Casi muerte/ No platónico
12 de septiembre de 2025, 23:26
Marshall corría de un lado a otro siendo observado por sus amigos. Tanto Chad como Clair se veían preocupados por él. No había parado en toda la mañana.Ellos sabían que Marshall era alguien bastante atlético pero jamás se imaginaron verlo hacer series y repeticiones de varios tipos diferentes de ejercicios. Corría a un lado y hacia burpies, al correr y llegar a la otra esquina hacia lagartijas y así sucesivamente.
—Marshall... ¿Qué tal si te tomas un descanso? No te vendría mal...
—No —su voz sonaba agitada. —Puedo —respiró. —La doctora me dijo que tenia que hacer ejercicio y seguir moviéndome.
—Aún sigo sin entender eso. Un día vienen los oficiales y te llevan a quien sabe donde y cuando regresas resulta que tuviste una cita Médica pero no nos has dicho que fue lo que te han registrado. ¡nos preocupamos mucho! —Dice Chad manteniendo entre sus manos las botellas de agua qué trajeron para Marshall.
—No es nada. De. Verdad. —pasaron varios minutos en los que Marshall continuó con su entrenamientos hasta que terminó. —Listo. He terminado.
—Sigo sin entender... ¿Porqué estas haciendo esto en tu día de descanso? Deberías estar en casa y no sé, ver películas o algo. —Chad le puso la botella de agua fría en la mejilla a Marshall para fastidiaron mientras sonreía divertido. Siendo eso quizá lo más interesante qué hizo en la mañana.
—No lo sé. Simplemente no pude quedarme en casa hoy.
—¿Ocurrió algo malo? —Clair se veía genuinamente preocupada por el, pero negó. No es que pasara algo exactamente.
Antes de que Marshall pudiera decir nada, su jefa se mostró a través de los camiones para verlos. —Hola muchachos. Hoy les traigo información acerca de un proyecto en conjunto con las fuerzas militares aéreas. Últimamente han habido muchos incendios forestales y parece ser que hay amenaza de incendio en L.A. quieren que estemos preparados en caso de que nos terminen llamando. Así que este nuevo proyecto sé realizará para los voluntarios que quieran aprender a volar helicópteros Black Hawk y Chinook.
Los tres amigos se vieron entre sí sorprendidos y luego asintieron. Sonaba como algo muy interesante y sin duda era algo que si aprendian a usar, sus pagas irían alto también.Marshall tuvo vagos recuerdos de él volando en helicóptero. Frente a él había una cabellera café cremosa. Tubo un leve dolor de cabeza qué lo detuvo de cualquier pensamiento.
—¿Marshall? ¿Estás bien? —Chad lo sujeto del hombro al ver que el dalmata se tambaleaba. Su preocupación era genuina en su voz, y cuando Marshall lo vio a los ojos notó un leve brillo. Ambos estaban tan cerca qué podía sentir el olor de su colonia.Se alejó disimuladamente y asintió.
—Si... debe de ser el esfuerzo. Iré a aprovechar mi día libre tal y como me dijiste que hiciera. Adiós Chad, Clair.
Los hermanos se voltearon a ver entre ellos y luego observaron a Marshall irse.
—Eso fue...
—Extraño...
—Si.
Una vez que Marshall llegó a su casa, se dio cuenta que habían aun fragmentos de vidrio en el suelo. Chase le había ayudado a limpiar la mayor parte de los cristales pero ahí estaban unos pequeños qué no había visto antes.Pensó en cuan fragmentado se sentía en esos momentos. Había cosas que recordaba y que no eran de su vida como un cachorro, no eran sus propios recuerdos y al mismo tiempo si lo eran.Marshall sabia que dentro de él, ya no era solo el, sino ellos.
El Marshall de esa realidad, el y el meteorito.
Y por la conexión qué tuvo, sabía que el meteorito estaba sufriendo en el lugar donde estaba. El meteorito estaba destinado a ser destruido, no a ser mantenido y utilizado.
Su cabeza volvió a doler.
Su mente se llenó de imágenes sobre su vida como cachorro, su vida como humano, al mismo tiempo que sentía unas fuertes palpitaciones de energía.Caminó buscando la cama pero tropezó con sus propios pies, causando que golpeara su cabeza contra la esquina de la mesita de noche.
Todo se volvió negro.
La luz poco a poco regresaba.
Al abrir los ojos completamente, se fijó en lo que había a su alrededor. Parecía una galaxia llena de colores y espacio. Frente a él estaba la imagen clara de un laboratorio.Se acercó con curiosidad para ver más de cerca, se veía algo vacío pero buscó cualquier cosa que le indicaba donde estaba.Habían muchos papeles y planos sobre armas qué reconocía de alguna manera.
《"—Es el laboratorio de esa mujer."》
No era como cualquier tipo de voz, sino que era más como la combinación de varias, tanto femeninas como masculinas. Sonaba distorsionado.
—¿¡Quién eres!? —No sentía miedo, pero no confiaba en algo que no pudiera ver o darle cara.
