“Desvío del objetivo general”
11 de septiembre de 2025, 21:27
Habían pasado dos días de haber descubierto que poseía esta habilidad.
Había cargado una bañera de agua y me había introducido adentro. Con un poco de suerte pude desaguarlo, por lo que confirmé que mi habilidad cuenta como fruta del diablo.
Luego de haber practicado varias veces más, había logrado sacar conclusiones sobre esta habilidad:
1. Sólo puedo saltar a lugares que se encuentren cerca mío. (Intenté volver al Moby Dick y no funcionó, también intenté Dressrosa.)
2. Debo haber visitado, o conocido, o tenerlo a vista, el lugar al que quiero ir para poder saltar allí. (Había saltado frente al local donde compré los suministros y tambien a Alubarna, a la plaza frente al palacio.)
3. Sólo puedo hacer siete saltos en el día o podría perder el conocimiento.
4. No puedo saltar con seres vivos, sólo con objetos.
5. Tengo cinco segundos antes de que el tiempo corra normalmente.
Considerando sus limitaciones es una buena habilidad. Debo guardar mis siete saltos en el momento que Akainu atraviese a Ace y disminuir el daño con la fruta Chiyu Chiyu.
Primero debo confirmar que puede ayudarlo.
Un fuerte golpe al barco me puso de pie.
—¿Aloise? ¿Estás aquí? He regresado.
Salí de mi habitación y me encontré con Acebebiendo agua de su cantimplora en la cubierta.
—Lamento haberte dejado así, no sabía que iba a escalar las cosas tan rápido.
—No te preocupes. ¿Qué tal está Luffy?
Sonríe —Como siempre. Ahora tiene buenos amigos a su lado, así que estoy más tranquilo.
Realmente se le veía más relajado.
—Creo que se viene una guerra civil en Alabasta. Será mejor irnos. Tengo información sobre dónde estará Teach.
Cruza al lado mío dirigiéndose hacia el timón.
—Sobre eso... Ace...—
Se detiene y gira a verme.
—Creo que deberíamos separarnos.
Su expresión no cambia mientras analiza esto —¿Por qué?
—Yo... planeo ir a Dressrosa.
—¿Qué? —se me acerca preocupado.—¿Tienes una idea de a dónde planeas ir?
—¿Dices porque es la tierra de Doflamingo? Sí, lo sé, pero necesito algo de allí.
—¿Y qué planeas hacer ahí?
No te va a gustar lo que vas a oír —Necesito adquirir algo, eh, de alguien de su palacio.
—¿Adquirir algo? ¿Piensas robarle a Doflamingo?
No pensaba que se alteraría tanto.
—Ni siquiera se dará cuenta que estuve ahí. —Pues usaría mis poderes pero aún era muy temprano para confesárselo a Ace.
—Aloise, es muy peligroso para ti. No puedes.
—Tengo que ir Ace.
—¿Cómo piensas pasar desapercibida ante ese monstruo? No voy a dejarte ir a un lugar así.
—¿Por qué?
Se quedó observándome un momento. Suspiró —Prácticamente eres parte de la tripulación ahora. No voy a dejar que uno de nosotros muera en vano.
—Ace, no te preocupes por mí. Puedo cuidarme sola.
—Un simple Rey del Mar fue suficiente para que tu corazón casi se detuviera. No puedo creerte nada.
Arrugué el rostro.
—Terminemos lo de Teach primero, luego iremos a Dressrosa —dice terminando la conversación.
—No puedo.
—¿Cómo que no?
—Necesito hacer esto primero.
—Tú...
—Tengo que salvar a alguien importante y para ello necesito lo que tiene Doflamingo. Es primordial que lo consiga.
Faltaba mucho para el momento en que encuentre a Barba Negra, pero aún así preferiría confirmar que este plan sí puede funcionar y si no, tendría que buscar otra solución. Ace me escudriñaba intentando comprenderme notoriamente molesto.
