“Rescate”
11 de septiembre de 2025, 21:59
—¡Elijah! —Me acerqué a verle el rostro. Estaba magullado y con sangre seca en la nariz y boca. Lo tenían tendido sujeto de las muñecas con grilletes por el muro. Tuve que respirar profundo para evitar que mis ojos se humedecieran. —¿Cómo se atrevieron a hacerte esto?
—Señorita Aloise. — murmuró con la voz ida. Tenía los párpados hinchados y con ojeras lilas de los golpes. Vi que hacía el esfuerzo de hablar.— ¿Qué hace usted aquí?
La doctora Eugene y Noel fueron empujados poco después dentro del calabozo trastabillando entre ellos. Noel sujetó de su brazo antes que cayera al suelo. Elijah los miró un momento y luego suspiró cansado. Parecía derrotado al vernos aquí.
La doctora se enderezó y saltó sobre él. —Dios mío. —volteó para atrás hacia la entrada furiosa. — ¡Es sólo un niño! ¡Suéltalo!
El rubio llamado Chester se queda de pie frente al calabozo haciendo estiramientos junto con el diabolico de Ciro.
—Tiene razón. — dice Chester condescendiente. — Suéltalo Ciro. Le toca a él. — indicó con la cabeza a Noel.
Me puse frente a Noel inútilmente pues fui apartada al instante. —Intentas algo y mato a una de ellas. ¿Escuchaste?
—¡Él no tiene idea de nada! ¡No sabe dónde están los dos! — lo defiende Elijah.
Noel volteó hacia él confundido. —¿Quién...? — Ciro lo empujón contra el muro libre a su lado sin dejarle terminar.
Chester entró con pisa y le da un puñetazo con fuerza en el estómago para callarlo haciéndolo gemir del dolor. Las cadenas tintinean al esfuerzo que hace él de recuperarse. Ciro saca la llave y la incrusta, se escucha como destranca y abre la cerradura. Elijah cae y corro para sujetarlo como puedo debido a mis esposas. Al parecer no tiene nada roto pero de ello se encarga de comprobar Eugene.
Noel forcejea un poco antes de reemplazar a Elijah, por lo que Ciro le da de lleno con fuerza al rostro con la mano extendida dejándolo desconcertado. Se apresuran a ajustarle las muñecas y lo contemplan un momento.
Por el trato que estábamos recibiendo estos dos no dudarían en matarnos... y sin embargo pondría en juego mi vida por estos niños yo también sin dudarlo.
—No se lo digas Noel.
—Sh— le susurro yo y cubro su boca ante la gélida mirada de Chester. Lo apego a mí y dejo descansar su cabeza en mi regazo.
—¿Dónde están Zena y Trevor?
—No lo sé.
Chester se ríe. —Mmm... No te creo. Te vieron retirando sus pertenencias del orfanato y cuando decidieron seguirte ¡pop! — simuló una explosión con las manos. — Desapareciste. ¿Por qué no pudieron seguirte Noel?
Noel apretó los labios.
—Bien. Te conozco y eres un chico ejemplar, leal y honesto. Un centinela hecho y derecho. Pero me sorprende que defiendas a unos ladrones. ¿Eres realmente así de hipócrita?
—¿Ladrones? — Noel no entendía nada. Podía notar en sus ojos lo genuinamente sorprendido que estaba.
—Robaron al intendente. — se estremeció. No podía creerlo. — Aquí tu amigo Elijah lo sabía pero parece no tener idea de dónde están sus dos amigos.
Elijah lo miraba fijamente y Noel se la regresaba, después asintió.
—No sabía nada de eso. —tartamudeó.—Zena me había pedido ya días atrás que retirara sus pertenencias del orfanato y en ese momento tenía tiempo y lo hice.
—¿Justo en el tiempo que estaba desaparecido?
—No sabía que eso sucedió. Es la verdad.
Ciro cambió su peso de una pierna a otra para después encestarle una patada circular en la cara. Me tembló el alma al ver su cabeza y cuerpo agitarse por la conmoción.
—Con él no funcionarán los golpes. — le dice Chester a Ciro, que lo mira confundido. — Es un chico testarudo. Sin embargo... sé que no le gustará cambiar de lugar por alguien más. —Elijah trató de levantarse pero Chester lo empujó y arrastró hacia un lado, sacándolo de mi regazo. — Sujeta a la pirata, no podemos tocar a la hija del intendente.
