ID de la obra: 769

Alterno

Slash
G
Finalizada
0
autor
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160 páginas, 57.700 palabras, 28 capítulos
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Inicio de Fusión/ Sacrificio

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Ambos estaban recostados en la cama, sin hacer nada. Chase lo había levantado y llevado ahí para que descansará un poco, acostándose a su lado.Los arropó a ambos y se mantuvo acariciando su cabello con paciencia.La luz lentamente se fue por completo adespues de unas horas. —Chase... —¿Si? —¿Es...? ¿Es normal sentirme así? —¿así como? —Tan... tan perdido... tan, tan no sé... raro. Me gustas pero no se que hacer al respecto, no se como sentirme. El querer estar contigo... verte, tomar tu mano, besarte y hablarte. —Marshall no lo notó pero Chase sonrio. Chase sonrió, sintiéndose levemente adormilado al igual que Marshall. —Si. Yo también me siento así Marshall. Es normal. Y me alegra mucho escucharlo. —Se acomodó para esconder su rostro en el cuello del bombero. Se estaban quedando dormidos. Al menos Chase, porque por más que Marshall lo intentaba, no lo lograba. En su mente pasaba una y otra vez la imagen del meteorito. Sentía que este estaba activo. —Chase... —¿Mmmh? —Creo... creo... qué el meteorito tiene un vínculo conmigo... —Sintió las caricias de los dedos de Chase a su costado. —Yo... quisiera decirte la verdad Chase... —¿De qué hablas? —Yo... —Ahí estaba, tenía que hacerlo, debía hacerlo. —Soy mucho más diferente de lo que crees. Yo no soy como crees. —¿No eres como creo? —Si... —¿No eres amable? —¿Eh? —¿No eres alguien alegre? —¿Qué...? —¿Acaso eres una mala persona? —¿Yo? Por supuesto que no. —¿Entonces no eres eso? ¿No eres amable, carismático, risueño, alegre, trabajador y empático? —Lo soy pero- —Entonces eres justo quien creó, Marshall. Deja de decir que no. Escondió su rostro en el cuello de Chase. Quiza… quiza no era tan necesario decirlo ¿verdad?—No sé porqué piensas tan bien de mi, Chase, ¿Porqué no puedes ser capaz de ver todo lo malo en mi? —Lo veo, Marshall. Te veo por completo. Eres terco, desorganizado, impaciente, pesimista, nervioso e incluso hasta un poco inseguro en tus capacidades. Pero, a pesar de todos tus defectos siempre terminas demostrando que no es un impedimento para ser alguien increíble. Marshall lo miró a los ojos, confundido en como su corazón latía con fuerza. Pero pronto su cabeza recibió una repentina punzada qué no quiso parar y lo hizo retorcer. —¿Marshall? ¿Qué sucede? En la mente del dálmata se podían observar fragmentos de recuerdos. Con la diferencia qué no eran los propios. Se trataba de los recuerdos de Marshall, el dueño del cuerpo humano. Veía sus manos llenas de sangre, pero a su alrededor no había nadie más. Parecía estar en un baño y al ver al frente vió un espejo. La sangre era la suya, la cual salía de su nariz con algo de fuerza. ¿Qué le pasó?Sus ojos azules se veían violentandos alrededor, luciendo hematomas suaves que no pasaban de un rosa casi rojo. Parecía ser el recuerdo de su juventud, de años escolares.De pronto ese recuerdo cambió a uno distinto, donde en vez de estar encerrado en un baño, estaba frente a muchas personas, un público en una corte. Por más que se supone que debería sentirse contento, el recuerdo se sentía triste. Apretó con fuerza las sábanas bajo sus manos y sintió a Chase abrazarlo. Una vez más el recuerdo mostraba esa escena pero a su lado, un hombre de su mismo tamaño pero complexión más robusta lo tomaba de forma disimulada pero con tal fuerza del brazo qué lo lastimaba. Tenía miedo. Después el dolor pasó y los recuerdos se esfumaron. Suspiró con tranquilidad. Luego miró hacia arriba, donde Chase se mantenía preocupado por él. —Disculpame. El dolor era algo fuerte... yo-yo no sé qué me sucede. —Chase hizo una mueca que causo temor en Marshall. —Creo que comienzo a recordar varias cosas y mi mente trata de procesarlo. —¿Si? ¿Qué estás recordando? —Otra vez ese tono inquisitivo. Chase otra vez estaba analizandolo. —Mi vida en Ciudad Aventura... el porqué decidí venir a Bahia Aventura... pero no estoy seguro... todo es tan borroso. Sintió como Chase lo acariciaba del brazo, contrastando la manera en que sus recuerdos le mostraron anteriormente qué fue tratado. Agradecio que no hiciera ninguna pregunta. Era como si esos recuerdos estuvieran ahí por un propósito específico. Mostrándole la versión de sí mismo que no conocía.Se volvió a recostar con Chase, esta vez para intentar dormir. No sabía cómo sobrellevar las cosas pero había algo que sí sabía. Lo estaban esperando. Chase. SÚ Chase esperaba por él. Y de la misma manera, el Marshall de esa realidad; tenía asuntos pendientes que no podria resolver mientras no estuviera ahi. Así que tenía que apresurarse para encontrar el meteorito o sino su mente terminaría fusionándose con el cuerpo y sus recuerdos. Justo como pensaba que estaba sucediendo en esos momentos.   ___________________________   Chase estaba temprano en la mañana en la estacion de policia observando la gran pared de pistas de su oficina. Era toda la información que habían recaudado a lo largo de las semanas unidas para armar el rompecabezas, tratando de unir todos los puntos para encontrar al culpable de todas las atrocidades qué han causado qué la pacífica Bahia Aventura se volviera un caos total.Unía puntos con un hilo rojo y tachuelas, a la espera de encontrar el resultado. Finalmente tras conectar el último punto en la pared, se dió cuenta que todas las ubicaciones juntas formaban una imagen de un sombrero. No cualquier tipo de sombrero, sino el qué era idéntico a la marca qué usaba Humdinger.Pero, para ser él quien haya causado todo eso, era demasiado obvio ¿no?Buscó más pistas, yendo a los archivos de evidencia del caso. Por mas que la videncia estuviera ahi, temia no escuchar a su intuicion y no atrapar al culpable correcto. La causa del incendio de los departamentos no pudo ser justificada pero todo apuntaba a una plancha encendida qué estaba conectada a la electricidad. Aunque, siendo esta una colaboración con Humdinger Corp. no cuadraba los componentes que se encontraron del meteorito en esta.Luego el incidente del auto qué tras la investigación el mismo componente estaba en las llantas. Finalmente, cada uno de los accidentes tenían personas involucradas en ellos. La niña de los departamentos era hija de un empresario qué se encontraba fuera por temas de trabajo. Pero, había sido visto en las juntas de Humdinger. Mientras que la mujer del auto era ex trabajadora de la empresa de la sede principal. Finalmente, el camión portaba piezas enviadas por la compañía para nuevos automobiles. Todo, absolutamente todo daba directo a Humdinger. Pero, a pesar de eso nada se sentía correcto. Si, podría ser él el culpable, pero siendo millonario, ¿Por qué  mandaría a una mujer con armas terroristas a asaltar un banco y poner bombas en un edificio de oficinas e información de su propia compañia? Sería como apuntarse a sí mismo con un arma. No tenía sentido. Las pistas le decían que era Humdinger pero el sentido común y su intuición le decían lo contrario.Suspiró y se fijó en la evidencia de cada escena.Su mirada se quedó quieta en la imagen del cráter qué Marshall le había mostrado. Luego recordó lo que le dijo Sarah."—Su sangre parece tener la misma radiación del meteorito. Y por la manera en que reacciona... es como si tuviera un vínculo con él."Odiaba tener que hacerlo pero era necesario si quería evitar que alguien más saliera herido.Se acercó al teléfono de su escritorio y marcó a un número en la línea rápida. <—¿Bueno?> —Aliah. Manda a un equipo para poner en custodia a Marshall Byce. Y tráeme a Sarah del equipo de investigación científica de medicina y efectos radioactivos. <—Entendido. ¿Algo más?> —Dale al equipo la especificación de ser amables con Marshall. Ahora está en la estación de bomberos y quizá se sienta confundido. <—Bien.> —Gracias. Al colgar la llamada dió un suspiro largo. Odiaba tener que hacer eso. Pero, sabía por como Marshall escapó de con Sarah, que no sería fácil hacerlo colaborar.   ________________________________   —No me gusta estar aquí. Todos se me quedan viendo. —Marshall subió sus piernas a la silla, siendo capaz de abrazarlas mientras ponía su mejilla en sus rodillas. —Lo sé, lo entiendo pero te necesito aquí. —Chase sacaba folders de información de unos casilleros de metal a un lado de su escritorio. —¿Era necesario llevar a tus compañeros? Parecía como si hubiera cometido un crimen. —Su tono de voz era un poco decaído. —No dejaban de verme… —Si. Perdóname. Es que es un caso oficial y no podía ir yo directamente. —Puso la carpeta y hojas que había impreso sobre la mesa, llamando la atención de Marshall. —¿De qué se trata? ¿Es sobre el meteorito? —Marshall se enderezó en su lugar. —Si. Y necesito tú ayuda. —Modo policia activado. Otra vez. Marshall comenzaba a pensar que cuando eso ocurria, Chase ya no era el mismo, como si se pusiera una mascara; fingiendo ser alguien mas. —... Ajá... ¿Qué debo hacer? Supongo