ID de la obra: 769

Alterno

Slash
G
Finalizada
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160 páginas, 57.700 palabras, 28 capítulos
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Turbot/ Tensión

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—¡Rápido, rápido, rápido! —La alarma sonaba fuertemente y el viento entraba con la misma fuerza por las salidas de los camiones de bomberos. Los papeles de las mesas salían volando al suelo y muchas cosas eran movidas de lugar. Marshall junto con su escuadrón se fueron en el primer camión. La emergencia de ese día era el mal clima en Bahia Aventura. Al estar cerca del mar, eran más probables de ser golpeados por huracanes y eso era lo que estaba sucediendo en esos momentos. Habían recibido varias llamadas de ayuda porque hubo derrumbes, destrozos en casas y personas atrapadas en escombros. Se dirigieron al primer lugar, donde un árbol cayó encima de una casa y los dueños de esta no tenían un sótano en el que  refugiarse, quedando atrapados. Su trabajo era ir por ellos y llevarlos a la estación de bomberos para darles refugio hasta que el huracán pasara. Al llegar buscaron a la familia, los sacaron para llevarlos a un lugar seguro. Pero en algún punto de la noche, pasadas las 2 de la mañana, comenzaron a llegar más y más llamadas telefónicas de auxilio. Los escuadrones de la única estación de bomberos comenzaron a ser insuficientes para mantener el orden en Bahia Aventura y para ayudar a la gente, teniendo que así unir fuerzas con la estación de policía. Muy pronto se vieron trabajando de manera incansable en equipo para ayudar a los ciudadanos. Exactamente a las 4:57 de la mañana, cuando creyeron que las llamadas cesaron, una repentina alarma los alertó. Todos los bomberos estaban tan cansados que se habían quedado dormidos rápidamente apenas se colocaron en un lugar cómodo. Pero Marshall se había quedado haciendo guardia aunque también tenía mucho sueño. Contesto la llamada de forma adormilada, una voz con mucho miedo comenzó a hablar de manera muy exaltada por el otro lado de la línea. [—¡AYUDA! ¡POR FAVOR! Yo vivo en mi barco pero el agua está muy turbulenta por el huracán. ¡Pensé en salir pero cada que lo intento estoy por caer al mar! Tengo miedo que una ola me lleve. Mi barco está conectado al muelle, de prisa por favor] Marshall dudaba en si debía o no despertar a los demás. Miró la hora y negó. Estaban muy cansados como para despertarlos así que decidió ir solo. Pensó que si el barco estaba amarrado, no debería ser un problema. Al salir, no tomó la gran ambulancia, sino que pensó en llevarse su auto. —¿Marshall? —La voz era muy ronca, como si Chase apenas se hubiera levantado. —¿A dónde vas? —Hubo una llamada en el puerto. —¿Qué? ¿Y porqué no despiertas a nadie? —Míralos Chase... están agotados. Marshall miro a todos sus compañeros, pertenecientes o no a su escuadrón. Dormidos y apilados junto a las víctimas del día. —Lo entiendo Marshall, pero al igual que ellos tu también lo estás. Si vas solo perderás tu empleo, así que acude aunque sea a tu escuadrón. —Chase lo hizo recapacitar, era peligroso y había mucho en juego. Marshall suspiró y asintió resignado. —Está bien. Tienes razón. Marshall despertó a Marta, Brad, Chad y Clair para ir en su misión. Ellos se quejaron un poco pero alistaron todo para irse. Antes de marcharse, Chase se acercó a Marshall, también en su uniforme. —Iré con ustedes en caso de que algo suceda. Estarán demasiado cerca al mar y es muy peligroso. —Todos se miraron entre sí no muy convencidos pero al final terminaron aceptando, sabiendo que él tenía razón. —Sube. Así condujeron en dirección donde la llamada de auxilio llegó. Una vez ahí, buscaron el barco. Era difícil ver entre la lluvia pero a lo lejos y con peligrosos movimientos, el barco parecía quedarse al menos un poco, en su lugar. —¿Hola? ¡Hola! ¿¡Hay alguien ahí!? —Marshall comenzó a gritar cuando bajó del camión para ver si alguien le respondía. El capitán Turbot fue visto pronto. —¡Aquí! ¡Ayuda! —Cuando vió a Marshall, trató de caminar en dirección a la orilla del barco, aún si el movimiento del barco era tan fuerte por el agua que hacía casi imposible el siquiera estar parado. La madera del muelle estaba crujiendo a cada paso que daba, haciéndole dudar si soportaría su peso junto a la fuerza del agua. Marshall se acercó al barco, sintiendo el viento jalarlo hacía atrás. [—Marshall, el