《"—¿No soy yo quien debería hacerte esa pregunta, Marshall? A fin de cuentas eres tu quien se encuentra dentro de mi."》
Eso sin duda desconcertó al dalmata. ¿Estaba dentro de la mente de alguien más? Nada de eso tenía sentido para el. ¿Cómo llego ahi?
—Yo-yo no estoy aqui porque quiera.
《"—Claro que no, pero considerando lo descuidado qué eres, no me sorprende tampoco."》
—¿Podrías responder quien eres? No eres yo...
《"—Deberían darte un premio por tu inteligencia."》
Marshall frunció el ceño e hizo un puchero ante el sarcasmo de la voz.
—¿Sabes porque estoy en esta realidad? No soy de este lugar, to era un perro antes de venir.
《"—Si... lo sé. Yo soy eso a lo que ustedes los terrícolas llaman meteorito..."》
El silencio inundó el espacio en el que estaban. Marshall no supo que decir, pero considerando todo lo que estaba sucediendo, no era lo más raro.
—Oh... mucho...¿gusto? Pero, ¿Qué... que hago aquí? —Miró a su alrededor, preguntándose si quizá se encontraría con alguna forma física del meteorito.
《—"Marshall... yo... estas aquí porque tu mente está vinculada a mi y al otro tú. No se como llegaste aquí pero, aprovecharé esta oportunidad. Necesito que me encuentres y me destruyas."》
—Wow, wow, wow. Alto, ¿destruirte? ¿Quieres que te destruya sabiendo que tienes una conciencia? ¡Eso podría considerarse homicidio! Además, tampoco se como regresar a mi hogar...
《"—Pensé que te gustaba estar aquí. Por eso no hice ninguna intervención."》
—¿Gustarme? ¡tengo gente que me espera! —Hizo una mueca disgustado.
《"—Pero según se, también has desarrollado sentimientos por ese otro terrícola policía."》
—Yo... si, digo, no lo negare pero... bueno... me están esperando...
《"—Oh. Entiendo... ya veo que es lo que sucede. Puedo ayudarte a regresar si tu me liberas y me destruyes. Es la única manera."》
—¿La única? No puede ser así...
《"—Lo es. Ahora concéntrate en lo que ves en ese laboratorio. Eh estado viendo por mi cuenta y parece ser un lugar abandonado, a las afueras de la ciudad. Lo sé por la cantidad de estrellas qué se ven por las noches aquí. Se ha vuelto... solitario."》
Marshall sintió la pena en su voz. Como si, siempre hubiera estado solo.
—Veo... veo mucha vegetación... y... nada más.
《"—No es... do... oh... pa...ce... se... fue... adiós."》
Todo a su alrededor se distorsiona por completo, todo da vueltas y de pronto se encuentra abriendo sus ojos de otra vez. Giró levemente al sentir un dolor punzante a un lado de su cabeza y se alarmó al ver mucha sangre bajo él. ¿Cómo es siquiera posible que siguiera vivo?C
on lentitud y cuidado de no mover su cabeza con fuerza, llamó el primer número qué le aprecio en pantalla. Tras unos segundos la voz del otro lado se escuchó.
Pensó que seria Chase.
—¿Marshall? ¿Todo bien? —Era Chad.
—Yo... —Por alguna razón sentía que no podía hablar correctamente ni articular palabras. —Ayu...da...
—¿Qué? ¿Bueno? ¡Marshall! ¡Marhsall! Okey, ¿Dónde estás? ¡Yo-yo ya voy en camino.! —Sonaba tan alterado que le recordó como también se alteraba cuando ocurrían situaciones inesperadas en la estación pero nada referente a una llamada de auxilio qué frecuentan.
Comenzó a disosiarse. —Mi... casa...
Ya no escuchó más pero trató de mantenerse consciente aunque su mente diera mil vueltas. Ya no escuchó nada de lo que sucedía a su alrededor.¿Porqué le pasaban todas esas cosas a él? Parecía hasta irónico. Siempre cayéndose, tropezando y golpeándose hasta quedar inconsciente o perder la memoria. Era casi como si fuera un imán de esas situaciones.Sonrió al pensar en eso.
Pronto su cuerpo fue levantado y un paño cubrió la herida de su cabeza.
Le pedían qué respondiera qué no podía, aunque parecía ser qué sus ojos si lo hacían.Supuso que eso fue suficiente.
¿Era Chad o era Chase? ¿Ambos? ¿Ninguno?
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El calor de una mano lo inundó, también sentía la calidez de una manta cubriendo su cuerpo. Las suaves voces en la habitación lo arrullan a la vez que causan qué su mente comience a funcionar nuevamente. No sabia cuando se había quedado dormido pero al abrir los ojos se dio cuenta que estaba en el hospital. Lo supo por lo familiar qué todo le resultaba. Ya casi parecía más su casa por la cantidad de veces que había estado ahí.
Al fijarse al rededor, se espero de todo menos ver a Chad a su lado. No era Chase.Se movió un poco, lo que llamó la atención de su compañero de trabajo.
—¿Marshall? Dios mio... ¿Cómo te sientes?