que es algo muy importante si me vas a hacer firmar un contrato de confidencialidad y consentimiento. —Ho hizo falta leer nada para darse uenta que tipos de documentos le habia puesto el oficial sobre la mesa. —¿Cómo...? —Se sorprendió porque Marshall supo exactamente de que sé trataba. Para Chase, Marshall siempre seria un misterio. Un dia actua torpe e ingenuo, sin conocer nada del mundo pero al siguiente, es alguien meticuloso y astuto. Gracias a esto, otra vez tenia sospechas sobre el. ¿Quien es Marshall realmente? —Soy un bombero, Chase. —Marshall lo saco de sus pensamientos. —Tenemos la opción de tomar la clase de leyes. Y... digamos que tengo cierta experiencia con ese tipo de contratos. ¿Experiencia? ¿Clases? ¡En el curriculum de Marshall no viene ninguna clase o curso que haya tomado! —Bueno, no diré más entonces. Léelo y decide si firmar. —Se recargo en la pared, un poco alejado de Marshall, sin dejar de observarlo. Tras unos minutos en los que Marshall leía, firmó el primer contrato de confidencialidad. Se pasó al segundo donde al entender lo que decía, abrió los ojos sorprendido. —¿¡Qué!? —Volteó a mirar a Chase rápidamente. —¿Cómo quieres que firme esto? —Marshall... —No voy a firmarlo. —Sus ojos mostraban dolor, como si la simple idea del contrato le afligiera. —Al menos piénsalo un poco, por favor. —Suplico. —No hay nada que pensar. No soy una herramienta, Chase. —Golpeo la hoja con su mano con suavidad. —Aquí claramente estas pidiendo que me entregue a la investigación. ¡Usarme como si fuera un objeto de tu investigacion! ¿Cómo se te ocurre pensar en eso? —Se levanto de la silla. —Marshall, Marshall- lo sé, lo sé. —No podia dejar que Marshall se fuera. —No dejaré que te excedas ni que te suceda nada malo. Solo necesito que al menos nos ayudes a rastrear el meteoro. —Al verlo tan terco, no sintio que tuviese opcion. —Mira, de hecho. ¿Sabes qué? ¡olvida el contrato! —Chase tomó la hoja y la rompió en pedazos. —¡Es tonto! Pero, Marshall... Mucha gente corre peligro. Piensa en todos los niños... en todas las personas que tras los accidentes causados por esa persona- quien controla el meteorito... todos quienes ya no van a poder rehacer su vida normal. El niño encontrado en el camión. El que tenía en brazos... quedó paraplejico, Marshall. Sus piernas quedaron rotas y sus pulmones no volverán a ser los mismos. Su madre quedó con secuelas... La radiación del humo le causó anemia. No sabemos que les causara la radiacion mas adelante… Mas personas pueden sufrir lo mismo o casa peores si no hacemos nada. Marshall se sintió frustrado. Dudó demasiado pero al final cerró los ojos, penso en Carmellia, suspiró y asintió. No queria admitirlo pero Chase tenia razon. —Yo-Yo... solo si prometes qué... qué estaré bien. No quiero morir… Esa respuesta no era algo para lo que Chase estaba preparado para escuchar. ¿Morir? ¿Marshall? No. No puede ser ¿Verdad? Trago saliva con pesadez. —No permitire que mueras. Nunca, ¿Entiendes? —Se atrevio a acercarse al bombero al fin. Tomando su rostro entre sus manos. —No vuelvas a decir algo asi Marshall. Se que te pido mucho pero… Jamás… JAMÁS te haría hacer algo que podria acabar con tu vida. Preferiria tirarme de un edificio antes que hacer eso… Miro a los ojos a Marshall pero no supo descifrar que era lo que estos expresaban. La puerta fue tocada tras unos segundos. Era Aliah, y detrás de ella estaba Sarah. Ambos se miraron y luego la vista de la morena pasó a Marshall. —Aliah. Puedes retirarte. Déjanos solos. —Si, Jefe. Con eso los tres quedaron solos. —Siento traerte de forma tan repentina. Puedes tomar asiento. —Bueno. Sí me sorprendió ver a dos oficiales de policía esperarme en la puerta de mi laboratorio pero no es la primera vez, no te preocupes. —Bueno, quiero preguntar por eso pero sera un tema de otro dia... Hablé con Marshall y necesitamos saber si hay alguna forma de que el vínculo nos lleve directo al meteorito. —La expresión de la científica pasó de ser su usual casualidad a una expresión sería. —¿Sabe lo que me está pidiendo oficial? —Si... —¿Tú estás de acuerdo? —Dijo mirando ahora a Marshall, quien evitó verla pero asintió. —Bueno... pero- pero ya sabes, no será algo muy gratificante… —Se que dolerá... pero lo haré. La gente depende de mí. —Penso un poco. —No morire, ¿Verdad Sarah? La mujer miro a Chase por un segundo y luego vio a Marshall. —No permitire que mueras. Y estoy segura que si mueres, despues yo sere asesinada… —Bromeo para luego reir nerviosamente.
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