ID de la obra: 769

Alterno

Slash
G
Finalizada
1
autor
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160 páginas, 57.700 palabras, 28 capítulos
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Novatada para un novato no tan novato/ paranoia

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Era Lunes y eso significa que era su primer día de trabajo como bombero humano. Tuvo que buscar la dirección de la estación de bomberos en el mapa de su computador y luego anotar en un papel para poder saber a dónde ir. Tomó las llaves del auto junto a cosas que creyó que necesitaría. Desayunó algo rápido antes de irse y emprendió camino a la estación. Al llegar había alguna gente ahí. Estacionó, bajó y caminó en dirección a la que creyó era la oficina, saludó a todos de manera amable y animada, presentándose. Al entrar, el jefe de bomberos estaba sentado en la silla detrás del gran escritorio de roble oscuro. —Tu debes de ser Marshall Byce. El transferido de Ciudad Aventura ¿No? —Así es... Me dijeron que me reportara el día de hoy. —Si. Debías estar aquí la semana pasada pero el Jefe de policía nos informó la situación con el incendió. Donde actuaste sin permiso. —La voz tan seria del hombre le hizo tener un cosquilleo que pasó de su nuca a sus pies. —¿Sabes lo que eso significa, Señor Byce? El albino asintió y suspiró rendido. —Sí señor. Podría perder mi empleo. —Exacto. Pero, ya que actuaste de forma tan rápida y valiente para salvar a una niña, lo dejaré pasar por esta ocasión. Tendrá permitido trabajar pero tendrá que hacer al menos 32 horas de trabajo voluntario. Marshall lo miró sorprendido. —¿En serio me da esta oportunidad? —Sonrió alegre pero al instante su cara pasó a ser una de confusión. —¿Por qué haría algo así, Señor? —Digamos que tengo un buen presentimiento contigo. Eres lo que un bombero representa. Eso es algo muy valorado aquí. Ahora, comience a trabajar. Esos camiones no se limpian solos. —¡Genial! ¡Frente a usted está el más eficaz limpiador de camiones de bomberos de Bahia Aventura! —Nunca en mis treinta años de servicio vi a uno de mis chicos entusiasmarse tanto por limpiar el camión. Me caes bien muchacho. Ahora a trabajar. —¡Si, Señor! Marshall salió rápidamente y comenzó a hablar con los demás bomberos. Se presentó formalmente como su nuevo compañero y después les preguntó dónde estaban las cosas de limpieza. Tras sus indicaciones inició con el primer camión. Se sentía fascinado con el tamaño de los camiones, la grandeza que mostraban y la pintura tan prolijamente roja que los cubría. Para él, eran tan bellos como su propio auto de bombero en la base de los Paw Patrol. Limpió con entusiasmo las cuatro horas en las que se encargó no solo de uno, sino de todos los camiones. Mostrando su experiencia en esto. Lo que se le hizo raro fue no ver a ningún bombero a los alrededores de los camiones. Pensó que quizás estaban en una misión pero no podía ser si no faltaba ningún camión de la estación. Y mientras limpiaba una mancha que no quería salir de la parte trasera del camión, sintió algo frío tocándole la frente, asustandolo, se tropezó y cayó sentado en el suelo. —Ay. Lo siento, lo siento. No quería asustarte Marshall. —Era Chase, quien le sonreía amablemente sosteniendo una botella de agua. —El Jefe de bomberos Crouse me dijo que estabas aquí. No creí que serías el único limpiando. Usualmente todos se unen. —Ayudó a Marshall a levantarse del suelo, dándole la mano y jalando hacia arriba. Después le ofreció la botella de agua, la cual fue recibida con una sonrisa. —¿Que lo trae por aquí, oficial Wallas? —Chase. Llamame Chase por favor. —El policía comenzó a ver alrededor, pasando su vista por los camiones ya limpios de Marshall. —Claro. Lo siento, Chase. Marshall aun no entendía si su nombre era Oficial Wallas o solo Chase Wallas. —Contestando a tu pregunta… Hoy es mi día libre.  —Su tono de voz era neutro. —Pero quise pasar a ver como te iba. Marshall giró su cabeza levemente a un costado. ¿Debía sentirse halagado o confundido? Abrió la botella y comenzó a beber de ella, refrescandose. —¿Te preocupa que no pudiera con la novatada? Chase se rio, encogiéndose de hombros. —La verdad… algo en ti no me cuadra, ¿sabes? Marshall sujeto la botella entre ambas manos. —¿Cuadrar…te? —Si. —El policía se recargó en el camión que Marshall estaba terminando de limpiar y cruzó sus brazos en su pecho—. Eres muy amable, educado y extrañamente eficiente. Casi demasiado perfecto pero muy evasivo… y no lo sé, a veces pareces no entender ciertas cosas algo… obvias. —Antes de que Marshall pudiera decir algo, Chase se encogió de hombros y se levantó del camión. —Pero creo que es solo la carga del trabajo, ya sabes. No me gusta dejar los cabos sueltos. Un escalofrío llego a la espalda del bombero, quien se ríe de forma forzada. —Creo que es muy intimidante de tu parte si consideramos que eres un policía. —No hay nada de lo que debas preocuparte. —Le regaló una media sonrisa que le hizo relajarse—. No es algo serio contra ti, si lo fuera no estaría aquí para darte la botella de agua ¿No crees? Solo llámalo intuición. Ahora, ¿quisieras que te ayude con algo? Marshall suspiro nervioso, soltando una risa para aliviar su preocupación. —Eso sería increíble pero, acabó de terminar. Limpiar camiones no es un reto para mi… Me gusta hacer esto. Limpiar el camión que es parte fundamental en el trabajo es un honor. Chase alzó las cejas sorprendido al no poder notar ni una pizca de sarcasmo en las palabras del bombero. —Bueno, me alegra que te diviertas. —Entonces... Todo está bien. Aunque estoy agotado, tener el brazo suspendido tanto tiempo me lo adormeció. —Marshall todavía trataba de cambiar de tema lo más rápido que podía. Ambos se rieron pero Marshall se distrajo al notar a una persona caminar en su dirección. —Jefe de Policia Chase. Un gusto volver a verlo. —¡Marta! ¿Cómo estás? La bombera y Chase se dieron un buen apretón de manos. —Genial. Vine a entregarle el uniforme al nuevo. Supongo que ya no hace falta que te presente a Marshall ¿cierto? —No, pero me alegra ver que estás aquí. Creí que no había nadie más que él y el jefe. —Oh. Bueno, ya sabes. Tradiciones de la estación de bomberos. —¿Novatada? —Novatada. Marshall observaba cómo ambos interactúan de manera tan amigable, sonrió pero no se sintió parte de la conversación. De hecho, desde que llegó no se sentía parte de nada. Aún no. Sin querer interrumpir, se movió en dirección de los barriles de agua para tirar el agua sucia y dejar todo en orden. Pero antes de hacerlo fue llamado por Marta. —¡Marshall! —¿Si? —Deja eso. Mandaré a Chad a hacerlo. Ve a medirte este uniforme para ver como te queda. No queremos que te quede muy grande o en tu caso como eres tan alto, chico. Marshall se rió por la broma y aceptó. Se despidió de Chase cortésmente y se fue. —Es muy enérgico ¿No? —Le preguntó el oficial a la bombera. —Eso parece. Me alegra que sea así, tal vez anime un poco este lugar. Todo ha sido muy monótono desde hace algunos años. Algo diferente no le hace daño a nadie ¿No? —No, y creo que hay sorpresas que vendrán con él. Lo del incendió es una prueba de ello. —Hablando de eso. ¿Tienen alguna pista de lo que lo causó? —Aún no. Aunque me sorprende que ustedes no hayan podido identificar la causa. —Si... pero ese incendio me dejó un mal sabor de boca. Por poco perdemos a una niña, y ni siquiera sabemos que lo causó. Pero apenas sepamos le informaremos. —Gracias Marta.   ______________________________   —¡Se te ve bien muchacho! —¡Gracias Marta! Me encanta este uniforme. Si Marshall aún tuviera su cola de cachorro, esta estaría moviéndose de un lado a otro con emoción. —Y buen trabajo con los camiones de bomberos. El jefe los vió hace rato y dijo que estaban mejor que cuando todos se ponen a limpiarlos juntos. Así que creo que no tienes que preocuparte por que se vuelva una semana de novatada. Has demostrado que eres todo menos un novato. —¡Gracias! Lo cierto es que ya tengo experiencia. Antes de siquiera poder continuar, la alarma de bomberos comenzó a sonar. La radio de Marta comenzó a sonar avisando que había una emergencia. —Primer día y ya vas a tu primera misión. Vaya suerte la tuya. —ambos corrieron en dirección a los camiones después de que todos estuvieran listos con sus trajes puestos. [—Aquí Alfa Dos, vayan a la avenida sur por la calle dieciséis. Un auto se ha volcado en medio de la carretera.] Fue lo que sonó por la radio de todos los camiones. Aunque Marshall no sabía cómo era trabajar con sus nuevos compañeros, si sabía que tendría que adaptarse. Al llegar, todos bajaron. Los policías habían asegurado el área para que ellos pudieran trabajar bien. —Marshall, este es el momento para que me digas que sabes hacer. —Quien habló fue su jefa de equipo, Marta. —De todo Jefa. —¿Qué tan bueno eres en primeros auxilios? —Yo me encargo. —Tras esto Marshall fue el primero en correr en dirección al auto. Preguntó si había alguien consciente pero no recibió respuesta. Supo que la vida de ellos estaba en sus manos por completo en ese mismo momento. Eran una mujer en el lado del piloto y un niño en los asientos de atrás. Uno de los otros bomberos llegó con una navaja de emergencia y cortó el primer cinturón para sacar a la mujer. Marshall la atendió rápidamente, y revisó todas las posibles heridas que podría tener. No sangraba pero parecía que se había desmayado. La cargó con cuidado para llevarla cerca del camión y lejos del auto. El niño no tardó en ser cargado por Chad. Chequeo a la madre hasta que al pasar con el niño notó que este sangraba de una de sus piernas. Se fijó si había algo incrustado. Algo lo perforó.  Aplicó los primeros auxilios y la ambulancia no tardó en llegar. Marta y los demás bomberos se aseguraban que el auto no se incendiara o explotará. Marshall sintió el olor a caucho quemado, y una esencia desconocida que provenía del auto, era muy fuerte pero parece ser que era el único que podía notarlo. Al terminar, todos sus compañeros celebraron que pusieron a salvo a ambos. Marshall sintió que era observado así que se fijó en los alrededores para ver de quien se trataba. No había nadie. Pero la sensación que tenía no era solo por paranoia. Podía sentirlo, una energía externa que iba desapareciendo gradualmente. Se asustó un poco cuando uno de los chicos pasó su brazo por sus hombros pero se obligó a tranquilizarse. —¡Eso fue impresionante Marshall! Sabes trabajar muy bien en equipo. ¿Era así cuando estabas en Ciudad Aventura? —Chad. Deja de molestarlo y vámonos. Tenemos qué hacer el reporte. —¡Pero Clair! Me comienzo a sentir celoso de sus habilidades en equipo. —Su actitud era bromista. —Que mal. Vámonos. —¡Nos vemos Marshall! —Adiós Chad, adiós Clair. —Vió como ambos se marchaban mientras discutían entre ellos. —Marshall. Vamos. —Voy. La sensación de ser observado no desapareció, en cambió sentía que algo no estaba bien. Fijó su vista en las marcas que había dejado el auto antes de voltearse. No había huellas de frenado. Y de hecho lo que causó que se volcará fue un impacto. Pero no había ningún área alrededor que hubiese sido golpeada. Tampoco hubo testigos ni cámaras. —¿En que tanto piensas muchacho? —Marta... ¿no crees que ese accidente fue muy raro? —Marshall no lo notó pero los ojos de Marta se entrecierran. No recordaba ver algo así. —¿Qué te hace decir eso? —No había zona de impacto en la escena... los frenos funcionaban pero no había huellas en el pavimento... —Eres muy perspicaz ¿no? —Tal vez sonara extraño pero... sentí que alguien nos observaba... Marta pareció sorprenderse por ese comentario. —¿Estás seguro? —Si... pero tal vez sean ideas mías ¿No? —Confía más en tus instintos muchacho.
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