—Como si me hubiera dado un fuerte golpe en la cabeza... —Chad apretó los labios, lo cual hizo que Marshall se diera cuenta. —Oh... si me golpeé la cabeza.
—Llamaré al doctor. Así te revisaran. Tienes una contusión en la cabeza. —Chad se levantó de la silla, y la calidez en la mano de Marshall se fue de igual manera. Marshall se extrañó por el repentino sentimiento de frialdad. —Tu teléfono esta a un lado... creo que cuando te sientas bien deberías contestarle al oficial Wallas. No dejó de llamar. —El tono algo tosco al decir lo último llamó ligeramente su atención.
Una vez que Chad fue a llamar al doctor, se quedó pensando. Dudando en si tomar el aparato en la mesa. Primero; nunca había visto a su compañero tan serio o bueno, preocupado. Ni siquiera las otras veces en las que estuvo en el hospital. Sin esperar más, decidió desbloquear su teléfono y marcar al primer número qué le apareció.
—¿hola?
Era la voz de Rayder.
—Hola... tengo llamadas perdidas tuyas.
—¡dios mio, Marshall! ¿Cómo estás? Chad me dijo todo, tanto yo como tu madre vamos en camino. ¡Tan solo paso una semana desde que regresamos a Ciudad Aventura, y resulta que tienes una contusión qué podría ser grave!
Su tono levemente dramático hizo sonreír a Marshall. Pero no dijo nada ante ello. No podía.
—Perdóname... yo... no-no se que me sucede... —Se quebró al sentir las lágrimas en su rostro, lo cual terminó siendo una tortura. Su cabeza dolió mucho al sentir la sangre ir a su frente.
—Marshall-
—Tengo que irme. Debo llamarle a Chase para decirle que estoy bien. No fue nada grave. —Escuchó la leve estática qué pasaba tras los teléfonos, indicando qué Rayder no estaba hablando. Pero pronto escuchó un suspiro en la otra línea.
—¿Tomaras esos días libres?
—Yo... se que eso es lo que debería hacer... solo no lo sé...
Colgó la llamada y marcó el teléfono de Chase, pero tras el tono, no hubo contestación. Trató otra vez pero al igual que la anterior, fue lo mismo. Lo más probable era qué estaba ocupado.
Sé acomodó en la camilla esperando por Chad, quien no tardó en llegar junto a una enfermera que revisó que se encontrará bien. Ella leyó su expediente y luego le habló. —El golpe qué recibiste es algo grave, te daremos una carta Médica qué te impedirá trabajar por al menos un mes.
Marshall asintió. Cuando se fue solo cubrió sus ojos con sus manos, sintiéndose frustrado. Su torpeza nunca fue tan peligrosa cuando era un cachorro. El que ahora lo fuera le daba sentido todas las cicatrices en su cuerpo.
—Marshall... todo estará bien.
La voz de Chad era reconfortante. Volteó a verlo, notando como este estaba sentado un poco incomodo en su silla.
—Gracias por todo Chad... no creo hubiera sobrevivido sin ti.
—Oh... vaya... no es nada Marshall. Eres-Eres mi compañero. Y amigo, más importante. Haría eso sin dudarlo otra vez. —Sus mejillas levemente rojas y el hecho de que apartaba la mirada, le daba la impresión que estaba nervioso.
—Últimamente he sido más torpe qué de costumbre. No se porque... creo que me encargaré de eso una vez me den el alta. ¿No crees?
—¿Cómo te encargarás de eso?
—Bueno... tengo la ligera sospecha de que es algo más clínico... pero no creo que sea tan grave. Tal vez deba buscar mi historial clínico en mi casa. Digamos que no recuerdo mucho de mi pasado y eso no ayuda.
—Marshall...
—Lo siento, no debería estar diciendo tanto...
—No, no, no... no hay problema. Me-me... gusta escucharte.
Marshall le sonrió de forma dulce, causando un sonrojo en el rostro de Chad.Antes de que pudieran seguir hablando entre ellos, la puerta fue tocada.
Al abrirse, la alta figura del jefe de policia se hizo presente. Llevaba un ramo de flores en una mano y otras cosas en el otro.
—Chase...
—Vine tan pronto como deje la oficina, te traje flores y también lo que te envian desde la oficina. Digamos que la noticia voló rápido. —Si se veía algo agotado pero eso no evitó que llegara tan positivamente y besara levemente en los labios a Marshall. —También hable con la recepcionista, y el doctor... ¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho la cabeza?
—No... Gracias, Chase.
Finalmente él pastor aleman se dio cuenta de la otra precedencia en la habitación y lo saludó formalmente. —Chad.
—Oficial...
El ambiente se volvió extraño por unos segundos, se sentía algo tenso por las miradas competitivas qué ambos se lanzaban, siendo la de Chase un poco más arrogante acompañada de una sonrisa triunfadora.
—Chad... muchas gracias otra vez por todo...
—No te preocupes Marshall. Creo que es hora de que regrese a la estación. Nos vemos... —Se levantó de la silla y abandono la habitación mientras Marshall y Chase se tomaban de la mano de manera dulce.
Chad apretó el puño al salir del cuarto.