Capítulo 2: Un Jugo Envenenado
12 de septiembre de 2025, 1:34
Lo que ninguno de los dos grupos sabía era que habían tenido un auditorio no deseado. Ginny Weasley, que había estado detrás de las escaleras de la sala común, había oído toda la confesión de Harry. Y el dolor y la rabia que sintió la cegaron. Después de años de superar su enamoramiento adolescente por Harry, de creer que lo veía como un hermano, la idea de que él pudiera amar a Malfoy, a un slytherin, a alguien que no fuera ella, despertó una posesividad oscura y enfermiza.
Esa noche, en la oscuridad de su dormitorio, sacó un pequeño frasco de cristal que había comprado a un estudiante de séptimo año en los pasillos prohibidos. Un perfume plateado y nacarado se movía dentro: Amortentia, la poción de amor más poderosa del mundo. Y para Ginny, que una vez fue poseída por el alma corrupta de Voldemort, cruzar esa línea moral no pareció tan terrible.
A la mañana siguiente, fingiendo una casualidad perfecta, se cruzó con Harry en el Gran Comedor después del desayuno.
"¡Harry! Justo te buscaba," dijo con una sonrisa brillante, llena de la confianza de la hermandad que compartían. "Mira, me sobró este jugo de calabaza del desayuno. Sé que es tu favorito. Tómalo, te hará bien antes de Pociones."
Harry, con la mente nublada por los nervios de su próxima confesión, sonrió agradecido. Ginny era su amiga, casi una hermana. No había sombra de sospecha en su mente. "Gracias, Gin. Eres un sol."
Bebió el jugo de un trago largo, notando un sabor ligeramente más dulce de lo usual, con un aroma a hierba recién cortada, a flor de manzano y a algo metálico que no supo identificar. Era el aroma que Ginny había impregnado con la Amortentia: el olor a la pista de Quidditch, a su perfume y a la sangre de la batalla, todo mezclado en una falsa nostalgia.
El efecto fue inmediato y devastador. Mientras se dirigía a clase de Pociones, la imagen de los ojos plateados de Draco se desvaneció de su mente, reemplazada por el brillo del cabello cobrizo de Ginny y el sonido de su risa. Una obsesión artificial se apoderó de él, distorsionando todos sus recuerdos y sentimientos reales. Ahora, creía con toda su alma que siempre había estado enamorado de Ginny Weasley.
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Atte: C. Sanchez ✨