Me mareé unos segundos mientras Ciro se acercaba. Eugene me abrazó fuerte haciéndole frente... no obstante no pudo evitar nada debido a su fuerza. Me sujetó de las esposas y se ubicó al lado de Chester, a unos metros frente a Noel. Él agitó las cadenas impotente.
Mierda. Mierda. Mierda.
—Por cada negación tuya, un detallesito para tu nueva amiga. — Ciro me sujetó de la mano derecha. —¿Dónde está Zena?
No le digas. No le digas. Tragó nervioso. No se lo digas Noel.
—Yo... — negué. Ciro me agitó molesto. Noel empezó a respirar con fuerza. — No le hagan nada por favor.
—Respuesta incorrecta. Ciro.
Ciro me agarró del cabello y lo jaló para arriba mostrando mi rostro. —Cuidado con los dientes. —avisada recibo el golpe de lleno a la mejilla.
Mis ojos se llenan de lagrimas por lo que evito mirar a Noel. Respiro profundamente. Sopórtalo... Sopórtalo... Ace debe estar en camino.
Me río de los nervios.
—¿Te causa risa preciosa? — Ciro me jaló más fuerte por lo que seguí su mano para no sentir el dolor.— Veremos si lo siguiente te causa risa.
—¿Dónde está la fruta?
—¿Fruta? ¿Cuál fruta?
—Ciro.
—¡No sé de qué fruta habla! — chilló.
Ciro ríe burlón y me encesta la rodilla en el estómago. No, No puedo respirar. Mis pulmones se quedan sin aire y entro en pánico tratando de conseguir un hilo fino de oxigeno que ingrese por mi boca o nariz. Lo consigo y empiezo a gemir y toser.
Miro a Noel. Está aterrorizado.
—¡No tengo idea de lo que está pasando! ¡Es en serio! ¡No sabía que habían robado algo!
—Entonces dinos dónde están.
Noel abrió la boca y la volvió a cerrar. Miró al suelo y luego a Elijah.
—Respóndeme Noel. Dinos dónde están.
—No se los va a decir. — me muerdo el labio inferior. Van a golpearme de vuelta. Ciro me mira fastidiado. Tengo que hacer tiempo.— ¿De verdad cree que Zena contaría que le robó a alguien a él?
—¿Dónde llevaste las cosas de Zena? —Mierda. Noel se quedó callado. —Sí que sabe dónde está.
—Suéltame antes que llegue Alec y te corte la mano. — le digo a Ciro.
—¿Tu esposo? Pff ¿crees que llegará aquí?
—¡No! — ¡Lo golpeó en la nariz! ¡Maldito imbecil!
—¿Dónde mierda está? — insiste Chester.
Veo que mantiene cerrado sus ojos antes de que la mirada le cambie. —No voy a decírtelo.
Vuelve a darle con puño cerrado esta vez en el estómago. Una, dos... detente. Detente por favor.
Noel murmura algo.
—¿Qué dijiste? — se acerca lo suficiente a su boca.
—Tu madre me la chupa. — dice entre jadeos.
Me quedo sin palabras ante lo que sale de su boca. Chester lo escudriña mientras veo que su mandíbula se endurece. Voltea y se acerca a mi.
—Apártate Ciro.
Ciro me suelta despacio sin entender el comportamiento de su compañero y le da su espacio. Siento correr mi sangre rápidamente ante lo que se está por venir. Cierro mis ojos en cuanto toma mi muñeca y el codo y— ¡Uf!
—¡Aloise! — Llora. Me concentro en la voz de Eugene un momento.
—¡Hijo de puta! — escucho que grita otra vez Noel.
No siento nada. Estoy bien. No duele. Pero no me atrevo a decirlo por si se atrevieran a hacerme algo más.
Chester se aleja de mi y vuelve frente a Noel. —Te atreves a hablarme así una vez más y le rompo el otro brazo.
—¡Mierda! — Ciro se rie divertido. No hace nada mientras Eugene se acerca desesperada.— Recuérdame no hacerte enojar. — silbó. — El peso de las esposas marinas no debe haberla ayudado.
—Creo que te ha roto el húmero. Habría que hacerte una radiografía urgente. No lo muevas. — balbucea Eugene entre que empieza a lagrimear.
—Estoy bien. — le susurro poco después. Toma el borde de mi blusa y la sube.—No lo siento.
—No lo sientes por la adrenalina Aloise luego eso se te va a pasar.
Eugene sostiene mi codo caído tratando de mantenerlo en la dirección correcta con la parte superior mientras acompaso mi respiración.