huracán es muy fuerte, regresa.] Era la voz de Marta llamándolo a través de su radio. Pensó un poco en si debería o no regresar pero cuando reconoció al hombre en el barco, no pudo hacerlo. Su corazón se estrujo por la felicidad y el miedo de al fin reconocer por completo a esa persona. Se veía idéntico a como lo recordaba. [—Envíame el arnés Marta.] Aunque desobedeció órdenes de su líder de escuadrón, nadie le dijo nada. Espera, tampoco se escuchaba nada. [—¿Marta? ¡Clair! ¡Chad! ¿Alguien me escucha?] La conexión se había cortado y su desesperación fue en aumento. —Rayos... —Marshall lo pensó. ¿Qué pasaría si no regresaba de la misión? ¿Valía la pena arriesgarse por alguien que no es de su mundo? —¿¡Capitán Turbot!? —¡Ayuda! —¡Todo va a estar bien! ¡Voy a llevarle el arnés y usted se lo colocará! —Comenzó a desabrochar su propio arnés pero no lo suficiente como para que se le cayera. Pronto se acercó al barco y esperó al momento correcto, donde saltó. Cayó en la borda del barco, el capitán lo ayudó a subirse por completo. —Muy bien capitán. Póngase este arnés. —Se lo quitó por completo para después ayudar al hombre a ponérselo. —Gracias. —No hay de qué. Ahora tendrá que saltar al muelle nuevamente. Primero presionaré este botón que activará un mecanismo que lo jalará en dirección al camión de bomberos. —Marshall presionó el botón y pronto el capitán fue jalado fuera del bote. Marshall vió como el capitán llegaba a salvo fuera del bote. Él se quedó ahí sintiendo el frío calar en su huesos. El huracán empeoró.   ___________________________   El barco se movía de manera impredecible, en momentos iba a la derecha y en otros a la izquierda.  Estaba comenzando a sentirse mareado, y de alguna forma el barco estaba cada vez más alejado de la orilla, siendo sostenido únicamente por la cuerda que sujetaba tanto el barco como el borde de madera del muelle. La lluvia caía a cántaros, de forma brusca y con el viento golpeándolo fuertemente. Se escuchaba la lluvia en la ventana, casi como si lo estuviera por romper. Marshall tenía frío y no sabía si mandaran a alguien de su equipo de rescate o no pero decidió entrar a la cabina del barco para evitar que la lluvia continuará golpeándolo. No pasó mucho tiempo antes de que la puerta de la cabina comenzará a ser golpeada. Tomó su linterna e iluminó. Un rostro y silueta familiar. Un impermeable negro. Era el. —¿Chase? ¿Qué estás haciendo aquí? —Marshall estaba confundido y mostró en su rostro su preocupación. —Primero... —Parecía agitado. —¿Puedo entrar? —Marshall vió como Chase se sujetaba con fuerza en el marco de la puerta mientras el agua de la lluvia lo empapaba. Marshall lo jaló hacia adentro sujetándolo por el frente de su uniforme y  justo en ese momento fue cuando una potente ola sacudió el barco. Chase perdió el equilibrio y tropezó sobre él, haciendo que ambos casi se fueran al suelo, Chase se sujetó de la mesa de comandos con sus manos a tiempo. Marshall se sorprendió y su cuerpo se tenso por reflejo. No supo si era por el susto o por Chase… Trató de acomodarse un poco para evitar resbalar. Chase por otra parte sintió su rostro tornarse totalmente rojo. —Lo siento, lo siento Marshall. —No hay problema Chase, pero ¿Qué haces aquí? ¡No eres bombero! —No, pero soy policía. Uno que ha tenido incontables misiones de rescate. Y tú... eres sin duda... —Marshall notó la molestia de Chase al tratar de hablar. —Un tonto. —Chase tomó con sus manos los brazos de Marshall y apegandose un poco a él, puso su frente en el hombro del bombero. —Un grandísimo tonto. ¿Por qué no contestaste la radio? ¡Te dijimos que volvieras...! ¡Vine porque solo el capitán Turbot llegó con el arnés! ¡Con tu arnés! —Chase volvió a mirarlo, sintiendo sus rostros mas cerca. Marshall se cohibió un poco al ver por primera vez al oficial de esa manera, tan cerca de si que podía sentir su cálido aliento, ser testigo de las gotas de agua atrapadas entre sus pestañas y su respiración agitada. Había un fuerte contraste entre esa calidez con la tormenta de afuera. Marshall sintió sus mejillas calientes por la cercanía de Chase. ¿Acaso ellos eran tan cercanos y no lo notó? ¿Porqué Chase se preocupaba tanto por él? Pero, ¿A quien le mentiría? A Marshall también le preocupa Chase. —No podía simplemente dejarlo aqui Chase, necesitaba mi ayuda... —Marshall sintió como el policía se separaba de él levemente, miro las manos ajenas, las cuales apretaron suavemente sus brazos. —¿Llegó bien? —¡Tú...!  