosa o con algún talento especial por lo que quiero servir de alguna manera a la tripulación. —Señorita Edina, ya se lo dije. Conocerás una nueva versión de ti misma aquí así que no tienes de qué preocuparte. No estaba muy convencida pero él parecía muy seguro de lo que estaba diciendo. —¿Extrañas a tus padres? Levanté la vista al cielo de mediodía. Amplio, con nubes dispersas. Los extrañaba, sí. Me asusta la idea de no saber cómo están y si les va bien. —Un poco. La nostalgia no me está golpeando fuerte aún. —Si tienes ganas de descargarte un poco cantando no dudes en acudir a mí. —Gracias Brook. —¡Escuchen! —Veo a Nami de pie en el primer piso. —¡Nos quedaremos una semana en la siguiente isla! Llegaremos en tres días. —¡Sí! — escucho a Luffy a lo lejos y veo sus manos extenderse hasta donde está Nami y poco después él aparece sentándose en el pasamanos. —No causes locuras ¿escuchaste? Trata de comportarte. —Sí, sí. — voltea evitando a Nami, fijándose poco después en nosotros. —¡Oye Brook! ¡Toca una canción! —¿Quiere cantar conmigo Edina-san? Miro a Luffy que nos sonríe alegre, llenándome de valor para hacerlo. —Sí, hagámoslo. Brook va en busca de su violín cuando veo a Sanji salir de la cocina. Conectamos miradas y se acerca a mí —¿Se le antoja un aperitivo Lady Edina?  —No, gracias Sanji. Me encuentro bien. ¿Tú ya has comido algo? —¿Estás preocupada por mí? Chopper sale corriendo desde una de las habitaciones emocionado. Al verme se detiene. Da unos pasos atrás y se esconde detrás del mástil. Sanji y yo nos lo quedamos viendo. —Oye Chopper, es nuestra nueva compañera. Trata de hablar con ella. Se escondió detrás del mástil por completo. No quería presionarlo, así que era mejor cambiar de tema. —Sanji, ¿quieres que te enseñe algunas técnicas de coctelería? Me mira sorprendido. —¿De verdad? Me encantaría. —También estuve probando recetas con alcohol, pero no sé mucho sobre eso. —De eso yo me encargo, puedo enseñarte esa parte. —Hecho. Veo una mano en el hombro de Sanji hasta que aparece el dueño al lado suyo.  —¿Qué pasa Luffy? —Yo también quiero enseñarle algo. —¿De verdad? — le pregunto. —Sí. Conmigo aprenderás a luchar. Sólo tienes que extender tu brazo así— —Idiota ella no tiene tu fruta. —¡Aquí traje mi violín! ¿Por qué se están discutiendo otra vez? — pregunta Brook al ver a los dos ensimismados en su conversación. Realmente era un barco rebosante de energía.
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