.
.
.
Trastabilló.
—¿Por qué te detienes? — lo escuchó gritar. ¿Se lo decía o era mejor esperar?
—Estamos por llegar. ¡Debemos darnos prisa! — reanuda el paso Trevor.
—¿Estás seguro de lo que hiciste?
Ace observó para atrás viendo a los centinelas esparcidos por las calles abatidos. Le sonrió a Faber. —No me cabe la menor duda.
Llegaron a la penitenciaría custodiada por guardas. En cuanto apuntaron a Ace él los cubrió de nieve inmovilizándolos.
—Wow, me sorprende la rapidez con la que te adaptaste.
—Es como mi fruta anterior. Sólo que...— observó su mano convertida en nieve. —
Cruzaron la puerta y siguieron a Trevor que guiaba el camino. Faber lanzó dos cuchillas que se ensartaron en las manos de sus enemigos y que luego rápidamente fueron debilitados por la baja temperatura de la nieve rodeándolos.
Se detuvo abruptamente. —Sigan derecho y luego a la izquierda. En la ultima celda de la derecha los encontrarán. Hay dos centinelas con ellos, Chester y Ciro. Ambos son usuarios de frutas del diablo. No he descubierto aún sobre la fruta de Chester pero Ciro su fruta es la Hiena Hiena. Puede transformarse en hiena.— declara Trevor. — Debo ir por Zena. Salven a Elijah y a Noel por favor.
Así que aquí había estado Elijah. —¿Podrás encontrarlo?
—Fue un poco difícil debido a la máscara pero ya lo tengo. Lo traeré de vuelta.
—Yo te diré cuando es seguro. No salgan sin mi señal.
—De acuerdo.
Ace le desarregla el cabello. —Cuídate.
—Me he cuidado bien hasta ahora. — le levantó el pulgar. — ¡Ni se preocupe!
—Me preocupa. — dice Faber viéndolo desaparecer dentro de una de las casas.
Ace se le adelantó congelando cada centinela que le aparecía. La habilidad de Trevor les había ahorrado mucho tiempo en encontrarlos, aunque todas las celdas en esta zona estaban vacías.
—¿Estás seguro de no ir con Ellie?
—Saber que se encuentra segura en el hospital me deja más tranquilo así que pienso ayudarte primero. — a pesar de lo que había dicho su rostro demostraba que aún seguía debatiéndose si fue la decisión correcta.
Ace le asintió con la cabeza. —Gracias.
—Hubieras hecho lo mismo.
—Utiliza el otro brazo como sostén. Evita moverte por el amor de Dios.
Era la voz de Eugene la que se escuchaba por el pasillo. Giraron a la izquierda y vieron la celda derecha que les había indicado abierta.
Chester ladeó la cabeza al escuchar los pasos en el pasillo y dio unos pasos para atrás. En cuanto Ace vio su rostro la ira explotó en su pecho subiéndosele a la cabeza.
—¡Tú! — gritó.
¡Era Ace! El alivio hizo que el dolor prácticamente desapareciera. Mi esposo había llegado. El amor de mi vida.
Chester sacó la pistola de su cintura y disparó tres veces consecutivas ahogando al instante mi euforia.
No. No. No. No.
No había forma que lo esquivara en ese pasillo estrecho. Ace—
—Te la comiste. — dice Chester disgustado.
Siento bajar la temperatura del lugar. ¿Qué es esto?
—¡¿Aloise?!
—¡Aquí estoy! ¡No puedo moverme!
—Llévatelas. —ordena a Ciro. Mira de reojo a Elijah. — Yo me encargo—
En lo que había parpadeado Chester había sido estampado por el muro de cemento a la derecha. Empiezo a temblar del frío mientras lo que parecía ser nieve va tomando forma.
Es Ace. Contemplo anonadada.
¿Pero cómo...? ¿Acaso él...?
—Fruta Yuki Yuki. — sonríe guiñándome un ojo orgulloso pero se le cae la cara al ver a Eugene sujetar mi brazo derecho y la posición antinatural que posee.
Sólo porque sé que me adora sé que la mirada que me está dirigiendo no es realmente para mí. Sus ojos están perforándome mientras mis dientes empiezan a castañear.
—¿Quién te hizo eso?
—Yo. — dice Chester resurgiendo del hormigón de cara a Ace.
Oh Dios mío. Su cuerpo va tomando forma mientras el hormigón se va endureciendo.