Tú... tú —Chase trato de hablar pero no sabia exactamente que decir—. Deberías dar más prioridad a ti mismo... tan solo mírate Marshall, eres un desastre. —Chase pasó su mano de manera por el cabello del albino, observando como gotas de agua aún caían de él, todo mientras era observado por el bombero, quien era dueño de esos ojos azules que de alguna manera brillaban de manera hipnotizante. —¿Sólo yo soy un desastre? —La voz de Marshall sonó en voz baja, pero la cercania le permitio a Chase escucharlo claramente. —Mírate... tu uniforme está empapado. Debe ser muy pesado... —Marshall se sentía reconfortado por tener al policía junto a él, de poder estar tan cerca. —Vine porque me sigue pareciendo sospechoso que seas tan… tan entregado. No es normal… —mantuvo su mirada—. que alguien como tu sea asi. No termino de entender y no se si eso me deja mas inquieto o me da paz. —Chase noto el nerviosismo de Marshall, sabia que sus dudas ponian muy nervioso al albino. Decidio parar por el momento. —Además, estoy seguro de que la ayuda viene en camino, tu equipo no te dejaria solo. —Chase se separó para así dirigirse a la puerta. Marshall se sintió extraño, miró su mano, la cual había hecho el ademán por detener al policía de alejarse de manera inconsciente. ¿Porque su cuerpo se movia por si mismo? Los humanos expresan con su cuerpo y eso… Era nuevo. Raro. Intenso… Miro a Chase, quien, de un momento a otro se vió pálido y con una expresion atemorizada. —¿Chase? ¿Qué sucede? —Marshall... no creo que la ayuda llegue muy pronto. El dalmata se extrañó, arrugando su frente. —¿de que hablas?... —Camino a la salida para darse cuenta de  que observaba Chase. Casi cae al ver solo oscuridad a los alrededores del barco. —Estamos atrapados en medio del mar Marshall... El bombero sintió como si todo hubiera comenzado a colapsarse a su alrededor. Dió unos pasos hacía atrás nuevamente entrando a la cabina, cosa que fue notado por el oficial. —¿Marshall? —Entro con él. —Esto... esto es mi culpa. —¿Ahora de que hablas? —Chase preocupado por él, cerró la puerta de la cabina y fue en su dirección. —Marshall. —Tú estás atrapado aqui por mi culpa Chase. —Se recargó en una de las paredes—. Te puse en peligro. Su mirada se veía perdida. —No. Pará. No es tu culpa... yo soy quien vino en primer lugar, jamás sería tu culpa el que yo esté aqui. No seas tonto. Trató de reconfortarlo. Marshall soltó una risa airada, aun embobado. —Me has llamado tonto muchas veces hoy. —Si. ¿Porqué no te preocupas mas por ti mismo? Ahora por ejemplo, estás al borde del colapso solo porque estoy aqui atrapado... ¿Pero qué hay de ti? Tú pudiste haberte quedado solo... y eso habria sido peor. —Entonces también eres tonto por venir por mi... te preocupas más por mi que por ti... —hizo una pausa para pensar, dandose cuenta de que no sabia la razon del actuar del policia. —¿Por qué? Chase se sintió acorralado—No se a que te refieres. —Pudiste enviar a cualquiera de mi escuadrón pero decidiste venir por tu cuenta, acaso... ¿lo hiciste por impulso, Chase? Ahora quien retrocedía era Chase, mientras que Marshall caminaba en su dirección para terminar acorralandolo en la puerta de la cabina. Chase mentiría si dijera que no le agradaba la repentina osadia y valor del bombero.  —Yo… —Se quedó callado por unos segundos. —¿Porqué no me contestas? —Chase tuvo que apartar su mirada, nervioso al no poder contestarle. —Entonces si es verdad… —Marshall parecio procesar las reacciones del policia. —Viniste por impulso... ¿por mi?... ¿Por qué? —No podía simplemente dejarte aqui Marshall. —Tu y yo podríamos morir aqui hoy pero no te importa ¿No? —No moriremos. —evadio—. No te dejare morir. —Marshall se sorprendió por esas palabras. Pero se sorprendió mas al sentir como Chase lo tomaba por las muñecas y las empujaba hacia atrás de forma suave hasta estar en frente de la mesa de comando nuevamente, recargandose en esta. —¿Lo sientes? Las olas están mas fuertes. Hay que controlar el barco para no hundirnos. Ya cuando se calme el mar pensaremos en que hacer. Ahora ayúdame. Marshall asintió y ambos terminaron por navegar el barco. El albino miraba de vez en cuando a Chase, sin creer las actitudes que tenia este con él. La cercanía y nula capacidad para disimular su impulsividad que lo llevó a meterse en peligro con él. Con él.
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