—Entiendo que estás decidido en ir en busca de Teach así que creo que es inevitable que nos separemos aquí.
—¿Siquiera sabes cómo llegar a Dressrosa? Debes ir al Nuevo Mundo y...
—Me las arreglaré —dije cansada de la conversación. Pasé de él yendo a buscar mis pertenencias.
—Aloise, no estás siendo realista—
—¡Voy a ir y no puedes detenerme!
—¡Ah! ¡Estás haciendo una locura! —dijo sujetándome la muñeca y haciéndome girar—¿Qué no entiendes que vas a morir por lo que estás a punto de hacer?
—¡Si no hago esto, la persona quien es importante para mí será quien muera y no podré vivir conmigo misma!
—¡Acabas de llegar a este mundo! ¿Quién puede ser tan importante para ti tan pronto?
Tú.
Me solté de su agarre —Déjame. —No va a detenerme. Tengo bastante tiempo para llegar a Dressrosa antes que Luffy llegue a Sabaody y las cosas comiencen a desarrollarse.
—¡Bien! —Lo escucho decir a mis espaldas fastidiado — Iré contigo.
—¿Qué? —le respondo atónita.
—Veo que esta persona es realmente importante para ti ¿no? Voy a dejar mi deber como comandante de castigar a Teach tan sólo un momento para ayudar a alguien de los nuestros.
¿Ace iba a acompañarme? ¿Dejaría su misión de perseguir a Barbanegra por mí? No puedo creerlo.
—¿Es en serio?
—Sí. —confirmó molesto.— Luego de esto iremos en busca de Teach. —Me niega con la cabeza — Aún no entiendo cómo realmente piensas. Estás completamente loca.
Le sonreí desde el fondo de mi corazón —Ace... Gracias.
Aunque esto es para ti realmente.
—En cuanto la situación se ponga peligrosa para ti, huyes ¿de acuerdo?
Asentí. También debía evitar que Ace entre en pelea pues él nunca se hacía para atrás.
Se agita el cabello frustrado —Esto será un viaje largo. Tenemos que—
—Ya conseguí lo que nos hace falta.
—¿Pensaste en esto mientras no estaba?
—Sí.
—De verdad, no puedo contigo.
Volvió a dirigirse hacia el timón y lo seguí por detrás contenta. Iba a tener más tiempo para compartir con él. —¿Ya has comido algo?
—No, aún no.
—Te prepararé unos sándwiches —digo y dando brincos voy para la cocina.
Ace observó cómo Aloise se alejaba contenta y volvió a suspirar. Aún no sabía por qué pero sentía la responsabilidad de cuidar de ella. Quizás su ingenuidad en este mundo lo hacía querer protegerla. A pesar de que decía saber el futuro, no parecía ser consciente de sus limitaciones. Tremenda carga le había dejado Marco. Aún así, no creía que fuera más difícil que crecer con Luffy.
Sonrío divertido ante el pensamiento y suspiró derrotado. Empezó a trazar su camino hacia un nuevo objetivo: Dressrosa.
.
.
.
Para nuestro camino a Dressrosa e ingreso al Nuevo Mundo, Ace tuvo que solicitar por compañeros de viaje. Marco se había sorprendido ante la noticia pero el viejo Barba Blanca accedió.
Me quedé observando todo el movimiento en la proa, cubierta, popa, por todos lados ante las direcciones de Ace. Con el mentón apoyado en una mano veía lo concentrado que estaba en las conversaciones con sus compañeros. Realmente Nami lo hacía ver fácil pero esto era mucho más complicado de lo que parecía.
—¿Cuánto faltaría para llegar a Dressrosa? — pregunté a uno que cruzaba junto a mí con un barril sobre el hombro.
—Quizás un mes pero con Ace al mando quizá sea menos.
Era demasiado tiempo. Me removí nerviosa —Gracias.
—Señorita Aloise —se me acerca el joven que se encontraba hablando con Ace hace unos segundos — Ace la está llamando.
—Voy.
