ID de la obra: 774

Hasta Que La Muerte Nos Una

Gen
R
Finalizada
0
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22 páginas, 7.191 palabras, 9 capítulos
Descripción:
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Capítulo 7: El Precio de la Verdad (reescrito)

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El azar, o quizás el destino, quiso que Ron y Hermione se encontraran en el momento exacto. Habían ido a la biblioteca a investigar, movidos por una inquietud que no los dejaba en paz. La mentira de los Slytherin era demasiado frágil, su dolor demasiado real. Mientras buscaban un libro sobre enfermedades mágicas raras en una sección apartada, escucharon voces ahogadas y familiares provenir de entre los estantes contiguos. Era Pansy, Blaise y Theo. Su conversación no era para oídos ajenos. "—No para de toser sangre. El medimago dijo que las flores le están estrangulando el corazón," dijo la voz de Blaise, cargada de una amargura infinita. "¿Dos meses? ¡Es una sentencia de muerte, Blaise!" gritó Pansy en un susurro desgarrado. "¡No podemos quedarnos aquí sentados mientras él se muere solo en Francia!" "¿Y qué podemos hacer, Pansy?" replicó Theo, su voz normalmente serena ahora temblorosa. "¿Obligar a Potter a ir? ¿Suplicarle? Draco no quiso eso. Prefiere morir." Ron y Hermione se miraron, palideciendo. Francia. Enfermedad. Flores. Sangre. Dos meses de vida. Muerte. Las piezas encajaron con un golpe seco y aterrador en sus mentes. "Hanahaki," respiró Hermione, el nombre de la maldición saliendo de sus labios como un fantasma. "Tiene Hanahaki. Por Harry." Sin perder un segundo, corrieron. Encontraron a Harry en el patio, riendo con una liviandad que ahora les parecía obscena, con Ginny colgada de su brazo. "¡Harry!" gritó Ron, agarrando a su amigo del hombro y girándolo con brusquedad. "¡Tienes que escucharnos! ¡Es Malfoy! ¡Se está muriendo!" Harry frunció el ceño, molesto por la interrupción. "¿Qué? ¿Otra vez con eso? Ya les dije que no me importa lo que le pase a Malfoy." Su voz era fría, distante, como si hablara de un extraño molesto. Ginny se rió, un sonido agudo y forzado. "Vamos, Ron. Déjenlo en paz. Harry ya superó todo eso." Pero Hermione no le prestó atención. Estaba estudiando el rostro de Harry, y entonces lo vio: un tenue resplandor rosado, casi imperceptible, alrededor de sus pupilas verdes. Un efecto secundario raro de una dosis alta y prolongada de Amortentia. "Merlín... Harry, ¿qué has estado bebiendo?" preguntó, su voz temblorosa por el horror que comenzaba a comprender. "¿Qué? Nada. Solo... jugo de calabaza," dijo Harry, confundido. El jugo que Ginny le dio. Todo cobró sentido. La confesión de su amor por Draco, el repentino y absoluto desinterés, su obsesión instantánea con Ginny... "¡Está bajo los efectos de la Amortentia!" gritó Hermione, señalando a Harry y dirigiéndose a Ron. "¡Ginny se la dio! ¡Ese resplandor rosado en los ojos! ¡Es la poción!" La expresión de Ginny se tornó de una dulzura falsa a un pánico absoluto. "¡Estás loca, Hermione! ¡Harry, no les creas!" Pero Ron, con una fuerza que no sabía que tenía, agarró a Harry del brazo. "¡Vamos a la enfermería, ahora!" "¡Quítenme las manos de encima!" protestó Harry, luchando, pero Ron, ayudado por la adrenalina y la rabia, lo arrastró casi a la fuerza por los pasillos, seguidos por Hermione y la protestante Ginny. Madame Pomfrey, al principio escéptica, examinó los ojos de Harry. Al ver el brillo rosado, su rostro se ensombreció. "Es Amortentia, sin duda," confirmó con voz grave. "De una elaboración poderosa. Bebe esto, Potter." Le ofreció un antídoto de color azul eléctrico. Harry, confundido y empezando a sentirse violentamente mareado, bebió la poción de un trago. El efecto fue inmediato y violento. Cayó de rodillas, vomitando un líquido brillante y rosado en un balde que Pomfrey le acercó. Cuando se levantó, tambaleándose, su mirada era clara por primera vez en semanas. La nieve artificial se había disipado, revelando el paisaje devastado de sus verdaderos sentimientos. "¿Qué... qué ha pasado?" preguntó, confundido, frotándose la sien. "Recuerdo... recuerdo que Ginny me dio un jugo... y luego... oh, Merlin." Su rostro se descompuso al recordar la escena del patio. "Draco. Le dije... le dije que jamás..." El horror lo inundó. "¡Draco!" Hermione no le dio tiempo a hundirse en la culpa. "Harry, escucha. Draco te confesó su amor y tú lo rechazaste brutalmente. Eso le provocó la enfermedad de Hanahaki. Está en