ID de la obra: 774

Hasta Que La Muerte Nos Una

Gen
R
Finalizada
0
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Fandom:
Emparejamientos y personajes:
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22 páginas, 7.191 palabras, 9 capítulos
Descripción:
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capítulo 6 : Una Verdad Demasiado Tarde (reescrito)

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La ausencia de Draco fue notoria de inmediato. En la mesa de Slytherin, un espacio vacío destacaba como una herida. En las clases, su silla estaba desocupada. Harry Potter, absorto en su burbuja artificial de felicidad con Ginny, parecía no haberlo notado. Pero Ron y Hermione sí. Preocupados, acorralaron a Pansy, Blaise y Theo en un pasillo desierto dos días después de la desaparición de Draco. "Hermione y yo... bueno, nos preguntamos dónde está Malfoy," comenzó Ron, tratando de sonar casual y fallando. "No lo hemos visto." Los tres Slytherin intercambiaron una mirada cargada de un dolor y un secreto infinitos. Habían ensayado esto. Pansy fue la que habló, levantando la barbilla con un resto de su antigua arrogancia, aunque sus ojos estaban hinchados. "Sus padres vinieron a buscarlo. Hubo un... cambio de planes familiar. Se fueron de viaje a Francia por un tiempo." Era técnicamente cierto. Una verdad a medias que sabía a ceniza en la boca de Pansy. "¿Francia?" Hermione frunció el ceño, su aguda mente detectando las fallas en la historia. "¿En medio del trimestre? ¿Sin despedirse de nadie? ¿Sin avisar a ningún profesor? Eso no parece propio de los Malfoy, son muy estrictos con la educación de Draco." Theo intervino, su voz serena pero fría como el mármol. "Fue algo repentino. Un asunto de familia urgente. Ni siquiera él lo esperaba." Miró directamente a Hermione. "¿Acaso deben rendirte cuentas a ti de sus movimientos, Granger?" Hermione retrocedió, un poco avergonzada. "No, claro que no. Es solo que... éramos amigos. Estamos preocupados." Blaise soltó una risa cortante y amarga que no llegó a sus ojos. "¿Preocupados? Qué conmovedor. No se preocupen. Draco está perfectamente bien. Disfrutando del sol de la Riviera francesa mientras nosotros nos congelamos aquí." El sarcasmo envenenado de su tonio era un muro destinado a alejarlos. Cada palabra que pronunciaba le recordaba la imagen de Draco tosiendo sangre en su cama. Ron, aunque menos perceptivo, notó la hostilidad. "Oye, no hace falta ponerse así. Solo preguntábamos." "Pues ya tienen su respuesta," dijo Pansy con finalidad, dando media vuelta. "Ahora, si me disculpan." Los tres Slytherin se marcharon, dejando a Ron y Hermione más confundidos y preocupados que antes. La mentira era débil, pero lo que más les alarmó fue el profundo, palpable e inconfundible dolor en los ojos de Pansy, Blaise y Theo. Algo terrible había pasado. Y tenían razón. A miles de kilómetros, en una lujosa pero lúgubre mansión con vistas al Mediterráneo, Draco yacía en una cama de seda negra, demacrado y pálido como un fantasma. Un medimago francés, especialista en magias oscuras y maldiciones orgánicas, se apartaba de él con expresión sombría. Narcissa, con los ojos desesperados, lo agarró del brazo. "¿Bien? ¿Qué puede hacer? ¿Cuál es el pronóstico?" El medimago miró a Lucius, que observaba rígido desde un rincón, y luego a la afligida madre. "La enfermedad está muy avanzada, Madame Malfoy," dijo con un acento francés que suavizaba ligeramente el golpe de sus palabras, pero no lo amortiguaba. "Las raíces florales han colonizado completamente sus pulmones y están comenzando a enredarse alrededor de su corazón. La cirugía mágica para extirpar el sentimiento es imposible ahora. El trauma mataría al paciente al instante." Narcissa dejó escapar un sollozo ahogado. Lucius cerró los ojos, apretando el puño con tanta fuerza que los nudillos se pusieron blancos. "¿Y... y si el amor se correspondiera?" preguntó Lucius, su voz ronca. "¿Si la otra persona...?" El medimago negó lentamente con la cabeza. "Incluso en ese caso improbable, con el daño orgánico existente, la reversión no sería inmediata ni segura. La maldición ha creado vida donde no debería haberla. Erradicarla es... complejo." Hizo una pausa, eligiendo sus palabras con la crudeza de un verdugo. "Lo siento. Mi pronóstico es que, en el estado actual, al joven Malfoy le quedan dos meses de vida. Tal vez menos. Lo único que puedo ofrecerles son pociones para el dolor. Para que el final sea... menos terrible." La sentencia de muerte resonó en la habitación silenciosa. Narcissa se derrumbó en una silla junto a la cama, tomando la mano inconsciente de su hijo, sus lágrimas bañando las sábanas de seda. Lucius Malfoy, el hombre que una vez desafió al mismo Lord Voldemort por su familia, no pudo hacer nada más que mirar por la ventana el mar implacablemente tranquilo, sintiendo cómo el mundo que tanto había cuidado se desmoronaba a su alrededor, destruido no por un hechizo oscuro, sino por el simple y devastador poder de un corazón roto. ~~~~~ Atte: C. Sanchez ✨
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