ID de la obra: 769

Alterno

Slash
G
Finalizada
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autor
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160 páginas, 57.700 palabras, 28 capítulos
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Suerte para ayudar/ Ryder

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—Todos levanten sus copas en un brindis por el héroe de la infante Carmella, quien se quedo atrapada en el incendio del complejo de apartamentos 45C. —Dijo la alcaldesa mientras todos los ciudadanos presentes hacían caso y levantaban sus copas. Marshall estaba a un lado de ella, bastante avergonzado. —Por favor joven Marshall, dediquemos unas palabras el día de hoy. —Ella lo ayudó a caminar en dirección al podio, donde no supo que decir frente al micrófono. —Hola... bueno- Yo... Ja... Solo quisiera agradecer el agradecimiento qué me están dando. Algo que sin duda no esperaba que sucediera. Cuando entre a ese edificio, lo único que pensaba era en que nada grave le sucediera a nadie. Tuve la oportunidad de ayudar a alguien, y creo que es algo que cualquier persona haría por otro. ¿No? —Marshall vió entre el público hasta que su mirada se posó en el oficial de policía, quien lo observaba con una leve sonrisa. Se la correspondió y se sintió más seguro al hablar. —Todos los días hay héroes aún más heroicos qué yo. Lo mio fue suerte, suerte de estar ahí para ayudar. Pero hay quienes se enfrentan a estas situaciones todos los días. Es por eso que quisiera que me acompañen y levanten sus copas conmigo. Por todos los héroes qué tenemos aquí. Si tu lo intentas, también puedes ser un héroe y ayudar a otros. Un brindis por los verdaderos héroes. Los policías, bomberos, enfermeras, rescatistas y doctores. Salud.  —¡Salud! —Todo el público gritó con alegría. —Ahora me gustaría hacer pasar al escenario a Carmella. —La alcaldesa volvió a tomar la palabra y pronto la niña que Marshall había salvado subía las escaleras en su dirección, tomada de la mano de su madre. —Carmella sobrevivió porque este hombre aqui presente, fue valiente y fue en su rescate. Leves murmullos comenzaron a escucharse entre el público, poniendo nervioso a Marshall, quien sintió que sudaba frio. Pronto, la niña pelirroja estaba frente a él. Marshall se agachó a su estatura y espero pacientemente. —Señor... Gracias por salvarme. —Ella se mostraba un poco tímida pero le entregó una hoja al albino. —Lo hice con mi corazón. —La voz de la niña se quebró, comenzando a llorar. Marshall no supo que hacer, pero pronto entendió que no era necesario hacer mucho cuando Carmellia lo abrazó con fuerza. Él sonrío enternecido y correspondió su abrazo. —Fue un placer Carmellia. Eres una niña muy dulce. Recuerda siempre ser amable con otros y ayudarlos. —Si. Fue tomada de nuevo por su madre y se despidió con una onda de mano leve. —Bye-Bye Carmellia. —Se despidió de ella y luego se levantó. —¡Eso fue muy lindo! Conmovedor sin lugar a dudas. —Marshall había olvidado que estaba frente a un público. —¡Todos pueden seguir con la fiesta! Disfruten con libertad~ Los aplausos no tardaron en llegar. La fiesta continuo bastante normal, con todos celebrando, comiendo y disfrutando. Era un evento comunitario, por lo que muchas instituciones publicas estaban ahí junto a los ciudadanos que decidieron pasar el dia.Marshall estaba parado en una esquina, buscando el momento perfecto para salir huyendo del lugar sin que nadie lo notase. —Para haber hecho algo que causó  tanto disturbio, parece que no te gusta ser el centro de atención. —Marshall giró al escuchar una voz familiar. El jefe de policia Wallas (Chase) bebía una copa de champaña mientras se paraba a un lado del dalmata. —Tampoco has tomado ni un trago de tu bebida. —Bueno... No tomo alcohol. Y me pongo muy nervioso al estar rodeado de mucha gente. Digamos que soy muy torpe. —Se rió al recordar todas las ocasiones en las que ha tropezado, sido descuidado o causado un accidente a si mismo. —No debe ser tan malo, ¿o si? —Uy, ¡Es malisima mi torpeza! En una ocasión estaba bailando el pup pup boogie con mis amigos y termine cayéndome después de tropezar con mis propios pies. En otra, estaba limpiando mi auto y ¡me termino cayendo la cubeta de agua en la cabeza! Como esas tengo muchas anécdotas. Pero creo que no estas aquí solo para escuchar eso ¿no? —Chase sonrió tras su comentario y asintió. —Me atrapaste. Mientras tu te preparabas para estar aqui, yo me puse a ver sobre tu departamento y me contacté con la estación de bomberos. —Maeshall sintió como la sangre abandonaba su cuerpo y no supo que contestar. —¿En serio...? ¿Que- Que te dijeron? —Bueno, primero... —Hizo una pausa que para Marshall se volvió una espera muy larga. —Está todo en orden. Me dijeron que te avisara que empezabas el lunes. Que les alegra que estes aquí. Ya sabes, lo normal. —Pensó un poco. —No traes coche entonces yo te llevo a casa. ¿Te parece bien? —¿Harías eso por mi? ¿No es mucha molestia? —¿Bromeas? Estaré encantado si me dejas llevarte. —Se rió. —Además de que la alcaldesa me mataría si algo te pasase después de la fiesta. —Entonces muchas gracias oficial Wallas. —Chase. —¿Eh? —Llámame Chase. De todas formas trabajaremos juntos y nos veremos mucho. —Marshall se sintió contento ante esto y no pudo evitar que su emoción