Francia, muriéndose. Le quedan dos meses de vida, tal vez menos. ¡Tienes que ir a él!" Harry no necesitó escuchar más. Salió disparado de la enfermería como un poseído, con Ron y Hermione siguiéndole de cerca. Corrió como nunca hacia las mazmorras, hacia la sala común de Slytherin. Al llegar, golpeó la pared de piedra. "¡Por favor! ¡Déjenme entrar! ¡Necesito hablar con Pansy, con Blaise, con Theo!" Fue Blaise quien salió, su rostro una máscara de ira y dolor. "¿Qué quieres, Potter? ¿Venir a rematar el trabajo?" "¡Blaise, por favor! ¡Dime dónde está! ¡Tengo que verlo! ¡Tengo que decírselo!" suplicó Harry, con lágrimas de desesperación corriendo por su rostro. "¿Decirle qué? ¿Que lo sientes? Demasiado tarde, Potter. Se está muriendo por tu culpa. ¿Crees que tu arrepentimiento cambia algo?" espetó Blaise, escupiendo las palabras con veneno. "¡Fue la Amortentia!" intervino Hermione, jadeando por la carrera. "Ginny Weasley se la dio a Harry. Él no estaba en sus cabales cuando rechazó a Draco. ¡No era él!" La noticia hizo que Blaise se quedara paralizado por un segundo. Pero antes de que pudiera responder, Pansy salió como un huracán de la sala común. Había escuchado lo de Ginny. Su rostro, marcado por las lágrimas, estaba transformado por una furia homicida. "¿La Weasley?" gritó, con una voz que heló la sangre. "¿Esa bruja rencorosa hizo esto?" No esperó una respuesta. Empuñando su varita, salió corriendo hacia la sala común de Gryffindor. "¡Pansy, espera!" gritó Theo, saliendo tras ella. Ron, después de una mirada rápida a Harry, corrió también. No iba a defender a su hermana. No después de esto. Harry se aferró a la túnica de Blaise. "¡Por favor, Blaise! ¡Te lo suplico! ¡Dime dónde está! ¡Déjame intentar salvarlo! ¡Lo amo! ¡Siempre lo he amado!" Al oír la cruda desesperación en la voz de Harry, al ver la verdad absoluta en sus ojos ahora libres de la poción, algo en Blaise cedió. No podía condenar a Draco a morir por orgullo. "Tiene una mansión en el sur de Francia. en la Costa Azul. Saint-Jean-Cap-Ferrat. La Villa des Lys Blancs," dijo rápidamente. "Vete. Ahora. Y si no puedes salvarlo, jamás te perdonaré, Potter." Harry no esperó a oír más. Giró sobre sus talones y corrió hacia la red fluo más cercana, dispuesto a cruzar un continente para llegar a Draco. ~~~~ Mientras tanto, en la sala común de Gryffindor, el caos se desató. Pansy irrumpió como una furia, encontrando a Ginny sentada tranquilamente cerca del fuego. "¡Weasley!" rugió. Ginny se levantó, pálida. "¿Parkinson? ¿Qué...?" No terminó la frase. Pansy le lanzó un hex que la golpeó en el pecho, haciéndola caer al suelo. "¡Le diste Amortentia a Potter! ¡Condenaste a Draco a morir!" gritó Pansy, abalanzándose sobre ella. No usó magia. Usó sus puños, sus uñas, toda la rabia y el dolor acumulados. Golpeó a Ginny en la cara, en los brazos, en cualquier lugar que pudiera alcanzar. "¡Él me quería a mí! ¡No a ese monstruo de Slytherin!" chilló Ginny, tratando de defenderse. Theo y Ron llegaron en ese momento. Theo agarró a Pansy por la cintura, tratando de separarla, pero no con mucha fuerza. Ron se quedó en la entrada, observando la escena con los brazos cruzados y una expresión de profunda decepción y asco en el rostro. "¡Merecía ser feliz conmigo!" gritó Ginny, sangrando por la nariz. "¡Tú no sabes nada del amor!" le escupió Pansy, luchando contra las manos de Theo. "¡El amor no es envenenar, no es mentir, no es robar! ¡El amor es lo que Draco sentía! ¡Un amor por el que está muriendo! ¡Y tú, con tu mezquindad, lo destruiste todo!" Ninguno de los Gryffindors presentes hizo nada por intervenir. Todos conocían ya la historia, susurrada en los pasillos. Veían a Ron, el hermano de Ginny, sin mover un dedo, y entendían la magnitud de la traición. Theo finalmente logró arrastrar a una Pansy que jadeaba y lloraba de rabia. Ella señaló a Ginny, que yacía en el suelo, sollozando y magullada. "Que todos sepan lo que hiciste, Weasley," dijo Pansy con una calma aterradora. "Que todos sepan que eres una bruja que envenena para conseguir lo que quiere. Y espero que esa culpa te acompañe hasta el día en que te mueras." Y con esas palabras, Theo se la llevó, dejando atrás un silencio pesado y una familia dividida por la peor de las traiciones. Muy lejos, Harry Potter viajaba hacia el único lugar que importaba, con la esperanza y el mie do luchando en su corazón. La carrera contra la muerte había comenzado. ~~~~~ Atte: C. Sanchez ✨
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