Alterno

Dos meses han pasado desde lo ocurrido en el faro de luz. Dos meses desde que descubrió que el Marshall que conocía no era el Marshall qué estaba destinado a conocer. Qué los meteoritos tienen vida y que esta; eventualmente muere. En su empleo lo han condecorado por haber terminado con éxito el caso terrorista de Verónica Vance, el cual terminó no solo con su arresto, sino que fue llevada a un centro psiquiátrico ordenado por el juez. Este dictaminó que ella era psicologicamente incapaz de estar en la carcel. Tambien todo termino con el arresto del multimillonario Humdinger por malversación de fondos, negligencia, corrupción, nepotismo, monopolio y cómplice de un abuso sexual laboral. ¿Como fue posible todo esto? Con la colaboración de Marshall Byce como víctima. Chase nunca se habría dado cuenta que su Marshall era el mismo joven al que atendió y cuidó cuando vivía en Ciudad Aventura. Ese caso que fue uno de los otros tan mediáticos que resolvió. Al incio todo iba bien, se enfocaba en su trabajo y poner todo en orden en Bahia Aventura junto a la alcaldesa después de todos los problemas de esos meses.Marshall volvió al trabajo pero aunque intentaba hablar con este, no eran más que formalidades. Se la mantenía con Clair y Chad y cuando el iba a visitarlo, lo evitaba. Chase sabía porque. Ese Marshall ya no era su Marshall. Ni siquiera sus personalidades se parecían en absoluto. No había nada que le gustase tampoco en ese "nuevo" Marshall.Era frío, reservado, apático, y si, aunque mantenía su característica torpeza, siempre miraba hacia el suelo. No estaba en su personalidad esa confianza que el otro Marshall cargaba consigo. Ese nuevo Marshall terminó con episodios por la radiación en su cuerpo que lo dejaron con problemas graves de salud (teorízan que es un nuevo tipo de cáncer) que le hicieron renunciar a su trabajo de bombero. El único momento en que pudo verlo realmente feliz fue una vez que fue a hablar con Marta y dio la casualidad de ver al albino platicar con su amigo rubio. Sus mejillas rojas y esos hermosos ojos azules brillando por Chad. Los obvios coqueteos entre ambos que activaban sus celos. Pero no tenia derecho de decir nada porque toda atención ya no le pertenecía. Esos ojos ya no brillaban de forma intensa. Ya no por él.   Cada muestra de amor entre Chase y Marshall se había esfumado, al menos de parte del albino. Se había enamorado de alguien más. Era injusto. Era doloroso. Pero era lo que era.   Chase había perdido a su Marshall y ganó la maldición de tener que verlo todo el tiempo, su misma apariencia, sus mismo modismos pero objetivamente sin ser él.El Marshall al que él amó y ama fue solo un impostor en un cuerpo que no le pertenecía. Lo peor de todo es que este trató de decírselo múltiples veces pero jamás creyó que todo fuera tan... literal. Ahora lo entendia. Y con todo el dolor en su corazón, tenia que decirle adiós. Porque el meteorito había muerto y con este, la posibilidad de volver a hablar con SU Marshall. Seguiría con su vida lo mejor que pudiera, conocía a Marshall lo suficiente para saber lo mal que este se pondría al verlo mal. 《—Dios... Dios... si existes... Dile a Marshall que lo amo...》   _____________________________ La inocencia que alguna vez era parte de él ya no existía. Las cosas más obvias se le hacían absurdas y aunque lo intentara, no veía el mundo de la misma manera que alguna vez lo hizo. De verdad lo intentaba, pero no podía evitar sospechar de todos, de que en cualquier momento sería atacado por alguien malo que podría dañarlo o a los otros cachorros. Era una sensación de alerta qué no lo dejaba en paz. El terapeuta le dijo que eran "secuelas post-trauma". ¿Secuelas de que? ¡¿SECUELAS DE QUÉ?! Ah. Si. Secuelas después de ver lo que podría llegar a ser la crueldad del mundo. De los humanos, la sociedad y cualquier cosa relativamente distinta de su hogar. Quizá no tendría secuelas sino fuera por haber estado en el proceso de combinar su mente al del otro Marshall. Lo había visto todo desde sus recuerdos, lo habia sentido y experimentado. Todo ese folor, esa soledad e injusticia. ¿Pero como decírselo a alguien? ¿Quién creería algo así? ¡Lo tomarían por loco! Digo, porque por supuesto, decir que después de haber quedado atrapado en una realidad alterna gracias a un meteorito, donde todos los que se suponen son cachorros originalmente, en ese lugar son humanos y que su mente se fue fusionando con los traumas del dueño del cuerpo que poseyó, usó y estuvo por meses; se enamoró de la versión humana de su mejor amigo y tener que haberlo dejado para siempre le generó una sensación de vacío, odio, temor y aversión a cosas que jamás pensó que podría, si... sonaba muy creíble. Marshall se había fragmentado, ya no era él. Yo no se reconocía a si mismo, era alguien más y al mismo tiempo... nada. Lo único que le daba consuelo era Chase. Quien, no entendía del todo lo que sucedía con él pero aun asi trataba de apoyarlo, de estar para él. Chase y los demás tenían esa dulzura e inocencia que no estaba seguro si alguna vez podría recuperar. Eran el recordatorio constante de lo que tanto se había esforzado por recuperar. Lo había hecho por ellos. Por Chase. Por su mejor amigo... Por... Por... Por... ¿Por qué dolía tanto entonces? Lo hizo por ellos, entonces ¿porque no podía sentirse contento? Ver los ojos cafe de Chase todo el tiempo le recordaba a SU Chase. Eran tan similares, tan idénticos pero tan... diferentes. No podía compararlos. Chase era su mejor amigo y Chase Wallas era el hombre al que amaba. Incluso con todo eso, trataria de seguir su vida, por él, por sus amigos y Ryder. Quizá algún día podria contarle a alguien sin temor a que no le crean (inseguridad causada por las vivencias de su otro yo) y dejar todo eso ir. Solo esperaba que al final, SU Chase estuviera viviendo su vida contento, con todo lo que desea en su vida y tal vez solo tal vez, pensando un poco en él. Ese pensamiento era a lo único que podía aferrarse. 《—Chase... me haces falta》