se reflejase en su rostro. —Entonces no dudes en hablarme por mi nombre también. —Marshall. —Si. —¿Puedo preguntarte algo? —Adelante si es algo que puedo contestar. —Marshall se cansó de sostener la copa de champaña y al notar que Chase en cambio había terminado de beber el suyo, decidió dárselo para que él se la bebiera por él. Chase no se negó y solo continuó bebiendo a tragos pequeños. —¿Tú... bueno- Tú cabello es así naturalmente? —Chase se sintió incomodo pero Marshall solo se rió a sabiendas que su apariencia no era común entre los humanos. —Si. También mi piel y mis ojos. Incluso yo me sorprendí la primera vez que me vi ¿Sabes? —Lo dices como si jamás te hubieras visto antes. —bueno, es un decir. Pero hey, no está tan mal. Es divertido ver como la gente trata de no verme. —Marshall se cruzó de brazos y dió un leve bostezo. Se fijó en la hora del reloj en el edificio en frente de la fiesta. Eran las 11:52, casi las doce y dos horas pasadas de su habitual hora de dormir. No estaba acostumbrado a desvelarse tanto y quería irse. —¿Estás cansado? —Si. No suelo dormir tan tarde. —Entonces te llevo a casa. Marshall miró a Chase sorprendido. —¿Qué? No, no es necesario aún. Estoy seguro que quieres seguir divirtiéndote, así que puedo estar despierto un poco más. —¿De que hablas? Yo también quiero ir a descansar. Me darías una excusa para salir de aqui antes. —Le guiñó un ojo a Marshall, quien le sonrío con agradecimiento. —Además de que tus ojos se ven cansados. No puedo dejar que el héroe de Bahía Aventura se vea mal ante las cámaras. ¿No? —Eso creo. —Se rió.   __________________________________   Cuando Marshall llegó a su departamento lo primero que hizo fue recostarse en su cama. Esos dias fueron muy agotadores para él y ahora podría descansar sin preocuparse de nada. También al llegar notó que tenia no solo su departamento, sino un auto fuera de este. De alguna manera supo que era suyo y no se equivocó cuando encontró las llaves colgadas en la pared de la puerta. Para entrar a su departamento solo bastó buscar un poco en los alrededores para encontrar una llave de emergencia. Vió las fotos que estaban la habitación, mientras se acomodaba en la cama. Eran fotos de él, de quienes supuso eran sus padres junto a él. Sobre él y otras personas que no reconoció. Era todo muy extraño, ya que sentía que de alguna forma conocía a quienes estaban ahí y a su vez no lo hacía. Todo era tan extraño y familiar al mismo tiempo. —¿Qué está pasando? ¿Porqué estoy aqui? —Marshall tapó sus ojos con uno de sus brazos, sintiéndose frustrado. —Ryder sabría que hacer. —Se levantó de forma brusca, sentándose en la cama. —¡Eso es! Ryder. Necesito encontrar a Ryder. —Se levanto de la cama y buscó por su habitación algo que le pudiera ser de ayuda. Encontró en el escritorio una laptop. Al abrirla notó que no tenia contraseña y agradeció internamente a su yo de ese lugar. ¿Seria su yo alterno? ¿Su otro yo? Bueno, lo más seguro es que el Marshall de esa realidad fuera muy distraído y olvidadizo como para no recordar la clave. Al ingresar le costó un poco usar la laptop porque apenas sabía como usar sus dedos pero después ingreso a las redes sociales, donde buscó incansablemente por su jefe. Pero no había rastro de él. Ni una sola pista. —¡Esto es muy frustrante! —Marshall volvió a recostarse en su cama de forma brusca. Abrazó una de las almohadas y se puso en posición fetal. Se sintió solo. Antes, con sus amigos y Ryder jamás se había sentido solo. Todos eran una enorme familia. Ellos siempre estaban con él, jugando, hablando y salvando Bahía Aventura o Ciudad Aventura. Pero ahora, se encontraba solo, sin nadie.El no era más que un cachorro en el cuerpo de un joven adulto con nombre, apariencia e identidad similares a la de él. (Si es que no era él, claro.) Lo que Marshall mas amaba era estar junto a Chase, Sky, Zuma, Rocky, Rubble y Ryder. Aunque la simple idea de no verlos jamás, comenzó a atormentarlo.En su mente pasaban memorias de sus momentos juntos, pero especialmente su ultima misión. ¿El meteorito fue el causante de todo? ¿Murió y poseyó el cuerpo de su yo humano? ¿La caída fue tan fuerte que lo dejo en coma? ¿Era todo un sueño? Pero sus quemaduras dolían tanto que no podrían ser falsas. Solo quedaban las dos primeras opciones. Marshall pensó un poco mas en su vida como cachorro hasta que él Chase humano le llegó a su mente. Él era idéntico al Chase que él conocía, simplemente era más "maduro". Sus ojos mostraban la misma confianza y eran del mismo color. Su cabello era el mismo que su pelaje y su piel canela ligeramente bronceada le daba definitivamente el toque para ser un "humano atractivo". Al menos de lo que conoce de los estereotipo de belleza que le gustan a las mujeres, podría decirse que el Jefe de Policia Wallas era guapo. Lo único que a Marshall no le gustaba era que Chase fuese más alto que él. Lo suficiente como para hacerlo ver intimidante e imponente a ojos de otros. ¿No se supone que los dalmatas crecen siendo más saltos que un pastor alemán? Oh, espera. No. Los Pastor alemán son definitivamente mas altos. —¡Aahhg! —Le gritó a la almohada, la cual amortiguo el sonido.Marshall definitivamente no sabia en que estaba metido y como salir de esa situación.
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