En la popa él está observando los mapas junto con otros tres tipos. Me ve llegar y los despide.
—Llegaremos aproximadamente en tres semanas si todo marcha bien. ¿Te parece bien?
—Sí... creo que es suficiente.
—¿Podrías hablarme de cuál es tu gran plan? —se cruza de brazos.
Me acerqué al barandal para observar el agua y separarnos de los demás. ¿Cómo podría explicarlo sin dar tantos detalles? ¿Qué sería necesario que sepa? Se acerca junto a mí y apoya un brazo, atento a qué estoy por decirle.
—¿Prometes que no le dirás a nadie y que no harás nada a pesar de lo que sea que te cuente?
Frunció el ceño —Lo prometo. ¿Qué sucede?
Bueno, no creo que se involucre en el tema al menos que alguien preciado suyo lo esté así que supongo que está bien.
—¿Has ido alguna vez a Dressrosa?
—No. Tú tampoco.
No presencialmente.
—Te contaré un secreto. No puedes decírselo a nadie. —asintió— Luffy en su momento llegará a Dressrosa y lo revelará todo por lo que no está en nosotros hacer algo ahora mismo.
—De acuerdo. —dice sin ocultar su desconcierto.
¿Está bien que esté diciendo esto? No sé cómo reaccionará Ace.
—Hey, puedes confiar en mí Aloise. Soy hombre de palabra.
Por mucho que quisiera hacer algo no podría. No tengo el poder suficiente ni la gente necesaria para ayudar a ese país, y aunque lo sé, es difícil hacer oídos sordos al dolor que encontraré allí.
—Esto es lo que sucede en Dressrosa...
Por sus expresiones pude notar la gravedad de cada palabra mía perforando su corazón. Le comenté de la forma en que se vivía y quiénes vivían allí, cómo Doflamingo lo transformó todo y la mentira y el dolor de aquellas personas. Le expliqué sobre los enanos y cómo eran esclavizados y, que la princesa de su reino que estaba cautiva debido a Doflamingo, era mi objetivo.
—Necesito llegar a ella.
Ace se quedó en silencio con los ojos cerrados.
—No planeo robarla, sólo necesito hablar con ella y pedirle ayuda.
No podía decirle sobre sus poderes aún.
Podía ver cómo su mente procesaba de vuelta la información mientras observaba las olas que colisionaban por el barco.
—Qué ser más despreciable y ruin. Lo aborrezco. Sabía que era un monstruo. Es un hijo de puta.
El ruido del mar se extendía difuminando nuestro silencio. Me mordí el labio inferior nerviosa. Nadie más que yo sabía sobre esto y quienes trataban con Doflamingo. Esta verdad saldría más adelante.
Ahora también Ace.
—Ace, no puedes decírselo a nadie.
—No te preocupes, quedará entre nosotros. Te lo he prometido.
Exhalé buscando tranquilizarme.
—Aunque no puedo creer que eso sea verdad. Digo, te creo pero...
—Lo entiendo. Yo también estuve horrorizada cuando lo supe.
Volteó a mirarme y por primera vez podía ver que había cambiado la opinión que tenía de mí. En sus ojos había cierta... pena.
—¿Por qué me miras así?
—Tú... tienes conocimiento sobre más cosas ¿no? Ya que manejas el futuro.
Mi garganta se cerró. Le sonreí a medias —No puedo decirte nada más.
Asintió. —No voy a obligarte. Sólo quisiera hacerte una pregunta con respecto a algo que habías dicho antes.
—¿Sí?
—Dices que Luffy revelará sobre Dressrosa. ¿Él salvará ese país?
No creo que afecte mucho que sepa ese futuro si planea guardar el secreto —Sí, así es. Vencerá a Doflamingo.
—Ya veo. —dice y poco después su carcajada hace que sonría— Eres sorprendente, Luffy.
Codeándolo me atrevo a decir—Luffy será un gran pirata, ya lo verás.
Me aseguraré que así sea.